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AUN TE AMO por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo me encanta hacerles sufrir

Notas del capitulo:

Hola les traigo una nueva historia para todos los corazones sufridores (esta me está quedando un chin dramática), espero que les guste

Capítulo 1.- Mi vida en familia

 

La noche estaba algo lluviosa y fría, un auto cruzaba por una de las avenidas mas transitadas de la ciudad pero el conductor del auto en cuestión iba distraído y se pasó una luz roja, un pito… un frenazo… una maniobra ninja para evitar un choque… Ikky el conductor del auto casi no la cuenta, su corazón latía con violencia cuando se dio cuenta de lo cerca que estuvo de chocar con ese inmenso camión, cuando todo pasó el peliazul solo volvió a encender el auto, tomó su rumbo nuevamente, aceleró y volvió a la carretera camino a su casa, el joven abogado se maldijo a si mismo por su distracción pero no era para menos, tenía la cabeza revuelta, se sentía morir… sucio… bajo… cual vil cucaracha rastrera, aún no lo entendía, Ikky nunca pensó que era ese tipo de persona, nunca se creyó capaz de hacer algo tan… tan… rastrero y ese sentimiento solamente empeoró cuando llegó a casa, era cerca de la media noche y las luces del departamento estaban todas apagadas salvo la luz del pasillo, su esposo seguramente la dejo encendida para que él no tropezara con nada al llegar, el joven de cabellos azules suspiró y caminó por el departamento tratando de no hacer ruido pero pisó uno de los muñequitos de su hijo que sonó estrepitosamente, Ikky se maldijo nuevamente y recogió al elefante de peluche y lo llevó a la habitación de su hijito que dormía profundamente cuando entró, el mayor lo cobijó de mejor manera y salió como fantasma y no despertar a su retoño y fue a su propia habitación, abrió con cuidado la puerta y suspiró con tristeza al ver a su esposo dormido en su lado de la cama, Ikky dejó su saco en la silla y entró directo al cuarto de baño, se desnudó y se dio una ducha rápida, no podía acostarse sin hacerlo, se sentía sucio… indigno… no podía meterse en su propia cama con el aroma de otro hombre en su piel

 

Luego de la ducha que se supone debía ayudarlo a relajarse un poco, aún con la cabeza revuelta el abogado salió solo con una toalla ceñida en su cintura, al pie de la cama estaban sus pantalones de pijama, se los puso y con mucho cuidado se acostó tratando de no despertar a su esposo que se volteó y lo abrazó

- Es mas de la media noche y tu te bañas? – dijo el joven castaño sin abrir los ojos, aún estaba medio dormido, había despertado al oír el sonido del agua en la ducha

- Estoy cansado chiquito, necesitaba un baño o no voy a poder conciliar el sueño – contestó el peliazul abrazando de mejor manera a su esposo y besando su frente

- Tan larga fue la reunión?

- Eso fue… una batalla campal, no te quiero aburrir con los detalles, vuélvete a dormir amor

- Ok., hasta mañana Ikky…

- Hasta mañana Seiya…

Ikky se acomodó en la cama de mejor manera y abrazó a su esposo que se acurrucó en su pecho y los cubrió a ambos con las mantas, el castaño se volvió a dormir casi de inmediato pero el peliazul no pudo conciliar el sueño en casi toda la noche, todo en su cabeza daba vueltas, cómo pudo ser tan estúpido???, cómo pudo caer de esa manera???, cómo le explicaría esto a Seiya???, rayos!!!... si Seiya se entera lo bota sin remedio… Ikky suspiraba de cuando en cuando y miraba su mano con un sentimiento de culpa único, su anillo de matrimonio… tres años de vida juntos, tres!!!... todo había estado bien y ahora… había una infidelidad de por medio y lo peor de todo es que fue con él… por qué demonios tenía que haber vuelto Hyoga a su vida???, por qué no se quedó en donde sea que haya estado todo este tiempo???, por qué tuvo que ser tan débil y caer en su juego???, maldita sea… todo esto era muy complicado y enteramente su culpa

 

El despertador sonó al llegar la mañana, Ikky lo apagó de un manotazo y sonrió débilmente cuando Seiya al despertarse se estiró como gatito para luego acurrucarse en su pecho nuevamente, el peliazul solo pudo abrazarlo y besar sus cabellos

- No quiero ir a clases, Ian me dio  mucha guerra ayer – dijo el castaño abrazando a su esposo que le acarició el rostro y besó su frente

- Si durmió como un santo… no se despertó desde que yo llegué

- Si… pero se durmió 10 minutos antes, bueno yo estaba estudiando por lo que no me cayó nada mal la desvelada, pero me distrae y me desconcentro, me toma el doble de tiempo…

- Tu examen es hoy?

- Si… pero tranquilo que aquí donde me vez me bebí la ciencia y estoy listo para lo que sea que me pregunten – dijo el joven con una sonrisa toda orgullosa

- No esperaba menos de ti ahhhh… yo tampoco quiero ir a trabajar…

- Fantástico… llama y pide permiso por enfermedad y nos quedamos juntitos en la cama todo el día – propuso el castaño con una sonrisa, Ikky acarició su rostro y besó suavemente sus labios

- No es mala idea mi amor pero no que tu examen es hoy?

- Cierto… mañana nos enfermamos los dos, que te parece?

- Si con eso puedo pasar en la cama contigo todo el día, cualquier enfermedad valdría la pena

- Genial… me voy a bañar, haces café?

- Claro

Con otro suave beso en los labios el joven castaño se levantó y fue al cuarto de baño, Ikky se levantó cuando escuchó el correr del agua, al pasar frente al baño y mirar a su esposo sonrió, Seiya era un joven muy atractivo, su tono de piel era muy hermoso, su cabello castaño era sedoso y brillante, sus ojos eran de un tono café chocolate y mirada tierna, su cuerpo firme y joven… muy joven… tenía 18 años y estaba empezando en la Universidad, estudiaba primer año de Medicina y era excelente estudiante, su hijo Ian tenía año y medio y era un pequeño terremoto, muy parecido a Seiya pero había heredado el color de ojos y cabellos de su otro padre, Ikky tenía los cabellos y los ojos azules, porte atlético y musculoso, a sus 28 años trabajaba en una firma de abogados, él era penalista y era el abogado líder de la sección, encargado de los casos mas grandes, su trabajo le consumía la mayor parte de su tiempo pero su relación funcionaba bastante bien… claro si no se toma en cuenta el engaño de Ikky a su esposo y con su ex

 

Hyoga… Hyoga era lo mas diferente a Seiya que se podía encontrar, como el agua y el aceite, y no solo físicamente porque Hyoga era rubio y tenía los ojos celestes mas hermosos y pícaros que Ikky jamás había visto, alto, con unos músculos definidos de ensueño, espalda ancha, hábiles manos, carnosos labios, una piel que invitaba al pecado y para rematar un trasero de afición, Hyoga… hace mucho tiempo había representado la vida y el amor para Ikky, ahora debía tener 27 años y no había cambiado en lo más mínimo, habían sido mas de tres años desde la última vez que se vieron y aún este rubio tenía ese hechizante poder en la mirada, su timbre de voz… esa sexy voz que lo podía convencer de todo, ese sentido de la aventura que ponía emoción a su vida y esa picardía… todo lo que alguna vez enloqueció a Ikky el rubio no lo había perdido, es mas… con el tiempo como un buen whisky había adquirido forma haciéndolo mas atractivo a sus ojos, pero ahora las cosas eran diferentes, ahora estaban Seiya e Ian de por medio en la vida del abogado, Seiya era un muchacho muy dulce, sincero, honesto y por sobre todo amaba enteramente a su esposo, a Ikky le encantaba la forma en la que Seiya se daba modos y hacía todo lo que siempre quiso hacer, nunca dejó de estudiar con el pretexto de su embarazo, se esforzó y entró a la universidad y era uno de los primeros de su clase sin descuidarlo a él o a su hijo, el joven era por demás confiado e inocente, sensible y cariñoso, todo lo que Ikky siempre había deseado en una pareja pero… ahora… luego de haberse encontrado casualmente con Hyoga, Iky puso en perspectiva su vida, el rubio le había movido el piso, de eso no había duda, erróneamente había pensado que ya había olvidado al que fue su amor por muchos años pero al parecer… no había sido así…

 

Seiya sabía toda la historia, el castaño era el mejor amigo del hermano de su esposo desde el colegio, entonces lo conocía desde siempre y sabía todo lo que había pasado en la vida del peliazul lo que era una hazaña porque Ikky siempre había sido bastante huraño y poco comunicativo, por años trató a Seiya como niño, al ser amigo de Shun era casi diez años menor a él y claro… un niño a sus ojos, pero todo eso cambió con el tiempo… la historia de cómo fue que Hyoga salió abruptamente de su vida y él y Seiya se juntaron era algo extraña y totalmente sorpresiva

 

- Gracias mi amor… justo lo que necesitaba – dijo el castaño que ya estaba totalmente vestido para ir a sus clases y había tomado la taza de café que su esposo le alcanzó

- Todo el día vas a pasar en la universidad?

- Yo creo que si… tengo el examen pero tengo clases también, hoy tengo laboratorio de Biología y ya sabes como es eso

- Lo harás muy bien, ya quiero que te gradúes así me revisas a mi, estoy estresado y necesito medicación… - Ikky abrazó a Seiya y buscó sus labios, el castaño correspondió al beso de su esposo pero se soltó relativamente rápido, no podía atrasarse a su examen

- Recién empecé Ikky… pero siempre te puedo dar un masajito para aliviar el estrés no?, de cualquier manera te dejé todo listo para que cambies a mi bebé y la leche en polvo está en la alacena y la pañalera está ya empacada… me voy que se me hace tarde… nos vemos en la noche?

- Si… hoy llegaré temprano

- Mas te vale, has estado ausente toda la semana

- Trabajo… tu sabes

- Bueno… nos vemos amor, adiós…

Con un beso en los labios el flamante estudiante se fue dejando a su esposo solo con sus pensamientos de pie en la cocina con una taza de café en sus manos, bueno… estuvo solo hasta que su pequeño Ian se despertó y con un sonoro grito hizo sentir su presencia, con otro suspiro lastimero Ikky fue a la habitación de su hijo y le sonrió cuando lo amarcó y besó su mejilla, el bebé estaba todo quejoso y se frotaba los ojos con las manitos

- Papa…

- Papá ya se fue a la Universidad, estamos solos tu y yo… así que vamos a cambiarnos y a desayunar, tu papá te dejó todo listo y luego nos vamos a la oficina

- Mmmmm… papa… papa…

- Si… yo lo extraño también… ven acá…

Ikky cambió al bebé que no estaba quieto, así eran las mañanas cuando Seiya tenía que madrugar para ir a clases, pero Ikky era bastante hábil y sin problemas cambió a su retoño, lo alimentó y con la pañalera en el hombro salió del departamento rumbo al auto, acomodó a su hijo en la sillita del asiento trasero, le dio su dragón de peluche para que no le haga escándalos en el viaje y fueron rumbo a la oficina, para todos era normal mirar llegar al fiero abogado con su bebé en brazos, Ikky llevaba a Ian a la guardería de su trabajo y Seiya lo recogía cuando salía de la Universidad o en días cuando tenía trabajos que hacer o algo Ikky se lo llevaba a casa, la verdad era una suerte contar con la guardería en su trabajo eso les facilitaba la vida enormemente

 

El pequeño Ian iba balbuceando alegremente en los brazos de su padre sosteniendo con su vida a su dragón de peluche hasta que llegó a la guardería en donde fue recibido por una joven muy sonriente que lo tomó en brazos y lo llevó a la piscina de pelotas plásticas, Ikky con una última mirada a su bebé tomó el elevador y llegó a su oficina, su secretaria le llevó su café matutino y le dio varios recados apuntados en papelitos, la mayoría eran llamadas de clientes, de socios y demás cosas de trabajo pero había un solo papel que hizo que su vida se diera la vuelta totalmente, el papel decía simplemente: “Hyoga Nara, 0925258741, que lo llame que es un asunto personal”, en ese momento el abogado empezó a caminar por la oficina sin poder evitar las imágenes que se le venían a la cabeza de su apasionada noche con aquel rubio que en un punto de su vida lo significó todo para él, recordaba sus ojos celestes que lo miraban con deseo, recordaba sus manos y como lo acariciaban con ansia, el olor de su piel tan invitante, su voz… su risa… sus gemidos… Ikky tuvo que sacudir su cabeza para tratar de aclarar su mente, el peliazul se sentó en su sillón y miró los papeles de su escritorio y suspiró una vez mas, no quería ver a nadie, no quería hacer nada, solo se quería morir… por qué tuvo que volver a su vida Hyoga???, por qué???

 

El abogado tuvo algunas reuniones en la mañana, un almuerzo con un cliente de un caso que estaba manejando, en la tarde no hubieron novedades hasta mas o menos las cuatro que fue la hora en que sonó el celular de Ikky

- Aló?

- Hola tigre… cómo está tu espalda? – el tono de aquel que lo llamaba sonaba muy sexy y divertido

- Hyoga???... cómo conseguiste este número?? – Ikky escuchó al rubio reír y le dijo en un tono muy sensual

- Yo tengo mis medios Ikky… tu lo sabes, pero mejor dime… no te hizo escándalo por la hora que llegaste el niño ese que tienes por esposo??, hasta ahora no puedo creer que te hayas casado con el amiguito de tu hermanito bebé – eso dijo el rubio con obvio tono de burla, es que toda esa situación le parecía por demás graciosa, Seiya no era el tipo de Ikky en lo mas mínimo, era un chiquillo sin gracia con el que Ikky tuvo que casarse

- No te burles de Seiya – el tono del peliazul era ahora bastante agresivo

- Es solo que no te imagino con él, es todo… alguien tan fogoso, tan sexy, tan apasionado como tu con eso como esposo pues… no me sorprende que ayer estuvieras todo… arrebatado…

- Qué quieres Hyoga?

- A ti entre mis piernas, te he extrañado mucho Ikky y yo se que tu me has extrañado a mi, no intentes ocultármelo, me lo demostraste anoche, no me habían hecho el amor así en mucho tiempo, ohhhh extrañaba tus manos y la forma que tienes de tocarme, de marcarme, de morderme, estoy seguro que a tu delicado esposito no le gusta hacer lo que hicimos anoche o me equivoco?, por cierto… el niñito aquel no dijo nada de los rasguños de tu espalda??, lo siento tigre pero no pude contenerme, es que… cuando me haces lo que me hiciste pierdo el control… y tu lo sabes

- No metas a Seiya en esto, lo que pasó anoche fue un error que no volverá a repetirse

- Si claro… eso no te lo crees ni tu mismo, yo se lo que necesitas y quieres, yo soy tu hombre, tu eres mío

- A qué volviste Hyoga?

- A recuperar lo que es mío

- Yo no soy tuyo, yo estoy casado y soy feliz con mi esposo

- Claro… tan feliz eres que no dudaste ni un segundo en revolcarte conmigo en mi habitación de hotel, reconócelo Ikky… aún me amas, yo lo se

- No… yo amo a mi esposo, lo de ayer fue… un error como ya te lo dije

- Ok., fue un error según tu, por qué no nos reunimos esta noche y lo discutimos un ratito… en el yacusi de mi habitación

- Hyoga por favor… eso no va a pasar

- No se por qué te resistes si sabes que me deseas, se nota que tu maridito no te atiende como te mereces, yo puedo… ayudarte no te parece?, darte lo que te hace falta… llenarte de placer, yo se lo que te gusta y como te gusta hacerlo, no se por qué te resistes… tu esposo no tiene por qué enterarse, bueno… por ahora…

- No necesito ayuda y menos la tuya, por favor no vuelvas a llamarme está claro?

- Yo creo que estás estresado, bueno… tu te lo pierdes pero de algo estoy seguro, esta noche cuando hagas el amor con ese niñito pensarás en mi y en el verdadero placer que solo yo se como darte, nos vemos pronto tigre

- No me digas así y ya no me llames

- Si no quieres que te llame pues no lo haré pero eso no me preocupa… tu me llamarás a mi, le dejé mi número a tu secretaria por si acaso pero chequea el bolsillo interno derecho de tu leva, ahí puse mi número, úsalo cuando quieras, adiós amor

 

Ikky colgó y poco le faltó para lanzar el teléfono a la pared, “no” se dijo a si mismo, ya cayó una vez, no lo volvería a hacer, él amaba a Seiya y no le sería infiel nuevamente, no después de todo lo que su castaño había hecho por él, no… no podía pagarle así, sumido en esos pensamientos estaba cuando volvió a sonar su celular, de lo ofuscado que estaba no vio el número de la llamada entrante y contestó toda agresivo

- Te dije que ya no me llamaras

- Y por qué no te iba a llamar?, con quien crees que hablas Ikky? – la voz confundida y sorprendida de Seiya hizo aterrizar al peliazul que respiró profundamente tratando de tranquilizarse

- Seiya… amor lo siento, son solo problemas de trabajo no me hagas caso, cómo te fue en el examen? – el mayor hizo lo posible por disimular la situación

- Bien… solo llamaba para decirte que estoy camino a tu oficina a recoger a Ian, mi práctica de laboratorio no se alargó como creía entonces me llevo al bebé a casa, qué te pasa eh?, por qué tan agresivo?

- Mi vida… no me hagas caso, cosas de trabajo, entonces nos vemos en la noche…

- Mira que me prometiste llegar temprano, te tendremos muchas sorpresas Ian y yo si lo haces

- Con esos ofrecimientos cómo negarme

- Ok., hasta la noche entonces

- Hasta la noche pequeño

 

Ikky colgó el teléfono y escondió su rostro en sus manos, esto lo iba a matar… eso de guardar secretos no iba con él y menos algo como esto, en la noche manejó despacio hasta llegar a su casa no quería otro contratiempo en la vía, eran las siete de la noche cuando entró y encontró a Seiya acostado en la alfombra de la sala con Ian sentado en su estómago, ambos reían mientras jugaban con unos bloques suaves, Ikky sonrió al verlos y dejó sus cosas en el perchero, se sacó el saco y los zapatos para acostarse junto a su pareja en la alfombra de la sala

- Papa… - dijo el pequeño Ian señalándolo y sonriendo

- Hola mis amores, háganme un lugar

Ikky se acostó junto a Seiya y le dio un suave beso en los labios luego de besar la cabecita de su hijo que le do uno de los bloques con los que estaban jugando, Ian se trepó en Ikky que lo recibió en sus brazos y sonrió, ahí en el piso de su casa la pareja conversó de todo un poco, de las clases de Seiya, del nuevo caso de Ikky, de lo que había dicho June que era la que cuidaba a Ian en la guardería, de Shun… Seiya había almorzado hoy con su cuñado y le había contado que había terminado con su novio

- En serio?, es el colmo mi ototo, solo a ti te cuenta sus cosas, a mi que soy su hermano casi ni me llama – se quejó el mayor frunciendo el ceño

- No seas duro con Shun, nosotros somos amigos desde la escuela mi amor, tu eres su hermano mayor, no es lo mismo, Shun te quiere mucho es solo que… las relaciones son diferentes, es todo

- Eso está bien… es solo que me parece… excluyente de su parte, a ti te ve en la Universidad, yo lo veo con suerte los domingos o algo – Ikky quería mucho a su ototo, se la vivían peleando pero era innegable que se querían mucho y desde que se casó con Seiya ya no había estado pendiente de su hermano como solía hacerlo, claro antes vivían juntos y ahora no, todo era diferente…

- Él vive ocupado Ikky, tiene clases y tu tienes trabajo, tendríamos que ir a cenar con tu padre todas las noches para ver a tu hermano

- No no no… mejor extraño a Shun

- Luego quien es el colmo?, y hablando de tu padre, Shion me llamó ayer y me dijo que hace mucho que no ve a Ian y que nos invitaba a comer el fin de semana

- Que te vaya bien amor, ahí me cuentas como te fue – Ikky se puso de pie y cargó a su hijo mientras caminaba por el departamento

- No lo puedo creer… no vas a ir a ver a tu papá? – Seiya se levantó y lo siguió hasta el cuarto del bebé

- No…

- Ikky…

- Ikky nada, así nos llevamos mejor, dile que estoy enfermo o algo – Ikky le dio el bebé a Seiya mientras  él iba sacando su pijamita, el pañal para cambiarlo y el talco

- La vez anterior que fui tu no fuiste, no puedo creer que yo me lleve mejor con tu familia que tu

- Yo me llevo bien con tu papá

- Mi papá es un sol – dijo Seiya acostando a Ian y zafando su ropita para cambiarlo, el niño balbuceaba ausentemente y sonreía a Ikky que le hacía caras y le besaba la manito

- Ajá… un sol… no te acuerdas como se puso cuando amenazó con matarme?

- Ikky… eso fue hace tiempo y ya pasó, ahora te quiere mucho y se lleva muy bien contigo, no critiques a mi papá

- Si no lo critico, solo te hago acuerdo que no es tan santo como tu lo pintas

- Pobre mi papá, le deben estar ardiendo las orejas

- Pues si… oye, no que me tenías una sorpresa? – Seiya estaba acabando de vestir a Ian cuando Ikky lo abrazó por la espalda y besó su nuca acariciando sus caderas

- Esa es mas tarde, no tienes hambre?

- Un poco… hoy… quiero… carne cruda… - Seiya sonrió y volteó el rostro para atrapar los labios de su esposo, Ikky tomó a Ian y lo puso en la alfombra de la habitación, el pequeño caminó hasta la esquina y se puso a jugar con unos botecitos plásticos mientras sus padres se fundían en un muy pasional beso, Ikky apretaba el cuerpo de Seiya contra el suyo y lo acariciaba por todas partes, Seiya lo abrazaba y le jaló la camisa para sacársela de dentro del pantalón mientras Ikky le acariciaba el trasero

- Papa…

Ikky soltó a Seiya que se agachó para cargar a su hijo que le estaba jalando el pantalón

- Puré de papas y carne apanada? – propuso el castaño con una sonrisa mientras caminaba a la cocina

- Yo te dije que quería carne cruda

- Yo también pero que te parece si cenamos primero, acostamos a Ian y luego yo te doy tu carne cruda

- Genial

 

Ese plan resultó fácil en teoría porque luego de cenar y de arreglar la cocina el pequeño Ian hizo todo menos dormirse, el niño estaba en la cama de sus papás acostado en medio de ellos, se movía de aquí para allá y en ese tren estuvo hasta casi las once de la noche, en ese punto Ikky tenía sueño y bostezaba de cuando en cuando, finalmente Ian cayó dormido y el mayor lo fue a acomodar en su cuna, volvió con el monitor del bebé en la mano y lo puso en la mesa de noche de su lado, Seiya lo recibió en sus brazos y no desperdiciaron mucho tiempo en juegos, sus ropas cayeron rápidamente al suelo mientras ellos se acomodaban en la cama, Ikky sabía muy bien como complacer a su esposo, conocía su cuerpo de memoria y sonrió al escuchar los primeros gemidos de la noche en respuesta a sus atenciones y besos, la voz de Seiya en su oreja diciéndole que le amaba y sus suaves movimientos hizo que Ikky recordara su sesión de sexo con Hyoga, eso fue tan… diferente… pero no podía pensar en eso ahora que tenía a su esposo entre sus brazos por lo que se concentró en el dulce jovencito que se entregaba a él con amor, con pasión lo hizo suyo y ambos lo disfrutaron inmensamente enredados en las sábanas de su cama matrimonial, cuando ya todo había acabado Ikky sostenía el cálido cuerpo de su esposo que dormía tranquilamente apoyado en su pecho y el abogado se maldecía internamente, Hyoga tuvo razón, si pensó en él mientras le hacía el amor a Seiya…

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y nos vemos el lunes para ver que mas pasa en este complicado triángulo

Muchas gracias por leer y nos vemos pronto, saludos, bye


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