Mi nombre es Lizbeth, pero casi todo el mundo me dice Liz, y la historia que estoy por relatar a continuación tal vez no sea la más graciosa, ni la más romántica, ni la más grandiosa del mundo…
Pero es mi historia, y por ese solo hecho, para mi… ya es la historia más grande del mundo.
¿Han oído aquello de que el amor te vuelve ciego y tonto?, pues yo puedo corroborarlo. Pero al mismo tiempo me veo forzada a decir que es el mismo amor que te hace sufrir, como te hace reír, y que te hace sentir en el cielo, como de un momento a otro en el infierno…
Y que el destino a veces tiene una forma tan extraña y a la vez tan efectiva de actuar…
Empezaré por el principio…
Aquel fin de semana, el último de las vacaciones de verano, mi familia decidió salir de viaje, toda mi condenada estirpe, eso incluye tíos, tías, primos, primas, sobrinos, etc… todos, incluyendo los incomodos…
-Y dime Liz… ¿Algo nuevo?, ¿Qué tal el amor?, ¿Ya hay galán, o que onda?-, Habló, sentado en el asiento trasero del auto al lado mio, demasiado cerca de mi rostro, con su inconfundible y nauseabundo aliento, mi tío Frank.
¿Ven a lo que me refiero con ¨Parientes incomodos¨… nunca falta el que esta demasiado interesado en tu vida personal por alguna razón, y además, para agregarle un bonus, a este le apestaba el hocico tanto que podría hacer llorar a las cebollas… eso debe de ser alguna clase de enfermedad, en definitiva no puede ser normal…
Después de recuperarme un poco de aquel golpe aromático a mi pobre sentido del olfato, pude contestar…
-No tío, jejeje, nada nuevo, tan hermosa y sexy como siempre, pero ya sabe que para mi siempre serán primero mis estudios…-, Aquello lo digo porque, en parte es cierto, y en parte porque ya se había convertido en mi excusa perfecta, siempre que me preguntaban por mi inexistente príncipe azul…
¿Y excusa porque?, se preguntaran ustedes… pues el asunto es… que cada vez que sacan el temita de mi vida amorosa, romántica, cursi o sexual, termino por imaginarme en mi cabeza casi todas las posiciones del Kama Sutra lésbico… para después fingir una sonrisa inocente y decir todo ese verbo, muy bien ensayado, acerca de mis responsabilidades con mi presente vida escolar.
-Ohhhh, bueno, bueno, que bien que estés tan centrada mija, pero ya sabes, ya estas grandecita y pues, uno no puede evitar preguntar-, Me respondió el tío Frank, haciendo llorar un poco mis ojos por el martirizante hedor.
Solo asentí con la cabeza sonriéndole con cortesía, y me gire para poder ver el paisaje al lado de la carretera… si que iba a ser un viaje largo…
Mi familia había decidido ir a la montaña, alguna clase de parque natural o algo así… y fácilmente era un viaje de 6 horas, así que para evitar charlar innecesarias, y alguna que otra sinceramente avergonzante, saque mi celular, me coloque los audífonos, y le di play al reproductor…
Mi música, combinada con el paisaje de la autopista era un lienzo en blanco para comenzar a soñar despierta…
¨She moves like she don’t care
Smooth as silk, cool as air
Ooh!, It makes you wanna cry…
She doesn’t know your name
And your heart beats like a subway train
Ooh!, It makes you wanna die…
Ooh, don’t you wanna take her?
Ooh, wanna make her all your own?
Maria, you’ve gotta see her¨
Suspire un momento, todavía viendo a través del cristal del auto, algún día tendré mi propia María, pero de momento me conformare con algo de buena música…
Pasó algo de tiempo más, y paramos en un auto servicio, yo aun seguía con mis audífonos puestos, hasta que vi que mi madre no paraba de hacerme señas, desde el asiento del copiloto, para que me los quitara.
-Liz, llevó un buen rato tratando de hablarte… por si no te has dado cuenta tu tío Frank se durmió…-, En ese momento de forma automática voltee hacia el lugar donde se encontraba el señor del mal aliento, y era cierto, estaba tan quieto que parecía muerto, de no ser por algún que otro ronquido… gracias a Dios por los audífonos, -…además vamos a hacer una pequeña escala de 10 minutos, así que si quieres puedes salir un momento a estirar las piernas-, Venía toda mi familia, eran un grandioso total de 4 automóviles llenos… además de muchos críos, he ahí el porqué de una parada de descanso forzosa para un viaje que, a mi parecer, debería de hacerse corrido.
-Ok-, Conteste simplemente, abrí la puerta y salí… afuera el clima estaba fresco, no eran más de las 7 de la mañana… vaya que tío Frank es perezoso… pero en fin...
Estábamos en uno de esos puntos de descanso al lado de la carretera, estaba la tienda de autoservicio, baños, y unas bancas, decidí solo caminar un rato…
-¡¡¡Liz!!!-, Gritó detrás de mi una voz que conocía muy bien, creo que demasiado bien…
-¡Al!, ¿Qué pasa?-, Le contesté antes de sentir como sus brazos se enredaban en mi cuello y me sofocaba con su amarre…
-Nada, nada, ¿Qué ya no puedo venir a ver a mi primita favorita sin ninguna razón especial o que?-, Esta era Alicia, Al para los compas, mi prima, de mi edad, aunque algo más disparatada e hiperactiva que yo, la única de mi familia que sabía muy bien que yo era lesbiana.
-Al… Al…-, Trataba de llamarla, palmeando varias veces sus brazos, que seguían enroscados en mi cuello, de verdad se me estaba acabando el oxigeno…
-¿Qué?... ¡ah!, ya, jejeje, perdón-, Dijo, al fin liberándome, para luego rascarse la cabeza en señal de disculpa.
-Si bueno…-, Le respondí sin mucho animo, la verdad… aunque ya estaba acostumbrada, cada vez que alguno de mis familiares me preguntaba por mi situación romántica… no podía evitar recordar mi ¨Situación especial¨, la que muy seguramente solo apoyarían mi madre, después de algún tiempo, mi padre, y Al… todos los demás, a partir del momento en el que se enterarán, iban a tratarme como un bicho raro… mucho más de lo que ya de por si lo hacían…
-¿Qué pasa?, estas algo seria-, Y allí estaba, como siempre Al notando a la perfección mi estado anímico.
Caminamos juntas un poco más, hasta que llegamos a una de las bancas, algo alejada de donde estaba toda la familia para poder hablar con comodidad.
-Nada… solo que al tío Frank le sigue interesando saber si tengo acción en el campo… ya sabes…-, Contesto con franqueza, al fin y al cabo Al es la única persona con la que puedo hablar cómodamente de esto.
-Jajaja, ¡vamos Liz!, no tienes por qué entristecerte por el metiche tío Frank… sabes que quienes te queremos de verdad ahora, lo haremos siempre, y eso no va a cambiar nunca… y aquellos que te quieren ahora, pero que cambiarían su parecer si escuchan algo que no les gusta… es porque no te quisieron nunca-.
-Gracias Al, eso lo sé… es solo que sigue siendo algo duro, creo que es posible que solo necesite algo de tiempo para asimilar las cosas y armarme de valor para poder salir con comodidad a gritar quien soy…-, Y así era, yo aun estaba dentro del armario con mi familia, porque no me sentía lista.
-Además… es obvio que el tío Frank va a terminar enfadado contigo de todos modos…-, Añadió Al, haciéndose la misteriosa, viendo el cielo.
-¿Por qué lo dices?-, Aunque si que lograba intrigarme.
-Por que algún día tu vas a tener una novia mucho más buena que la de él-, Soltó de forma simpática parándose de repente.
-Tú…-, Le dije de forma amenazante, siempre hacia eso, me decía algo de manera seria para acabar con una de sus burradas…
-¡Liz!, ¡Alicia!, ¡Ya nos vamos!-, Oí gritar a lo lejos a mi madre…
-Bueno, es hora de que vuelvas al apestoso lado del tío Frank, mándale mis saludos a él y a todas las pobrecitas moscas que hayan caído muertas a su alrededor-, Se burló una ultima vez Al, dirigiéndose al vehiculo en el cual estaba viajando.
-Mejor mándale unas mentas para el mal aliento, te lo agradeceríamos todos-, Le contesto yo, llegando hasta el auto de mi familia.
-Jajaja, nos vemos en unas dos horas… si es que sigues viva primita-, Dicho aquello subió al auto y cerró la puerta.
Y yo hice lo mismo…
Varias horas pasaron, más o menos rápido, llevando la compañía de Blondie, Sex Pistols, Queen, The Who, The Cure y algunos más…
Después de una hora y media el paisaje se empezaba a tornar mucho más montañoso, algunos arboles enormes, creo que eran pinos o algo así, rocas gigantes, y arbustos que parecían amenazantes…
Algunos minutos después llegamos hasta la entrada del parque… al fin…
Después de aportar nuestra ¨cooperación voluntaria¨ para poder ingresar, pasaron varios minutos más, y yo seguía apreciando la vista por la ventanilla…
De repente algo cambio en el paisaje, había una cabaña, al parecer pertenecía al guardabosques de la zona, era sencilla y no muy llamativa…
Luego… súbitamente… apareció ante mi la figura más perfecta… mis ojos se abrieron completamente, estaba increíblemente sorprendida… eso si que no me lo esperaba…
Duro tan solo unos segundos, pero fueron unos segundos extraordinarios…