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AUN TE AMO por crystalwall

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Notas del capitulo:

La situación se sigue complicando, Hyoga tiene noticias bastante interesantes...

Espero que les guste

Capítulo 3.- Cambio de planes

 

Ikky se quedó sin respiración y se sentó como autómata en el sillón del estudio, Shion lo miraba muy duramente, con rabia…

- De qué estás hablando papá?, yo no tengo ningún amante

- Ja… por favor hijo, con quien crees que estás hablando?, tu crees que nadie te vio?, si entraste a un hotel en el centro y con Hyoga??, desde cuándo te estás viendo con él?

- Papá… no es lo que tu crees

- Por favor… a mi no me vas a venir con esas excusas baratas, pero vamos por partes, yo se y te lo he dicho muchas veces, nunca estuve de acuerdo con tu matrimonio con Seiya, a mi él nunca me pareció que fuera los suficientemente bueno para ti, era prácticamente un niño cuando te casaste con él y tu sabes que yo quería a Hyoga como si fuera un hijo pero esto… esto no es digno de ti Ikky – había decepción en los ojos de Shion, eso le llegó al peliazul al alma, él podía tener millón problemas con su padre pero nunca lo había mirado de esa manera

- Mira papá…

- Ya te dije que no quiero que me inventes excusas o te justifiques, no es a mi a quien tienes que hacerlo, la verdad me arrepiento de que yo haya sido la causa de que tu vida tomara el rumbo que tomó hace tiempo y sé que me resientes por ello… yo sé que tu no amabas a Seiya cuando te casaste con él, sé que solo lo hiciste en un sentido de responsabilidad por el niño que venía en camino, no se hasta que punto lo hiciste por despecho, pero eso en este punto no importa, ahora le debes respeto a tu esposo, no le puedes hacer esto a ese muchacho que lo único que hace es amarte o si has decidido que Hyoga es al que amas pues rompe con Seiya, no hagas lo que estás haciendo hijo, eso solo te traerá desgracias, se honesto con tus sentimientos y no juegues con ellos…

- Lo se papá…

- Si lo sabes por qué lo haces?, la verdad hijo no te entiendo, tienes todo lo que siempre dijiste que querías en tu vida, tienes un trabajo excelente, dinero no te falta, tienes un hermoso hijo que es todo tranquilo y un esposo joven que te ama, hijo… me has dejado muy claro en muchas ocasiones que yo no puedo interferir en tu vida y no lo voy a hacer pero como padre si te puedo decir lo que pienso, la decisión es a la final tuya, yo solo te advierto que estás jugando con fuego, no arriesgues lo mas por lo menos, acepta que Hyoga es parte de tu pasado y déjalo ahí

- Cómo lo supiste?

- Bueno… primero te vi esa noche, yo estaba saliendo de una cena a la que me invitaron unos clientes y te vi mientras te besabas con tu amante en el auto y luego entrabas al hotel con él, y luego al día siguiente Hyoga tuvo el descaro de llamarme, él dijo que a saludarme, que estaba de paso en Japón y que quería saludarte, por eso me llamaba a pedir tu número de teléfono y se lo di por supuesto, pero dime… es cierto?, él solo estaba de paso?

- No lo se papá… no lo he vuelto a ver ni he hablado con él

- Ah si?

- Si… Hyoga no es mi amante, es solo… eso fue una equivocación, y no te preocupes que no se volverá a repetir, no se si ya se fue de Japón pero ese no es el punto, no lo volveré a ver

- Me parece bien hijo, tu le diste a Seiya tu palabra y como hombre de bien debes cumplir, tu… lo amas?

- A Hyoga?

- No… a Seiya

- Si… claro que amo a Seiya, estas dos semanas han sido de tortura para mi, nunca antes le había mentido, no se que fue lo que pasó pero sea lo que sea que haya sido créeme papá, no tengo pensado hacerlo nuevamente

- Me alegro… ahora ve y acaba de hacer lo que me dijo Shun que estabas haciendo, eso es lo que deberías hacer y no andar buscando lo que no se te ha perdido

- Aurita ya no tengo ganas, creo que es mejor que nos vayamos, y… gracias papá

- Para algo soy tu padre no?

- Pues si…

 

Ikky salió del estudio y se sentía como si le hubiera pasado un tren por encima, en verdad que fue un estúpido, cómo fue a pensar que nadie nunca lo descubriría??, y para colmo de males su papá lo vio, rayos!!!, esto no estaba bien

- Qué te dijo papá?

- Nada ototo nada, tu lo conoces…

- Qué te pasa Ikky?, hoy has estado mas raro de lo usual y no me digas que estoy loco porque yo te conozco muy bien, pasa algo con Seiya?

- No… te ha dicho algo?

- No… no me ha dicho nada, solo que está algo estresado por sus exámenes, ya sabes lo dramático que es con eso

- Yo no me preocupo por eso, él es muy bueno y siempre está leyendo esos libros inmensos, me hace gracia el tono con el que los lee, como si leyera cuentos infantiles, te juro ototo que Ian va a dar clases de anatomía a sus compañeros en el jardín de niños cuando entre en él

- Pues si… pero está hermoso y en serio no has pensado en tener otro?, mira que les salen bonitos los niños

- No ototo, uno es suficiente, Seiya está muy entusiasmado con sus estudios

- Pero tu sabías decir que quieres mínimo cuatro hijos

- Si… pero no soy solo yo el que tiene voto en eso, no puedo sobrecargar con esto a Seiya, el quiere estudiar y pues… yo quiero que él sea feliz, eso me hace feliz a mi

- Demonios… por qué yo no puedo encontrar a alguien tan complaciente como tu?

- Porque Seiya no pide mucho y lo que pide no es nada extraordinario, en cambio tu… es imposible complacerte a ti, yo lo intenté por años y me rendí al final, a Dios gracias Seiya no se parece a ti o ya lo hubiera estrangulado – ambos hermanos reían en el pasillo cuando llegó Seiya con Ian en brazos

- De qué me hablan? – preguntó el castaño porque algo oyó pero no estaba seguro de qué

- De nada mi amor, solo que ya es tarde y será mejor que nos vayamos

- Ok., deténmelo un ratito voy por sus cosas

- Ok., ven acá tu… - Ikky tomó a su hijo en brazos y le besó la cabecita, el bebé estaba recién despertado por lo que abrazó a Ikky y apoyó su cabeza en el hombro de su padre hasta que Seiya lo aliste todo, Shion salió del estudio y sonrió al ver a Ikky que le acariciaba la espalda a su hijo y le shusheaba porque Ian estaba todo quejoso, en el camino a casa Ikky fue bastante silencioso, todo lo que le había dicho su padre le daba vueltas la cabeza, al llegar a casa el mayor fue a chequear su correo en el computador y vio un mail de Hyoga, lo abrió y era una nota sencilla la que decía:

 

Ikky:

 

Voy a estar en Japón la semana del 17 al 22, si quieres llámame, te estaré esperando, aún no puedo dejar de pensar en esa noche, quiero sentir otra vez el aroma de tu piel en mi cuerpo, así que llámame

 

Hyoga.

 

Ikky eliminó el mensaje y apagó el computador, esto no estaba bien, igual no iba a llamar a Hyoga así que no habría problema, los días siguientes pasaron sin mayores acontecimientos, él seguía en su trabajo, Seiya con sus clases al igual que Shun y todo eso estaba bien pero la tranquilidad se le fue al peliazul la mañana de un soleado miércoles cuando su secretaria le anunció que el Señor Hyoga Nara estaba en su oficina y había pedido hablar con él, Ikky no sabía que hacer pero para evitar escándalos (de lo que Hyoga era muy capaz de hacer), lo hizo pasar a su oficina, el rubio estaba vestido de manera casual pero él sabía lo que le favorecía y se veía extremadamente sexy con sus pantalones jeans ceñidos, una camiseta sencilla y una camisa abierta, botas y un cinturón con una hebilla bastante llamativa, la oficina de Ikky además del escritorio tenía una pequeña salita con dos sillones, el peliazul señaló uno de los sillones a su visitante y él ocupó el otro

- Así que volviste a Japón eh? – dijo Ikky sentándose cómodamente en su sillón, Hyoga se recostó en el espaldar del suyo y cerró los ojos, suspiró y los volvió a abrir

- Te lo dije en mi correo, si lo recibiste verdad?, tenía la duda sobre si te llegó o no

- Si lo recibí…

- Y?, no pensabas llamarme, ya voy dos días aquí

- No, no pensaba llamarte la verdad, a que has venido?

- Quería verte, no he podido dejar de pensar en ti, no puedo sacarte de mi cabeza, estas últimas semanas tu has ocupado todos mis pensamientos, no me digas que no has pensado ni un poquito en mi

- No he tenido tiempo de nada Hyoga, y si eso es lo que viniste a decirme pues ya lo dijiste, ahora estoy muy ocupado así que si me disculpas…

- Me estás echando de tu oficina?, vaya… recuerdo que hubo un tiempo en el que tu no podías estar lejos de mi en lo mas mínimo, me llamabas, me buscabas…

- Te dije que ahora es distinto, yo tengo una vida totalmente diferente, yo estoy casado no soy libre

- Nunca fuiste libre Ikky, siempre algo te ató, antes… que tu papá… esto, que tu hermano… aquello, ahora tu esposo y tu hijo – dijo el rubio con molestia

- Las cosas son así Hyoga, simplemente son así, mi realidad es diferente a la tuya, yo tengo obligaciones y responsabilidades

- No has pensado que podrías no tenerla?, por qué no vienes conmigo Ikky?, ahora me voy un par de semanas al caribe, voy a escribir un artículo sobre las playas de Aruba, vámonos juntos, déjalo todo y dedícate a ti, yo se que no eres feliz solo finges serlo, me lo demostraste esa noche, tu no amas a ese muchachito, nunca dejaste de amarme a mi, solo… admítelo

- No Hyoga, las cosas no son así, no me arrepiento de las decisiones que he tomado en la vida

- En serio no te arrepientes?, yo si… me arrepiento de haberme ido, me arrepiento de no haberte obligado a ir conmigo, me arrepiento de que cuando tuve la oportunidad no la pude concretar contigo, y me da rabia y coraje que tu hayas sido tan estúpido de embarazar a ese niño y ahora estés atado a él

- Las cosas se dieron así Hyoga… ya no hay nada que podamos hacer ahora

- Ah no?, claro que si…

 

El rubio se levantó de su sillón y antes de que Ikky pudiera hacer algo el escritor se le sentó encima y buscó sus labios con desesperación, Ikky intentó zafarse pero Hyoga se imponía y lo besaba con fuerza mientras le zafaba la corbata, Ikky con todo el esfuerzo logró levantarse del sillón pero Hyoga hizo lo mismo y se guindó de su cuello con la una mano mientras que con la otra le agarró el trasero mordiendo su cuello

- No Hyoga… no…

- Deja… de pelear… contigo mismo… soy tuyo… hazme tuyo… ahora…

Hyoga empujó a Ikky otra vez al sillón y volvió a sentarse sobre él besándolo con desesperación y entrega, Ikky ya no pudo resistirse mas y se dejó llevar, dejó ingresar en su boca la lengua del rubio que la recorría con emoción y fuerza, rápidamente ambos se empezaron a arrancar la ropa, Hyoga sonreía y se dedicó a lamer y morder el pecho de Ikky que estaba recostado ahora en el espaldar del sillón y enredaba sus dedos en los rubios cabellos

- No marcas… Hyoga… no marcas…

- Mmmmm… lo intentaré…

 

Hyoga se bajó del sillón y se puso de rodillas en el suelo entre las piernas de Ikky, le zafó el cinturón y le abrió el pantalón liberando el endurecido miembro del peliazul y sin mas preámbulo se lo llevó a la boca, Ikky se arqueó un poco y cerró los ojos disfrutando de las atenciones del rubio que lo hacía con maestría, lo chupaba y lamía, lo acariciaba de una manera absolutamente deliciosa, pero Ikky no estaba para juegos, levantó a Hyoga y lo tumbó boca abajo en el sillón, le bajó los pantalones y empezó a dilatar su entrada

- Ya no aguanto mas… métemela Ikky… ahora…

- La quieres?, la quieres?

- Si… dámela… hasta el fondo Ikky… tu sabes… como me gusta…

 

El peliazul abogado sonrió y sacó sus dedos de la entrada del rubio y lo penetró de una sola estocada, Hyoga tuvo que morder el cojín del sillón para ahogar su grito de dolor y placer, se quedaron así unos momentos hasta que el escritor se volteó y le guiñó un ojo a Ikky, esa era su señal para que el otro se empezara a mover en su interior y el abogado lo hizo, lento al inicio y fue tomando ritmo a medida que continuaban, Hyoga gemía y él mismo se masturbaba con la ayuda de Ikky, estaban por llegar al clímax cuando Ikky salió del cuerpo de Hyoga que se quejó pero no le duró mucho la queja porque el mayor lo volteó en el sillón, le levantó la pierna y la puso en su hombro para penetrarlo mas profundamente esta vez, Hyoga se arqueó y se mordió los labios que enseguida fueron reclamados por Ikky y se unieron en un muy pasional beso, Hyoga abrazó a su amante y le arañaba la espalda mientras ambos seguían con sus muy sensuales movimientos de cadera, Hyoga llegó primero a la cumbre máxima del placer seguido solo por un momento por Ikky que cuando todo acabó se desplomó en el pecho del rubio que lo abrazó con fuerza y le mordió la oreja

- Eso fue… genial… - dijo el rubio con una sonrisa plena de satisfacción

- No se que diablos es lo que tienes… por qué no me puedo resistir a ti? – Ikky se incorporó un poco y miró intensamente esos ojos celestes que lo enloquecían y le devolvieron la mirada con expresión divertida

- Me amas Ikky… el hecho de que hayas estado enojado conmigo todo este tiempo, el hecho de que hayas maldecido mi nombre por haberme ido no significa que me hayas dejado de amar

- Yo… amo a Seiya…

- Tal vez… pero me amas a mi también, mientras mas pronto lo aceptes mejor te vas a sentir, tu me amas, yo te amo, es simple…

- No… no es simple, yo…

- Mira… no nos compliquemos ahora, solo vivamos el momento y disfrutémonos, yo estoy en Japón hasta el sábado y me voy a ir por un par de meses en una gira por las playas de Asia menor, nos podemos ver lo que resta de la semana y luego cuando vuelva a Japón, que dices?

- Es que yo…

- Te voy a dar tu tiempo y espacio para que analices las cosas, cuando estés listo podrás venir conmigo, yo te estaré esperando, te amo Ikky y esta vez no te voy a dejar ir así como así

- Pero…

- Tu eres abogado, sabes que hacer… solo piénsalo y decide, ahora es mejor que me vaya, tengo una cita con una de mis fuentes en la noche pero si quieres verme podemos ir al bar que nos encontramos la vez anterior, te parece a las siete?

- No se si pueda…

- Ok., yo voy a estar en ese bar, tu solo llega…

- Está bien…

 

Hyoga se levantó e Ikky le alcanzó un paquetito de toallitas húmedas que él tenía en su oficina como repuesto, eran para su hijo en la guardería, se asearon un poco en el pequeño cuarto de baño que el abogado tenía en su oficina y se vistieron en silencio, cuando ya estuvieron listos y toda evidencia de lo que acababa de pasar fue eliminada Hyoga se acercó, abrazó y besó suavemente a Ikky que correspondió pero se zafó rápidamente

- Te espero en la noche, ojalá puedas venir… si no puedes no hay problema, solo llámame cuando puedas y yo vendré a verte

- Ok – Ikky asintió, ya no lo podía seguir escondiendo, él deseaba a Hyoga, el sexo con él era tan diferente a lo que estaba acostumbrado y la atracción entre ellos no había disminuido en lo más mínimo

- Te amo Ikky, no lo olvides, por ti… estoy dispuesto hasta a esto… por ahora

- Es mejor que te vayas, tengo una audiencia en media hora

- Está bien, ya no te distraigo, adiós tigre…

- Bye…

 

Hyoga salió de la oficina de Ikky con una maravillosa sonrisa en el rostro, lo había conseguido… claro que tuvo que prácticamente violar a Ikky pero él ya había reaccionado y ese dio cuenta que no todo estaba dicho entre ellos, no solo era sexo… el amor que ellos se tuvieron aún estaba presente, no todo estaba extinguido y no todo estaba perdido, Seiya no era competencia para él, se ganaría nuevamente a Ikky y esta vez se lo llevaría con él, no dejaría pasar esta nueva oportunidad, en todos sus viajes de todos estos años, en todos los amantes que habían compartido su lecho ninguno lo había hecho sentir como lo hacía Ikky con el mas simple de los roces, Hyoga nunca dejó de amarlo y ahora era tiempo de recuperarlo, cueste lo que le cueste…

 

Ikky pasó en su oficina ocupándose de sus cosas por el resto del día, estaba considerando seriamente ir al bar y encontrarse con Hyoga pero sus planes fueron frustrados por una llamada de su esposo, Seiya tenía laboratorio de química y al parecer se extendería y no podía ir a recoger a Ian, Ikky le dijo que no había problema que él lo sacaría de la guardería y lo tendría en su oficina hasta que sea la hora de salida, a su secretaria no le importaba cuidarlo y así lo hicieron, a las cinco de la tarde Ikky fue a recoger a su pequeño y lo llevó a su oficina allí el niño pasó caminando por la oficina de Ikky jugando con sus muñequitos sin hacer mayores escándalos hasta que fueron las seis de la tarde y el peliazul recogió algunos papeles para leerlos mas tarde, tomó a su hijo y fue a casa, cuando llegó Seiya no llegaba todavía por lo que le dio de comer a su niño y el también cenó, el castaño llegó muerto como a las ocho de la noche, Ikky ya puesto su pijama al igual que Ian estaba en la habitación mirando la televisión con el bebé que estaba en la cama saltando despreocupadamente y mordiendo el teléfono celular del peliazul, el pequeñito se lanzó a Seiya apenas lo vio, el joven lo cargó, lo besó pero lo puso en la cama nuevamente y él también se acostó junto a Ikky luego de darle un fugaz beso en los labios

- Cansadito?

- No tienes una idea, la Universidad me va a matar…

- Te dijera que pospongas el semestre pero no vas a querer verdad?

- Claro que no

- Entonces te aguantas… quieres comer?

- No… comí pizza en la cafetería de la Facultad pero no estaba buena, me quiero dar un baño y acostarme

- Ok., aquí te esperamos

 

Seiya se fue a dar un baño, se puso su pijama y se acostó, en menos de 5 minutos ya estaba dormido, Ikky entretuvo al bebé para dejar dormir a Seiya y lo acostó a las diez de la noche mas o menos, aseguró el departamento y fue a su habitación, miró por largo rato dormir a su esposo y sentía un vacío en el estómago, lo que ahora deseaba era estar con Hyoga, quería verlo, hablar con él, escuchar su voz o algo, así que fue a la sala y lo llamó

- Ikky… te esperé hasta casi las nueve, no pudiste eh?

- No, no pude… Seiya tuvo clases y yo me quedé con el bebé

- Ohhh… padre abnegado, eso es muy sexy de tu parte, pero no hay problema, siempre podemos vernos mañana no?

- Pero no en mi oficina

- De acuerdo, no en tu oficina, que te parece en el hotel del centro?

- No… me vieron entrar ahí contigo la vez anterior

- En serio?, quién?

- Mi papá

- Ohhhh… mal mal mal, bueno, llámame mañana y nos ponemos de acuerdo en donde

- Ok.

- No puedo esperar para verte Ikky

- Yo también, nos vemos mañana

 

Ikky colgó el teléfono y suspiró, meneó la cabeza y se fue a la habitación, se acostó junto a Seiya y apagó las luces, no necesariamente pudo dormir pero ese día todo cambió para él, el peliazul estaba consiente de todo lo que su papá le había dicho y tenía razón, pero Hyoga era… Hyoga…

 

A la mañana siguiente Ikky despertó temprano al sentir unas manos que acariciaban su pecho y con tan placentera sensación abrió los ojos y se volteó, Seiya ya estaba despierto y se acurrucó en su pecho luego de un beso y un buenos días, Ikky abrazó a su esposo el que coló sus manos en los pantalones de pijama del mayor y acarició su trasero

- Hey… - se quejó el peliazul cuando el castaño le apretó un cachete, Seiya solo se rió y le pasó una de sus piernas por las caderas a Ikky

- Ayer estaba cansado pero aurita es temprano, Ian no se despierta todavía y yo tengo clases a las nueve, no tienes ganas?, yo si tengo ganas… - Seiya le jaló el pantalón de pijama a Ikky y se lo bajó, el mayor se retorció en la cama y ayudó para quitárselo, Seiya le sacó la camiseta también y lo recostó sobre su espalda sentándose en sus caderas, ahí el peliazul desnudó a Seiya y se empezaron a besar y a acariciar cambiando de posiciones en la cama, Ikky escondió una mueca de dolor cuando su esposo lo abrazó y arañó su espalda porque aún le dolía de los arañazos que le había hecho Hyoga, ahí se dio cuenta de algo muy importante, si Seiya llegaba a ver sus marcas lo asesinaba, así  que se dedicó a besar a su esposo y no cambiaron de posición, Ikky mantuvo a Seiya recostado sobre su espalda mientras hicieron el amor esa mañana, Seiya notó a Ikky algo extraño, su esposo no lo miraba, tenía los ojos cerrados todo el tiempo o el rostro escondido en su cuello, esto era bastante extraño porque a Ikky le gustaba mirarlo a los ojos cuando hacían el amor, de cualquier manera estuvieron algo silenciosos cuando ya todo había acabado, Ikky solo acariciaba ausentemente la espalda a Seiya pero no decía nada, por lo regular el abogado hablaba, le contaba cosas, le hacía bromas, algo decía luego de hacerlo, ahora parecía que su mente estaba ocupada a muchas millas de distancia

- Ikky… está todo bien? – Seiya se incorporó en la cama y acarició suavemente el rostro de su esposo que le sonrió y lo acercó para besarlo en los labios

- Claro amor, por qué lo preguntas?

- No se… estás como muy callado o algo

- Lo siento chiquito es solo que… el caso en el que estoy trabajando me da vueltas en la cabeza, es todo…

- Ok., quieres panqueques de desayuno?, tenemos tiempo, si quieres te los hago

- Gracias amor, tu haz los panqueques yo me voy a bañar

- No quieres compañía para eso?, me gusta tallar tu espalda – Seiya sonreía todo pícaro pero ahí mismo Ikky quiso morirse, no podía dejar que Seiya vea los arañazos en su espalda

- Me gusta que me la talles pero si nos bañamos juntos ya no me haces los panqueques y me hiciste tener ganas, así que mejor cumple tus ofrecimientos chiquito, no quieres discutir con un abogado

- Uy… ok., te espero… ohhh… Ian…

 

Seiya se levantó, recogió sus pantalones de pijama, se los puso y fue a ver a su bebé que ya había despertado porque lo oyó quejarse por el monitor que estaba en su mesa de noche, Ikky no perdió el tiempo y se metió a la ducha, se dio un duchazo rápido y salió en tiempo record para vestirse hecho una bala, no vaya a entrar Seiya y descubrirlo todo, su esposo si lo arañaba de vez en cuando pero nunca le había dejado marcas muy visibles, Hyoga le había sacado sangre otra vez, esto no era bueno… Ikky se acabó de vestir y fue a la cocina en donde vio a Ian acomodado en su sillita alta jugando con unos cereales en su bandeja, no los estaba comiendo, estaba jugando con ellos pero pegó un grito al ver a Ikky que entró y le besó la cabecita, abrazó a Seiya por la espalda y le besó la nuca distrayéndole porque quería peñizcar un pedacito de un panqueque, Seiya se dio cuenta e hizo moción de golpear su mano pero Ikky solo sonrió y lo besó en los labios estrechándolo contra su cuerpo

 

Luego del desayuno Ikky acomodó a Ian en la sillita de bebé del auto y manejó a su oficina, el plan era sencillo en su cabeza, Hyoga estaría en Japón esta semana, se iría en tres días y todo volvería a la normalidad en su vida, con suerte Hyoga no volvería en un largo tiempo y a él le habría pasado la locura temporal de la que estaba preso ahora, ya se había acostado con Hyoga y la ansiedad que le quedara la saciaría con el rubio estos tres días que le faltaban y eso sería todo, una pequeña aventurilla, nada con consecuencia, Ikky se repetía a si mismo que no dejaría que esto complique su vida, él no iba a perder a su familia por esto… no, no lo haría…

 

Ikky había echado la culpa a un nuevo caso en el que estaba trabajando para escaparse las noches y encontrarse con su rubio, Seiya la verdad no le había armado problema porque no era la primera vez que el peliazul se veía presionado por su trabajo y en diferentes hoteles y lugares la secreta pareja se dedicó a recuperar el tiempo perdido y pasaron noches deliciosas de sexo e intimidad, juntos reían al recordar lo que solían hacer, los lugares que visitaron, las personas que conocieron, en estos tres días ellos como que se reconectaron en muchos sentidos, Hyoga estaba muy complacido porque cada vez iba ganando mas terreno en los pensamientos y sentimientos del abogado, que igual se mostraba culpable por lo que estaba pasando pero cada vez mas se justificaba a si mismo y sus acciones…

 

El problema se dio cuando la tarde del sábado se encontró con Hyoga en un hotel en el barrio este de la ciudad, luego de una sesión alucinante de sexo (según Ikky el sexo de despedida porque Hyoga ya se iba) en la que ambos quedaron totalmente agotados y satisfechos Hyoga soltó la bomba que había estado guardando por todo el día, la verdad este cambio de eventos no lo planeó el rubio, sino que simplemente se dio… a veces se alinean los planetas para bien… o para mal…

- Ikky… te tengo una noticia que no se como lo vas a tomar, a mi me parece una muy buena oportunidad y la verdad ya acepté

- De qué estás hablando – Ikky frunció el ceño y se incorporó un poco en la cama

- La revista me ofreció el puesto de editor el jefe de la sección de viajes, entretenimiento y demás misceláneos – Hyoga lucía algo incómodo con esto pero Ikky no le veía el problema todavía a esta confesión

- Genial… bien por ti – el peliazul sonrió y acarició el rostro de Hyoga, el rubio tomó su mano, la besó y entrelazaron sus dedos

- Gracias, pero el asunto es que ahora tendré residencia permanente, me voy a quedar a vivir aquí en Tokio, Ikky?... Ikky… dime algo… - Ikky se había quedado callado con la mirada perdida, se dejó caer en las almohadas y se cubrió el rostro con las manos, Hyoga lo miraba expectante pero él no podía juntar las palabras para expresar lo que sentía, todo se le complicaba… qué iba a hacer ahora?, terminaba todo con Hyoga?, continuaba con Hyoga y se exponía a las consecuencias?, pero… y Seiya???, rayos!!!!

 

Notas finales:

Cuánto tiempo mas podrá seguir manteniendo Ikky el engaño antes de que Seiya se de cuenta?

Eso es el Viernes, muchas gracias por leer y nos vemos pronto, bye


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