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Infecciosa Miseria por Darkwishes

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Notas del fanfic:

No hay mucho que decir, solo una pequeña advertencia: Esta no es una típica historia romántica ni tampoco es el tema principal, por eso el fic no está catalogado como 'romántico'.

Notas del capitulo:

Hola nuevamente a todos. No sé si me recuerdan, hasta hace poco estaba escribiendo otro fic que ya he terminado :DD

En fin, decidí dar un giro radical y volver al género que más me gusta escribir. (Nunca fui buena con lo meloso)

Todavía no tengo determinado el rumbo que tomará esta historia pero espero que la disfruten.

Con ustedes, el primer capitulo~

-¿Qué crees que haces?

¿Qué hago? Lo que todos ustedes lograron. Muérete. Desaparece inútil. ¿No ven lo que ocasionan sus palabras? Una risa escapa de mi boca cuando muevo mi dedo para jalar el gatillo.

 

Supongo que, para que todo esto tenga sentido, debería retroceder un poco en el tiempo. No mucho, solo lo suficiente para que entiendan qué me llevó a hacerlo.

Viernes 19 de agosto. Año 2011. A veces, cuando recuerdo esto, me impresiona lo rápido que pasó el tiempo. En tan solo un año mi vida pasó de ser un asco… a ser completamente desagradable. Jamás fui de esos chicos fiesteros que se ven por la televisión, ni tampoco era de estar con mujeres. A decir verdad, jamás había estado con nadie, y no sabía que era lo que quería. El tiempo se me terminaba, acababa de cumplir los diecisiete años y estaba cursando mi anteúltimo año sin tener idea que haría cuando el instituto terminase. Estaba perdido.

Mi padre, borracho empedernido, basura humana existente, solo servía para recordarme el fracaso que era como ser humano. Supongo que, luego de matar a mi madre con mi nacimiento, solo le quedó rencor hacia mí. Rencor, odio y su botella de alcohol que repetidas veces partía en mi cabeza. Creo que he dejado bastante claro que no me agrada en lo más mínimo y desearía no tener que compartir mi hogar con él.

En la escuela no me iba mejor. Pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en la biblioteca, haciendo tiempo para no tener que volver a mi casa, leyendo libros o conectado a distintas páginas, escribiendo. La gente de allí es repugnante. Son la mayoría niños mimados que solo les interesa llamar la atención de alguien y aprovecharse del más indefenso. Son detestables. Los que realmente valen la pena usualmente están demasiado sumidos en su propia existencia, intentando que la masa uní cultural de adolescentes no los devoren y no queden ahogados bajo ese mar de televisión, moda e ignorancia. ¿Sueno duro? Que suerte. Ellos provocaron esto. Ellos son los responsables, los culpables, y me aseguraré de que lo sepan... De una u otra manera.

En fin. A pesar de todo esto, lo soportaba relativamente bien. Quizás estaba sumido en mi propia cabeza, deliraba la mayor parte del tiempo y fantaseaba con nuevos lugares, pero me mantenía cuerdo. Al fin y al cabo, seguía siendo un joven con bastante energía. Claro que, todo descarriló cuando fui a esa fiesta. ¿Qué por qué fui? Sencillo, mi padre ese día estaba peor que nunca.

Era viernes, estaba en mi cuarto como siempre, con la música relativamente alta para no oír ruidos desagradables. Y con ruidos desagradables me refiero al idiota de mi padre gritándole a la caja estúpida, mejor conocida como televisión. Decidí que, al día siguiente, iría a comprar una nueva memoria para mi maquina y por eso bajé las escaleras con mi usual rápido paso. Cuando llegué al último escalón, supe que había sido una mala idea. Muy mala idea.

- Ven aquí ahora inservible.

Suspiré. Cálmate. Respira. Fui al encuentro con mi padre, sin sorprenderme demasiado al ver que estaba tomando. Miren nada más, otra botella más. Con aire aburrido me aclaré la garganta, producto de no haberla utilizado en todo el día. Eso suele suceder cuando con las únicas personas que hablas son con desconocidos a través de un chat.

-¿Si?

-¿Ves? ¿Ves lo que hiciste? Destruiste este hermoso cuerpo con tu existencia. Mataste a una de las más hermosas personas que han existido. Pagarás. Pagarás toda tu vida por ello.

¿Otro sermón acerca de cómo era responsable por la muerte de mi madre? Vamos, eso ya es historia antigua. ¿Por qué mejor no mencionas el hecho que no tengo vida? De tantos argumentos que tienes en la galera, ¿elijes ese? Revoleé mis ojos. Con el paso del tiempo me había vuelto inmune a sus ataques. Al menos a los psicológicos. No podía hacer nada con lo físico.

-Eres todo lo que nunca quise. Arruinas mi vida, no entiendo por qué no te dejé en el orfanato cuando tuve tiempo… ¡Te odio! ¡Eres lo peor que me pudo haber pasado!

Entonces lo vi. La intención de golpearme estaba más clara que nunca. No lo haría esta vez. Retrocedí y subí las escaleras agradeciendo que la borrachera de mi padre le impidiera seguirme el ritmo. Con un portazo cerré la puerta y le coloqué la traba, solo para estar seguro. Tenía que salir de allí. Tomé mi mochila y rebusqué entre los bolsillos hasta dar con el papel que buscaba.

¿Loco y aventurero? ¿Reservado y callado? ¿Fiestero?

Todos invitados a este evento.

Con la excusa de divertirnos, estamos invitando a todo aquel

que tenga deseos de pasar una alocada noche en Sinful Lust**.

 Honestamente no sé que estaba pensando. Quizás el nombre, quizás la emoción de experimentar algo nuevo. Solo sé que en diez minutos ya me había vestido con unos jeans negros y una camisa blanca. Para terminar, había colocado una corbata negra a cada lado del cuello, sin atarla. Peiné con mis dedos ese cabello negro mió, tan lacio y relativamente corto y salí de mi casa sin mirar atrás.

Con los auriculares puestos y la canción a máximo volumen tomé el primer autobús que me dejase relativamente cerca. Necesitaba alejarme. Olvidar. Pagué y me senté… solo para que en la siguiente parada se subiese el grupo por el que menos afecto sentía.

Vir, uno de los galanes del curso, a la delantera, seguido por Katrin, la puta del curso. No está de más aclarar que estaban saliendo. Atrás de ellos había dos mujeres más, cuyos nombres no recordé y un muchacho más, de estatura menor pero más prepotente y gritón que, en cuanto me divisó, me señaló y caminó hacia mí. Perfecto. Lo que me faltaba. Retire la música cuando Charles se acomodó en el asiento delantero, mirándome a los ojos.

-¿Eres tú Dominik? Casi no te reconozco. Tu cabeza está fuera de los libros.

¡Oh por favor! ¿Piensa que va a dolerme su comentario? A lo sumo sufrí irritación. Quizás no debería haber venido. Charles sufría de algo llamado egocentrismo. Y juré que algún día me aseguraría de quebrarle la nariz. Sonreí, ocultando mis sentimientos. Mantén el bajo perfil.

-Me mordió el bicho de la fiesta. Quiero ver de qué va.

Para explicarme, mostré la invitación, encogiéndome de hombros. Me dispuse a mirar por la ventanilla hasta que la aguda voz de la tan inteligente Katrin me obligó a mirarla. ¿Alguien le ha explicado a esta niña que las polleras deben tapar tu parte trasera? ¿Y qué con esos tacones? ¿Cómo es que puede caminar? ¿Es que a Vir no le molesta? Obtuve mi respuesta al subir mi vista. Claro, con ese escote, ¿Quién va a mirarte las piernas? Aún así, no me interesó y clavé la mirada en sus ojos. ¿Acaso eso es decepción querida? No me digas que pretendías que quedase colgado mirando tu obvio intento de llamar la atención.

-¿Y qué hará alguien como tú allí? No es como si pudieses conseguir una chica. ¿Quién te prestaría atención?

Soltó una risita desdeñosa que me hizo pensar en su cara distorsionada por el golpe contra el pavimento que recibiría si fuese a ser arrojada del vehículo en movimiento. En lugar de fruncir el ceño, me mostré desconcertado.

-¿Crees que voy para buscar chicas? Simplemente quiero conocer el lugar. Divertirme. Dejar el estudio de lado un rato.

-¿Y cómo piensas divertirte? Oh, ¿es que eres… ya sabes, de esos hombres que le gustan los hombres?

Las risas recorrieron el grupo. ¿Lo era? Jamás me había interesado por una mujer. Y, teniendo a la supuesta hermosura de la clase frente mió, solo pude observar a su pareja, quien se encontraba muy callado para ser tan popular. ¿No debería estar apoyándolos? En cambio, era el único en guardar silencio. Volví mi atención a ella, arqueando una ceja.

-Que no me haya quedado hipnotizado por tu falta de ropa no quiere decir que no sienta atracción hacia las mujeres. Espero que entiendas que mi tipo son más… ¿Cómo explicarlo? Más inteligentes y menos exhibicionistas.

Su expresión no tuvo precio. La risa de Vir incluso mejoraron las cosas. Sonreí con mi usual inocencia fingida y me levanté pues ya habíamos llegado.

La infinita cola que vi hizo que me sintiera incómodo. Sobre todo porque a la mayoría de la gente la conocía, al menos de vista. Recordé que acababa de humillar a Katrin, que fui respaldado por la risa de su pseudo-novio y fulminado por los otros tres cuando decidí tomar la delantera y caminar frente a ellos con una gran sonrisa.

No tenía idea de que, al entrar en ese lugar, mi vida cambiaría completamente.

Notas finales:

Como les he dicho, no es una historia donde todo es arcoiris y rosas. De igual manera, si les ha gustado, diganmelo así continúo con lo que sigue.

Espero sus críticas/comentarios.

Ah, antes de que lo olvide, Sinful Lust significa "Pecaminosa Lujuria" n.n


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