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Perdido por Dark Engel

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Notas del fanfic:

Para todos los que alguna vez me han leído... y me han dejado review :P

Notas del capitulo:

Hola :)

Luego de algún tiempo y aprovechando que tengo tiempo -.- aprovecho y les traigo esta nueva idea que nació así... de una sola escena, que luego les diré ;) 

Espero les guste... ^^

 


1


 


“Siempre dicen que no todo está perdido, que la esperanza es lo último que se pierde…”


 


 


Hoy definitivamente no era mi día, había salido con mi novio, del cual mis padres y muchas personas no sabían ni que existía, ni sabían que era gay. Bien, hoy llego hasta la puerta de mi casa porque cree que le fui infiel cuando yo lo descubrí en pleno acto. ¡Estaba en su cama! Con aquel chico… ¿y me viene a reclamar a mí?


 


La vida da vueltas…


 


Consecuencia de todo eso, mis padres están gritándome que soy una vergüenza para la familia y que… ya no logro distinguir las palabras de los gritos.


 


-¿En qué me equivoque? ¿No te di todo lo que me pedías? –exclamaba sin  mirarme siquiera. No sabía porque pero siempre que los padres reclaman dicen lo mismo.


 


Mi madre estaba parada a su lado, no me defendía ni decía nada. Como siempre, no sé porque espere que por lo menos dijera una palabra en mi defensa. Siempre tan sumisa, tan… débil.


 


Fingíamos ser la típica familia feliz y perfecta. Claro, lo seguiríamos siendo si tan solo yo no existiera. Si no hubiera nacido.


 


-¿No fui un ejemplo de un hombre? ¡¿Es difícil que seas normal?!


 


Seguí callado, sin ganas de decir algo en mi defensa. ¿Qué me quedaba?


 


No era mi culpa, no podía dejar de sentirme atraídos por los hombres… así era yo. No podían obligarme a ser lo que yo no era, sentir lo que yo no sentía.


 


-¡Te irás de mi casa! –Exigió- alguien como tú no puede vivir bajo mi mismo techo.


 


Intente mirar a mi madre pero esta desvió la vista. Suspire.


 


-Alguien como yo –repetí- ¿No dirás nada mamá? –Pregunte sabiendo ya la respuesta- ¿no serás capaz de enfrentarte a este animal que me diste por padre? ¿Bajaras la cabeza y simplemente ignoraras que tu hijo está siendo echado de su casa?


 


-No le hables así a tu madre –bramo mi padre.


 


Subí en silencio y aguantando las lágrimas que pedían, rogaban por salir de mis ojos. Casi no podía ver bien, me picaban los ojos. Sentía tanto dolor, tanta decepción, hacía mucho que imaginaba que esto pasaría. Pero no así, imaginaba que podría intentar razones con ellos, que entendieran… ¡no así!


 


¡No tenía que pasar así!


 


-¡Te vas de mi casa ya mismo!  -grito otra vez mi padre, como si a la primera no hubiera entendido.


 


Tome mis cosas, todo lo que había a mano, mi celular, el cargador y no supe que más. Solo fui consciente que MI laptop, la que YO había ganado… estaba en el piso, la había dejado caer.


 


Respire profundo y me intente tranquilizar, la guarde y llore, llore como nunca. Las lágrimas cayeron silenciosamente pero yo ya estaba destruido.


 


Cuando me recupere, baje y mire a mis padres. Realmente no sabía que era lo que pintaban en mi vida. Me daban dinero, claro, el necesario y justo. Más que llorar de tristeza, lloraba de rabia, al verme solo. Terriblemente solo.


 


Mi madre estaba sentada sollozando, mi padre solo miraba y tenía la puerta abierta. La verdad, no sé porque pensé que todo se solucionaría o que ellos un día entenderían el porqué de mis decisiones.


 


-¿Por qué lloras? –Le pregunte a mi madre- ¿Por qué? Si nunca me has defendido, ni nada. Solo te quedas y miras. Eres patética, madre. Cuando quieras ser una verdadera madre y no solo la empleada de él… -mire a mi padre sin emoción alguna- búscame, llámame.


 


-No te quiero volver a ver por aquí. –sentenció mi padre.


 


A estas alturas, ¿Por qué mi madre se venía a portar como una magdalena? Nunca estuvo para mí y ahora resulta que es la madre abnegada que sufre por mí.


 


-Y no lo harás, siempre he estado bien solo y lo estaré así siempre.


 


-¡Malagradecido!


 


-¡Claro! ¿Ahora yo soy el malagradecido, no? ¡Cuando tú nunca llegas a la casa! ¡Dejas que mamá te prepare la cena y se la dejas enfriarse, mientras tú te revuelcas con cualquier mujerzuela! ¿Creías que no sabía?


 


-¡Cállate!


 


-Eres un animal, un cerdo asqueroso y me alegra largarme de aquí –le grite a los dos, aun con lágrimas en el rostro.


 


-¡Nunca pensé que sería un maricón y un desagradecido!


 


-¡Ignorante!


 


-¿Te crees mejor que yo? ¿Acaso es eso? –siguió.


 


-¡No! Pero créeme que cualquiera es mejor que tú.


 


Dicho todo eso, miré por última vez a la mujer que me dio la vida. Ahora estaba llorando, llora mujer que aunque llores, grites nada de lo has hecho en tu vida ha sido bueno.


 


*


 


-¿Kenneth? –murmuro una voz algo ronca, de seguro lo había pillado durmiendo, las horas que eran lo ameritaban.


 


-Sí, soy yo. Daniel… ¿puedo dormir en tu casa? –sí, ese soy yo pidiendo asilo por una noche. Mi mejor amigo Daniel siempre había sido una de esas personas afortunadas que tenía una familia que valía la pena.


 


-Claro ¿Qué paso? ¿Kenny estas llorando? Ven, te esperare en la sala.


 


Desde mi casa, la distancia hacia la casa de Daniel no era mucha y me permitía tomarme un tiempo para pensar. Estaba destruido, patéticamente mal.


 


Llegue al portal de su casa, su madre era diseñadora de interiores y su padre un gerente de una agencia de viajes, en realidad, era el dueño. A veces lo envidiaba tenía suerte, mucha suerte.


 


También tenía un hermano, llamado Derian, era mayor que él y realmente no me había fijado mucho en él. Solo que era muy guapo, iba seguido al gimnasio. Su piel era parecida a la de Daniel, ambos hermanos tenían la piel de un color entre clara hasta casi ser morena. Los ojos de Derian eran celestes y los de Daniel, verdes.


 


A veces me parecía injusto que fueran tan perfectos, mientras que sus ojos parecían rebosar alegría, los míos eran algo tristes y que fueran grises no ayudaba, en serio, no.


 


Dejando de lado esas cosas, eran muy buenas personas, como las que ya no hay.


 


Toque la puerta y espere que abriera, ahí estaba Dani mirándome preocupado. De seguro me veía pésimo, mal debía ser un halago a mi apariencia.


 


-Hola, lamento si te desperté.


 


-Tranquilo, pasa –se giró y pase, deje mi mochila en el piso- te ves horrible, ¿Qué demonios paso?


 


-Mis padres se enteraron que soy gay y me echaron de casa.


 

Notas finales:

No dejo de pensar que esta escena es en realidad muuuy parecida a la de varcolaco, mi otro fic, es mío por cierto... no es plagio. Como siempre quiero mostrar que siempre hay dos caras en la vida. La diferencia entre las familias y eso.

Espero que les haya gustado :)

Por cierto, dudas, sugerencias... ¿Que tal les pareció? 

Recuerden el teclado no muerde, dejen un pequeño review :D


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