-¡Nii-san espera! -Ichiru fue tras el a alcanzarlo
Kaname observaba a Zero alejarse sin decir ni una palabra.
En ese momento pensaba en lo que acababa de suceder entre ellos antes de que los interrumpieran; fué mejor, mucho mejor que en cualquiera de sus sueños y quiso repetirlo, volver a besarlo, sentír otra vez su cuerpo caliente entre sus brazos y sus labios suaves queno lo habían rechazado. No lo habían rechazado, entonces ¿eso acaso significaba que el peliplateado también sentía “eso“ hacia Kaname?, pero un momento, ¿que era exactamente “eso“ que sentía por él?, ¿por qué lo había besado ?, acaso, ¿le...gustaba Zero?
-¿por qué estaban ustedes encerrados en este lugar? -Takuma interrumpió su maraña de pensamientos y lo trajo de golpe a la realidad
-¿eh...?
-¿qué te pasa?, llevas un rato allí, como ido
-no es nada -recuperó la compostura y esbozó una sonrisa despreocupada en dirección a su amigo -lo que pasó es que Zero vino a buscar unos libros y yo lo ayudé, pero entonces la puerta se cerró y por más que intentamos abrirla, no pudimos
-estaba trancada con esa silla -respondió el rubio señalando una silla de madera que estaba al lado de la puerta -alguien debió hacerlo a proposito, como una broma
-...debe de haber sido eso, igual ya no importa -empezaron a caminar, alejándose del lugar yendo en dirección hacia la salida de la escuela -por cierto, ¿cómo nos encontraron?
-fué porque Ichiru-kun estaba buscando a Zero para irse a cada, pero no lo encontró en ninguna parte y en eso nos encontramos por casualidad a la salida y entonces lo acompañé a buscar a Yuuki por si Zero estaba con ella; y cuando pasamos por el frente del almacén, encontré raro que la puerta estuviera trancada con una silla, nos acercamos para ver y cuando abrí la puerta, allí estaban ustedes dos
-ya veo, de todos modos me alegra que se dieran cuenta de ese detalle y abrieran la puerta, o sino todavía seguiríamos ahí
-¿por qué Zero-kun salió prácticamente corriendo?
-quién sabe...yo no sé pasa por su cabeza -respondió el castaño mirando hacia el cielo teñido de colores rosa y naranjo claro al atardecer con aire nostálgico -realmente no lo sé...
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Después de alejarse bastante de la escuela y sobretodo del castaño, Zero finalmente se detuvo y respiró hondo, recobrando el aliento. Miró a su alrededor, estaba completamente solo e Ichiru se había cansado de seguirlo calles atrás y le había gritado que se iría a casa y lo esperaría ahí.
No quería ver ni hablar con nadie en esos momentos, ni siquiera el sabía lo que le pasaba y no estaba para responder preguntas tontas; sólo sabía que aquel beso robado, al que tampoco opuso mayor resistencia hay que decir, había desestabilizado todo su mundo, confundiéndolo.
Estaba en un solitario parque que parecia haber sido olvidado por el mundo, con bancas de madera cercanas a los árboles. Tomó asiento en una de ellas e intentó calmarse y aclarar sus pensamientos, pensar con calma sobre lo que acababa de ocurrirle, aunque realmente no deseaba acordarse de ello. Se senía demasiado avergonzado de sólo recordarlo y sus mejillas volvían a arder.
Maldición, no sabía como volvería a mirar a la cara a Kuran al día siguiente. Pero, de todos modos no era su culpa, por supuesto que no; ese tipo lo besó de repente sin ningún motivo, el sólo se dejó llevar...¿pero por qué se dejó llevar?, lo cierto era que se había sentido demasiado bien en sus brazos y aún podía sentír sus labios sobre los suyos y...obviamente eso no era normal.
Sacudió la cabeza intentando ahuyentar esos pensamientos confusos. Era estúpido, toda esa situación en la que se había metido involuntariamente era increíblemente estúpida, sólo tenía que olvidarlo, si eso era, hacer como si nunca hubiera pasado nada y así todo estaría bien como antes.
“Últimamente he estado pensando mucho en ti, me pregunto por qué será“
Esa frase volvía a su mente una y otra vez, ¿por qué le dijo eso?, no tenía sentido, nada de eso tenía sentido, al igual que su confusión interior en esos momentos.
Zero había estado sintiéndo lo miso que Kaname sin saberlo; el también ya casi sólo pensaba en el y no sabía como enfrentar aquello, en ese momento sólo quería escapar, y esi había hecho.
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Mientras toda esta locura...perdon, “accidente“, sucedía, Yuuki y Yori estaban a una distancia prudente del lugar de los hechos esperando a que pasara un buen rato para liberarlos de su encierro y pensando en una excusa creíble que explicase como habían llegado allí en el momento justo para abrirles la puerta.
-ne yuuki-chan, ¿no crees que ya llevan mucho rato ahí?, tal vez ya deberíamos abrirles
-esperemos un poco más, no quiero interrumpirles si es que esta pasando algo, aunque tal vez eso no sería del todo malo -esbozó una sonrisa maliciosa -me muero por saber que está sucediendo ahí dentro
-¿y si se dan cuenta de que los encerramos a propósito?, no me quiero ni imaginar a Kiryuu-kun mas enojado de lo habitual -añadió Yori con un ligero estremecimiento
-no te preocupes, no se daran cuenta. O eso espero
De repente escucharon voces que se acercaban a lo lejos
-¡alguien viene!
-shhh que no nos vean, escondámonos -se ocultaron rápidamente detrás de unos arbustos que habían junto a un árbol y observaron en silencio
-son Ichijou-san e Ichiru-lun, ¿qué hacen ellos aquí?
Vieron como los dos chicos se acercaron al almacén y quitaron la silla que ellas pusieron y enseguida abrieron la puerta. Las dos en un silencio total observaron la escena que se produjo después cuando Kaname y Zero salieron, y éste último salió casi corriendo y sin mirar a nadie. Pasó junto a dónde estaban escondidas cuando se iba, se encogieron en su escondite y sólo respiraron aliviadas una vez que se alejó lo suficiente con Ichiru siguiéndolo. Después se fueron también Kaname y Takuma, y al fin pudieron salír de los arbustos.
-uff, eso estuvo cerca
-por un momento creí que nos había visto -contestó Yuuki sacudiéndose el uniforme lleno de hojas secas y pasto
-y al final, ¿que habrá pasado? -preguntó su amiga con curiosidad -Kiryuu-kun se veía extraño
-no vi bien desde aquí, pero juraría que cuando la puerta se abrió, ellos estaban muy cerca, como si se hubietan abrazado, y por la reacción de Zero debió haber sido así -dijo Yuuki sonriendo mientras caminaban en dirección a la salida de la escuela
-entonces tu idea si funcionó después de todo
-ajá, o al menos eso parece -hizo una pausa y lre la lanzó una mirada significativa -pero esto no ha acabado, tengo que pensar en nuestro próximo movimiento. Creo que por ahora voy a intentar averiguar la verdad sobre lo que pasó o no allí dentro
-pero eso no creo que sea tan facil, ¿que piensas hacer?
-tengo unas cuántas ideas -contestó con una sonrisa un tanto malvada
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Al día siguiente, Kaname no se encontró con el peliplateado, ni en el camino a la academia ni antes de empezar las clases como de costumbre; al parecer había faltado o el y su hermano llegaron tarde ese día. Como sea que fuese, no había sabido nada de él desde el día anterior cuando “accidentalmente“ lo besó mientras estaban encerrados en esa bodega olvidada, y después de eso Zero salió casi huyendo del lugar, sin darle tiempo a decirle nada.
El castaño pensaba que seguramente aquel repentino beso lo habría asustado, o al menos sorprendido de mala manera, pero demonios, también lo sorprendió a él, aunque nadie le creyera; ni siquiera sabía por qué lo hizo, sólo le había nacido el impulso repentino de probar sus labios al tenerlo a solad y tan cerca, simplemente al ver sus hermosos ojos fijamente no se pudo resistir, era como si sus ojos amatista resplandecieran en la oscuridad sólo para él.
Sacudió la cabeza. Otra vez se sorprendía a si mismo pensando en él, pero es que si ya le era difícil sacarlo de su mente, ahora que ya lo había besado, más le costaba hacerlo. Debía de estár enloqueciendo de seguro, no hallaba otra explicación.
Estaba en plena clase pero no prestaba atención alguna, daba golpecitos con el lápiz en la mesa y miraba por la ventana a su izquierda hacia el exterior, en dónde habían espesos árboles rodeando el edificio y los rayos del sol de la mañana caían sobre sus verdes hojas.
Y como por arte de magia, el objeto de su obsesión y aflección apareció, Kaname fijó su atención en él, sorprendido de verlo y dejando caer el lápiz que estaba entre sus dedos al suelo.
Zero caminó hasta uno de los árboles y se sentó en el césped bajo éste aprovechando su agradable sombra, el castaño luego de contemplarlo durante un par de minutos, se levantó de su asiento y haciéndole caso a una voz interior que le decía que fuera tras él en ese preciso momento, pidió permiso para ir al baño y salió rápidamente del salón.
Casi corrió por los pasillos y escaleras sin saber bien lo que hacia y sin saber que es lo que le diría; finalmente salió del edificio sin que nadie lo viese y fué hasta el patio en donde lo había visto unos minutos antes.
Y allí estaba, sentado en el mismo lugar, bajo ese árbol con los ojos cerrados, aparentemente durmiendo con una expresión tranquila y relajada en el rostro, como muy pocas veces se la veía, dado su temperamento difícil. Kaname se acercó a él y embelesado por su rostro de angel que lo atría tremendamente, se agachó un poco y posó su mano en su cabello suave de hebras plateadas. Zero no despertó ni se movió, parecía una estatua y el castaño se preguntó cómo en todo el largo tiempo en que lo conocía no había notado lo atractivo que era, y aún más en ese momento que estando dormido le pareció aún más adorable y casi perfecto.
Deslizó su mano hasta la majilla de éste y la acarició con suavidad igual como había hecho el día anterior y esbozó una cálida sonrisa.
En ese momento Zero se removió un poco y abrió sus ojos amatista lentamente. Lo primero que vió fué a Kaname mirándolo desde demasiado cerca con una extraña sonrisa en los labios y también sintió su cálido contacto en su mejilla izquierda.
Se sobresaltó y recuperó la conciencia de golpe deshaciendo la bruma del sueño que lo envolvía
-¡¿Q-qué crees que estás haciendo?! -parándose y frunciendo el ceño
-nada, solamente me llamó la atención verte aquí, ya que tu no sueles saltarte las clases y creía que no habías venido hoy
-bueno, ya vez que si vine...llegué tarde hoy, eso es todo -maldición, con sólo mirarlo se acrodaba inmediatamente de lo ocurrido anteriormente y un sonrojo se apoderaba de su rostro
-ayer te fuiste tan rápido que ni siquiera pude decirte nada -se pasó una mano por sus cabellos, indeciso, ¿qué era lo que sentía por Zero?, incluso todavía en ese momento se lo preguntaba. Lo único que sabía era que no dejaría que se le escapara esta vez, no sin aclarar esto antes
-...y ¿qué es tanto lo que quieres decirme? -desvío la mirada hacia otro lado
-...
-bueno si no tienes nada que decirme o lo que sea, me voy -se dio la vuelta y se dispuso a irse. Estar cerca de Kaname lo hacia sentír nervioso y avergonzado.
Lo tomó del brazo deteniéndolo en el acto
-lo que pasó ayer...lo siento si te sorprendió o desagrado, pero no me arrepiento de haberlo hecho -dijo el castaño con voz suave pero firme
El peliplata se sorprendió un tanto al oír aquello y se quitó el agarre de su brazo de un sólo tirón
-c-cállate, sólo olvida eso y no vuelvas a mencionarlo -caminó sin darse la vuelta a mirarlo
-¿de verdad eso es lo que quieres?, porque yo no estoy tan seguro de querer olvidarlo, o mejor dicho, de poder olvidarlo -lo siguió
-por supuesto que eso es lo que quiero, idiota -apuró el paso deseando que Kaname dejara de seguirlo y se internó más en los espesos árboles
-¿ah sí?, pues por la manera en la que me correspondiste ese beso, diría que es todo lo contrario
El peliplateado detuvo su andar y se dio la vuelta
-¡estúpido Kuran!, no vuelvas a repetir eso, no estoy para tus juegos -le asestó un golpe en la cara y después le dio la espalda para irse de ahí
-auch -se sobó la cara en el lugar del golpe recibido -no lo decía para molestarte, es sólo la verdad
Fué tras el de nuevo y esta vez lo tomó de la muñeca, forzándolo a que se volteara a mirarlo
-ya deja de huir, no es propio de ti -lo empujó un poco poniéndolo contra un árbol, acorralándolo e impidiéndole cualquier escapatoria -ni siquiera sé muy bien por qué te besé, es sólo que cuando estuve tan cerca de tí no pude evitarlo -acercó su rostro al suyo, con sus labios casi rozando los contrarios
-así que ni quiera sabes por qué...-susurro Zero y sus ojos parecieron entristecerce. Le dio un golpe y se lo quitó de encima
Kaname se tambaleó hacia atrás y en eso Zero echó a caminar nuevamente, esta vez de regreso por dónde habían venido. Se detuvo un momento y lo miró hacia atrás con una expresión enojada y ¿triste?
-no vuelvas a molestarme con este tema ni acercarte a mi si ni quiera sabes porque me besaste, idiota.
Kaname no respondió nada, ni trató de ir tras él de nuevo, sólo se quedó allí observándolo mientras se iba. Las palabras del peliplateado quedaron en el aire y le dejaron i.a sensación amarga y de malestar.
Al final, parece que no sólo Zero había estado huyendo después de todo.