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AUN TE AMO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, esta es la conclución del final de Seiya, espero que les guste este capítulo, les quiero agradecer a todos ustedes que leyeron esta historia y por todos sus comentarios, sin mas... el final mas esperado con una aparición sorpresa de Hyoga muajajajaja

Capítulo 13.- Seiya… (Segunda parte)

 

En los días que siguieron Ikky y Seiya empezaron a salir informalmente, los sábados el castaño llevaba a Ian al parque y accidentalmente Ikky llegaba y se les unía, de esta manera podía ver por mas tiempo a su hijo y aprovechaba para conversar con Seiya, ahora se acostaban en el césped del parque mientras charlaban y jugaban con Ian, como solían hacerlo en la sala de su casa, todo esto les traía recuerdos, con el pasar de las semanas llegaron a un punto en donde hablaban casi todos los días, se veían frecuentemente y salía con Ian algunas veces y solos otras, mas que nada hablaban, si había habido uno que otro beso por ahí pero Seiya no se sentía del todo cómodo con Ikky, las cosas no se sentían igual que antes, el tema de Hyoga no lo habían vuelto a tocar pero era imprescindible aclarar todo si querían que las cosas volvieran a funcionar entre ellos

 

Una noche Ikky había invitado a Seiya a comer y luego a una caminata en el parque, mientras caminaban Ikky tomó la mano de Seiya, por lo regular ellos caminaban tomados de la mano pero Seiya se detuvo en seco sin soltar la mano de su peliazul

- Pasa algo? – Ikky se volteó y miró a Seiya que parecía perdido en sus pensamientos y cuando habló lo hizo en un susurro

- Por qué Ikky?, tu sabes a lo que me refiero y por favor no me salgas con evasivas y me digas que fue un error, yo quiero saber que fue lo que te hizo que te acostaras con Hyoga la primera vez que lo hiciste, por qué?

- Seiya… eso…

- Sin rodeos Ikky, yo… quiero saber… qué fue lo que pasó?, hice algo mal? – había dolor en los ojos de Seiya, Ikky lo jaló y lo abrazó, su castaño estaba inseguro y ahí fue cuando recordó aquella conversación que tuvieron esa noche en su casa cuando hablaron del streap tease

- No no no no no, mi amor no, eso no tuvo nada que ver contigo, es solo que…

- Qué? – presionó Seiya, esta duda era lo que no le dejaba seguir adelante

- Cuando vi a Hyoga pues… tu sabes como quedó todo entre nosotros, Hyoga era una especie de asunto pendiente en mi vida, él se ofreció y yo no pude negarme – Ikky ya le había dicho esto a Seiya antes pero aparentemente no era suficiente

- Eso lo entendería si hubiera sido una sola vez, pero lo viste por meses Ikky, eso es lo que me mata

- Lo se… pero mi amor, lo de Hyoga quedó ahí, no lo he vuelto a ver ni lo volveré a ver, fue un error de juicio, no te voy a mentir que me sentía atraído por él pero a la final fue solo eso, atracción, a ti te amo – Ikky tomó la mano de Seiya que aún no se veía muy contento con la explicación

- Osea que no te sientes atraído por mi? – preguntó con tristeza el joven, eso era lo que le molestaba, Ikky podía amarlo pero no le deseaba, él recordaba lo celosos que Ikky era con Hyoga, nunca se había mostrado celoso con él, será que él no era lo suficientemente atractivo o algo?

- Estás loco?, no sabes lo sexy que eres?, claro que me siento atraído por ti, no tienes una idea de las ganas que tengo de hacerte el amor, de besar tu suave piel, de sentir tu calor, pero tu me dijiste que querías ir despacio, no sabes como he soñado contigo – el mayor acarició suavemente el rostro del castaño y le sonrió de una manera muy sexy lo que lo hizo sonreír también

- Sueñas conmigo? – preguntó Seiya todo intrigado, eso nunca se lo había dicho

- Casi todas las noches, pero ahora que estamos saliendo pues es mas llevadero, cuando no querías hablar conmigo eso era una tortura

 

Ikky besó a Seiya y continuaron caminando bajo la luz de la luna, luego fueron a dar otra vuelta en auto y finalmente el abogado fue a dejar al joven castaño a su casa, en el marco de la puerta Ikky besó a Seiya suavemente el que cuando se separaron apretó la mano del mayor y le preguntó:

- Ikky… a qué estamos jugando?

- No estamos jugando a nada, estamos saliendo… aunque no te voy a mentir, me encantaría que te decidieras y volvieras en serio conmigo, tu sabes a lo que me refiero

- Tengo miedo Ikky…

- Lo se… pero te prometo que no te voy a defraudar, solo respóndeme algo Seiya, es lo único que debe pesar ahora, dime… tu… aún me amas?

- Ikky… - el joven bajó la mirada pero el peliazul levantó su mentón para mirarlo a los ojos

- Nada estamos haciendo, no conseguiremos nada si tu ya no sientes algo por mi, por eso respóndeme…

- Quieres que te lo diga verdad?, bueno… si Ikky, yo aún te amo, contento? – respondió Seiya con una divertida sonrisa, Ikky suspiró y sonrió maravillosamente

- Claro que si, vuelve conmigo Seiya pero de a de veras, qué hiciste con el departamento por cierto?

- Nada… ni lo he ido a ver

- Perfecto, yo lo dejé tal y como estaba, podemos volver allí y empezar otra vez, o podemos buscar un departamento nuevo o una casa nueva, tu sabes… nuevo inicio se merece una casa nueva

- Casa nueva?

- Si tu quieres…

- Te va bien en la firma eh?

- Últimamente si… tu me inspiras que quieres que te diga?

- Tanto que no me pudiste escribir ni un poema? – esto ya lo dijo Seiya en un tono mas tranquilo recordando los correos electrónicos y las chocopasas

- Eso no puedo, pero lo que te puse en la nota es cierto, te amaré toda la vida, que dices?, nos mudamos juntos otra vez? – Ikky tomó las manos de Seiya y las acercó a su pecho

- Mi papá va a matarme – dijo el castaño meneando la cabeza

- Eso es un si??? – Seiya solo miró a Ikky y sonrió, el peliazul abrazó al castaño, lo levantó del suelo y dio vueltas con él en sus brazos, cuando lo bajó lo besó con pasión, ese fue el primer beso que fue enteramente correspondido por Seiya, el castaño se sintió extraño, era un sentimiento de familiaridad al tener a Ikky entre sus brazos pero a la vez se sentía como algo nuevo, él sabía que Ikky lo amaba y pues… una segunda oportunidad… por ellos mismos y por su hijo él iba a poner todo de su parte para que esto funcionara

 

Ikky buscó un departamento mas grande para mudarse con Seiya, Aioros puso el grito en el cielo pero el castaño cuando Ikky compró el departamento y juntos lo amoblaron igual armó sus maletas y se fue, una vez mas a empezar algo con Ikky, a darle a su matrimonio una nueva oportunidad, el abogado estaba todo emocionado el día que llegaron Seiya  con su hijo, juntos armaron la habitación del pequeñito, ahora ya no dormiría en cuna sino en una cama bajita, la habitación matrimonial era mas grande con un cuarto de baño de envidia, el día de la mudanza Shun y Milo ayudaron encantados, Aioros no dijo nada ni hizo nada salvo dar la bendición a su hijo y desearle lo mejor

 

La primera noche en su nueva casa Seiya ordenó una pizza, no estaba de ánimo para hacer nada, estaba cansado, por eso luego de acostar a Ian entró a la ducha, Ikky estaba por ahí y no sabía si podía entrar en la ducha con su esposo, antes lo hubiera hecho pero ellos aún no habían tenido intimidad en todo este tiempo que habían estado “saliendo” así que Ikky en contra de sus mejores deseos de hacerle el amor a su castaño se contuvo lo que probó ser lo acertado porque esa noche cuando ya ambos estuvieron bañados y acostados en la cama Seiya detuvo los avances de Ikky, el castaño no se sentía cómodo con el asunto del sexo, Ikky le dijo que no había problema que todo se iría dando, esa noche no hicieron el amor pero Seiya durmió acurrucado en el pecho de su esposo, eso era un muy buen avance

 

En los días que siguieron la convivencia no se hizo pesada, las cosas volvían lentamente a ser lo que antes eran, Ikky estaba optimista, algo de su intimidad se había recuperado pero estaban lejos de tener lo que tenían así que al abogado se le ocurrió algo, necesitaría la ayuda de Shun y el peliverde muy complaciente aceptó ser niñero todo el fin de semana por lo que el viernes Seiya sonrió sorprendido de ver fuera de su edificio a su esposo que lo esperaba con una maleta

- Vas a alguna parte?

- Yo solito no, nos vamos los dositos, recuerdas esa hostería a las afueras de la ciudad que tenía ese fabuloso SPA?

- Si…

- Bueno pues tenemos reservaciones para este fin de semana, ya empaqué lo tuyo también, Shun se va a quedar con Ian y ya se llevó tu auto, así que esto es oficialmente un secuestro

- Un secuestro?, que romántico…

- Esa es la idea mi amor, vamos?

- Vamos…

El camino no era muy largo y llegaron a la hostería casi al anochecer, esa noche solo cenaron frente al fuego de la chimenea de su habitación, entre vinos hablaron toda la noche, se besaron y durmieron muy juntitos acurrucados en muchas mantas, a la mañana siguiente fueron a pescar lo que resultó muy divertido porque Ikky no podía pescar es nada y Seiya pasó riéndose de la situación y de la frustración del  peliazul toda la mañana, luego del almuerzo fueron al SPA, el plan era simple, un masajito no les caería nada mal y luego irían a las aguas termales para un relajante baño, pero no todo ocurre como debería…

 

El masaje fue sin problemas pero cuando Seiya se dirigía a las aguas termales uno de los empleados del SPA lo detuvo porque necesitaba que firmara algunas cosas y en eso estaba el castaño cuando sintió una mano en su baja espalda, el joven pensó que era Ikky por eso se llevó el susto de su vida cuando se volteó y vio a un hombre de cabellos rubios que lo miraba con ojos de deseo, Seiya estaba usando solamente una toalla no muy grande que estaba sujeta en su cintura (como todos los que estaban en el SPA) y dio un salto alejándose del extraño, todo esto era muy incómodo

- Estás solito ricura?, no quieres que te haga compañía? – dijo aquel extraño con un tono por demás invitante, a Seiya esto le pareció horrible

- No… si me disculpa… - el castaño intentó irse pero el extraño lo tomó de uno de sus brazos y se acercó a él

- Cómo te llamas caramelito?, yo me llamo Radamantys, mis amigos me dicen Rada, tu... me puedes decir "fiera", soy una verdadera fiera en la cama no quieres comprobarlo por ti mismo? - el rubio le estaba bloqueando el paso al castaño que lo único que quería era salir de ahí

- No estoy interesado... permiso... - Seiya intentó rodear al extraño pero el rubio se impuso y lo tomó de los dos brazos para evitar que su presa huya

- No seas arisco, nos podemos divertir un rato, no te vas a arrepentir – Seiya trató de zafarse pero el tipo era mas grande y fuerte que él, Seiya se iba asustando porque este tipo no tenía la menor intención de soltarlo pero lo que pasó a continuación nadie se lo esperó, de la nada una mano sujetó con fuerza la muñeca de la mano del extraño con la que tenía sujeto a Seiya, tan fuerte era el agarre que el sujeto se vio obligado a soltar al castaño que dio un paso hacia atrás quedando medio escondido detrás de Ikky que lo cubrió protectoramente  

- Qué te pasa?, qué crees que haces? – se quejó el rubio mirando a un furibundo peliazul que torció aún mas ese brazo haciendo gemir del dolor al extraño

- Quién te crees que eres para acercarte a MI esposo? – Ikky destilaba furia por cada poro de su piel, su tono era por demás amenazante

- Esposo? – el rubio abrió mucho los ojos, el peliazul que estaba sujetándolo (el cual también solo estaba usando una toalla) se veía en verdad fuerte y si a eso sumamos la furia que le salía de los ojos no era un buen presagio

- Así es… lárgate infeliz si no quieres que te rompa todos los huesos – Ikky torció aún mas el brazo del extraño que cayó de rodillas por el dolor, el abogado le iba a rematar ahí mismo y romper el brazo al paso que iba por su atrevimiento al tocar a Seiya pero se contuvo cuando sintió que su niño lo abrazaba por la espalda y le besaba el hombro para susurrarle:

- Déjalo… no vale la pena – Ikky soltó al rubio que se levantó con dificultad y salió del área de recepción sin mirar atrás, Ikky se volteó y abrazó a Seiya que se puso en puntillas, buscó sus labios y lo abrazó, ese beso fue muy diferente a los que se habían dado hasta ahora, era un beso de deseo, Ikky se sentía en las nubes porque su esposo había enredado sus dedos en su cabello y lo abrazaba con fuerza, para luego separase un poquito y decirle directamente en el oído: “vámonos… ya no quiero estar aquí”, Seiya luego lamió la oreja de Ikky en claro gesto indicativo, Ikky no esperó nada y tomaron las batas con el logotipo de la hostería y fueron rápidamente por los pasillos hasta que entraron a su habitación entre apasionados besos, las batas volaron quedando casi inmediatamente ambos desnudos en la cama, había pasado mucho tiempo desde la última vez que hicieron el amor por lo que el mayor se dedicó a besar y acariciar todos los rincones del cuerpo de su esposo que se mostraba entregado a todo esto y correspondía a los besos y caricias brindadas, el ver a Ikky tan celoso y sobre protector le hizo sentir a Seiya amado y deseado por su esposo, ese sentimiento no lo cambiaría por nada

 

Cambiaron de posición varias veces en la cama hasta que Seiya se estiró a la mesa de noche y del cajón sacó un tubo de lubricante y se lo dio a Ikky que sonrió y lo besó en los labios mientras se acomodaba entre sus piernas, Ikky reclamó cada milímetro de la piel del cuerpo del castaño como suya, lo besó sin descanso por todas partes, degustó su cuello, su pecho, sus rozados pezones, su vientre en el cual estaba la cicatriz de la cesárea la cual besó con especial devoción hasta que llegó a su entrepierna, Seiya respiraba agitadamente y estaba muy excitado, hacía tiempo que no se sentía así y no pudo contener los gemidos que se escapaban de su garganta cuando su esposo lo complacía con la boca, Ikky acariciaba la parte interna de los muslos de su castaño mientras chupaba y lamía el miembro de su amado que se retorcía de placer en la cama, tan entregado estaba a todo esto estaba Seiya que no sintió mucha incomodidad cuando un lubricado dedo empezó a abrirse paso por su intimidad, el castaño aflojó el cuerpo y llamaba a Ikky por su nombre porque estaba por venirse y lo hizo con un hondo gemido de satisfacción

 

Ahora eran dos dedos los que se movían en su interior dilatándolo, luego fueron tres dedos los que lo invadían hasta que finalmente Ikky se acomodó nuevamente entre sus piernas y lo empezó a penetrar, Seiya se arqueó en la cama y gimió nuevamente, se veía tan sexy a los ojos de Ikky, el castaño tenía los ojos cerrados, sus manos estaban a los lados de su cabeza totalmente rendido a lo que estaba sintiendo ahora, Ikky buscó sus labios y se besaron con pasión, Seiya lo abrazó y le clavó las uñas en la espalda cuando el mayor empezó a moverse dentro de él, los gemidos de Seiya eran música para sus oídos, la manera que tenía de estrecharlo contra su cuerpo con real necesidad y pasión enloquecía al peliazul que le repetía en la oreja a su esposo cuanto lo amaba, cuanto lo deseaba y lo feliz que le hacía, a la final ambos llegaron al punto máximo del clímax entre jadeos y gemidos y se quedaron acostados en la cama abrazados con las respiraciones agitadas y sonrisas plenas de satisfacción

- Wow… eso fue… genial… - dijo el castaño volteándose un poquito para quedar recostado de lado, Ikky hizo lo mismo y quedaron frente a frente, se volvieron a unir en un beso lo que fue calentando el ambiente nuevamente hasta que los amantes se volvieron a unir en un encuentro todo pasional igual al primero, la habitación se llenó de gemidos y jadeos, palabras de amor y golpes rítmicos del espaldar de la cama en la pared, esa tarde estuvieron inspirados e hicieron el amor hasta el cansancio, se miraban a los ojos mientras lo hacían, se llamaban por su nombre y se entregaron totalmente como hacía mucho tiempo no lo hacían, se disfrutaron inmensamente reafirmando su amor y su unión

 

Luego de todas las actividades vespertinas les dio un hambre atroz por lo que ordenaron servicio a la habitación y decidieron bañarse mientras esperaban, en la tina acostados en el agua caliente ambos reían porque Ikky le estaba haciendo cosquillas a Seiya mientras se besaban y jugueteaban despreocupadamente salpicando agua por todas partes, sus juegos terminaron en una nueva sesión de ardiente sexo que hizo retumbar las paredes, pero ante el insistente llamado de la puerta los amantes se enjuagaron y salieron de la bañera, Seiya se puso la bata que estaba por ahí y fue a abrir la puerta esperando encontrar su cena pero lo que vio lo dejó helado, afuera de la habitación estaba nada mas  ni nada menos que Hyoga que lo miró total y absolutamente sorprendido, Seiya se quedó mudo y no sabía que decir, todo esto era muy extraño, Hyoga no había vuelto a saber nada de Seiya desde esa nefasta conversación en la cafetería de la Universidad y claro no tenía ni la más mínima idea de que estuviera con alguien nuevo, o por lo menos eso fue lo que pensó al inicio pero el rubio casi se muere cuando vio salir del cuarto de baño y usando solo una toalla en la cintura a Ikky que con otra toalla se estaba secando el cabello, el peliazul no vio al escritor que estaba parado inmóvil en el marco de la puerta  mas pálido que la muerte

- Mi vida si puedes pedir un poco mas de hielo? – dijo el abogado ausentemente aún sin regresar a ver a la puerta, Seiya no lo pudo evitar y estalló en risas lo que hizo que Ikky alzara la mirada y casi se muere cuando vio a Hyoga parado allí, la verdad no entendía que podía estar haciendo Hyoga precisamente en esa hostería

- Qué haces aquí? – preguntó Seiya en tono muy divertido a Hyoga que tomó un poco de aire y dijo en el tono mas sereno que pudo

- Por favor… podrían hacer un poco de silencio, necesito escribir un artículo y no puedo hacerlo porque no me puedo concentrar – el escritor no sabía que mas decir, eso era lo que venía a decir en primer lugar a la fogosa pareja del cuarto de junto y ahora al verse en tan feo aprieto no se le ocurrió una mejor excusa

- Lo siento… trataremos de bajarnos el volumen – dijo Seiya entrecerrando los ojos para luego cerrarle la puerta en las narices a Hyoga que se quería morir ahí mismo y solo volvió a su habitación, entró, cerró la puerta y se recostó en ella, no podía creer su mala suerte, la pareja ruidosa eran Ikky y Seiya???, no lo podía creer…

 

Hyoga había ido a ese SPA para relajarse el fin de semana, la soledad no era buena compañía, había intentado reorganizar su vida y seguir adelante, había intentado olvidar a Ikky con Camus pero no había funcionado, él amaba a su antiguo amor por sobre todo pero el peliazul no había dado señales de vida por varias semanas, el rubio estaba perdiendo la esperanza de que Ikky vuelva a su lado por lo que necesitaba un tiempo a solas, un cambio de aire era lo que le hacía falta pero al llegar a su habitación la paz le duró poco porque en el cuarto de alado llegó una pareja que al parecer se estaba comiendo viva, Hyoga ya había perdido la cuenta de las veces que los escuchó haciendo el amor, escuchaba risas, gemidos, jadeos y demás ruidos, esto irritó profundamente al rubio que ya caída la noche y al ver que la fogosa pareja no daba señales de descansar golpeó su puerta y casi se muere al ver que era el amor de su vida con su esposo los que se amaron toda la tarde sin descanso, eso fue mucho para él por lo que empezó a armar su maleta, quería pedir que le cambien de habitación o se iba, no podía estar allí…

 

Seiya cerró la puerta y miró a Ikky que estaba de pie y no decía nada, no sabía lo que iba a hacer su castaño pero en ese momento volvieron a llamar a la puerta, esta vez si era el servicio a la habitación con la cena, Seiya dejó entrar al mesero y le pidió mas hielo, al cerrar la puerta Seiya caminó hasta Ikky y lo besó suavemente, tomó su mano y lo llevó hasta la pequeña mesita en donde estaban los platos servidos con su cena

- No estás molesto? – preguntó el peliazul con cautela

- Por qué habría de estarlo? – respondió el joven todo fresco encogiéndose de hombros

- Hyoga…

- Tu lo llamaste? – preguntó Seiya en el mismo tono

- Claro que no – Ikky no sabía que hacer, él no había llamado a Hyoga ni mucho menos, Ikky estaba entrando en pánico, temía que todo lo conseguido con Seiya se le fuera por el caño

- Mira mi amor, a este asunto ya le hemos puesto tierra y no quiero volver a hablar o pensar en lo mismo, este fin de semana es nuestro nuevo inicio y ese estúpido no lo va a arruinar, además… a mi la verdad me parece justicia poética lo que pasó, él mismo dijo que nos escuchó hacer el amor toda la tarde, me hubiera gustado que nos haya visto pero me conformo con esto, mejor come que se va a enfriar la cena, no quieres ir a caminar luego de comer? – Ikky se fue tranquilizando y sonrió, no podía creer que Seiya le estuviera dando tan poca importancia a este asunto pero gracias a todos los Dioses así era

- Si… pero también quiero ir al lago, hay unos paseos en bote nocturnos que supuestamente son hermosos, nos apunté para eso – dijo el peliazul tomando la mano de su esposo sobre la mesa y acercándola para besarla, Seiya sonrió y asintió

- Genial

 

Cuando acabaron de comer Ikky y Seiya se vistieron y salieron tomados de la mano, fueron por el camino de piedra hasta el lago en donde rentaban los botes y les tocó esperar en el frío por uno de ellos, Seiya estaba acurrucado en el pecho de su esposo que le abrazaba buscando calentarlo porque el menor tenía la nariz helada, ellos hablaban y sonreían, se besaban en el frío de la noche y entre risas se subieron al bote cuando llegó y abrazados disfrutaron de la quietud y del silencio que los rodeaba, Hyoga los vio con tristeza desde la recepción de la hostería, había decidido irse, no lo podía soportar y sin mas el rubio le dijo un último adiós al amor de su vida y se fue decidido a no volver

 

El tiempo afianzó la relación de Ikky y Seiya, lentamente la confianza volvió entre ellos y su vida volvió a ser lo que era en gran medida, además al poco tiempo de lo que ellos volvieron un feliz accidente pasó  y Seiya estaba de encargo otra vez, este bebé no era planificado pero eso no impidió que ambos se ilusionaran con el nuevo miembro de su familia, una mañana de domingo Seiya despertó cuando sintió como Ian había llegado a su habitación y se había subido a su cama, el castaño sonrió y besó la cabecita de su hijo que lo abrazó

- Papi Eya yo anqueque – dijo el pequeñito besando a su papi en la nariz

- Ok bebé, panqueques para ti pero dónde está papá Ikky?

- Ocina

- Y qué hace papá en la cocina?

- No te – dijo el pequeñito que aún no hablaba claro

- No sabes?, bueno, vamos a verlo – el castaño se puso de pie con algo de dificultad, su pancita ya estaba algo grande en su quinto mes de embarazo, el castaño caminó por su departamento de la mano de su hijo y sonrió al ver a Ikky en la cocina haciendo un jugo de naranja

- Ohhh… no se vale, yo quería llevarte el desayuno a la cama – dijo el peliazul luego de besar suavemente a su esposo

- En serio… por qué?

- Hoy es domingo – contestó el peliazul encogiéndose de hombros y sonriendo acercándose para besarlo nuevamente en los labios y acariciar su pancita

- Ian quiere panqueques – dijo Seiya con una sonrisa pícara, a Ikky no se le daba la cocina

- Ahí si complicado mi amor porque hasta eso no llego, el jugo es todo lo que ofrezco

- No importa yo los hago, haz me un lugar…

 

Seiya hizo los panqueques mientras Ikky jugaba con su hijo en la mesa de la cocina, estos meses habían sido fantásticos, como Seiya recordaba a su matrimonio antes de la debacle que se llamaba Hyoga, Ikky estaba tranquilo y feliz con su vida, todo había fluido con Seiya y las cosas estaban bien, ellos al igual que antes no tenían mayores problemas, Seiya no se dedicó a espiar o a seguir a Ikky y de la misma manera el abogado era mucho mas comunicativo cuando por razones de trabajo se tenía que quedar hasta mas tarde, habían detalles simples pero significativos, Ikky llamaba a avisarle de esto a su esposo desde el teléfono fijo de la oficia y no de su celular, Seiya se mostraba complacido por esto además como quien no quiere la cosa el castaño se había hecho mas amigo de la secretaria de su marido y de vez en cuando se daba vueltas por su oficina, pero en términos generales la confianza si se iba recuperando poco a poco además el peliazul abogado no había vuelto a saber nada del rubio y ese era un tema muerto entre Seiya y él

 

Las relaciones con Aioros no eran tan buenas que digamos, el castaño mayor resentía a su yerno aunque ahora viera feliz a su hijo pero de cualquier manera la civilización era lo primero, Shion en cambio recibió a Seiya con los brazos abiertos, por primera vez en la vida lo trataba decentemente hasta con cariño, ese fue un buen cambio, el peliverde mayor no podía hacer otra cosa al darse cuenta de cómo sufrió su hijo por la ausencia de su esposo, además Shun ayudó mucho con eso, lo malo era que el blanco de todas la críticas de Shion era ahora Milo el que lo aguantaba todo estoicamente y con una sonrisa, Shun sabía decir que con su novio se sacó la lotería y las cosas entre ellos estaban super bien, se habían mudado juntos aunque Shion puso el grito en el cielo pero nada de lo que dijo su padre impidió que Shun siguiera a su corazón y se fuera a vivir con su novio, Milo le había propuesto matrimonio pero el joven aún no había aceptado, le dijo que quería acabar la carrera, que no quería hacer malabares como a Seiya le tocaba hacer para balancearlo todo, pero de cualquier manera todo estaba bien ahora en la vida de aquella familia que ahora tenían la costumbre de comer todos juntos los domingos

 

Mas o menos dos meses después en una lluviosa tarde Ikky estaba en su oficina cuando recibió la llamada angustiada de Shun

- Ototo tranquilízate que no te entiendo nada, qué diablos pasa?

- Seiya entró en labor de parto y está camino al hospital

- Pero aún faltan mas de 8 semanas, qué pasó ototo?

- No lo sé, pero ya lo llevaron al hospital del centro, nos vemos allá

- Claro, ya llamaron a Aioros?

- Si, ya lo llamamos, Milo está en la ambulancia con Seiya y yo estoy camino a recoger a Ian de la escuelita, tu solo llega allá nissan

- Gracias ototo - Ikky colgó el teléfono y avisó en su oficina que se iba al hospital, que su bebé ya llegaba y con las felicitaciones de todo el mundo el peliazul salió volando al hospital, cuando llegó Seiya aún no entraba al quirófano pero estaba muy asustado, el castaño se tranquilizó un poco cuando vio a Ikky llegar a su lado

- Ikky… mi bebé…

- Tranquilo, verás que todo va a salir bien, ella estará bien – Ikky intentaba tranquilizar a su esposo que estaba un poco pálido y muy angustiado

- Aún no tenemos su nombre, ni su cuna, ni muchas cosas mas

- Por eso no te preocupes, yo lo arreglo todo mi vida, y ya pensaremos en su nombre, tu solo respira y confía en que todo va a salir bien, te amo Seiya… te amo tanto…

- Yo también… au au au au au…

- Respira mi amor, respira…

 

El médico vino y se llevó al castaño al quirófano dejando a todos muy preocupados, Ikky se paseaba por la sala de espera, se moría por un cigarrillo pero había dejado de fumar hace mucho tiempo ya, además no podía dejar que los nervios le ganaran, casi dos horas después salió el médico con las novedades

- La niña está bien, la llevamos a la incubadora y la podrán ver mas tarde, el paciente también está bien y con cuidados se recuperará bastante bien, todo salió bien así que tranquilos, no está dormido… lo quieren ver?

- Si doctor – dijo Ikky enseguida y siguió al médico que lo llevó hasta la habitación del castaño a la que le habían pasado, el joven estaba despierto pero medio adormecido

- Ikky… no siento las piernas – dijo el castaño intentando alzar su mano la que el peliazul tomó y la besó luego de besar sus labios

- Es la anestesia mi amor, en un par de horas ya las vas a poder sentir, la niña está bien

- La vi… es muy pequeñita, seguro está bien?

- El médico dijo que si, descansa mi amor, yo voy a ir a verla apenas la pasen a la cuna, todo está bien…

- Ok.,

 

Ikky veló el sueño de Seiya toda la noche, Shun estaba encargado de avisarle cuando pudiera ver a su niña y al verla tan pequeñita tras el cristal en verdad Ikky se asustó, la bebé estaba conectada a varios aparatos pero el médico dijo que era rutina, que la bebé había nacido sin mayores complicaciones, a la mañana siguiente Ikky llevó a Seiya en silla de ruedas para que a través del cristal pudiera ver a su nuevo retoño, la pequeña Sora estuvo en la incubadora por dos semanas hasta que les permitieron llevarla a casa, en verdad era muy pequeñita cuando nació pero los médicos tuvieron razón y con el pasar de las semanas la bebé iba creciendo a buen ritmo, Seiya tuvo que retirarse ese semestre para recuperarse y cuidar de su hijita, Ikky le había dicho que cuando estuviera bien y la bebé un poco mas fuerte podría retomar sus estudios, que todo era solo cuestión de organización, y así lo hicieron, cuando Seiya volvió a la Universidad Ikky era el encargado de llevar a sus hijos en las mañanas, pasaba dejando a Ian en su escuelita (la verdad era una guardería para niños mas grandes) y llevaba a su niña a la guardería de la oficina, la pequeña Sora era muy parecida a Seiya, tenía los cabellos castaños pero tenía los ojos azules como los suyos, era una niña muy traviesa y no estaba quieta ni un solo ratito, si Ian era un monito pues Sora era su versión corregida y aumentada pero era una bebé muy sana y eso era lo importante

 

***

Hyoga había recuperado su trabajo y se había dedicado a viajar por el mundo una vez mas, en las playas de  Yonaha Maehama de la isla de Miyako en Okinawa, el rubio estaba caminando despreocupadamente con su cámara en mano cuando vio a lo lejos a Shun, es que aquel indiscutiblemente era Shun e iba de la mano de un niño de mas o menos cinco años, tenía los cabellos azules, sería el hijo de Ikky?, Ian debería tener mas o menos esa edad, el rubio e quedó parado estático y vio con dolor como el pequeño soltó la mano del peliverde y corrió unos metros mas adelante en donde ahí estaba Ikky, el abogado lo atrapó y lo lanzó al aire para atraparlo otra vez y luego lo besó, Ian reía estrepitosamente y en eso estaban cuando un hombre de cabellos azules tomó a Shun por la cintura y lo llevó al agua entre los gritos y risas del peliverde y del pequeño niño que ahora estaba de pie junto a su padre, Ikky tomó la mano de Ian y caminó un par de metros mas allá en donde estaba Seiya y tenía en brazos a una niña de no mas de dos años, la pequeñita se lanzó a Ikky que la tomó en sus brazos y la cargó mientras Seiya corrió al agua con Ian a unirse en los juegos de Shun y Milo, Hyoga los vio en silencio y se le comprimió el corazón, si antes Ikky no era feliz con Seiya pues al parecer ahora si lo era, el rubio suspiró, meneó la cabeza y luego de un largo rato de observar a aquel grupo de personas caminó hacia el otro lado, debería dejar de mentirse a si mismo, Ikky siempre fue feliz con Seiya y él se negó a verlo causando todo lo que causó, casi acaba con ese matrimonio que aparentemente había encontrado su camino de vuelta, en verdad debían amarse para perdonar y superar lo que había pasado, esa tarde Hyoga imaginó por muchas horas lo que hubiera sido su vida si no hubiera dejado a Ikky cuando lo dejó, tal vez ahora hubieran tenido hijos, él nunca los quiso tener pero Ikky si, ese era uno de los puntos en los que no podían ponerse de acuerdo cuando eran pareja, el recordar todo eso le dio migraña, ya no valía la pena pensar en lo que hubiera sido posible, Ikky estaba fuera de su alcance y allí se quedaría…

 

Shion estaba en una choza al borde de la arena disfrutando de una bebida tropical cuando vio pasar al rubio que tanto dolor y sufrimiento le había traído a su hijo, lo vio por largo rato mientras él solo estaba parado sobre una roca con la mirada perdida, Shion buscó lo que Hyoga veía y encontró a Ikky que en esos momentos tenía a su hija en brazos y esperaba a Seiya con una toalla porque el castaño y su hijo mayor ya salían del agua, Seiya tomó la toalla y envolvió a Ian en ella, tomó la otra toalla que Ikky le alcanzó y luego de envolverse también Ikky lo atrajo a su cuerpo y besó sus labios, ambos sonreían y empezaron a caminar en dirección a la carpa en donde estaban las sillas de playa, el mayor abrazó a su joven esposo y charlaban tranquilamente mientras caminaban, Shion vio como Hyoga suspiró y se alejó con paso decidido, vaya… eso era lo que debió haber hecho hace tres años a criterio del peliverde que desvió su mirada a sus hijos que estaban sentados cómodamente en la arena con sus respectivas parejas, los niños estaban enterrando a Shun en la arena mientras Seiya estaba recostado en el pecho de Ikky que miraba con una sonrisa a sus hijos jugar y acariciaba a su castaño ausentemente mientras hablaba con Milo que estaba ayudando a los niños a enterrar a Shun

 

Shion dio un sorbo a su bebida y sonrió, esto es lo que siempre quiso, ver a sus hijos estables y bien, él no hubiera elegido las parejas que ellos eligieron pero se notaba que eran felices, eso era lo único que importaba, a la final de todo lo que había pasado hace tres años lo único rescatable era que el resentimiento y el dolor no pudo ganar al amor que se tenían Ikky y Seiya, esa relación resultó ser mas fuerte que lo que él hubiera pensado, aún había amor entre ellos y ahora habían llegado a un punto muy bueno en su vida en el que todo fluía y ambos estaban muy contentos con todo, Seiya estaba aún en la Universidad y le iba bien, estaba por graduarse al igual que Shun, “el doctorcito de cuarta ese” como Shion llamaba a Milo se portaba muy bien con su hijo y estaban bien, a Ikky le iba muy bien en su trabajo y Shion estaba muy contento porque en su último chequeo médico todo había estado normal, el mayor sonrió y se levantó para ir hasta ellos, la pequeña Sora al verlo que se acercaba corrió hasta él para que la cargara, Shion lo hizo y la besó en la mejilla, nadie sabía las razones pero esta pequeñita le había ganado el corazón al arisco peliverde y lo derretía, Shion sabía decir que ella llegó como un ángel a traer la paz a todos y en verdad que era así, la pequeña Sora llegó en tiempos de paz, en tiempos de amor…

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y comentar, espero vernos en otros fics, cuidense mucho, pórtense bien y si se portan mal... inviten.... jajajajaja


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