Harry estaba cansado de siempre lo mismo, ¿no podía ignorarle directamente? Siempre tenía una amenaza aquella serpiente…
-No le hagas caso Harry, sabes que siempre dice lo mismo para chincharte, solo olvídate.- Dijo Ron mientras se sentaba en uno de los bancos del patio principal.
En cambio Harry no lo pensaba de esa manera, estaba demasiado cansado, cansado de las mismas amenazas diarias, insultos, empujones y peleas en medio de los pasillos…
Sacó su varita y se quedó mirándola, Ron en cambio miraba a Harry extrañado.
-Se que algún día no me podré contener… lo se, ya estoy harto de siempre lo mismo.- Dijo Harry con un tono de voz algo triste.
Se sentó junto a su amigo mientras volvía a guardar la varita, ahora no se podía sacar de la cabeza a Draco ni aunque quisiera.
-Harry, te conozco desde hace mucho y por muchas putadas que te haya echo, se que eres fuerte y perfectamente puedes pasar de el.- Dijo Ron mientras ponía una mano en el hombro de este y le sonreía.
-Ya, por eso mismo estoy empezando a cansarme de tanta pelea, porque llevo mucho tiempo aguantando lo mismo y sin hacer nada para remediarlo…-
Harry no sabía porque se sentía tan triste, se supone que debería estar furioso, lleno de ira, no así…
No muy lejos de allí, unos ojos plateados miraba al dúo charlar, silencioso, atento a los movimientos de cierto castaño, como si estuviera procesando toda la información, ya que estando algo lejos de ellos, podía escuchar lo que decían tranquilamente.
Acto seguido vio la cara triste de Harry, y abrió los ojos al máximo, no se lo esperaba…
Se fue de allí rápidamente.
-Bueno, siempre le podemos pegar la paliza de su vida, tu no te preocupes.- Dijo Ron intentando animar a su amigo.
Se levantaron del banco y entraron en la escuela, habían pasado casi las dos horas de las clases de Snape y era hora de ir a la siguiente clase.
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La mañana había transcurrido rápidamente, y el trío dorado llegó a su Sala Común, para descansar del monótono día.
-Estoy agotado- Dijo Ron tirándose al sofá mientras ponía los pies en una butaca, tiró la bandolera que portaba en algún rincón de la sala y se dedicó a mirar la chimenea.
-Puede que lo estés, pero no es plan de que lo tires todo por ahí como si nada, recuerda que aquí hay más gente y eso molesta- Dijo Hermione mientras se sentaba alado de este mirándole con mala cara, mientras sacaba unos pergaminos y se ponía a escribir notas de las clases.
Mientras, harry se sentó en el borde de la ventana, pensando en casi todas las peleas que había tenido con el rubio, que eran miles.
-”¿Por qué no estoy furioso?, ¿Por qué me siento de esta manera …como si tuviera ganas de llorar?, Es Malfoy, por dios Harry…”- Pensó mientras contemplaba las montañas y el lago del castillo.
Estaba muy harto de esta situación, y algún día, no muy lejano, iba a pasar lo que todos saben que pasará…