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Vacaciones............ ¿Amorosas? por arual venica

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Notas del capitulo:

Bueno los personajes de Katekyo Hitman Reborn no son mios, son obra de Akira Amano n.n

bueno realemnte tengo que admitirlo me tarde años en la continuacion, pero es que simple y sencillamente u.u no sabia que poner u.u y la inspiracion estaba por lo suelos u.u

bueno aqui esta la conti n.n el capitulo numero 14 y el ultimo n.n

bueno sin mas a leer n.n

******************************************************Una semana después*****************************************************

Las cosas han mejorado, aunque bueno hubo muchas sorpresas una Yamamoto y Ryohei se iban a casar antes de que tuvieran a su hijo o hija, Hibari estaba de sobreprotector, por dios si no estaba enfermo solo embarazado, claro que al señor simpatía no se le hacía, pero para nada gracioso, casi todo era normal, la pelea de Reborn-san y Lambo por las mañanas, Mukuro y Giotto-san de vez en cuando platicando sus intimidades, claro que más de una vez se habían llevado un susto gracias a los padres, pero para nada despistados, de Hotaru, Hiroshi y Tetsuya.

Podría decir que mi vida era perfecta, tenía al amor de mi vida, si aunque suene por demás cursi, a mi lado, mis amigos estaban con migo, claro que ellos aún no sabían del pequeño que venía en camino, pero Hibari y yo teníamos una muy importante razón. Ambos habíamos decidido que lo diríamos cuando alcanzara los tres meses de gestación. En estos momentos aunque suene ridículo estoy viendo centros de mesa, mantelería, comida y un montón de cosas más que se usan en una boda. Todo gracias al idiota de Yamamoto que se le hizo fácil decir que yo sería una de sus “damas de honor”, no quería decepcionarlo pero para esa fecha tanto el como yo pareceríamos globos.

La boda ya tenía fecha seria dentro de 4 meses, para ese entonces él tendría casi los nueve meses cumplidos y yo, bueno no era quien para hablar pues tendría una pancita de 5 meses.

Sea como sea, estaba feliz por él, después de algunos obstáculos ambos se habían demostrado que su amor era verdadero. Lo único que no me había gustado pero para nada era el hecho de que tendría que usar yukata, por dios no quería ni imaginarme como me vería. Por fin después de recorrer varios lugares, nos dispusimos a descansar un poco y eso solo porque al glotón de Yamamoto le había surgido un antojo.

El día había sido largo, y lo que más deseaba era llegar a mi cuarto y dormir abrazado a Hibari, si hasta donde hemos llegado. Gracias al cielo mi deseo fue cumplido.

Los cuatro meses siguientes se fueron volando rápidamente, ahora me siento como si trajera cargada una roca de 3 kilos. Realmente me dio mucha risa el día en que todos se enteraron de que llegaría un nuevo integrante, algunos recuerdo que escupieron lo que estaban tomando, otros no daban crédito a lo que escuchaban, algunos, bueno definitivamente creo que quedaron en shock, pero después se les paso y terminaron por aceptarlo, aunque creo que lo que si de plano a más de uno nos dio escalofríos fue saber que Futa y Alaude-san eran pareja, eso sí era una locura, por favor ellos tenían en común lo que un oso polar tiene en común con un cactus, asea ¡Absolutamente nada!, algunos esta noticia no les cayó muy en gracia, uno de ellos fue el décimo, el cual aunque fuera por demás paciente y tolerante, casi se le iba a golpes al “pobre” de Alaude-san, pero después de algunos detalles las cosas se calmaron.

En fin se supone que en este día Yamamoto y Ryohei contraerán matrimonio, me alegro por ellos. Justo en este momento me encuentro dando vueltas como loco en la maldita habitación, porque no consigo que la yukata quede en el lugar que debe, mi hijo o hija ocupa más espacio del que ocupaba hace tan solo dos semanas, en definitiva no sé qué hacer, sé que se nos está haciendo tarde, pero no puedo salir así.

-Hum herbívoro estas tardando mucho – genial ha llegado mi víctima, ahora si podré descargar toda mi furia contra alguien.

-Pues lo siento mucho, pero yo no pienso salir de esta habitación – me cruzo de brazos y le doy la espalda al muy imbécil.

-Herbívoro ahora que te sucede.

-¡Ah! Con que quieres saber que me pasa, pues bien te lo pondré sencillo. Es muy simple, tan simple como ¡QUE LA MALDITA YUKATA QUE COMPRE HACE DOS SEMANAS YA NO ME QUEDA!

-Hayato no creo que sea para tanto – que no es para tanto, pero este que se a creído… furioso me doy la vuelta y ahora él puede ver cuán grande es el problema.

-Y bien aun dirás la tontería de que “NO ES PARA TANTO”.

-Haber tranquilízate, hagamos algo quítate la yukata, yo iré por otra más grande rápidamente, mientras has lo que te falte.

-¡Que quieres decir con una más grande idiota!

-Hayato, por favor no empieces, iré por la yukata, regresare te la pondrás he iremos a la boda de aquellos dos – no me dejo decir nada cuando ya había llegado junto a mí y me ayudaba a quitarme la prenda en cuestión.

Ya habían pasado 20 minutos y de Hibari ni señales. Comenzaba a desesperarme, si ese idiota no llegaba iba a ponerme cualquier otra cosas y me iría sin él. Justo cuando me disponía a ponerme cualquier otra cosa, Hibari entro a la habitación y en sus manos traía una yukata mucho más grande que la anterior, pero del mismo color.

Me la puse, y nos pusimos en marcha. Fuimos unos de los últimos en llegar al lugar, pero logramos hacerlo a tiempo. El lugar estaba decorado con numerosas flores la mayoría de color blanco, pero algunas otras eran de color amarillo y otras de color azul, simbolizando el color de la llama de cada uno de ellos. La ceremonia fue sencilla, pero muy hermosa, juro que todo esto es culpa de las hormonas, en fin a quien engaño, realmente me sentía feliz por ese par.

La comida estuvo deliciosa, la fiesta duro hasta la madrugada, la pista de baile nunca se quedó sola, todos bailamos, en fin todo fue perfecto, claro que llego la hora de despedirnos y cada uno se fue a su casa, o bueno a su habitación en la mansión.

La siguiente semana transcurrió tranquila, la pareja de recién casados se negó a irse de luna de miel, alegando que luego se irían pero con su hijo ya en brazos. No tuvo que pasar mucho tiempo para que por fin llegara a este mundo el nuevo integrante. Ese día todo fue un caos, Yamamoto no había podido dormir a partir de la madrugada, pero él lo justificaba diciendo que él bebe había estado muy inquieto últimamente, lo dejamos pasar, pero en el desayuno, las contracciones apenas perceptibles, se hicieron más fuertes, provocando que el pobre de cabeza de césped empezara como loco a dar órdenes a diestra y siniestra, todos estábamos nerviosos, y eso que no era la primera vez que llegaba un bebe al lugar.

-Kufufu, CALLENCE TODOS – al escuchar ese grito todo mundo guardo silencio – a ver Ryohei acompaña a Takeshi a uno de los vehículos, Hibari tu iras con ellos, tú también Gokudera, Lambo necesitas ir con Takeshi. Y los demás nos organizaremos en los otros vehículos, mientras alguien vaya a buscar las cosas de Takeshi – todo mundo se puso a hacer lo que Mukuro había dicho, algunos a regañadientes.

Tomamos el coche de cabeza de césped por ser el más espacioso, el orden fue el siguiente: Hibari iba manejando, yo iba a su lado. Atrás iban Ryohei, Yamamoto y Lambo. Realmente no sé cómo le hicimos pero logramos dar con la clínica, en la cual nos esperaba el pervertido de Shamal y otro médico que no conocíamos. Se llevaron a Yamamoto y lo instalaron en una habitación para monitorear todo. Las cosas parecían ir bien, la dilatación iba viento en popa, pero aún faltaba mucho para que él bebe naciera.

Después de estar esperando casi todo el día, a las cinco en punto, nos avisaron que Yamamoto seria llevado al quirófano, la hora había llegado. No supimos nada más durante una hora, algunos estaban angustiados, y otros no mostraban absolutamente nada. Por fin después de algunos minutos, salió Ryohei con un pequeño bulto en sus brazos.

Nadie se atrevía a formular la pregunta tan temida, pero no hubo necesidad de hacerla.

-Es un niño – fue todo lo que se necesitó para que todo mundo comenzara a celebrar. Ahora había 4 niños en la familia.

Después de algunas felicitaciones y demás cosas, cabeza de césped descubrió un poco al pequeño, era realmente hermoso, aun no sabríamos decir a quien se parecería, pero su color de piel era muy parecida a la de Yamamoto.

Todos estaban felices por ellos, aunque Ryohei tuvo que irse pronto. Como ya todo estaba bien se decidió que lo mejor sería ir a casa, ya mañana vendríamos a ver como seguían las cosas, pues sabíamos que ahora necesitaban un tiempo a solas.

El regreso a la mansión fue muy silencioso, eso realmente no auguraba nada bueno, no era pero para nada normal que Hibari estuviera callado, pero yo temía meterme en donde no me llaman. Al final deje de lado el miedo y como luego dicen; tome al toro por los cuernos.

-Se puede saber por qué estás tan callado.

-Hum – no por favor, esa contestación no me gustaba pero para nada.

-Con un demonio no me vengas con tu Hum – Tsk, realmente la furia comenzaba a recorrer mi ser.

-No es nada – o que bien… pues eso no se lo cree ni el mismo.

-Ha sí, pues adivina que, que no me trago eso.

-No es nada herbívoro solo tonterías mías – en definitiva algo no va bien.

-Hibari, si se supone que somos pareja, deberías de confiar más en mí – a este punto la furia ya estaba desatada.

-Tengo miedo herbívoro – a solo es eso, espera ¿Qué?, ¿De cuando acá el “grandioso” Hibari Kyoya tiene miedo?

-¿Qué quieres decir con eso? – en todo este tiempo Hibari no había despegado la mirada del camino, lo más preocupante fue cuando decidió orillarse en la carretera y detuvo el coche.

-Herbívoro – ahora sí que no entendía absolutamente nada y la furia había sido reemplazada por el miedo – Hayato – ahora su mirada la había posado sobre mí, pero el verla solo me causo más confusión.

-Hibari – solo pude decir eso cuando sentí como me rodeaba sobreprotectoramente, su abrazo era cálido, me sostenía firmemente, me sentía tan protegido y amado que no quería que este momento acabara.

Después de unos momentos me soltó y recostó su cabeza sobre mi vientre, el lugar donde se encontraba nuestro pequeño.

-No quiero que nada les pase.

-Hibari no nos pasara nada, deja de actuar así, ambos estamos bien – pero tal parecía que mis palabras no tenían ningún efecto sobre él, en eso paso algo que nadie esperaba, él bebe se había movido, esta vez estaba seguro de que hasta su padre lo había sentido. Ya contaba con seis meses de embarazo y el pervertido de Shamal me había dicho que a estas alturas los movimientos del bebe se sentirían mucho más.

-Lo sentiste herbívoro – solo hablo, pero no se movió de su lugar.

-Claro que lo sentí idiota – después de esto, él bebe se volvió a mover, pero esta vez más bruscamente.

-Hum se nota que será igual de rebelde que su “mama”.

-Como que igual que su mama idiota – un tic había aparecido en mi ojo derecho, pero este imbécil que se creía.

-Hum, yo soy su papá, y tú eres su mamá.

-El que lo lleve en mi interior no me convierte en su mamá.

-Claro que si herbívoro – de repente él bebe se movió nuevamente – y tu hijo está de acuerdo en esto.

-Ja eso quisieras.

-Hum.

Un silencio se apodero del lugar, pero era reconfortante.

-Hibari y cuando pretendes que vamos a llegar a la mansión.

-Hum ¿Quién dijo que vamos a dormir ahí? – ahora que pretendía este idiota.

-¿Qué quieres decir?

-Ya lo dije herbívoro – se incorporó y encendió el coche, se puso en marcha siguiendo un camino que no conocía, era parecido al de la mansión pero en la última curva, en lugar de girar a la izquierda, giro hacia la derecha, no podía negar que la curiosidad estaba haciendo de las suyas.

Pronto se dejó ver una casa, al principio creí que se trataba de una posada o algo que se le pareciera. Cuando estuvimos frente al inmueble, Hibari se estaciono, se bajó del vehículo y luego fue por mí. Aún tenía mis dudas. El lugar parecía estar a oscuras.

Hibari me llevaba junto a él. Cuando estuvimos frente a la entrada del lugar, saco unas llaves y abrió la reja que delimitaba el frente del terreno. Avanzamos despacio, pero con un paso firme. El lugar parecía ser una combinación entre jardín y cochera. Era realmente grande. Por fin nos detuvimos cuando llegamos a la puerta. Esta también estaba cerrada. Cuando Hibari abrió la puerta, me hizo pasar primero. Todo estaba oscuro y apenas podía distinguir algunas siluetas. De pronto un foco ilumino el lugar, parecía ser una sala de estar, los sillones eran realmente magníficos, la tela era color hueso y la madera parecía ser costosa. Todo era realmente hermoso. Estaba maravillado con todo lo que veía.

-Te gusta – el escuchar la voz de Hibari me hizo regresar a la realidad.

-¿Por qué estamos aquí?

-Hum, solo dime si te gusta herbívoro.

-Me gusta, pero… de quien es esta casa.

-Es nuestra.

-¿He?

-Hum, no pretenderás que nuestros hijos vivan toda su vida en aquella mansión.

-¿Qué tiene de malo?

-Son mis hijos y quiero darles lo mejor al igual que a ti – no supe en que momento Hibari ya me tenía aprisionado con sus brazos. Realmente no cabía en mi asombro, todo esto Hibari lo había hecho por nosotros – ven tienes que ver algo.

Subimos las escaleras hasta llegar a una puerta color crema. No sabía que era aquel lugar, pero cuando la luz lo ilumino lleve mis manos a mi boca, para ahogar el grito que estuvo a nada de resonar por la casa.

Era un cuarto realmente hermoso, las paredes eran color crema, igual que la puerta, pero tenía muchos animales, demasiado tiernos para mi gusto, tapizando el espacio. Había una venta que quedaba justo en frente de nosotros, tenía cortinas color verde claro, un closet estaba pegado a la pared izquierda. Cerca de la otra pared había una cuna color caoba, tenía mantas color amarillo claro, cerca de ella había una silla mecedora y cubriendo el piso había una alfombra.

La habitación era muy bonita. Realmente no tenía palabras para describir la felicidad que recorría mi ser. Esta era la habitación de nuestro bebe, realmente me había quedado sin palabras, todo era tan hermoso y magnifico, que parecía ser un sueño más que otra cosa. Dios no tenía las palabras para describir lo que siento en estos momentos.

-Herbívoro ¿Estas bien? – yo aún no podía salir del mar de emociones que recorrían mi cuerpo, por lo cual no conteste a su pregunta –Hayato – solo escuche mi nombre salir lentamente de sus labios, después me abrazo por la espalada y al final me giro de tal forma que quedamos frente a frente.

Sentí como sus labios se posaban sobre los míos, el beso era cálido y ahora sí que no pude evitar que lagrimas rodaran por mis mejillas, esto solo tiene una explicación, ¡lo juro!, son las hormonas.

Su agarre en mi cuerpo se hizo más firme, la verdad me encantaba estar en sus brazos, me hacía olvidarme de todo lo que ocurría a mí alrededor, me sentía completo. Poco a poco el beso fue subiendo de tono y yo no ponía mucha resistencia que digamos. Pasados algunos segundos nos separamos lentamente.

-Herbívoro, no quiero lastimarte – sabia a que se refería, pero por favor hacia meses que nada de nada y la verdad es que mi cuerpo estaba; y claro que daba pena admitirlo; ansioso por que esta situación nos llevara más allá de besos y caricias.

-No lo aras.

-Pero… - inmediatamente selle sus labios con un beso, esperaba que captara la indirecta, aunque si tenía que aclarar algunas cosas, por nada del mundo dejaría que todo esto se diera en la habitación del bebe.

Justo cuando sentí como Hibari había metido sus manos entre mi playera me separe bruscamente.

-No.

-Pero herbívoro tu…

-Cállate imbécil, lo are, pero no en la habitación de mi hijo – sentí como el carmín rodeaba mis mejillas, aunque después me arrepentí de lo dicho. Pues Hibari ni lento ni perezoso me tomo del brazo y nos dirigimos a otra habitación. Esta era más espaciosa y tenía una cama  mucho más grande que la matrimonial. El cuarto era blanco, pero aun así estaba precioso, no tuve mucho tiempo para apreciar el lugar cuando sentí como el maldito de Hibari volvía a tomar mis labios entre los suyos.

Realmente perdí la noción del tiempo, pero cuando la conciencia volvió a mí, me encontraba acostado en la cama.

******************************************************Narra Hibari***********************************************************

Al principio temía sobrepasarme con mi herbívoro, pues no quiero que él y mi hijo resulten dañados por mi culpa. Claro que en cuento tuve luz verde las cosas cambiaron, hacía mucho tiempo que no tenía a mi herbívoro de esta forma y no dejaría pasar la oportunidad que se me presentaba, justo en estos momentos tenia acorralado a Hayato, se veía tan adorable, un sonrojo cursaba por sus mejillas y lo mejor de todo es que era provocado por mí.

El miedo aun persistía pero un beso de mi herbívoro fue todo lo que necesite para poder continuar. Al separarnos vi como en su rostro no había ni una sola duda o temor, así que proseguí, volví a asaltar sus labios con un beso demandante, la verdad es que tenía que controlarme, pues aunque mi cuerpo me pidiera que fuera más aprisa tenía que pensar en mi pareja antes que en mí.

-Hayato aún podemos parar – apenas me separare de sus labios no pude evitar el pronunciar aquello que más temía que sucediera, el que mi herbívoro solo quisiera hacer esto por obligación

-CALLATE – vi como ocultaba su mirada, en ese momento presentí que algo no iba bien – por cierto que linda forma tienes para arruinar un momento romántico – bien ahora sí que me quede sin palabras.

-Per..

-Que te calles y no me obligas a nada, así que o continuas o mejor me voy a la mansión y te dejo aquí solo.

Me quede de piedra, no sabía que decir. Claro que parecía que después de estar tanto tiempo junto a esos herbívoros inútiles me habían pegado algo de su idiotez. Tan ensimismado estaba que no supe ni en qué momento era ahora yo el que se encontraba sobre el colchón y con mi herbívoro desabrochando mi camisa.

Y para confirmar que no estaba alucinando mi herbívoro me beso de una forma demandante, bien ahora sí que no había duda.

Correspondí su beso y justo cuando estaba a punto de regresar a mi herbívoro a su anterior posición, caí en cuenta de que esto podía ser mucho más cómodo para él, pues aunque no lo dijera explícitamente lo cierto es que mi hijo o hija estaba haciéndose notar, pues no por nada Hayato había subido unos cuantos kilos en estos últimos meses. Muy pronto sentí como era despojado de mi saco y como no quería quedarme atrás lleve mis manos a al final de la playera de Hayato y en menos de un minuto esta termino en algún rincón del lugar. Ahora si podía ver perfectamente bien el abultado vientre de mi herbívoro, en donde descansaba nuestro hijo. Tiempo más tarde mi camisa termino en el mismo lugar, el suelo y con ellas siguieron las demás prendas que si mi pantalón que si los zapatos, en fin al final terminamos por completo desnudos, ahora venía la mejor parte.

Pero antes tenía que asegurarme de que Hayato estuviera cómodo y la verdad estaba resultando algo difícil, pues a pesar de que creí que estaría más cómodo estando el arriba lo cierto es que vi que se estaba cansando demasiado así que cambie posiciones con él. Aunque no lo expresara sé que internamente me lo agradecía. Los besos y las caricias fueron subiendo de tono, creía que ya no lo soportaría, pero antes tenía que preparar a mi herbívoro.

El primer dedo no causo muchos problemas, el segundo, ese si puedo asegurar que lo incomodo un poco y con el tercero solo pude sentir como encajaba sus uñas en mis brazos, para tratar de distraerlo hice de todo desde besarlos hasta estimular su intimidad.

Los minutos pasaban y por fin escuche como de sus labios salía un gemido, esta vez de placer. Bien ahora venía lo interesante y justo cuando estaba listo para entrar en mi herbívoro, sentí como algo pateaba cerca de mi estómago. Y lo único que estaba a su altura era… así es mi pequeño.

-Vaya Hibari tal parece que a alguien no le gusta lo que me haces.

-Tsk, tú tienes que dormir – acerque una de mis manos al lugar donde se encontraba mi hijo y lo único que recibí de respuesta fue un golpe más, pero después dejo de moverse – Bien herbívoro ahora viene lo mejor.

Y sin más entre en él.

-Ahhhh!!!!!!!!!!!!! Idiota pudiste haberme avisado – me espere un poco, para que Hayato se acostumbrara, créanme que ahora sí que hice uso de todo mi autocontrol y al final valió la pena, pues Hayato una vez que se acostumbró a mi comenzó a mover sus caderas, no me hice del rogar y comencé con un suave vaivén.

**********************************************************Narra Gokudera********************************************************

En definitiva Hibari era un idiota, pero no podía quejarme, claro que al principio sí que me dolido pero después…

-Ahhhh!!!! Hibari ahí de nuevo – o si resulta vergonzoso pero me encantaba.

Solo puede aguantar unos minutos más antes de alcanzar el clímax y no pasaron más de algunos minutos cuando sentí como Hibari terminaba dentro de mí.

Nos quedamos un rato abrazados hasta que al final Morfeo pudo con nosotros…

************************************************************************Meses después*********************************************************

-Maldita sea Hibari donde dejaste mi libro.

-Tsk de que hablas.

-NO te hagas desgraciado que tú fuiste el ultimo que lo agarro para no sé qué.

-Herbívoro ya duérmete, es tarde como para que decidas leer.

-No puedo dormir el bebé está inquieto y la única forma en que se tranquiliza es cuando le leo en voz alta.

-Ni hablar.

Después de pronunciar aquellas palabras sentí como Hibari se acomodaba sobre mi vientre.

-Haber carnívoro, es hora de que mamá duerma – al escuchar mamá estuve a punto de agarrar a Hibari y estrangularlo, pero mi hijo apenas escucho la voz de su padre se tranquilizó un poco, ya faltaba poco para que estuviera con nosotros, y a pesar de todo aun no sabíamos que seria.

No supe en que momento me quede dormido solo sé que un pequeño dolor me despertó en la madrugada, creía que era algún movimiento brusco por parte de mi hijo así que lo deje pasar.

Logre volver a conciliar el sueño, todo iba bien estábamos desayuno cuando sentí un dolor un poco más fuerte que el de la madrugada, pero lo ignore, en todo el día me sentí un poco incómodo pero creía ciegamente en que se debían a mis achaques normales o a que había consumido algún alimento que mantenía a mi hijo inquieto.

En la cena todo iba bien hasta que…

-Tsk, demonios.

-¿Estas bien Gokudera?

-Si decimo no se preocupe, es solo que mi hijo no deja de golpearme constantemente, en todo el día a estado un poco inquieto.

La cena prosiguió hasta que tuve que ir al baño, el color de lo que creí que sería orina era un poco diferente pero no le di importancia, hasta que en la puerta me dio un dolor aún más fuerte que los anteriores y no hubo pasado ni diez minutos cuando le siguió otro en igual intensidad. Fue ahí cuando caí en la cuanta de mi error, no eran patadas ni nada por el estilo, si no… contracciones…

Me tranquilice un poco y me fui al comedor al llegar todo parecía normal. Mientras tanto yo sentía cada vez más fuertes las contracciones.

-Ah!! – una ya no la aguante y solté un gemido por el dolor además de llevarme las manos a mi vientre tratando de calmar a mi pequeño.

-¿Herbívoro estas bien? – todo mundo poso su mirada en mí.

-No… Hibari… hace unos minutos… se me rompió la fuente… - y el caos comenzó.

Todo mundo se puso de pie y comenzó a correr por todo el lugar diciendo que la ropa, que a que clínica iríamos, en fin todo era un caos.

-ALTO – como pude me puse de pie – Agh!! Demonios, haber dejen de armar tanto escándalo, Mukuro puedes ir por mi maleta esta en mi recamara. Ryohei puedes por favor ir por el coche.

Todo mundo se paró y los mencionados fueron a donde los mande.

-Agh!!! – el dolor iba en aumento, no paso mucho tiempo cuando Mukuro bajo con las cosas.

-Kufufu Hayato ya le hable a Shamal.

Yo solo logre asentir. Los minutos pasaban y cabeza de césped no aparecía. El dolor a estas alturas era insoportable y aunque Hibari estaba a mi lado no podía evitar el pensar que no dejaría que me tocara jamás.

-Cabeza de pulpo, ningún carro arranca.

-¡¿Qué?! – genial lo que faltaba.

-Agh!!! Demonios Mukuro llama a Shamal y dile que venga para acá, este niño ya quiere nacer y no le importa si es o no en un estúpido  hospital.

Los minutos pasaban y ni señas del pervertido aquel. Ahora me encontraba en mi habitación a mi lado seguía Hibari, el dolor no se iba, al contrario aumentaba. Con el tiempo las ganas de pujar llegaron y el pervertido de Shamal ni sus luces.

-Herbívoro respira, trata de relajarte.

-NO Me digas que hacer… Agh, Hibari… ya… no aguanto… mas… tengo que pujar…

-Hayato aguanta.

-No… no puedo más.

-Está bien tranquilo.

Como demonios quería que me tranquilizara, en eso sentí que la presión que ejercía mi hijo se hacía más fuerte y valiéndome un pepino lo que dijera aquel idiota comencé a pujar. Realmente no dejaría que ese imbécil me tocara más. Toda la familia se encontraba a fuera, esperando al médico inútil que para mí que jamás llegaría, después de mucho esfuerzo por fin escuche el llanto que tanto deseaba. Entre mis piernas estaba aquel carnívoro idiota y en sus brazos… nuestro hijo.

El ruido de una puerta siendo abierta termino con toda la atmosfera.

-Vaya vaya, bueno perdón por el retraso – esto tenía que ser una broma, al final el medicucho de Shamal solo termino de limpiar a mi hijo o hija, me atendió a mí y se marchó dejándonos solos.

-Hibari ¿qué es? – tenia curiosidad por saber cómo era, y a pesar del cansancio que sentía quería tener entre mis brazos a aquel ser. Hibari se acercó y me tendió a nuestro pequeño. Era tan hermoso… su piel era blanca, en su cabecita se veían unos cuantos cabellitos oscuros.

-Es hermoso…

-Hermosa – yo me quede como ido al escuchar eso – es una nena Hayato…

No pude evitar el derramar un par de lágrimas… los tres estábamos en la cama, éramos una familia. Pero nuevamente entro alguien a la habitación.

-Gokudera-kun estas bien…

-Pase decimo.

Detrás de él venían todos los demás.

-Bueno chicos muchas felicidades – Yamamoto fue el primero en acercarse a nosotros. Aunque la visita de toda la familia no duro mucho, pues teníamos que descansar.

Una semana después nos mudamos a nuestro hogar, aunque hubo protestas al final logramos instalarnos en nuestra propia casa.

La verdad es que no podía creer todo lo que había pasado en tan solo un año, me había enamorado, había olvidado a un amor que solo me causaba dolor, había ido de vacaciones… y ahora tenía a mi propia familia.

-Hayato tenemos que dormir.

-Ya voy – aunque la cuna de nuestra pequeña se encontraba en nuestro cuarto había veces en las que no podía dormir sin haber estado con ella. Pero como ya era algo tarde decidí acompañar, a mí ahora, futuro esposo a dormir.

Mi vida había dado muchos giros y nunca creí que unas simples vacaciones familiares en realidad serían unas vacaciones amorosas…

Notas finales:

Bueno muchas gracias por seguir esta historia n,n lamentablemente, como todo, ha terminado u.u, pero no duden que volvere con otra historia n.n

si quieren pueden seguirme en los siguientes fanfics:

En realidad el amor lo puede todo Romeo...

o

No me regales rosas

bueno no queda mas que decir gracias a todos los que leyeron este fic n.n

y en especial quiero agradecer a estas personas que dejaron reviews n.n en verdad gracias n.n

sayurayaoista

anonimo

andherezu_rosui

bueno nos veremos n.n en algun otro fic n.n se cuidan y hasta luego *w*


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