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Inconsciente por Abyss

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Notas del capitulo:

Originalmente esta historia iba a ser de un capitulo, sin embargo era demasiado largo todo junto por lo que decidi cortarlo, eh aqui la parte con leemon.

Notas como empieza a gatear hasta a ti con alguna clase de culpa, vergüenza o auto-odio visible únicamente en sus ojos, tu solo continuas con tu sonrisa ya que sabes que no tiene sentido que camine hasta ti, ya que deberá de volver a agacharse, sabes que tardara un poco más en llegar a ti, no por la vergüenza, si no por el dolor que siente en sus muñecas.

Finalmente llego hasta ti y tu sonrisa se ensancho aun más de lo que ya estaba. El se mantuvo de rodillas con las piernas a los lados y no sentado encima de ellas, notaste como trago saliva con inseguridad y te miro.

Ambas miradas se volvieron a entrelazar después de un rato, y entonces comprendiste que se sentía incomodo, comprendiste que si querías que el hiciera lo que querías tendrías que dejar de mirarlo por un momento, tendrías que dejar de taladrarlo con tu mirada y de disfrutar solo por un instante, ya que aquí entre nos, ¿Acaso crees que se dé cuenta cuando vuelvas a abrir los ojos?

Cierras los ojos comprendiendo su acusadora mirada, sabes que te quiere decir algo pero a la vez no es capaz de hacerlo “Todo lo que digas puede ser usado en tu contra” piensas una vez todo se vuelve negro para ti.

Tardas en sentirlo, pero después de unos minutos y sin ser impaciente, sientes como se acerco un poco más al sillón para que su mismo trabajo no se dificulte mucho, escuchas entonces como el zipper de tu cierre es bajado y sientes como sus manos se mueven –sin dejar de temblar- en busca de tu miembro el cual está esperando –al igual que tu- que comience con la labor que les has pedido no hace mucho tiempo.

Aun sientes su mirada vigilándote que no habrás los ojos, mientras comienza a frotar sus manos alrededor de tu miembro –lo que te hace suspirar- baja su mano diestra la cual roza tus testículos y los acaricia, tanto tu como él se encuentran inmersos cada uno en un mundo distinto, tu dejas escapar suspiros conforme sientes sus manos, y finalmente abres los ojos en cuanto sientes su aliento demasiado cerca, los abres a tiempo y te felicitas a ti mismo ya que consigues abrirlos en el momento exacto en el que saca su lengua y comienza a lamer toda la longitud de tu miembro.

No sabes cuánto tiempo pasa, pero es el tiempo suficiente ya que el ya ah introducido totalmente tu hombría en su boca, no sabes si eres tu el desesperado o tal vez el quiere acabar ya con esto de una buena vez… Pero no, muy al contrario de lo que él piensa, tu no tienes la mas mínima idea o el mínimo pensamiento de venirte en su boca. Jalando por el cabello lo separas de tu miembro a la fuerza, y el te mira con algo aparentemente conocido como enfado.

Le obligas a alzarse y lo jalas hacia a ti, no se sienta en tus piernas –aun- pero está lo suficientemente cerca como para que empieces a lamer lo que tienes cerca… Su plano vientre… Te entretienes por unos minutos, no obtienes ninguna queja o negación de su parte –probablemente ya se ah dado por vencido- por lo que tu mano diestra sube y baja por su espalda por unos breves momentos para después bajar por completo y apretar uno de sus muslos, aquella acción de tu parte provoca la reacción de que el brinque y se acerque a un mas a ti, finalmente besas su vientre y con un rápido momento le empiezas a quitar la ultima parte de la ropa que le queda. Sientes su mirada avergonzada y en cierto momento –que él nunca deseara recordar- te ayuda a que le quites la ropa faltante para quedar como su madre lo trajo al mundo frente a tus ojos.

Te relames los labios y le ayudas a sentarse en tus piernas, en ningún momento su mirada se cruza con la tuya, pero notas como sus manos se aferran a tu camisa fuertemente –tal vez este molesto porque él es el único que no tiene ropa que le proteja- y su rostro cada vez se vuelve más rojo.

Una mirada, un pensamiento, todo lleno de molestia a tu parecer, porque no te gusta.

No te gusta que no te vea, tu deberías de ser su centro de atención, en ese momento solo te debe de ver a ti y no al aire que ni siquiera es visible para ninguno de los dos… Pero no, no debatirás sobre esto en tu mente, no tienes porque hacerlo, lo mejor será enseñarle, debes enseñarle que te debe de ver cuando este así, que debe pensar en ti cuando se encuentre así, y que quiera o no estará marcado y te pertenecerá cada que a ti se te hinchen los cojones.

Dejas de intentar ver sus ojos y diriges tu lujuriosa y excitada mirada a su miembro el cual –al igual que el tuyo- ya ah empezado a dejar salir el liquido pre seminal, la diferencia entre tu miembro y el de él, es que el tuyo se encuentra lubricado con saliva y el de el apenas se encuentra cubriéndose con aquel liquido que tenía tiempo secretando.

Sonríes divertido y con tu dedo pulgar aprietas la puente de su miembro, escuchas complacido como gime ante tal acto mientras su espalda se arquea hacia adentro, cerró los ojos por instinto, pero tu no le prestas importancias y continuas con tu diversiones de jugar con su miembro, acariciando la punta o subiendo y bajando tu mano, notando entonces como entreabre los ojos y pone una de sus manos sobre la tuya que se encuentra masturbándolo.

El pensamiento de que te detendrá es lo primero que pasa por tu mente, sin embargo ves como se acerca más a ti y toma tanto tu miembro junto con el de y los comienza a frotar entre sí, sonríes con gusto, así que alzas la vista y notas sus ojos empañados por aquel sentimiento que finalmente despertó, la mano libres la usas para tocar su trasero y comenzar a buscar un lugar en especifico, para distraerlo aun más de lo que ya esta distraído decides aprovechar que te está viendo para sacar la lengua, el entiende así que baja su rostro sacando también su lengua, iniciando así un beso francés, que en menos de un minutos se vuelve intenso entre los dos, no solo es un beso o toqueteo de lenguas, sino que también se muerden como fieras, el lame tus labios y tu le chupas el de él, finalmente encuentras aquella parte que habías buscado e introduces un dedo, el se queja e intenta alzarse pero tu actúas mas rápido y aumentas la masturbación de ambos miembros, obligándolo a permanecer en aquella posición.

Sin embargo tomas una decisión, sacas el único dedo que habías introducido para dilatarlo y paras la masturbación

Posicionas ambas manos en sus caderas y el te mira impaciente y dudoso, probablemente el no sepa que tienes pensado hacer, intentando no sonar sospechoso le pides que cierre los ojos, el decide no cuestionarte y tomando en cuenta todo lo que le ah ocurrido hasta este momento, te hace caso y cierra los ojos.

Con cuidado alzas sus caderas y lo acomodas encima de tu miembro, mueves tus manos de su cadera y separas sus muslos para intentar no batallar en entrar, sientes un poco de preocupación –que no se nota en tu rostro- por lo que alzas tu mirada para ver si continua con los ojos cerrados, notando como realmente ya los había abierto, se mordía un labio y ambas manos se habían ocupado de estrujar tus hombros.

-Te dije que tuvieras los ojos cerrados- hablas por primera vez en mucho tiempo, y lo peor es que tus palabras destilan enfado

-Yo te dije lo mismo…- te responde en un susurro, y al notar como no piensas hacer un movimiento el mismo baja sus caderas hasta rozar la punta de tu miembro y se restriega en el mismo.

Suspiro al sentir como se restriega, y entonces te calmas al notar que lo que dice es verdad así que lo tomas nuevamente de las caderas con cuidado, subes y bajas tus manos por la curvatura que tiene su cuerpo –que gracias a la ropa que usa no se nota- y sin avisar lo penetras de tirón.

En menos de un instante reacciona de muchas formas, las cuales logras grabar en tu subconsciente para siempre.

Su cavidad anal se contrae por completo estrujándote e impidiéndote que comiences a moverte.

Su rostro se contrajo en una mueca de dolor/placer/sorpresa. Su boca se abre por completo y deja escapar un grito agudo, el cual no te importa si es escuchado por alguien más. Su espalda volvió a contraerse ahora hacia adentro.

Eres obligado a esperar unos minutos –que te parecen horas- aunque al sentirte entre aquella caliente cavidad no te molesta del todo, finalmente comienzas a sentir y notar como comienza a relajarse, tan relajado que su cabeza se recarga en uno de tus hombros, probablemente quiera descansar.

Pero tú no se lo permites. Tus manos aun siguen en su cadera así que lo obligas a alzarse de nuevo y después lo vuelves a sentar… Sientes algo liquido demasiado cerca de tu miembro, así que bajas la mirada y notas dos cosas, la primera es que se ah corrido, la segunda… Esta sangrando.

Te quedas pensativo un momento, ¿Continuas o no?

Estabas tan sumido en tus pensamientos que no notas cuando el –con lagrimas en los ojos- comienza a moverse,  metiendo y sacando tu miembro. Ahora ya no tiene lágrimas en los ojos, si no que ahora las está derramando, pero aun así se mueve, no sabes por qué lo hace.

Y estas seguro de que no quieres saberlo, por lo que le ayudas a moverse y por más que quieres intentas ralentizar los movimientos lo mas que puedes, debido a que aun cuando no lo hayas notado, estas consciente que tu miembro tal vez este manchado de sangre, pero notas como a pesar de haberle desgarrado por dentro la sangre tal vez se haya detenido, lo cual agradeces.

Pasan unos minutos mas y ambos ya han acelerado el movimiento, los gemidos van en aumento al igual que los besos y chupetones, mas en el cuerpo de él que en el tuyo el cual aun continua con ropa, el se ah vuelto a endurecer y tu esto lo aprovechas para darle más placer después de haberle lastimado, no sabes si te arrepientes o si simplemente estas sintiendo algo mas por él, pero estas seguro de algo… Te sientes culpable.

Ambos suspiran, el gime en tu oído y tu solo lanzas un gruñido ocultando tu gemido, finalmente el se abraza y tiembla conforme tu continuas corriéndote en su interior, y aun cuando has dejado de hacerlo te niegas a abandonarlo aun cuando sientes como él se mueve un poco incomodo, probablemente por cómo se contrae su interior que parece incluso querer mas de aquella esencia blanca que has dejado en su interior, y aun en contra de tus pensamientos –por una mordida en el lóbulo de su parte- abandonas su interior y comienzas a acariciar su espalda, al igual que él te comienzas a sentir adormecido y algo cansado por tanto ejercicio, pero sabes que el sillón no es un buen lugar para dormir aun cuando el ya se ah acomodado en tu pecho e intenta dormir.

Sonríes levemente, y sientes como las lágrimas se quieren apoderar de tus ojos mientras miras su semblante lleno de tranquilidad.

Te alzas de tu asiento sujetándolo por debajo de los muslos y él se sujeta a tu cuello, de esta forma caminas hasta la cama y lo sueltas, para que se acomode, el abre los ojos y se hace a un lado mientras tu le das la espalda, no sabes cuánto tiempo pasa pero cuando finalmente decides volver a verlo notas como el ya se ah dormido mirando tu espalda.

Te frotas los ojos y te acomodas a su lado, pero no lo tocas. Vez su semblante en paz y lo admiras, te preguntas que se sentirá dormir sin tantas preocupaciones como el –aunque si lo piensas no sabes si el realmente las tenga cuando es obvio que si las tiene-

De forma inconsciente te acercas mas a él, en busca de aquello que llaman “compañía” oh algo similar, lo único que quieres es sentir a “alguien” cerca y no sentirte abandonado ni solo ni preocupado ni estresado… De la misma manera en la que te acercas, lo has abrazado, el siente tu calor y sonríe entre sueños, deseas saber que sueña ya que notas como se acomoda entre tus brazos y se acerca a un mas a ti.

Y te gusta.

Te gusta ver como se te acerca, como te busca… Y por un instante, por un momento...Piensas de forma inconsciente…

“Que te ama”


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