Lo odiaba a muerte, a el y a su panda de serpientuchas, no podía ni mirarle tres segundos seguidos, o se le caerían los ojos.
-Te lo digo enserio Ron, una sola broma más por parte del cabeza oxigenada, y a mi me expulsarán, pero al menos me quedaré tranquilo sabiendo que la serpiente se a convertido en una linda ratita de laboratorio- Harry miraba de reojo al grupito serpentíl, veía como Draco era el cabecilla del aquella subespecie de humanos, mientras los otro le besaban el culo y le trataban como un Dios.
-¡Yo estoy contigo hermano!- Dijo ron mientras se zampaba su desayuno compuesto de patatas con huevo y bacón.
Comía, no, más bien engullía la comida como si le fuera la vida en ello, y a Hermione eso le molestaba.
Estaba empezando a cansarse de los típicos encontronazos con Draco, para ese chico era ya como que si su religión le obligara a insultarle y hacerle la vida imposible una o dos veces al día.
-Harry, es normal que te sientas así, pero tu tampoco te quedas muy atrás, siempre te rebajas a su nivel, y te he dicho muchísimas veces que no lo hagas…- Hermione siempre se lo decía por su bien, no se lo decía en plan bronca ni mucho menos, y eso Harry lo sabía, pero era muy difícil hacer caso omiso a las provocaciones de Malfoy.
La mañana en el Gran comedor había concluido para dar paso a las primeras clases, y tanto Harry como Ron sabía lo que tocaba.
…dos horas seguida en las mazmorras con Slytherin.
-No nos podía haber tocado con otra casa, ¿verdad? Todos los años lo mismo, podrían cambiarlo un poco, no se… Harry tu te llevas bien con Dumbledore, haz que nos cambien de clase, ¡porfa!- Pedía, no, más bien suplicaba Ron a Harry, pero de nada servía llorar ni poner pucheros, esto era así y no se podía hacer nada para remediarlo.
Las dos clases entraron en la sala del Profesor Snape, todos los alumnos se sentaron y esperaron a que el profesor apareciera, pero sin resultados.
-Mi padrino no tarda tanto en llegar…¿Qué estará haciendo?- Dijo Draco mientras todo su grupo le rodeaba, dándole la razón y sonriéndole.
Pansy siempre se le acercaba de más, rozándole el cuello con su mano o poniéndole ojitos, pero no tenía mucho resultado, Draco no estaba interesado en ella, salvo cuando necesitaba algún favor, ya que la familia de Pansy era muy conocida y tenía muchos contactos.
De repente entró en la sala Minerva, cerrando la puerta tras su paso y poniendose en frente de la clase.
-Chicos, el profesor Snape no va a poder impartir su clase, está en una reunión con Dumbledore, y me a pedido que os lo haga saber, tenéis dos horas libres, terminar de hacer los deberes o podéis salir a los patios, solo si no tenéis nada que hacer, y ahora si me disculpáis, tengo una clase que dar, hasta más tarde muchachos.-
Minerva salió con algo de prisa de la sala, dejando a las dos Casas solas.
La gran mayoría de Slytherin y Griffindor salieron a los patios para charlar y jugar, una parte pequeña se quedó en la sala estudiando y terminando las tareas, y Harry y Ron se quedaron mirando malamente a Hermione, porque aun no teniendo tarea que hacer, se quería quedar para estudiar.
-Chicos, lo siento, pero yo me quedo, quiero aprenderme bien estos conjuros para la próxima clase de Transformaciones, no me quiero quedar atrás.-
-¡Pero si eres la mas lista de la clase Hermione!, ¡tu nunca te quedas atrás!- Dijo Ron mientras le ponía un puchero a su amiga.
Harry en cambio estaba mirando hacia la puerta de la clase, Draco y su pandilla estaba ahí, haciendo sus planes para estas dos horas y lo más probable es que esos planes estaban reservados para ellos tres… o dos, si Hermione se quedaba al final en la clase.
-Lo siento chicos, nos vemos más tarde, ¿vale?-
Fue la sentencia de Hermione, Ron no pudo hacer nada más para convencerla, así que empezaron a caminar dirección salida de la escuela, claro que no sin antes pasar por Draco y su pandilla.
Draco al ver que estos se acercaban se puso en medio de la puerta con una sonrisa de lado, mientras que sus secuaces estabanlistos para otra ronda de abucheos y risas.
-Pero si es Harry y su novio comadreja, ¿A dónde vais?, ¿a pasear por los jardines agarraditos de la mano? Que romáaantico…-
Empezaron las risas, Harry agachó la cabeza, apretando los puños fuertemente y tranquilizándose mentalmente para no arrancarle la cabeza de cuajo.
-Métete en tus propios asuntos, Malfoy- Harry alzó la mirada para encararle, estaba arto de agachar la cabeza como si se tratara de un cobarde, el nunca lo había sido, y no lo iba a ser ahora.
-Así que el gatito sacas sus uñas, ¿no?, bueno, por el momento lo dejaré pasar, pero ten bien abiertos los ojos, estaré siempre al acecho…-
-Vámonos Harry, aquí estamos perdiendo el tiempo- Ron agarró a su amigo del brazo y prácticamente le arrastró hacia los jardines.
Mientras la pandilla de Draco empezaba a reírse, como de costumbre, pero a los pocos segundos dejaron de hacerlo, ya que este estaba completamente serio, ¿Qué se le estaría pasando por la cabeza al rey de las serpientes?