Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vacaciones............ ¿Amorosas? por arual venica

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola n.n bueno aquí les traigo un capitulo mas n.n de esta historia n.n

como ya sabrán los personajes no me pertenecen son obra y creación de Akira Amano n.n

bueno espero que les guste n.n

sin mas a leer n.n

Los besos siguieron y ni el Vongola ni yo hacíamos algo por separarnos, al principio creí que me rechazaría pero no fue así, la pasión y la locura, poco a poco iban tomando el control de las cosas, cualquiera que nos viera en este instante diría que éramos amantes, lamentablemente no creía que eso estuviera muy lejos de la verdad a cómo iban las cosas este día perdería algo más que el primer beso y no me refiero precisamente a un sonrojo… si no a algo más íntimo he importante. Aunque eso me tenía sin cuidado, después de todo eso es lo que más deseaba…

Los besos se volvían cada vez más desesperados y el deseo por tocar algo más que su ropa se hacía más fuerte… para cuando fuimos consientes de nuestros actos yo me encontraba en el colchón con el Vongola encima, besándome como si no hubiera un mañana.

-Mukuro-kun – su voz era apenas un hilo que amenazaba con romperse – estas seguro de esto… yo no creo que esto sea lo más indicado, pues…

Al diablo, tome su rostro y mis labios se fueron directo a callar los suyos, el deseo crecía y sabía que el único que podría detenerlo sería el y solo él. Con el tiempo la ropa empezó a ser un estorbo, así que sin miramientos dirigí mis manos a los botones de su chaleco, cuando por fin termine de liberarlo de él, seguí con su camisa, quería más y nada iba a detenerme ni siquiera el mismo Vongola, muy pronto su pecho quedo a la vista, no me contuve… quite la estorbosa camisa y recorrí su formida espalda, en estos momentos yo iba ganando, él no se había atrevido a quitarme ni una sola de mis prendas, lo cual hizo que me pusiera furioso, sentí que su brazos estaban en mi cintura, los tome y los dirigía a mi camisa…

-Es tu turno…- mi voz apenas si se hizo escuchar pues la pasión tenía el control sobre todo mi cuerpo, el Vongola no se hizo del rogar y en menos de lo que canta un gallo me vi despojado de la camisa he incluso del pantalón, lo único que impedía que quedara expuesto al mundo eran mis calzoncillos, pero no dudaba en el hecho de que los pobres tendrían el mismo final que toda mi ropa, sentía sus manos recorriendo cada centímetro de mi piel, debo de admitir que me sentía en la gloria, como vi que iba perdiendo inmediatamente le baje los pantalones al hombre que me hacía pedir por mas y perderme en la maldita y placentera lujuria.

Poco a poco sus besos fueron bajando por mi cuello y lamentablemente el desgraciado encontró un lugar por de más sensible en él, esto hizo que mi cuerpo se estremeciera y que los malditos gemidos empezaran a escapar de mi boca, no podía detenerlos y tampoco puse mucha resistencia para evitarlos, al grano este era el mejor momento de mi vida y no lo dejaría pasar por nada del mundo, de hecho en este momento no me importaba si en unas horas más y cuando recobráramos la consciencia decíamos que todo esto había sido un error, al pensar esto todo se fue al demonio y me quede estático, yo no quería que esto ocurriera por una simple calentura, me negaba a creer que el Vongola me gustaba o que lo había llegado incluso a “amar”, creo que el noto que mi mente y mi cuerpo dejaban de funcionar como lo hacían hace tan solo unos momentos.

-Mukuro-kun estas bien – vi en su rostro como la preocupación llegaba – por favor Mukuro-kun si quieres podemos detenernos además esto no debería de estar pasando, al menos no de este modo – mi mente era un caos y sus palabras no hacían más que confundirme, creo que tenía razón, pero no quería detenerme, ahora sabía que no estaba cometiendo un error – Mukuro-kun aunque no lo creas yo… bueno yo… desde que te vi aquella vez no he podido olvidarte, de hecho cuando desperté en este lugar lo único que deseaba era volver a verte… Mukuro-kun aunque no lo creas yo te quiero mucho, incluso podría decir que te amo… - ahora todas mis dudas estaban disipadas, aunque no me gustara esto era lo que había estado esperando para seguir adelante, sin miramientos tome su rostro y lo bese una vez más.

Todo volvió a lo de antes, ahora ya no había dudas y podíamos llegar esta el final de este asunto, el volvió a realizar el mismo recorrido pero esta vez llego más abajo llego a mi pecho, las sensaciones que recorrían a mi piel iban a terminar en un solo lugar, el cual presentía que tarde o temprano se aria notar, y no me equivoque, sentí como mi ropa interior empezaba a resultar estorbosa, pero luego sucedió algo que no esperaba, sentí una dureza muy cerca de mi cintura baja y estaba seguro de que no era yo…

-Lo siento Mukuro-kun pero no creo poder resistir mucho tiempo – al principio no entendí, pero unos segundos después sentí como algo se restregaba en mí, era él y esto provocó que más gemidos salieran de mi boca.

Ni cuenta me di en que momento mi ropa interior había sido retirada y de cómo ahora su piel y la mía se frotaban sin nada que lo impidiera, de repente sentí algo que me hizo sobresaltarme un poco, el Vongola había tomado en sus manos la parte más sensible de todo mi cuerpo, y tan pronto vio que yo me había dado cuenta ni lento ni perezoso comenzó a estimularla, debo de admitir que la sensación era inigualable y que eso me hacía llegar al cielo, las sensaciones que tenía hacían que me olvidara de todo lo que ocurría a mi alrededor…

Los gemidos, si no es que gritos; que salían de mi boca aumentaban y sentía como todo estaba a punto de terminar, pero en eso él se detuvo…

Eso era desesperante pues justo cuando creía que llegaría a lo más alto del cielo o del universo, sentí como si alguien me dejara caer en picada…

-Aun no es tiempo Mukuro-kun… yo bueno estas seguro de que quieres continuar con esto, por mí no habría problema… si es que tu no quieres me puedo detener…

-Cállate, Vongola ya llegamos hasta aquí así que no podemos echarnos para atrás, además yo no quiero que te detengas… - aun había duda en su mirada, pero yo aria todo lo posible porque esto continuará, pues eso es lo que más deseaba, sin miramientos ahora fui yo el que decidió tomar la iniciativa, podía ver como su rostro reflejaba sorpresa…

Para cuando reaccione sus dedos estaban siendo lubricados en mi boca, sabía que lo inevitable iba a pasar pero estaba seguro de que no tenía que temer… momentos después el dirigió sus dígitos a un lugar que ni siquiera el sol había llegado a tocar, en estos momentos tengo que admitir que el miedo está haciendo acto de presencia, no quiero que pare, pero las dudas comienzan a invadir mi mente una vez más… siento como un intruso se abre paso en mi cuerpo, es incómodo, esto hace que me pongo más tenso de lo que ya me encontraba hace tan solo unos instantes, sin aviso ni nada sentí como ahora eran dos dígitos los que bailaban en mi interior, el dolor comenzó a aparecer, no quería preocuparlo pero sentía que no iba a soportar, era irónico, había sufrido mucho más a lo largo de mi vida, pero esto era diferente, el dolor me lo provocaba el hombre que amaba…

-Mukuro-kun aún podemos parar… por favor no entiendo tu afán por querer hacer algo aun a costa de lo que realmente quieres…

-Pero… pero esto es lo que quiero solo dame tiempo… - mi voz se quebraba… sentí como su rostro se hundía en el hueco que formaba mi cuello…

-Mukuro-kun entonces relájate, por favor no quiero que te duela, no si puedo hacer todo lo posible por evitarlo – trate de relajarme, despejar mi mente con otra cosa… pero resultaba un tanto difícil… momentos después sentí como mi cuerpo empezaba a adaptarse poco a poco, el dolor se fue convirtiendo en placer… y la excitación volvía a hacerme su prisionero, estaba tan sumido en la lujuria que ni me di cuenta en que momento eran ya tres dedos los que danzaban en mi interior…

Los gemidos escapaban de mi boca, la sensación me hacía llegar a mi límite, pero nuevamente eso se vio impedido, sus dedos abandonaron mi interior dejando un vacío, solté un gemido como protesta…

-Tranquilo Mukuro-kun, ahora viene lo mejor… - sin que pudiera protestar, sentí como sus labios se posicionaban sobre los míos, ese beso desbordaba toda la pasión que recorría nuestros cuerpos, pero de repente sentí como algo terminaba con todo el encanto, algo trataba de entrar  a la fuerza en mi… era doloroso, aunque sus labios aún se encontraban sobre los míos, tuve que alejarlo y dejar escapar aunque fuera un poco mi dolor…

-Ahhhh!!!!!!! Salte… salte… - mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas… tenía que ser fuerte… pero mi cuerpo no pensaba lo mismo… cuando por fin se detuvo, creí que empezaría a moverse inmediatamente, pero se detuvo…

-Shhh… tranquilo relájate un poco, esperare todo el tiempo que necesites…

Al transcurrir el tiempo sentí que mi cuerpo se relajaba y el dolor se iba dejando al placer ocupar su lugar… mis caderas empezaron a moverse sin que lo evitara, creo que el entendió el mensaje, al principio fuimos lento pero después…

-Ahhhh!!!! Giotto-san… más rápido… ahhh!! – el vaivén aumento… el placer recorría cada rincón de mi ser… estaba a punto de terminar…

-Ahhh!!!! Mukuro-kun… no creo poder resistir más…

Lo calle con un beso, pues no podía pronunciar ni una sola palabra… sentí como el momento llegaba… y todo sucedió demasiado rápido… el placer termino por nublar mi vista justo en el momento en que el tocaba un punto en mi interior que me hizo ir a las estrellas, solo pudimos durar una momentos más pues el clímax llego, nublándonos los sentidos y haciendo que tocáramos el cielo…

-AHHHH!!!!!!!!!! Giotto – y llegue al tan ansiado orgasmo, instantes después sentí como algo cálido recorría mi interior…

_AHHHHHHHH!!!!!! Mukuro-kun – los dos estábamos fatigados, la respiración era algo agitada, pero al menos yo no me quejaba… de hecho esto había sido uno de los mejores momentos de mi vida… minutos más tarde ambos estábamos acostados y cubiertos solo con una sábana…

-Mukuro-kun te amo…

Su confesión hizo que mi corazón amenazara con salirse de su lugar, solo hice lo que tenía que hacer…

-Yo también te amo Giotto-san…

Ambos nos entregamos a los brazos de Morfeo, pues esta mañana y tarde había sido mucho más de lo que se esperaba.

************************************************** Mientras tanto con Hibari y Gokudera******************************************

Los labios del herbívoro tenían un sabor dulce y embriagante, quería que esto no terminara nunca… pero la duda crecía en mi interior y si esto solo lo estaba haciendo por despecho o por la emoción del momento… no podía quedarme con esa duda así que con delicadeza lo aparte de mi…

-Herbívoro, escúchame bien… ¿porque lo hiciste? – vi como su rostro no cambiaba, solo había sorpresa y nada más, el tiempo transcurría y temía escuchar lo peor.

-Hibari… yo bueno – un lindo sonrojo se posaba en sus mejillas se veía adorable – bueno yo… yo… te quiero Hibari…

Vi como apartaba la mirada y eso me dolía, lo solté, pase a su lado sin mirarlo, subí las escaleras lo más rápido posible, una vez que llegue a nuestra habitación me metí al baño, tome una ducha y al salir el herbívoro está sentado en la cama, aún estaba mojado, tenía un poco de lodo el en el cuerpo y solo se cubría con la toalla que momentos antes le había entregado…

-Hibari tenemos que arreglar las cosas…

-No hay nada que decir herbívoro, hace rato lo dejaste muy claro…

-No alto ahí hace un rato yo te escuche ahora tú tienes que escucharme a mí – trate de evitar que mi rostro mostrara alguna emoción.

-Hum dilo rápido herbívoro

-Está bien, Hibari yo realmente no sé qué es lo me haces sentir, de hecho no entiendo mucho de lo que está pasándome en estos momentos, pero de algo si estoy seguro, desde que los conocí a todos y antes de que me interesara el maldito de tu tutor, tu habías llamado mi atención, además habían sido bastantes las veces en las que me habías salvado de una muerte segura… pero creo que trate de negar esos sentimientos que empezaban a florecer en mí… ya que suponía que tú nunca me llegarías a corresponderme, en eso llego Dino y las cosas se complicaron, pues si quería olvidarte tenía que fijarme en otra persona… yo creo que lo que hice no fue lo correcto pero no sabía que más hacer, yo realmente te quiero Hibari… no creo que ese no es el termino adecuado, yo realmente te amo…

Sus mejillas ahora estaban mucho más rojas, sus palabras me hacían feliz así que por tercera vez asalte sus labios, eso labios que pertenecían a la persona que más amaba… a mi herbívoro rebelde, a Gokudera Hayato el hombre que se había robado mi corazón…

Nos separamos cuando el aire nos hacía falta.

-Herbívoro creo que lo mejor es que tomes una ducha, si no podrías resfríate… te esperare abajo…

Él se fue y se encerró en el baño, yo termine de cambiarme y baje al primer piso, por la hora suponía que todos estarían en la piscina o en la sala, al recorrer la mansión me di cuenta de que nadie estaba dentro, así que me fui al patio y justo como lo pensaba todos los herbívoros se encontraban ahí.

Trate de no hacer ruido pero alguien no pensó lo mismo.

-Hibari como les fue…

Y me refería a una sola persona en específico, ese era el Arcobaleno o el “bebe” como solía decirle desde que lo conocí. Ese comentario hizo que todos los demás dejaran de hacer lo que estaban haciendo y sus miradas se posaran en mí.

Detestaba los momentos como este… y el hecho de que el herbívoro no estuviera aquí empeoraba las cosas, pues su imaginación podía llegar a malinterpretar la situación en la que me encontraba.

El ambiente se sentía tenso y el silencio resultaba por demás incomodo…

-Oye Hibari llevare mi ropa al cuarto de lavado quieres que lleve la tuya… - de repente el herbívoro se calló- amm interrumpo algo…

-Claro que no Gokudera de hecho Hibari estaba por contarnos como les fue en su paseo… o no Hibari – ese había sido el Arcobaleno… como sabía que ocultarles algo era inútil solo les dije…

-No ha pasado nada herbívoros, solo hemos ido de paseo y nos hemos caído por accidente en el lodo eso es todo…

Pude ver como la decepción aparecía en el rostro de algunos de ellos, pero si creían que les iba a decir que el herbívoro y yo nos habíamos confesado y a lo mejor podíamos llegar a ser algo más, estaban muy equivocados. No es que me avergonzara pero no quería que ellos se imaginaran cosas que aún no eran, de hecho eso me recordaba que el herbívoro y yo teníamos un asunto pendiente. Al ver a los demás, me di cuenta de que habían vuelto a lo suyo y que el herbívoro y yo pasábamos a segundo plano.

-Hum Hibari no te hagas el idiota desde hace rato te estoy hablando y tu estas en las nubes si no quieres que te siga hablando dímelo y me largo.

Hum como adoraba cuando su mal humor asía de las suyas, de hecho no pude evitar que una sonrisa se posara en mis labios.

-Hum herbívoro por mi puedes hacer lo que creas conveniente después de todo tu eres el que se encargara de las tareas del hogar de ahora en adelante… - en cuanto escucho eso, soltó la ropa que traía en brazos y como lo esperaba, me tomo del cuello de la camisa y empezó a gritarme.

-HABER IDIOTA EL HECHO DE QUE TE CREAS QUE SOMOS PAREJA NO QUIERE DECIR QUE YO SERE LA MUJER GRANDICIMO IMBECIL CON COMPLEJOS DE ASECINO – en su rostro solo se podía apreciar la furia que en estos momentos recorría sus venas, era adorable verlo en ese estado, pero para mí mala suerte el herbívoro había terminado abriendo la boca de más y gritando a los cuatro vientos lo que yo había tratado de evitar…

-QUE QUE – inmediatamente dirigí mi vista a la persona que había gritado eso, me sorprendí al ver que era Tsunayoshi el que se encontraba con la mandíbula desencajada y a su lado los demás se encontraban igual, solo había dos personas que brillaban por su ausencia el Vongola y el imbécil de Rokudo Mukuro, aunque no tenía que pensar mucho para saber que esos dos habían terminada juntos en una cama… o si, sabía el secreto que ocultaba aquel herbívoro, vaya sorpresa no…

-¿Gokudera eso que dijo Hibari es cierto? – ahora el que había preguntado era Yamamoto Takeshi, pues lamentaba desilusionarlo pero el herbívoro rebelde ya no iba a pasar tantas horas con el cómo lo hacía hasta hace apenas unos instantes, pero ahora pose mis ojos en la persona más importante en todo este embrollo… Gokudera Hayato…

-Yo bueno… nosotros… este… - o no al pobre se lo estaban comiendo los nervios – pues nosotros este… bueno como lo explico…

Perfecto es mi turno, espero no ganarme dinamitazos por lo que pienso hacer, con mucho cuidado y sin que él se lo esperara lo tome de la barbilla y le plante un beso delante de todos aquellos herbívoros.

El serró sus ojos pero yo me quede a ver las reacciones de todos los demás, tenía que admitir que esto era por demás gracioso, todos sin excepción estaban que no cabían en su asombro, pero a partir de ahora le dejaba bien en claro al estúpido detective que no se metiera con lo que desde hoy me pertenecía. Al cabo de unos instantes me separe de sus labios y paso lo que me temía…

Plaf!!!

-ERES UN MALDITO IMBECIL – me dio una cachetada según porque me lo merecía, pero yo no había hecho nada malo, solo lo había reclamado como mío… - que rayos te has creído – si su humor no daba indicios de mejorar, pero me encantaba verlo así, que llorando en un rincón.

-Hum digamos que les acabo de dar la respuesta que querían y que tú no sabías como dárselas.

-Y quien dice que tú y yo somos algo idiota.

-Pues tu hace unos momentos, recuerdas que me dijiste que si te encargabas de mi ropa, pues creo que en ese momento fue cuando lo confirmaste.

-Pero que, de que hablas imbécil – sus mejillas estaban teñidas de un lindo tono carmín… pero sabía que él se encontraba a punto de estallar y de lanzarme dinamita como si nada – yo no recuerdo que me hayas pedido tal cosa – y de repente todo rastro de vergüenza se fue para dejar en su lugar una linda sonrisa por demás burlona.

-Hum ya que insistes – tome sus manos y lo vi directamente a los ojos – Gokudera Hayato estás dispuesto a convertirte en mi pareja… para siempre…

-Sabes algo eres un idiota y un imbécil – eso me llego como dagas al corazon pero tenía que disimular y fingir que eso no me afectaba – pero sabes que es lo peor – ahora empezaba a temer por algo más que una humillación publica – que eres el imbécil y el idiota que hace que mi corazón siga latiendo… así que si, aceptó ser tu pareja… para siempre idiota…

Creo que esta confesión era todo menos romántica, pero era lo que necesitaba saber para poder robarle un beso más sin que él se enfadara o me golpeara…

Notas finales:

bueno n,n muchas gracias por leer n.n y no claro que aun no es el fin n.n aun quedan ciertas cosas por decir n.n como el hecho de que Hibari sabia lo de Mukuro y Giotto-san o,o así que espero verlos en los siguientes capítulos n.n

realmente lamento que el lemon no este muy bien que digamos u.u pero debo de confesar que es la primera vez que me imagino uno u,u.

bueno nos veremos en los siguientes capítulos n.n y muchas gracias a todos los que leen y comentan esta historia n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).