-Una taza de café, unas tostadas y… -
-Un jugo de naranja recién exprimido –el joven que recién lo había interrumpido, anotaba todo en una pequeña libreta o quizás fingía escribir –Estará listo todo en diez minutos –
-Gracias, parece que ya sabes mi rutina –el joven que yacía sentado sonrió al mesero, el cual forzó una sonrisa –Aquí espero, creo que la señorita de la mesa continua te llama –
-Lo he notado, si me permite – “Idiota” gruño para sus adentros aquel joven y se encamino a la siguiente mesa.
Rutinas, rutinas, el mundo de Kyu Hyun se guiaba por rutinas, por muchas en realidad. No se quejaba de dinero, con tres trabajos podía darse uno que otro lujo, no se quejaba de amigos porque, para su pesar el tenia los mas preocupones y dulces camaradas. Su rutina del lunes, miércoles y domingos era trabajar en aquel café, su rutina de martes y jueves, en la tienda de videos y el sábado como niñero (a pesar de odia a los niños con el corazón). Un escalofrio subió por su columna, con disimulo observo al tipo que lo observaba.
Alguien que quería romper sus rutinas.
Se llamaba Si Won, o como él lo llamaba “Maldito imbécil”, sintió unas enormes ganas de decirle que si seguía observándolo, se metería en su cuarto a la media noche, se sentaría a la orilla de la cama jugando con una navaja y lo amenazaría con sacarle el páncreas y venderlo en el mercado negro, pero no podía hacerlo. No porque no pudiera, no porque no quisiera, no porque era un tipo jodidamente grande, si no porque le había prometido al dueño del local que nunca de los nuncas, le faltaría el respeto algún cliente ni fuera ni dentro de la instalación.
Entrecerró la mirada y respiro escandalosamente, escucho cuando le llamaban para que llevara el pedido a Si Won, y con una sonrisa forzada se acercó al susodicho.
-Aquí esta, buen provecho –el menor, poso cada alimento con gracia y delicadez, le dedico una ultima falsa sonrisa al mayor y se retiro –
-Gracias… -
***
Kyu Hyun, observo nuevamente al mayor, no puedo evitar soltar una risita, el mayor luchaba con un crucigrama. “Que idiota, idiota” se burlo “Un crucigrama hace que pongas esas caras” y como quien no quiere la cosa se acercó de a poco con el, en la bandeja que tenia en sus manos llevaba el pedido de Si Won, el pedido de siempre.
-Aquí esta, que tenga buen provecho –el menor observo por sobre la cabeza del mayor, el también frunció el ceño “¿Qué pregunta es esa?”
-¿Quiere intentarlo? –Kyu Hyun se sonrojo de golpe, medio carraspeo la garganta. El mayor le observo expectante –Por favor, esta muy difícil –
-Yo… -observo a todos lado, el lugar estaba vacío, bueno la gente normalmente desayunaba en sus casas, era muy temprano ¡Bah! Que importaba, además el gerente decía que había que ser amable con los clientes –De acuerdo –
Paso una hora, pero ni el uno ni el otro parecía capaz de saber la respuestas, Kyu Hyun se mordía los labios, realmente quería mandar al carajo al idiota que había escrito aquel crucigrama, Si Won tenia razón estaba muy difícil.
-No, no, no hyung eso no es –el menor había apartado la mano del mayor, el otro sonrió –Deberás que tu, ¿Cómo va ser eso? –
-Eso debe ser, ¿Qué más podría ser? –el mayor observo al joven frente a él, lucia hermoso con aquella expresión estresada, observo los platos vacíos, ambos se había comido aquellas tostadas el menor se había bebido el jugo, sonrió –Ya van ser hora del almuerzo –
-¿Qué? –el menor alzo la mirada y se encontró de frente con Si Won, sus ojos se abrieron de par en par, aquel tipo si que era apuesto. Azorado observo el lugar “Ya va ser hora del almuerzo” observo a Si Won y chasqueo la lengua “Este idiota me distrajo” –Maldito crucigrama, me idiotizo –
-¡Kyu Hyun deja de estar holgazaneando! –el menor se levanto de golpe, cuando Lee Teuk gritaba no era por cualquier cosa –Pequeño, reza por que no te encuentre idolatrando a esos videojuegos tuyos… -amenazo aquella voz, el menor pestañeo repetidas veces y luego observo a Si Won.
-¡Idolatra! –gritaron los dos a la vez.
Si Won escribió rápidamente aquello, y sonrió satisfecho. Se levanto y agradeció al menor que solo lo observo. El menor gruño fastidiado cuando aquel tipo salió del café.
-Me distrajo –el menor se encamino a la cacina, simplemente no pudo evitar observar por sobre su hombro haber por donde iba Si Won.
Sus ojos se encontraron.
El menor trago saliva nervioso, el mayor había abierto los ojos a más no poder, ambos bajaron la cabeza sonrojados. Aquello había sido solo el comienzo.
***
-Solo café –Kyu Hyun observo extrañado a Si Won, el mayor lucia decaído.
“¡Oh no!” Su política era nunca entrometerse en la vidas de los demás, era parte su rutina. Pero ¡Joder! Ver al pobre tipo con aquella cara de muerte lo hacia sentir ¿Mal? Aspiro hondo y juntando toda la fuerza para mover su lengua le pregunto al mayor con toda seriedad.
-¿Pasa algo malo? –el menor se golpeo mentalmente, aquello había sonado muy forzado
-¡¿Te digo que me molesta?! –el menor se encogió, si definitivamente preguntarle que le pasaba había sido una mala idea –Los padres y sus ordenes –
-¿Así? –
-¡Si! No te hablan por un año y luego aparecen con ideas de matrimonio –el mayor frunció el ceño y Kyu Hyun pensó que eso era adorable, movió la cabeza a ambos lado “No te comportes como nena” se recrimino –Prácticamente me han regalado a la mejor postora –
-Mándalos a la mierda –ordeno el menor –Eres el dueño de tu vida, la verdad es… -el menor le observo con cara de pocos amigos –No hay cosa mas detestable que un hombre que no sabe llevar los pantalones –
-Me das un jugo y tostadas –el mayor sonrió.
Kyu Hyun asintió no lo pudo evitar, se sintió bien haber animado a Si Won.
***
-Un café, unas tostadas y… -
-Un jugo de naranja recién exprimido –musito el menor simulando que anotaba, no se atrevía a decirlo pero aquello ya era parte de su rutina –En diez minutos estará listo –
-¡Oye! ¡¿Y yo que, pregúntame lo que ordenare?! –el menor forzó una sonrisa y observo al hombre que compartía mesa con Si Won. Un maldito engendro que lo ponía de mal humor –Quiero jugo de fresa y un emparedado –
-En un momento –
Kyu Hyun apretó los dedos en torno a aquella libreta, seguramente si la libreta estuviese viva ya hubiese muerto asfixiada. El menor no lo comprendió, Si Won solo podía estar atento a él, se golpeo las mejillas “Que ridículo soy” maldito Si Won, él se había colado en su vida, sin permiso. Apretó los labios y observo a la mesa donde él estaba, la bajo de golpe. Nuevamente sus miradas habían chocado, su ritmo cardiaco se aceleró y no tuvo que adivinarlo, su rostro se había puesto rojo. “Joder me he enamorado”
***
Si Won sonrió, y observo al menor. Claro que lo sabia. Kyu Hyun gustaba de su persona, sonrió satisfecho su pecho subía y bajaba de la emoción. Bebió del café lentamente, y suspiro resignado ese muchacho era un caso perdido en dulzura, había comenzado desde la última vez que Sung Min prácticamente le había obligado a llevarlo a comer. El menor no le había quitado la mirada de encima y cuando se había visto por accidente, Kyu Hyun se había sonrojado luego de casi haberse llevado una pared con la frente.
-Están quemadas… -se lamento
¿Gustarle? Claro que le gustaba, el pequeño era como un animalito, lindo por fuera pero si lo mirabas mas de cerca era como un animal rabioso listo para morderle. Por el mismo hecho de aquel muchacho le gustaba había iniciado algo así como un juego, una rutina con el. Kyu Hyun era fácil de leer, pero en realidad ¿Así actuaban los enamorados? Es decir, no se suponían que eran dulces, lindos etcétera, etcétera ¡No! Kyu Hyun era la excepción el menor se había empecinado en hacerle el desayuno imposible.
-Él no puede arruinar esto así –murmuro.
Si Won sonrió, tomo entre sus dedos una pluma y escribió algo en una servilleta. Se levanto dejo el dinero en la mesa y se retiro del lugar.
***
Kyu Hyun observo aquella servilleta, sus ojos se entrecerraron.
-¡Maldito idiota! –grito. Los clientes dieron un brinco en su asiento y trataron de hacerse invisibles en su lugares –Hare que te hagas cargo de tus palabras –
El menor sonrió e hizo una bolita con la servilleta, se quito el delantal y salió disparado por la puerta, ignorando olímpicamente a su jefe. Lee Teuk se acercó hecho una hidra a donde su ex –empleado había tirado su delantal ¡Por supuesto que ex –empleado, él era tranquilo pero tenia su limite! Tomo aquella servilleta entre sus dedos y la leyó.
-Déjame ser parte de tu rutina –
Lee Teuk sonrió, Kyu Hyun ya no quemaría las tostadas, bueno ya no las quemaría en su cocina.
Fin