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AUN TE AMO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, en este capítulo... mejor no les adelanto, espero que les guste

Capítulo 5.- Un corazón roto y uno que empieza a latir

 

Hyoga estaba sentado en su sillón revisando unos artículos para su publicación cuando un hombre muy atractivo de cabellos azules y blanca piel entró en su oficina, aquel era Camus, el editor general de la revista, eran casi las ocho de la noche y era raro que el rubio esté en la oficina si siempre era uno de los primeros en salir

- Trabajando tarde Hyoga?

- Camus… solo un ratito, hoy tenía cita pero un imprevisto pasó y ya no tengo plan, entonces mejor dejo adelantando esto – explicó el rubio señalando los papeles de su escritorio

- La cena de aniversario de la revista es este viernes, espero conocer a tu misterioso novio en ella

- Si se lo dije pero no me lo ha confirmado, es algo… complicado

- Complicado?, desde cuando es una cena complicada?

- No me hagas caso, yo si iré de cualquier manera – el rubio sonrió pero el peliazul lo miró con una mirada algo extraña antes de sentarse en una de las sillas de visita frente a su escritorio

- Hyoga… somos amigos verdad?

- Claro…

- El otro día te vi en un SPA, tu no me viste porque llegabas cuando yo salía pero estabas en la compañía de uno de los abogados que trabaja en esa firma grande del centro, es él tu novio?

- Me viste??, en serio??, vaya… que pequeño es el mundo – el rubio se puso muy incómodo

- Pues si pero… Hyoga yo quería decirte que tengas cuidado, tu eres un buen muchacho, yo conocí a Ikky Takamura en una cena de beneficencia hace unos seis meses mas o menos, los conocí a él y… a su esposo, no me mires así Hyoga… yo no se que te haya dicho pero… él está casado, su esposo es un muchacho muy joven y hermoso, yo… te estimo mucho y lo que menos quiero es verte sufrir, pero te lo tenía que decir – se notaba que Camus estaba todo apenado por el joven rubio que ahora se mostraba muy incómodo en su sillón

- Lo se… sé que él está casado pero no ama a Seiya, él me ama a mi, la historia es larga y complicada Camus pero créeme, al que Ikky ama es a mi – Camus miro con pena al rubio que hablaba con un convencimiento único

- Ohhh… Hyoga, eso es lo que él te ha dicho?, y tu le creíste?, Hyoga, ese tipo es uno de los abogados mas fieros de la ciudad, es desalmado, frío y calculador, yo tengo un amigo que es abogado de una de las firmas contrarias, deberías escuchar cómo se refieren de él en el círculo legal de la ciudad, es cierto que se ha ganado el respeto de toda la comunidad pero… ten cuidado Hyoga, él solo te va atraer desgracias

- No… él me ama – insistió el rubio con total convicción

- Si te ha dicho que va a dejar a su esposo por ti  pues déjame decirte que esa es la mentira mas vieja del manual, nadie deja al esposo por el amante

- Yo no soy su… amante…

- Y qué eres entonces?

- Soy el amor de su vida, él me lo ha dicho, me lo ha demostrado, nuestra historia es antigua Camus, si Ikky se casó con ese niño es porque tuvo que hacerlo, él no es feliz con él

- Por tu bien… eso espero, porque esa no es la impresión que yo tuve de ellos en esa cena…

- Yo amo a Ikky por sobre todo Camus, por eso acepté el empleo aquí, por eso acepto verlo a escondidas, por eso acepto todo… él lo vale… él me ama… yo lo sé…

- Ok., yo cumplí con decirte lo que quería decirte, es tu decisión, espero que todo resulte bien para ti, me dolería saber que sufres…

 

Camus apretó la mano de Hyoga antes de salir de su oficina, al hacerlo una gran tristeza le invadió el alma, cómo???, cómo este muchacho que siempre fue tan fresco, tan extrovertido, tan digno, se rebajó a ser el amante de un hombre casado???, Hyoga no era una mala persona, solo estaba ciego por el amor que le tenía a ese individuo, Camus suspiró al llegar a su oficina, si solo Hyoga abriera los ojos y se diera cuenta de lo que tenía en frente, él lo amaba, siempre lo amó y ahora le partía el alma verlo en esa situación que tarde o temprano explotaría y nadie lo salvaría de los alcances de la explosión…

 

Ikky llegó temprano esa noche a casa y encontró a Seiya acostado en la alfombra de la sala jugando con Ian, el peliazul sonrió, se sacó su saco y se acostó junto a ellos como solía hacerlo y esa noche parecía que todo lo que habían perdido en algo se había recuperado, Ikky le contaba ausentemente a Seiya de sus casos de la oficina, de que June andaba de novia con uno de los chicos de Contabilidad, de que habría una cena por el aniversario de la empresa en tres semanas y muchas cosas mas, luego de la cena ambos estaban acostados en su cama y seguían hablando de todo un poco, de Aioros, de Shun, de Shion… hasta que Ian se durmió, Seiya lo fue a acostar y cuando regresó a la habitación Ikky lo recibió en sus brazos, el peliazul decidió concentrarse totalmente en su esposo esa noche…

 

A los ojos de Ikky, Seiya era muy hermoso en verdad, tenía unos ojos muy expresivos, una sonrisa encantadora, una piel suave y tersa, su cuerpo joven y definido, su plano estómago no daba mayores muestras de haber albergado a su hijo salvo por la cicatriz de la cesárea, sus manos que lo acariciaban con ternura y deseo, sus piernas que lo atraían pegándolo mas a su cuerpo… todo él era muy atractivo y sensual, su esposo conservaba una inocencia única que podía desarmar al mas fiero, Seiya se le entregaba completamente y con pasión por lo que ahora Ikky lo besaba y se estaba tomando su tiempo en hacerlo, era como si estuviera disfrutando poco a poco y lentamente de ese cuerpo que estaba rendido a él

- Ikky… Ikky…

Seiya suspiraba y abrazaba con fuerza a su peliazul que estaba acomodado totalmente sobre él entre sus piernas y ahora estaba besando y mordiendo su cuello mientras lo acababa de desnudar

- Ikky… espera… quiero… preguntarte algo…

- Aurita?

- Si…

El peliazul se incorporó un poco y se separó lo suficiente para poder mirar a su esposo a los ojos que se veía algo nervioso

- Qué pasa?

- Ikky… a ti te gustaría que yo… pues… hiciera alguna otra cosa… tu sabes… mientras lo hacemos?

- Otra cosa?

- Si… no se… algo diferente o algo así…

- Quieres probar cosas diferentes? – el mayor preguntó todo divertido, vaya…

- Solo si tu quieres, es que yo no se si yo… hago todo lo que debería hacer, si hay algo que a ti te gustaría hacer y no hemos hecho, si tu me dices que quieres que haga yo lo haré

- En serio?, por qué me lo preguntas?

- Lo que pasa es que yo… solo he hecho el amor contigo y no se si hago todo lo que se supone que debo hacer – Seiya se sonrojó cuando dijo esto, a Ikky le pareció lo mas encantador que alguna vez le haya dicho su esposo

- Tu eres fantástico así que no te preocupes jamás por eso aunque me parece genial lo de probar cosas nuevas pero a qué viene todo esto?

- Lo que pasa es que estaba hablando con Shun el otro día…

- Le cuentas a Shun nuestras cosas tan íntimas????

- No… claro que no, él me estaba contando de un trabajo que estaba haciendo de sexualidad humana para una de sus clases

- Ohhh, ok., y que tiene mi ototo que decir sobre sexualidad humana?

- Bueno… estábamos hablando de las fantasías y de lo saludable que era en una pareja estable, sean casados o no que tengan la confianza y la libertad de contarse sus fantasías y de ser posible las hagan realidad

- Ahhh… y quieres saber mi fantasía?

- Ajá… lo podemos intentar, que dices?, que te gustaría?

- Mmmmm… eso suena muy muy tentador, y tu… estarías dispuesto a hacer lo que yo quiera?

- Claro… tu no me dañarías verdad?

- Caro que no… a mi esas cosas no me gustan, mas bien… Seiya… me harías un streap tease?

- En serio? – Seiya sonrió muy aliviado cuando Ikky dijo esto

- Uy si… te verías tan sexy con un traje de doctor, o de maestro de escuela, mmmmm… mira como me pones solo de pensarlo… uy…

 

Ikky volvió a acomodarse sobre Seiya que sonreía muy complacido, eso fue fácil… a Ikky le gustó la idea entonces lo haría, lo complacería, aunque le parecía gracioso que Shun le haya sugerido lo mismo pero en esos precisos momentos los planes de streap tease quedaron olvidados porque la pareja se halla sumida en cosas mas interesantes, esa noche Ikky le hizo el amor a Seiya como Dios manda, como solían hacerlo, en verdad se amaron esa noche, se mimaron, hablaron, se rieron y exhaustos se durmieron, a la mañana siguiente cuando Seiya despertó Ikky aún estaba dormido, el castaño sonrió e iba a despertarlo pero se detuvo cuando vio una marca de una mordida en su pezón derecho, él no lo había mordido ahí la noche anterior además la marca estaba media moradita, era de hace un par de días y ellos no habían tenido ningún tipo de intimidad en casi una semana, Seiya cerró los ojos y peleando las lágrimas se acurrucó en el pecho de Ikky que despertó y sonrió, besó sus cabellos y lo abrazó

- Mmmmm… me siento genial… pero no quiero ir a trabajar, Seiya… qué tienes?, te duele algo?, te lastimé? – Ikky se había estirado perezosamente en la cama y se fijó en su esposo que disimuladamente se limpió una lágrima y trató de sonreír

- No… no me hagas caso, solo fue un mal sueño… no es nada, de veras…

- Por todos los dioses pero que soñaste?

- Ya no tiene importancia y la verdad no quiero ni acordarme, solo abrásame un ratito si?

- Mi amor… tranquilo, lo que sea que hayas soñado fue solo un sueño, todo está bien…

- Eso espero…

 

Esa mañana Ikky al llegar a la oficina se encontró con 15 mensajes de Hyoga, el peliazul suspiró y lo llamó

- En dónde diablos te metiste ayer Ikky?, ni siquiera me llamaste… – el rubio en todo este tiempo de relación y romance se mostraba cada vez mas posesivo con el peliazul

- Lo siento Hyoga pero tuve que ir a casa, mi situación es complicada

- Pues descomplícala, bota a ese niñito y vámonos juntos, ya hemos hablado de esto Ikky, yo puedo volver a mi antiguo trabajo y viajaremos por el mundo, libres como los pájaros, sin ataduras, sin preocupaciones ni nada – la conversación que el rubio tuvo con Camus lo había puesto a pensar la noche entera, ya era tiempo de definir su situación, no podían seguir así

- Suena bien…

- Claro que suena bien, solo hace falta que tu te decidas, yo solo quiero estar a tu lado, por dinero no te preocupes que yo gano mas que suficiente para mantenernos a ambos además puedes pasar a formar parte del staff de la revista, ya lo hablé con mi jefe y me dijo que cuando estén por darse las cosas solo le avise y me ayudará – esto no era cierto pero si era trabajo lo que le preocupaba a Ikky ya después verían

- Cielos… has pensado en todo…

- Sé lo que quiero y esta vez haré todo lo posible por conseguirlo, yo te necesito a mi lado y me muero de los celos de solo pensar que ayer pasaste la noche entera con Seiya, tu eres mío Ikky y si me fallaste ayer hoy no lo puedes hacer, nos vemos en mi departamento, prométemelo

- Ahí estaré, te lo prometo

- Y esperaré ansioso vida mía, nos vemos en la noche y te tendré una sorpresita

- Ok., nos vemos mas tarde, adiós… - Ikky colgó y suspiró, por qué no se le podía resistir a Hyoga?, qué tenía ese rubio que lo enloquecía?, no era solo sexo eso ya había quedado claro para él, aún habían sentimientos, eso era lógico porque la forma en la que terminaron hace años y eso pues… dejaba mucho espacio para lo que estaba pasando ahora precisamente

 

Milo estaba en una ferretería, necesitaba unos repuestos para su podadora de césped y se encontró casualmente con Hyoga que estaba comprando repuestos para las lámparas de su sala, ambos se conocían pero no eran necesariamente amigos, saludaron muy amablemente y solo charlaron un par de minutos, esa noche Milo fue a su casa y lo alistó todo, había invitado a Shun a cenar por lo que con tiempo había comprado lo necesario, le cocinaría tallarines con pasta italiana, ellos habían estado saliendo la pasada semana en plan amistoso pero a Milo le gustaba mucho el jovencito y esa noche averiguaría si el sentimiento era correspondido, el profesor estaba algo preocupado por la diferencia de edad pero se convencía a si mismo que Shun no lo vería tan mal considerando que su hermano estaba casado con Seiya que tenían la misma diferencia de edad, pero bueno… Milo estaba todo entusiasmado con su nuevo prospecto cuando el timbre sonó y era precisamente Shun el que llegaba, afuera hacía mucho frío y llovía, el muchacho no estaba tan empapado pero si estaba algo mojado

- Te vas a congelar si te quedas con esas ropas mojadas, déjame darte algo mío y así ponemos lo tuyo a secar, que te parece?

- No me quedará un poco grande?

- Es preferible a que pesques una pulmonía, ven conmigo… - Milo vivía en una casita pequeña en las afueras de la ciudad, el peliazul decía que le gustaba la privacidad y el silencio, la decoración era interesante, muebles de apariencia cómoda, todo en madera, el dueño de casa guió a Shun hasta la que el joven supuso era la habitación principal que era bastante espaciosa, tenía una cama de dos plazas con un cómodo cobertor, una mesita y un televisor de 60 pulgadas de pantalla plana y una colección increíble de películas, Shun sonrió… así que ese era el pasatiempo de su profesor, vaya… películas…, Milo abrió el armario y sacó una camiseta, un buso y unos pantalones de calentador y se los dio a Shun que los tomó y agradeció

- Búscame por la cocina cuando te hayas cambiado y así me ayudas con la ensalada, te parece bien?

- Claro…

Milo se fue cerrando la puerta cuando salió dejando solo al peliverde en su habitación, Shun se cambió rápidamente y en verdad que la ropa de Milo le quedaba inmensa pero por lo menos estaba seca, ya cambiado el joven se paseó por la habitación mirando las películas de Milo, la mayoría era de acción, una que otra de terror, varias comedias y sorprendentemente habían de dibujos animados, el peliverde sonrió al sacar de la estantería “Cómo entrenar a tu dragón”, a él le había encantado esa película, le parecía extraño que Milo tuviera ese tipo de películas, y ahí su rostro se ensombreció, tal vez tenía hijos o algo, de eso nunca habían hablado…

 

Shun caminó en medias por la casa y llegó a la cocina y encontró a Milo que tarareaba la canción que sonaba en la emisora mientras rallaba queso, el peliazul le parecía el rey del relax, siempre tenía esa actitud despreocupada que le encantaba, al alzar la mirada Milo sonrió y Shun abrió los brazos para mostrar lo grande que le quedaba el buso

- No te quejes que te ves adorable, picas la lechuga?

- Ok., la verdad un puedo creer que sepas cocinar

- Es uno de mis talentos escondidos, otro es que toco la guitarra, eso no te lo esperabas verdad?

- Ese si… lo que no me esperé fue la cantidad de películas que tienes, cuántas son?

- Casi mil, pero no me mires así que las colecciono por años, además no hay nada mas rico que en una tarde o noche lluviosa acurrucarte en la cama con palomitas o tostitos y ver una de tus películas favoritas

- Milo… tu tienes hijos?

- No, tu tienes hijos? – Milo frunció el ceño cuando le devolvió la pregunta a Shun, no se ofendió necesariamente pero le pareció extraño una pregunta de ese tipo y lanzada así… sin aviso

- No…

- Entonces por qué la pregunta?

- Es que vi entre tus películas algunas de dibujos animados y pues…

- Ohhh… ok., lo reconozco es mi placer culposo, a mi me encantan los dibujitos y mira que mi infancia fue muy feliz, pero me encantan, no me digas que a ti no te gustan? – Milo volvió a sonreír maravillosamente al entender de dónde salió la pregunta

- A mi si me gustan, es solo que me pareció raro que te gusten a ti

- Nahhh… a mi me gusta una gran variedad de cosas, todo tipo de películas menos los dramas, esos me parecen masoquistas, me gustan muchos tipos de música, de comida, me parece divertido probar cosas nuevas

- Genial, eso me parece bien…

 

La cena fue muy divertida, entre risas comieron y arreglaron la cocina, se notaba que Milo sabía cocinar pero que no lo hacía muy frecuentemente porque había utilizado la mitad de todos los implementos de su cocina, Milo ofreció un café y se lució porque se había comprado una máquina casera para hacer capuchino y sentados en los cómodos muebles de la sala la pareja charlaba de todo un poco hasta que una cosa llevó a la otra y cuando Shun reaccionó estaba recostado en el sofá con Milo entre sus piernas ambos entregados a muy apasionados besos, su profesor besaba como los Dioses, lo acariciaba con suavidad pero con ansia, cuando los labios de Milo se desviaron al cuello de Shun, éste puso las manos en el pecho del mayor y lo empujó suavemente, el dueño de casa entendió la indirecta bien directa y se incorporó en el sofá permitiendo que Shun haga lo mismo

- Y eso que rayos fue? – preguntó Shun recuperando el aliento y con una sonrisa

- No lo se pero si lo hacemos otra vez tal vez te tenga una respuesta – Milo jaló a Shun en el sofá e hizo que se siente en su regazo y se unieron en un nuevo beso, Shun se movió y se sentó de frente a Milo para abrazarlo con mayor facilidad y comodidad para continuar en donde se quedaron hasta que Shun detuvo la mano de Milo que se colaba por sus ropas para acariciar su espalda

- No no no… espera…

- Muy rápido?

- Ajá

- Está bien… tenemos tiempo para ir al ritmo que tu quieras, me gustas mucho Shun, me divierto mucho contigo y disfruto tu compañía

- Tu también me gustas mucho Milo, tu eres diferente… en el buen sentido de la palabra

- Me alegro, entonces… cómo quedamos?

- No creo que sea bueno que nadie se entere, en la Universidad me refiero

- Si… eso me traería mas problemas a mi que a ti, yo no le veo el problema porque tu eres excelente estudiante pero tu sabes todas las cosas que dirían de nosotros

- Bueno… esperemos que solo seas mi profesor este semestre

- Eso se puede arreglar, yo tengo mis contactos pero ahora bésame quieres?, eres tan sexy…

 

Shun sonrió y volvió a abrazar a Milo y continuaron con sus besos por unos momentos mas antes de que el peliverde se fijara en la hora en el reloj de pared de la sala, eran las 10:30, ahí el joven se levantó de un salto y dijo que tenía que irse o su papá o asesinaba, Milo dijo que lo llevaría a casa así que Shun fue a ponerse su ropa y juntos fueron por las calles de Tokio, Shun estaba jugando con las estaciones de radio porque decía que Milo necesitaba ampliar su gusto musical a cosas mas modernas, el mayor solo sonreía y le dio un fugaz beso cuando llegaron a un semáforo, en eso estaban cuando algo llamó la atención de Shun, en la acera del frente estaba el auto de su nissan, eso le pareció muy extraño, eran casi las once de la noche y que demonios hacía Ikky en esa parte de la ciudad si era una zona residencial, Shun le pidió a Milo que se parqueara, el peliazul no entendió nada hasta que mas o menos diez minutos después Ikky salía de uno de los edificios, Shun lo miraba con los ojos muy abiertos pero casi le da algo cuando vio quien salía tras su hermano, hace años que no lo veía pero Hyoga se le hizo inconfundible, Shun se llenó de rabia cuando Hyoga agarró el brazo de Ikky, lo empujó contra su auto y le plantó un muy pasional beso que fue enteramente correspondido por el abogado, en eso estuvieron unos minutos hasta que Ikky se separó y se subió a su auto, arrancó y se fue

- No lo puedo creer… - dijo Shun aún muy molesto

- Sabes que hoy vi a Hyoga en la ferretería?

- Yo no sabía que estaba en la ciudad, cuando volvió y cómo fue que mi hermano se enredó con él?

- Yo los vi juntos hace un par de semanas, por eso te pregunté por él, no sabía que tu hermano estaba casado con tu amigo Seiya, al verlos juntos pensé que ellos… tu sabes… aún eran pareja o algo

- Por qué no me lo dijiste?

- No estaban haciendo nada extraño, estaban tomando un café nada mas entonces no le di importancia cuando me aclaraste que Ikky si estaba casado pero no con él, la verdad pensé que habían quedado en términos amistosos – el profesor acarició el rostro de Shun que respiró y le sonrió

- Cómo pudo ser Ikky tan imbécil?

- Se lo vas a contar a Seiya?

- No… si… no se… qué crees que debo hacer?

- Este es un tema muy delicado y tu estás en una pésima posición, a la final es tu hermano y tu mejor amigo

- Pero no puedo no hacer nada

- Yo te sugeriría que hablaras con Ikky, él es tu hermano

- Tienes razón, pero ya vámonos, no quiero estar aquí

 

Seiya estaba acostado en su cama y tenía frío, últimamente siempre tenía frío porque Ikky nunca estaba, luego de aquella noche fantástica los días que siguieron fueron geniales, el castaño estaba optimista pero las cosas se enfriaron rápidamente, esta semana Ikky no había llegado temprano ni una sola noche, Seiya miró el reloj de su mesa de noche cuando escuchó que la puerta del departamento se abría, eran las 11:15, el castaño suspiró y se volteó en la cama dando la espalda a la puerta, Ikky entró todo sigiloso y su rutina no cambió en lo mas mínimo, se dio una ducha rápida, se puso su pijama y con mucho cuidado se acostó en la cama y no se volvió a mover mas, Seiya solo cerró los ojos e intentó dormir pero no podía, toda esta situación lo tenía muy mal y estaba muy deprimido, el médico de la Universidad le había dado unos antidepresivos pero el castaño no los había tomado aún, no le gustaban esas cosas pero su estado de ánimo estaba por los suelos, algo tenía que hacer así que se volteó y abrazó a Ikky que saltó en la cama

- Reunión otra vez? – susurró el castaño

- Si… es tarde mejor vuélvete a dormir – dijo Ikky sin voltearse

- Se que hora es porque no estaba durmiendo, Ikky…

- Mañana hablamos Seiya, estoy cansado

- Lo se… la verdad me sorprende que puedas manejar luego de tener sexo, no sueles durar mucho tiempo despierto – Ikky se dio a vuelta de un salto y miró a Seiya que lo miraba con ojos tristes, Ikky se sentó en la cama y Seiya hizo lo mismo – Tu crees que porque soy joven soy un pobre imbécil verdad?

- No Seiya… no es eso…

- No te creo, la verdad insultas mi inteligencia, yo tontamente creí que tenías algo pasajero y me quería convencer a mi mismo de que todo pasaría y volvería a ser como antes, pero ahora son algunos meses que estamos en este tren y sabes que?... ya me cansé…

- Seiya…

- Fuera de mi cama, ve con tu amante, estoy seguro de que te recibirá con los brazos abiertos

- No Seiya, las cosas no son así, yo no tengo ningún amante, solo tengo mucho trabajo… en serio, yo nunca te podría ser infiel, yo te amo

- Bien… si tu no te vas me voy yo… - Seiya se levantó y rodeó la cama para salir de la habitación pero Ikky hizo lo mismo y lo atrapó antes de que llegara a la puerta

- No Ikky… suéltame… aún hueles a esa colonia barata, hay olores que el jabón no quita… suéltame desgraciado suéltame…

- Escúchame… estás equivocado, yo no estoy en nada, nunca te he mentido, nunca te he engañado

- Me estás mintiendo aurita… quítame las manos de encima

- Tranquilízate Seiya – Ikky sujetó con fuerza a su esposo de los brazos y lo sacudió

- Me haces daño… suéltame – a Seiya se le iban las lágrimas, en tres años de matrimonio Ikky nunca lo había visto llorar salvo la noche que nació su hijo, el castaño lloró de la emoción cuando sostuvo a su hijo en sus brazos por primera vez, ahora… las circunstancias eran muy diferentes, Ikky lo soltó de los brazos pero lo abrazó con fuerza y aunque Seiya estaba forcejeando para soltarse no pudo y lloró con mas sentimiento permitiendo que Ikky lo abrace y juntos cayeron al suelo y estuvieron así abrazados  en el suelo hasta que Seiya de tanto llorar se quedó dormido en los brazos de Ikky que lo acomodó en la cama y lo tapó, él se fue a la sala y se acomodó en el sillón, Seiya tenía razón, no era digno de compartir su cama

 

A la mañana siguiente Seiya despertó cuando sintió que acariciaban su rostro, era Ikky que sostenía una taza de café muy cerca de él, Seiya se hizo a un lado y se bajó de la cama por el otro lado y sin decir nada se fue al cuarto de baño, Ikky oyó las llaves de agua abrirse y la puerta de plástico cerrarse, el mayor suspiró y fue a ver a Ian que ya estaba despierto, Seiya salió del baño, se vistió y fue por la casa para encontrar a Ikky que estaba tostando pan, el peliazul ya estaba enternado e Ian estaba ya vestido y cambiado jugando con sus cereales en su silla alta

- Seiya…

- Si no admites lo que estás haciendo no tenemos nada de que hablar, yo no puedo tolerar que me mientas así cuando yo nunca te he mentido, no me merezco esto y tu lo sabes, cuando estés listo para hablar con la verdad hablaremos, pasaré a recoger a Ian a las cinco nos vemos entonces

- Está bien…

 

Ikky no sabía que una persona podía sentirse así de mal, se sentía indigno, sucio, él sabía que estaba dañando a su familia pero la mirada en los ojos de su esposo la noche anterior se lo había dicho todo, su padre tenía razón, esto no era digno de él, desde cuando era ese tipo de persona?, será que Seiya se lo perdonaría alguna vez?... todo era incierto… de cualquier manera luego de dejar al pequeño en la guardería se fue para su oficina y llamó a Hyoga, le dijo que tenía que hablar con él y que si podía ir a su oficina, Hyoga aceptó un tanto sorprendido, Ikky mismo le había dicho que no era prudente verse en su oficina, pero bueno… si lo llamó era por algo importante, tal vez ya se había deshecho de su esposo y ahora tenían el camino libre, siempre cabe la posibilidad pensó el rubio…

 

Ikky estaba revisando unos papeles cuando finalmente llegó Hyoga a las tres de la tarde, Ikky lo hizo pasar y lo hizo un tanto frío, no correspondió realmente al beso que le dio el rubio y lo llevó a la salita en donde se sentaron en sillones diferentes

- Qué pasa Ikky?

- Necesitamos hablar… Seiya ya lo sabe todo

- Se lo dijiste al fin?

- No… él no es tonto Hyoga, se ha dado cuenta de todo y la verdad esta situación ya es insostenible, yo me estoy muriendo

- Ok., asumo que decidiste algo

- Por eso te llamé, lo siento Hyoga pero… lo nuestro no puede seguir, esto se acaba aquí

- Si Ikky… eso me lo has dicho muchas veces – Hyoga sonrió y se acomodó en el sillón, Ikky había terminado con él muchas veces pero siempre acudía a su llamado

- Esta vez es en serio, no puedo seguir lastimando a Seiya, yo lo amo – el rubio al ver el tono tan serio de su amante se empezó a preocupar

- Me amas a mi también

- No te lo estoy negando pero Seiya es mi esposo, es el padre de mi hijo

- Eso no me suena a amor, es obligación, no te das cuenta Ikky?, me estás haciendo lo mismo que me hiciste hace tres años, no pongas lo que creas que deberías hacer por sobre lo que quieres hacer, yo se que tu quieres renunciar a todo, botar tu trabajo, botar a tu esposo e irte conmigo, admítelo… solo admítelo

- Es una idea tentadora no te lo voy a negar pero no puedo

- Si puedes, tu me amas Ikky, no te niegues a la felicidad otra vez

- Cómo puedo construir mi felicidad sobre el sufrimiento de Seiya?

- Pero si lo puedes hacer sobre el mío? – respondió Hyoga con indignación

- No es lo mismo Hyoga, yo era muy feliz hasta que tu llegaste a mi vida a revolverlo todo, era feliz con mi vida, con mi esposo, con mi hijo y mi trabajo, tu… me desubicaste

- Vaya… osea que en verdad que no representé mas que una aventura para ti verdad?

- No fuiste solo eso, tu eres importante para mi y lo sabes

- Tan importante que me botas como trapo sucio luego de utilizarme

- No Hyoga… no tienes una idea de cuanto me cuesta esto, se me parte el corazón pero no puedo seguir, ya no puedo mas… no mas…

 

Ikky se puso de pie y caminó hasta la ventana, se apoyó en el marco y suspiró, Hyoga caminó hasta él le abrazó por la espalda y apoyó su cabeza en la espalda de su amante, luego de unos momentos Hyoga tomó suavemente el brazo de Ikky y lo volteó, buscó sus labios y se unieron en un suave beso que se volvió demandante, como en ocasiones anteriores Ikky trató de separarse de Hyoga pero el rubio se imponía y jaló al abogado hasta el sillón y lo empujó, Ikky cayó sentado lo que aprovechó Hyoga para sentarse encima de él y besarlo con mas fuerza y pasión

- No Hyoga… no

- Ikky… una vez mas… solo una… déjame probarte una vez mas

- No Hyoga no…

Pero Hyoga no hizo caso de nada y con una habilidad única le zafó el botón del pantalón al peliazul e introdujo sus manos buscando su miembro el que se endureció ante las íntimas caricias que recibía, el rubio bajó en un camino de besos por el cuello del mayor y se arrodilló en el suelo para empezar a atender con su boca a Ikky que al sentir la cálida lengua del rubio lo recorría entero se arqueó un poco en el sillón y enredó sus manos en los dorados cabellos, la temperatura subía en la oficina cuando el zumbido de la puerta eléctrica sonó, la puerta se abrió para dar paso a unos ojos cafés que se llenaron de ira e indignación al ver la escena

- Seiya… - Ikky se movió tratando de apartar a Hyoga y subirse los pantalones, Hyoga se puso de pie lentamente pasando la mano por su boca para limpiar los rastros de saliva y fijando sus ojos celestes en Seiya que estaba más pálido que la muerte aún inmóvil en el marco de la puerta, ahora a la indignación se le unió la incredulidad y el dolor

- No lo puedo creer, tu???? – esto fue una bofetada para el castaño, nunca se le habría ocurrido siquiera que Ikky lo engañaría con su ex… esto de ser posible fue peor, al joven se le fue el aire y sentía como si alguien estuviera oprimiendo sus pulmones y su corazón

- Seiya… - Ikky intentó decir algo pero Seiya lo interrumpió

- Cállate… - el castaño miró a Ikky, el peliazul nunca había visto tal furia en la expresión de su esposo, ahora Seiya miró intensamente a Hyoga y levantó la mirada - Si es lo que quieres pues te lo regalo – el tono del menor era frío como el hielo, se sacó su anillo de matrimonio y se lo lanzó a Hyoga que no hizo nada para evitarlo y el anillo le pegó en la mejilla derecha para luego rodar por el piso de la oficina del peliazul, Seiya ya no vio nada mas simplemente se dio la media vuelta y con paso rápido caminó limpiándose las lágrimas hacia el elevador, el joven no se detuvo a ver a nadie ni se dio cuenta que la oficina entera había salido a ver que pasaba y muchas cabezas curiosas hicieron acto de presencia, Ikky se acabó de acomodar la ropa y salió disparado por el pasillo pero solo vio la silueta de su esposo dentro del elevador que se cerraba y bajaba, Ikky aplastó con desesperación el botón pero no hizo diferencia por lo que corrió a las escaleras pero no lo iba a alcanzar nunca, eran once pisos, cuando Ikky salió corriendo al vestíbulo solo vio pasar echo un bólido a Seiya en su auto…

 

Notas finales:

Me quedó un poco largo pero no lo podía cortar a la mitad

Y ahora qué hara Seiya??, que hará Hyoga??, y cómo quedará Ikky???, eso y muchas mas cosas en el capitulo del miercoles, no se lo pueden perder

Muchas gracias por leer y nos vemos pronto, saludos, bye


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