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AUN TE AMO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola., este es el tercer final final, otro alternativo en donde Ikky elije a Hyoga, le he dado vueltas toda la semana y este es el resultado, este capitulo se lo quiero dedicar a Nina-chan, a Ely y a Alex (Shunlove3) que me dijeron que querían leer el final dedicado al rubio, espero que les guste mi desequilibrio mental al hacer este final, la verdad me tardé porque según yo le faltaba "alma" al capitulo, pero según yo ya lo arreglé entonces ahí me cuentan que les pareció

Este final es igual que los otros, luego del capítulo 10, ese es el capitulo que da pie a todos los finales

Capítulo 14.- Hyoga…

 

Ese domingo Ikky reunió el valor para hacer lo que tuvo que haber hecho hace mucho tiempo y manejaba decidido, Milo tenía razón y ya era hora de hacer lo que tenía que hacer, iría a buscar al amor de su vida ahora que Ian se había quedado con Shun en casa, el peliazul llegó a su destino, se bajó del auto y tocó el timbre, la puerta se abrió y dejó ver aquellos ojos que tanto extrañaba que igual lo miraban con una mezcla de sentimientos, Ikky no lo puedo resistir mas y tenía que decir lo que tanto ansiaba

- Ikky… qué…?

- Te amo… te necesito en mi vida… no soy nada sin ti… perdóname por todo, por Dios… dame otra oportunidad, sin ti… me estoy muriendo…

- No no no Ikky… regresa con tu esposo que es al que en verdad amas, a mi déjame en paz – dijo el rubio tratando de cerrar la puerta en las narices del peliazul que se interpuso y como era mas fuerte que Hyoga logró abrirla totalmente y en contra de la voluntad del rubio entró en su departamento

- Solo escúchame Hyoga por favor… tu tenías razón en todo, yo quiero mucho a Seiya, es el padre de mi hijo y todo eso pero al que amo es a ti, siempre fuiste tu… yo te amo, eres el amor de mi vida, yo… actué mal, obre mal con Seiya y contigo, yo se que no merezco tu perdón pero es lo que mas deseo

- Osea que fuiste con Seiya, él te mandó a volar y ahora vienes a buscarme a mi porque yo son tan gil y te amo tanto que te aceptaré sin poner reparos de vuelta en mi vida verdad? – contestó el escritor cruzándose de brazos y apoyándose en el mueble mas cercano

- No Hyoga, no he buscado a Seiya mas que para ver a mi hijo, a Dios gracias no me lo ha negado pero lo nuestro se acabó, es como te dije, lo lo quiero mucho pero no estoy enamorado de él, eres tu… siempre fuiste tu…

- Mira Ikky… yo no puedo hacer esto mas, hace no mucho hablé con Seiya y me dijo… muchas muchas cosas… en la vida me quiero volver a sentir así, vete Ikky…

- Hyoga por favor… mira yo no se lo que te habrá dicho Seiya y te pido por favor que lo disculpes, él está muy dolido con todo esto pero tu no tienes la culpa de lo que pasó, el único culpable de todo soy yo, como me lo dijiste muchas veces yo debí sincerarme con Seiya y terminar lo nuestro, por cobarde dejé escalar las cosas y llegaron hasta donde llegaron pero te juro mi vida que tengo claro el panorama ahora, solo… no dejemos pasar otra vez la oportunidad  de estar juntos – Ikky hablaba con desesperación y tomaba las manos de su primer amor apretándolas contra su pecho

- Es en serio esta vez Ikky?

- Si… te lo juro mi amor, Seiya ya planteó la demanda de divorcio y todo se está arreglando de mutuo acuerdo, le cedí el departamento y el auto, los bienes materiales no me importan, que se quede con todo que a la final es para mi hijo si me concede la libertad para poder estar contigo, yo iré hasta el fin del mundo con tal de estar a tu lado – Hyoga se zafó del agarre del abogado y caminó por su departamento, Ikky lo miraba expectante mientras el dueño de casa se decidía, pasaron algunos angustiosos minutos de silencio que fue roto por Hyoga que dijo:

- Esta vez no me dejarás parado en el aeropuerto? – Ikky al escuchar esto sonrió aliviado, muy aliviado…

- No mi amor, esta vez me subiré a ese avión contigo e iré a donde tu digas, te amo Hyoga, siempre te amé, eres el amor de mi vida… pero tu… aún me amas?

- Si Ikky… aún te amo…  - dijo el rubio casi en un susurro, Ikky fue hasta él y lo abrazó con fuerza

- Eso es todo lo que hace falta

 

Ikky levantó el mentón del rubio y se fundieron en un muy pasional beso, el peliazul cargó a su amante y lo acorraló contra la pared haciendo que el escritor le rodeara el cuerpo con las piernas, Hyoga abrazaba con fuerza a Ikky y gimió cuando su espalda chocó con la pared rompiendo el beso en el impacto, el peliazul reclamó el blanco cuello y lo mordió mientras Hyoga le lamió la oreja y le susurró con voz de terciopelo: “Hazme tuyo”… Ikky no esperó nada más y cargó al dueño de casa por el departamento que tan bien conocía y lo llevó a la habitación principal en donde juntos cayeron a la cama y se arrancaban la ropa con real necesidad, esas semanas sin verse habían sido mucho para ellos y ahora podían disfrutarse nuevamente, su encuentro fue fuerte y cargado de pasión, Ikky se movía dentro del cuerpo del rubio como si no hubiera un mañana disfrutando los gemidos de placer que le llegaban directo a sus oídos, la manera en la que el rubio pronunciaba su nombre mientras le hacía el amor era música para su alma, el menor se aferraba a Ikky como para no dejarlo escapar y le arañaba viciosamente la espalda y el trasero mientras se arqueaba en la cama

- Ikky… Ikky… ya llego…

- Espera… un poco… aguanta…

El peliazul salió del cuerpo del rubio que se quejó pero mansamente aceptó ser volteado y se puso en cuatro en la cama volviendo a recibir a Ikky en su interior, ahora el peliazul se movía más rápido y con mas fuerza, Hyoga gemía nuevamente y se aferraba a la colcha de la cama, un leve grito escapó de su garganta cuando Ikky dirigió sus manos hacia su miembro y lo empezó a frotar hasta hacerlo acabar en una ola inmensa de placer, Hyoga suspiró aflojó el cuerpo pero Ikky lo sujetó y continuó con sus embestidas hasta que él también llegó al clímax y se derramó en su interior

 

Ikky estaba apoyado en el pecho de Hyoga que estaba acariciando sus cabellos, no estaban hablando, las palabras sobraban en esos momentos y el dulce silencio en el que estaban fue interrumpido por el teléfono de Ikky que sonó, el rubio no lo pudo evitar y un nudo en la garganta se le formó, en cambio Ikky tranquilamente se levantó fue hasta sus pantalones y contestó

- Qué pasó ototo?

- Ikky… son las cuatro y media, ya estás viniendo o qué hago con Ian? – el peliverde sonaba todo fresco cuando llamó a su hermano, a él le disgustaba que haya ido a buscar a Hyoga pero a la final Ikky era su hermano y si el rubio era su felicidad  pues… mas le valía hacerse a la idea

- Ohhh… es cierto, es tan tarde?, con razón tengo hambre, ototo lo puedes tu pasar dejando en casa de Seiya?

- Ok., todo salió bien con Hyoga asumo…

- Si ototo, todo está bien, dale un beso a mi niño de mi parte

- Deberías dárselo tu mismo – dijo Shun como quien no quiere la cosa

- Ya ototo…  - contestó Ikky en tono de advertencia, Shun solo suspiró y dijo en un tono mas fresco

- Papá está por aquí abrazado a Ian, debería tomarle una foto para cuando lo niegue, tu sabes como es tu papá, bueno… nos vemos luego, bye nissan… 

Ikky colgó el teléfono y lo dejó por ahí en la cama cuando se volvió a acostar y abrazó a Hyoga por la espalda besando su hombro

- Ya te vas? – preguntó el rubio en un susurro, Ikky siempre se iba luego de hacer el amor y esa era una de las cosas que Hyoga trataba de bloquear para no sufrir

- No… salvo que me botes de tu casa… la verdad estaba pensando en darnos un baño y salir a comer, qué dices?

- A comer? – Hyoga se volteó y miró con sorpresa el rostro sonriente del mayor que buscó sus labios y los besó suavemente

- Yo me muero de hambre y aurita se me antoja una carne asada o algo, qué dices?

- Vamos a ir a comer… en público… tu y yo? – el rubio aún no lo creía

- Si… lo que te dije antes era en serio, mi divorcio está casi finalizado, pronto seré libre pero lo mas importante es que soy todo tuyo, claro… si tu así lo deseas – Ikky entrelazó sus dedos con los de su amor que lo miraba con ojos brillantes, Hyoga estaba emocionado, al fin todo lo que siempre quiso se le estaba dando

- No te di suficientes pistas? – dijo el menor con una sonrisa pícara acariciando el pecho de Ikky y bajando su mano hasta su vientre

- Me faltan…

Hyoga se movió solo un poco y atrapó los labios de Ikky en un beso, ambos estuvieron acariciándose en la cama por largo rato hasta que decidieron darse un baño, juntos fueron a la ducha en donde sus besos y caricias los llevó a un nuevo encuentro bajo el agua caliente, Hyoga estaba abrazado a Ikky y rodeaba su cuerpo con las piernas, el rubio tenía la espalda contra la embaldosada pared mientras el peliazul lo penetraba con fuerza, el cuarto de baño se llenó de vapor y gemidos varios de la pareja que se entregaba con abandono rindiéndose al placer que se brindaban mutuamente, luego de este tan relajante baño a lo que salieron se secaron, se vistieron y salieron a cenar

 

En los días que siguieron las cosas se fueron dando, la demanda de divorcio estaba por buen camino, en un par de semana saldrían todos los papeles para su legalización, al castaño no le hizo mucha gracia que Ikky haya vuelto con Hyoga, eso confirmaba todo lo que él pensaba y el joven estaba un poco deprimido, pero Shun se encargó de animar a su amigo y lo sacaba a todo lado, Milo ayudaba, ellos querían conseguirle pareja a Seiya pero el castaño no quería, no se sentía bien y lo único que en verdad le tranquilizaba y se subía el ánimo era su pequeño hijo, por lo que se dedicó a sacar a Ian al parque, aún no lo podía cargar por su brazo herido pero el niño caminaba de la mano de su padre a todos lados, en una de sus salidas al parque Seiya tuvo un encuentro cercano del tercer tipo un sábado en la mañana, su siempre serio abogado Shura estaba allí volando una cometa con un pequeñito de unos seis años, el abogado estaba encantado con todo esto y el pequeño que lo acompañaba también, pero sonrió mejor al ver a Seiya caminar cerca de ellos, el castaño solo iba a saludar de paso pero el mayor encargó el carrete de hilo a su joven acompañante y fue hasta el castaño que se detuvo para saludar como se debe, Ian estaba quejoso por la caminata y se abrazaba a la pierna de Seiya pidiendo que lo cargara

- Seiya… disfrutando del sol? – dijo el abogado con una amena sonrisa

- Hola Shura… tu también por lo visto

- Si… hola tu… ven acá… tu papito aún no puede cargarte – el pelinegro se agachó y besó a Ian en la cabecita y lo cargó muy naturalmente – ven… vamos a volar una cometa, si la vez? – el mayor señaló al cielo y el pequeño Ian sonrió y también señaló la cometa, ahí  caminaron hasta donde estaba el otro niño que estaba haciendo un gran esfuerzo por mantener la cometa en el aire

- Tío Shura… ayúdame… - dijo el pequeño niño que le entregó el carrete de hilo a su tío que lo tomó pero como tenía las manos ocupadas con Ian no pudo mantener la cometa en el aire y a los pocos minutos cayó al suelo

- Seiya, este es mi sobrino Max, Max este es mi amigo Seiya y su hijito Ian – dijo Shura cuando hizo las presentaciones del caso

- Hola… - dijo tímidamente el niño a Seiya que le acarició el rostro y le sonrió dulcemente

- Max mejor ve por la cometa y vamos todos por un helado, que tal?

- Ok., - el pequeñito fue corriendo a tomar la cometa y enrolló el hilo mientras caminaba junto a su tío que seguía sosteniendo a Ian en sus brazos y conversaba muy amenamente con Seiya, ahí le contó que Max es hijo de su hermana que vino a pasar unos días con él, que tenía tres hermanas menores a las que amaba con locura pero que vivían en otros lugares del país, Max era su primer sobrino y ya le había dicho que iba a ser abogado como él, caminaron por el parque otro ratito y luego fueron por helados, charlaron mas y terminaron haciendo una especie de pic nic en el parque con los dos niños, Max era todo comedido con Ian porque tenía un hermano menor de la misma edad entonces ambos niños estaban jugando muy entretenidos en el césped bajo la mirada de los dos mayores que conversaban de todo un poco entre risas, cuando Seiya llegó en la tarde a su casa lo hizo con una sincera sonrisa, hace mucho tiempo que no la pasaba tan bien, esa era otra faceta de su serio abogado que no le conocía

 

Milo y Shun eventualmente se mudaron juntos para disgusto de Shion, su relación también se presentaba sólida y se acoplaban muy bien, el peliverde aún estaba en la universidad y no iba a dejar su carrera, aún no habían planes de boda y no por falta de ganas de Milo de formalizar todo, era Shun el que por razones desconocidas se negaba a casarse, él decía que no hay que arreglar lo que no está roto, que están bien tal como están…

 

Para nadie era secreto que Ikky estaba saliendo nuevamente con Hyoga, Shion le había dicho claramente que no estaba de acuerdo pero eso a Ikky sinceramente no le importó, el peliazul abogado llegó a la conclusión de que nada de lo que hiciera nunca iba a estar bien para su complicado padre así que simplemente lo ignoró, Shun tampoco estaba muy de acuerdo que digamos pero a la final todo era decisión de Ikky

 

Una noche de miércoles el peliazul abogado fue hasta la casa de Seiya, le llevaba los papeles del divorcio ya firmados, Shura se los había hecho llegar y ahora ya todo estaba listo y solo hacía falta la formalización de todo y estarían legalmente divorciados, el mayor tocó el timbre y fue el mismo Seiya el que abrió la puerta, el castaño se sorprendió por la inesperada visita, Ian estaba igual en la puerta y se lanzó a Ikky el que lo tomó en sus brazos y lo cargó para besarlo

- Espero no molestarte Seiya pero necesitaba hablar contigo, puedo pasar un momento?

- De que quieres hablar? – el joven frunció el ceño, no había tenido mayor contacto con Ikky desde su separación

- Ya tengo los papeles del divorcio – explicó el visitante

- Ohhh… pasa…

El castaño se hizo a un lado y el mayor entró en la sala, Aioros estaba sentado en uno de los sillones leyendo un libro y arqueó una ceja al ver a Ikky en su casa pero luego de saludar tomó al niño y se fue para el segundo piso, Ikky y Seiya necesitaban hablar

- Bueno… si ya trajiste los papeles dámelos y se los daré a Shura para que acabe el trámite – dijo el castaño en tono tranquilo, Ikky le dio el sobre que tenía en las manos, todo este asunto era muy penoso, Seiya no había hecho nada mal, nada de esto era su culpa pero fue el que llevó la peor parte de la separación y del divorcio

- Mira Seiya… - Ikky estaba muy incómodo, nunca habían tenido una conversación real sobre todo lo que había pasado, las cosas estaban inconclusas entre ellos

- No quiero oírlo Ikky… si estás intentando disculparte en verdad que no quiero oírlo

- Por favor… déjame decírtelo, yo… nunca quise que esto se diera como se dio, lo que menos quise fue lastimarte, todo lo que pasó me partió el alma – dijo el mayor con un tinte de desesperación en su voz, era cierto que había escogido a Hyoga pero era innegable que quería mucho a Seiya, era una persona maravillosa que le dio paz, amor, un hijo y una vida tranquila, pero lastimosamente el corazón quiere lo que el corazón quiere y pues… las cosas se dieron así, lo que menos quiso Ikky nunca fue lastimarlo y fue lo que terminó haciendo

- Ya no importa Ikky, ya todo se acabó – respondió el joven casi en un susurro

- Seiya… no me voy a perdonar nunca lo que te hice sufrir, tu eres una de las personas mas buenas que he conocido en la vida, eres el padre de mi hijo, siempre serás importante para mi, si me necesitas para lo que sea no dudes en llamarme – Ikky estiró su mano para tomar la del castaño que no dejó que el otro lo tocara, todo este asunto era muy duro para Seiya

- Ahora quieres ser mi amigo???, es eso Ikky??, quieres lavar tu conciencia ofreciéndome amistad?, mira yo ya no quiero hablar de esto, dejémoslo así, tu ya escogiste y lo escogiste a él, tu lo amas, siempre lo amaste, a mi me utilizaste pero… ya he decidido que no me voy a amargar la vida por eso, yo te amé con todo el corazón y te di lo mejor de mi, a cambio obtuve lo mejor de ti y ese es Ian, por su bien, por el tuyo y el mío no quiero volver a hablar de esto, quiero llevar las cosas en paz, no te quiero odiar y no quiero guardar resentimientos tampoco, eso no es bueno para el alma, así que quita esa cara y no te atrevas a mirarme con pena nunca mas, yo estoy bien, y voy a estar bien, tengo a mi hijo y a mi papá, tu vas a a seguir con tu vida y yo seguiré con la mía, no quiero estancarme con esto, no es bueno para mi – dijo el joven castaño mirando a su ex esposo a los ojos, Seiya había hablado mucho con Aioros y con la ayuda y apoyo de su papá estaba saliendo adelante, además tenía a sus amigos de la Universidad y sobre todo a Shun y a Milo que le habían ayudado mucho a entender y superar muchas cosas, Shun le había dicho que ya no eran cuñados pero siempre serían amigos

- Seiya… tu eres  una persona maravillosa, mereces ser feliz, encontrar a alguien que te ame completamente, es muy fácil enamorarse de ti, yo… siento tanto todo lo que pasó – Ikky no sabía que mas decir, la culpa no lo dejaba vivir en paz, Seiya era su único asunto pendiente

- Ya Ikky… no sigas con esto porque en verdad que no quiero oírlo, viniste a dejarme los papeles, ya lo hiciste ahora por favor vete que tengo un examen mañana y tengo que estudiar – Seiya se puso de pie y caminó hasta la puerta, estaba botando a Ikky de su casa pero el peliazul lo tomó bien, había podido decirle todo lo que quería decirle y no había habido ninguna pelea, ninguna escena de celos, no volaron floreros ni nada, en verdad a Seiya le había tocado madurar a golpes y había que tomar en cuenta que el castaño era muy orgulloso y no iba a permitir que Ikky lo viera destrozado en especial ahora que había vuelto vuelto con Hyoga

- Ok., vendré el domingo temprano por Ian – Ikky caminó hasta la puerta y no sabía que hacer, le hubiera gustado abrazar a Seiya pero eso no iba a suceder…

- Antes de que me olvide quería preguntarte algo… mi papá quiere ir a no se donde el fin de semana y quería saber si te quieres quedar con Ian todo el fin de semana o me lo llevo conmigo?

- Me lo dejas desde el sábado?

- No, desde el viernes en la noche

- Genial… yo lo vengo a buscar, a qué hora? – un fin de semana entero con su hijo, esto era genial…

- A las siete está bien – Seiya sonrió levemente al ver la tan obvia felicidad del abogado

- Gracias Seiya gracias

- No me agradezcas mucho que también es tu hijo, solo no le des muchos dulces porque no se duerme cuando come mucha azúcar, no le des coca cola así te llore, por todos los Dioses así él bote su dragón tu tienes que estar pendiente de él porque en la noche no se duerme si no lo abraza, últimamente duerme con la luz encendida de una lamparita, si no tienes una cómprala y si no tienes tiempo de comprarla te puedes llevar la de aquí, sin luz no se duerme y léele algo antes de acostarlo, a él le gusta cuando le leo cosas

- Ok., haré todo lo que me dices y ve tranquilo a tu viaje con tu papá, disfrútalo y paséate

- Esa es la idea, hasta el viernes Ikky

- Adiós…

 

Ikky salió de la casa de su ex suegro con un peso menos en el corazón, la relación con Seiya estaba totalmente fracturada y les tomaría tiempo llevarse bien por su hijo pero por lo menos el odio no les había ganado, Seiya se estaba portando a la altura de la situación, mucho mejor de lo que hubiera esperado en alguien tan joven, mientras Ikky manejaba a casa recordaba los casos horribles de divorcio que había visto en su firma, casos tan empantanados en donde las parejas terminaban matándose, a Dios gracias ese no era su caso…

 

Con el tiempo el castaño empezó a salir con Shura y fue lo mejor que pudo haber hecho, el pelinegro era un caballero en toda la extensión de la palabra, sus salidas fueron amistosas al inicio pero poco a poco se llegaron a enamorar con simples detalles cargados de significado, el mayor le ayudó a recuperar la confianza y la autoestima al mas joven y además de todo Shura amaba a Ian, luego de la separación el ego del castaño estaba herido y de muerte pero Shura muy hábilmente lo fue convenciendo de muchas cosas, le hizo ver a Seiya que era joven, hermoso, absolutamente deseable y sexy, Seiya fue reponiéndose paulatinamente ante las palabras y mas que nada las actitudes de su nuevo novio que lo cuidaba como su mas preciado tesoro, lo iba a buscar en la Universidad, iba a recoger a Ian, iban los tres a muchas partes aunque también salían solos, Aioros estaba muy contento con el cambio de eventos pero le insistía a su hijo que no se acelere, que se de tiempo, que acababa de salir de una relación seria y no era conveniente que se meta de lleno a otra, Shura apoyó las palabras de Aioros y su relación con Seiya avanzó con paso lento pero seguro hasta que se convirtió en lo mas importante para ambos, al fin el castaño volvía a sonreír feliz, un nuevo amor alegraba su corazón…

 

Los tres meses que Hyoga tenía que pasar el Tokio volaron porque los pasó junto a Ikky que en este tiempo arregló todos sus pendientes, renuncio a su trabajo y armó maletas, se iría a recorrer el mundo con Hyoga, se iba con un peso menos en el alma porque él mismo había visto a Seiya y a Shura besarse suavemente en el portal de su casa cuando fue a dejar a Ian un domingo por la tarde, si el castaño estaba reponiéndose de lo ocurrido y avanzando en su vida eso era buenísimo, ojalá con el tiempo no le guarde rencor y lo pudiera perdonar, por lo menos hasta el momento tenían una relación civilizada por el bien de Ian, aunque el castaño le había dicho muy claro que no quiere a Hyoga cerca de su hijo, el peliazul solo esperaba que con el tiempo Seiya ceda en eso porque el rubio volvería de manera permanente esta vez a su vida

 

Hyoga estaba de pie en el aeropuerto esperando que Ikky llegara, esta escena le recordó la última vez que estuvieron en las mismas circunstancias pero ahora se tranquilizó al ver a Ikky caminar tranquilamente con una maleta y sonreír complacido al verlo, al fin se irían juntos, al fin retomarían todo donde lo dejaron, cuando el abogado llegó hasta el escritor lo abrazó con fuerza y buscó sus labios, su nueva vida empezaba ahora…

 

***

Shura caminaba por los pasillos del hospital, Ian iba de su mano, el pequeñito iba emocionado porque iba a conocer a su hermanita que había nacido la noche anterior, frente al cristal de neonatología estaba Aioros con lágrimas en los ojos, tenía una cámara de fotos y estaba tomando algunas a una pequeña bebé que dormía en esos momentos, Shura cargó a Ian el que pegó su naricita al cristal y sonreía mirando al bebé que su padre le señalaba

- Es tu hermanita, si la vez?

- Es muy chiquita – dijo el pequeño niño que ahora tenía seis años

- Tu eres su hermano mayor, la cuidarás muy bien verdad?

- Si papi Shura, y mi papi Seiya?, lo puedo ver?

- Claro amor aurita vamos para allá, ahí le cuentas a tu papi Seiya cómo es la bebé

- Aún no la ha visto?

- Todavía no, está un poco adolorido pero el médico dijo que se pondrá muy bien, si tienes lo que te di? – dijo el pelinegro poniéndose en cunclillas para acomodarle la ropa a su hijo y besándolo en la mejilla

- SI papi – respondió el pequeñito tocando un paquetito en su bolsillo

- Ok., cuando veas a papi Seiya se lo das, de acuerdo?

- Ajá

El pelinegro abogado fue hasta la habitación de su esposo que sonrió al verlos entrar, Ian corrió hasta la cama en la que Seiya estaba recostado y con la ayuda de su papá se subió para abrazarlo mejor y acurrucarse en su pecho, Shura ayudó también advirtiéndole al pequeño que lo haga con cuidado porque su papi estaba adolorido, Seiya sonrió al abrazar a su hijito y trató de incorporarse un poco para besar a Shura que se agachó y acarició suavemente el rostro del flamante padre

- Tienes muy buen semblante – dijo el mayor acariciando la mejilla de Seiya que sonrió y se acomodó en la cama nuevamente abrazando a su primer retoño

- La vieron?

- Si papi, es muy chiquita y está toda arrugada – dijo Ian haciendo reír a Seiya que se arrepintió de hacerlo porque le dolió la herida

- Dale un par de días y ya no estará arrugada, no has visto fotos tuyas cuando recién naciste?, también estabas todo arrugado como pasita

- No es cierto – se quejó el pequeño peliazul haciendo pucheros

- No tenías algo para tu papá? – preguntó el pelinegro sentándose en la silla junto a la cama de su esposo

- Oh cierto… - Ian se sentó en la cama despacito y sacó de su bolsillo una fundita de terciopelo y se la dio a Seiya que la tomó todo intrigado, al abrirla vio un relicario de oro con una cadena dorada muy fina y larga – Papi Shura dice que puedes poner fotos de nosotros dentro y así siempre estaremos cerca de tu corazón – dijo el pequeño tomando de las manos de Seiya la cadena e intentando abrir el relicario

- Gracias mis amores, ustedes siempre están cerca de mi corazón – Seiya tomó la mano de Shura y la apretó, el abogado sonrió y besó la mano de su esposo

- Aún no tiene fotos, ya después escogeremos la que va a ir dentro – el pelinegro sonrió y tomó la cadena de las manos de Ian para abrirla y ponerla en el cuello de su esposo

- Gracias mi amor…

 

Shun llegó en la noche al hospital con Milo, cuando entraron en la habitación del nuevo padre lo vieron con su bebé en brazos dándole un biberón y shusheándole, Seiya se veía bastante repuesto y mas que todo estaba completamente feliz

- Hey… cómo está mi sobrina?, déjame verla – dijo el peliverde poniendo una funda llena de cositas para la bebé en una de las sillas

- Hola Shun… mírala – Seiya cambió la posición para poder enseñarle la bebé a Shun que sonrió al verla y le acarició la cabecita

- Ohhh… está hermosa, y Shura?

- Llevó a cenar a Ian, era de que los veas, ambos estaban dándose botes aquí deshaciéndose en atenciones a mi bebé, creen que es un nuevo juguete o algo

- Lo bueno es que se parece a ti – dijo el peliazul doctor acercándose a ver a la niña

- No seas perverso, aún es muy pequeñita como para que se parezca a nadie – Shun codeó a Milo que se agachó para besar la cabecita de la niña

- Yo soy tu tío Milo, este de aquí es tu tío Shun, ya cuando salgan de aquí podrás conocer a tu primo Aki

- Y dónde dejaron al bebé? – preguntó Seiya cayendo en cuenta

- Lo dejamos con papá – contestó Shun cargando a la bebé y palmoteando suavemente su espalda, Aki su hijito tenía seis meses entonces Shun estaba de padre experimentado y en sus brazos la pequeña Nell se durmió, cuando Shura volvió encontró a Seiya profundamente dormido recostado de lado con el rostro hacia la cunita en donde la pequeñita dormía también, Shura abrazó de mejor manera a Ian que también estaba dormido en sus brazos y se fue a casa esa noche, ya le darían de alta a su esposo en la mañana y podrían ir todos a casa

 

Milo estaba en el aeropuerto de pie fumándose un cigarrillo, por su bebé no podía fumar nada en casa, además le había prometido a Shun dejar de fumar pero se le dificultaba, ahora estaba pecando con un cigarrillo pero de vez en cuando si lo hacía, eran las dos de la mañana y hacía un frío atroz pero Ikky volvía a Tokio a mas de un año de su última visita que fue en el matrimonio de Shun, el peliazul y su pareja solo estarían en la ciudad por una semana mas o menos y su viaje no fue planificado, Milo lanzó su cigarrillo al suelo y lo apagó con su bota cuando vio a Ikky caminar de la mano de Hyoga y avanzar hasta donde él se encontraba, Milo sonrió y abrazó por turno a los recién llegados que le devolvieron el abrazo emocionado de verlos, luego de los saludos de rigor y a lo que caminaban a la salida para dirigirse al auto de Milo el peliazul abogado preguntó:

- Y mi ototo?

- Se quedó en casa con el bebé, no lo podemos sacar tan tarde en la noche

- Ya quiero conocerlo, solo lo hemos visto en fotos, este viaje me cayó del cielo porque ya los extrañaba a todos ustedes, cómo están?

- Bueno tu papá está bastante bien, ya lo conoces como es pero ha tenido un muy buen cambio a raíz de que nació mi hijo, como que se ha ablandado o algo y ya no me insulta tanto como antes, Shun está bien, recién se graduó pero ha decidido quedarse este año en casa hasta que Aki esté un poquito mas grande antes de buscar trabajo, yo sigo en la Universidad y tengo mi consultorio particular, nos va bien la verdad

- Que bien, y has visto a mi Ian?

- Si, este fin de semana se quedó a dormir en mi casa, tu sabes lo pegado que es a Shun y a Aki, él dice que practica las cosas con mi hijo antes de ir a hacérselas a su hermanita, la pequeña Nell nació hace casi un mes, Seiya está muy contento, también está por graduarse pero aurita está complicado con la bebé, Shura lo ayuda muchísimo y parece que antes que el año acabe se podrá graduar, Shura quiere que Seiya descanse un poco y se dedique a recuperarse y a cuidar a la bebé antes de que haga el internado rotativo pero Seiya dice que no, en eso estaban y aún no se ponen de acuerdo, pero en términos generales ellos también están bien, se llevan muy bien, Aioros ha estado algo enfermo últimamente pero nada de cuidado, mucho estrés por su trabajo o algo así le escuché comentar a Shun

- Vaya… Seiya tiene un nuevo bebé…

- Es muy hermosa, se parece a Seiya pero tiene el cabello y los ojos negros como los de Shura, Ian está fascinado con ella, habla de ella como si fuera su juguete, se ha tomado muy a pecho su rol de hermano mayor, es muy gracioso si me preguntas a mi

- Y… habla de mi?, a Ian me refiero…

- Pues si, dice que te extraña, que le mandaste tal y cual foto, que le mandaste unos zapatos de no se donde y todo eso, me dice que habla contigo por teléfono y por Facebook, tu hijo te quiere mucho, en eso Seiya siempre fue muy racional, nunca le ha hablado mal de ti a su hijo, ni Shura tampoco, ellos cuando hablan de ti lo hacen bien

- Bueno… no esperaría nada menos de Seiya, pero vamos que me muero de frío, venimos de las islas caimán, ahí hacía un calor del diablo – Ikky abrazó a Hyoga que hasta ahora no había dicho mayor cosa, él sentía que no era bienvenido en la familia de Ikky, aunque Milo era el mas civilizado de todos y el que mas conversaba con él, Shun lo trataba bastante bien y era muy amable pero Shion era otra cosa, su suegro lo trataba despectivamente y para muestra un botón, en el matrimonio de Shun el peliverde mayor tuvo millón atenciones para con Seiya y su familia y a él no le tomó en cuenta en lo más mínimo lo que le costó luego una discusión bastante agria con Ikky, esa era la razón principal por la que no habían vuelto a Tokio en mas de un año, cuando llegaron a la casa de Milo, Shun estaba despierto y paseando a su pequeño que se había despertado y estaba todo molestoso como a veces se ponía, Ikky abrazó a su hermano menor y pudo al fin conocer a su sobrino, Milo les preparó algo caliente de tomar y hablaron los cuatro hasta casi el amanecer, Ikky estaba contento, se notaba que su ototo estaba bien y feliz con su esposo y su hijito, al día siguiente ya verían a Shion y a Ian, Seiya había accedido a dejar a su hijo mayor en casa de Shion temprano en la mañana para que pase el día con su padre y así lo hicieron, ese sábado en la mañana cuando el castaño llegó para dejar a Ian ya estaban todos reunidos en la casa del peliverde mayor, iban a hacer un asado o algo así, fue Ikky el que salió a recibir a su hijo y cuando lo vio lo abrazó con fuerza maravillándose lo grande y hermoso que estaba, Seiya estaba sentado en el asiento trasero del auto porque tenía en brazos a su hija y fue Shura el que caminó con su hijo hasta la puerta

- Hola Ikky, tiempo sin verte – dijo el pelinegro abogado estrechando la mano del ex de su esposo que le sonrió

- Shura… te ves bien, y Seiya?

- Está en el auto, no queremos bajar a la bebé está haciendo un poco de frío

- Ohhh… puedo? – Ikky señaló el auto con la obvia intención de ir a saludar a Seiya y conocer a la bebé

- Claro… - contestó el pelinegro y caminó junto a Ikky que se acercó de la mano de su hijo hasta la ventana del auto en la que estaba Seiya que al verlos bajó el vidrio para poder saludar a Ikky que se agachó para poder hablar con mas facilidad

- Seiya… felicidades, Shun me contó de tu bebé, es niña verdad?

- Gracias Ikky, es bueno verte – contestó el joven con una sonrisa, el tiempo ya había pasado y la historia con Ikky en verdad estaba enterrada, él ahora era feliz con su familia y su nuevo esposo, Ikky siempre representaría su primer amor y era el padre de su primer hijo pero ahora sus vidas habían tomado rumbos separados

- Me la enseñas? – preguntó el mayor, Seiya solo sonrió y destapó la carita de su niña que estaba dormida en sus brazos, en verdad estaba muy hermosa y tenía un cierto parecido a Ian que igual se parecía mucho a Seiya, Ikky le acarició la cabecita y sonrió, Seiya no necesariamente era una de esas personas que quería tener cinco hijos ni mucho menos, probablemente su niña fue un accidente como lo fue Ian pero eso no impedía la clara felicidad que sentía ahora el castaño al tener a su nuevo retoño en brazos

- Te ves bien Ikky, todo bronceado

- Estábamos en las islas caimán y antes de eso estábamos por las costas de México, mucho sol, mucha playa, mucho marisco, la pizza que comí ayer en el aeropuerto fue lo mejor que pude haber comido jamás

- Me alegro, pero ya vete que tu papá ya salió a llamarte, ya habrá tiempo de charlar, por cierto… quieres quedarte con Ian hoy?, lo puedo recoger mañana

- En serio? – Ikky sonrió muy complacido, Seiya le ganó porque él le iba a pedir eso mismo

- Claro… Ian tiene ropa en la casa de Shun, ahí se están quedando verdad?

- Si

- Bueno, salvo que Ian diga que quiere volver a casa me lo puedes traer mañana, no hay problema

- Gracias Seiya

- Ok., cuídate Ikky y nos vemos…

- Adiós…

Shura se despidió también y se subió al auto para dirigirse a la casa de Aioros, Ikky vio irse al auto con una expresión un tanto extraña, Seiya estaba muy bien por lo que pudo ver y era feliz con su nuevo esposo, Ian le apretó la mano a su padre para llamar su atención y juntos caminaron hacia la casa mientras el peliazul abogado escuchaba con mucho interés las cosas que le contaba su hijo, de su escuela, de su papi Seiya, de su papi Shura y de su pequeña hermanita, esa noche cuando ya fue a acostarse cansado luego de un día bastante ajetreado en la casa de su padre, Ikky estuvo largo rato despierto en la cama, Hyoga dormía apoyado en su pecho y el peliazul le acariciaba suavemente la espalda, a la final todo había funcionado de una manera extraña, todos en su familia estaban relativamente bien y contentos con su vida, su hijo también y su ex también, ahora al recordar todo lo que pasó hace cuatro años no pudo evitar suspirar, al parecer toda esa pesadilla había sido enterrada, no habían resentimientos y todos habían podido avanzar con sus vidas… Ikky sonrió y se volteó en la cama abrazando de mejor manera a su rubio que no se despertó, estos años con Hyoga habían sido muy dichosos, a veces el mayor extrañaba su tierra pero mas que nada a su familia pero el amor del rubio suplía cualquier falencia, en contra de todo pronóstico él era feliz…

 

 

Notas finales:

Ahora si me despido de este fic, ya no voy a poner mas finales, Ikky primero ya se quedó solo, luego con Seiya y luego con Hyoga, me niego a emparejarlo con Milo jajajajajajaja, muchas gracias por leer y comentar, nos vemos por otras historias, saludos, bye


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