Era muy temprano en la mañana y en la mansion Phantomhive ya comenzaban a escucharse gritos y ruido a platos rotos, ladridos de perro y aun mas gritos, la culpa era el arsenal de sirvientes del joven Ciel Phantomhive, un joven de apenas 12 años, este niño llevaba el titulo de "perro guardian de la reina" con tan corta edad el era el ser mas temible de todo Inglaterra, por no decir de Europa en toda su extencion y el lo sabia, y claro, le encantaba tener ese respeto, salir y que todos agachen su cabeza al verle pasar... realmente amaba ser el.
Ciel llevaba despierto un buen rato, dando vueltas en su espaciosa cama de roble tallado a mano, se sentia debil, no habia dormido en toda la noche y la cabeza le estaba a punto de estallar. Cubrio su cabeza con otra almohada intentando mitigar el sonido del disturbio que se llevaba a cabo afuera, se preguntaba donde estaba Sebastian, su fiel mayordomo, tomo aire, pero se nego a llamarlo, su orgullo no podia ser dañado nuevamente. Pero aun asi queria tenelo a su lado, estaba ansioso ¿Donde esta ese tonto? repetia una y otra vez en su cabeza.
-Amo, es hora de despertarse, ¿Que hace con eso en la cara?- pregunto Sebastian quitando la almohada con una sonrisa.
-¿Que hora es?- pregunto Ciel fingiendo haber estado durmiendo e incorporandose lentamente mientras frotaba su ojo visible reprimiendo un ficticio bostezo.
-7 en punto- afirmo Sebastian tras ver el reloj que guardaba en su bolsillo -las tareas para hoy son..
-No me interesa, hoy tomare un dia libre- dijo Ciel recostandose nuevamente.
-Pero amo hoy tiene clases de Frances, esgrima y latin- dijo su mayordomo frunciendo el seño mientras se acercaba para ponerle el parche en el ojo derecho a su pequeño amo.
-No quiero, no quiero ¡NO QUIERO!- grito con todas sus fuerzas Ciel mientras se cubria la cabeza con las mantas y arrojaba el parche lejos, estaba sorprendido de su comportamiento tan tonto e infantil, pero no le apetecia tener tantas clases y obligaciones, solo tenia 12 años ¿acaso los niños de su edad no corren por todas partes mientras juegan con barro y comen de manera grotesca? ¿A caso ellos no tienen que cumplir horarios? ¿A caso ellos no tenian que ocuparse de toda una compañia, el cuidado de su majestad y tambien de cumplir su venganza? pero el sabia que no era un niño comun, el era Ciel Phantomhive el unico heredero de la familia Phantomhive, el favorito de la reina y la persona mas importante de Europa, ademas, tenia que vigilar su compañia y... bueno, tambien tenia que atender ciertos asuntos y haber hecho ese berrinche era solo una excusa para tener a Sebastian a su lado, aunque sabia que el estaria siempre a su lado hasta que el contrato se termine pero aun asi...
-Bocchan ¿Que le sucede hoy?- dijo Sebastian suprimiendo una carcajada.
-Me duele la cabeza- dijo incorporandose y pidiendole a Sebastian que lo vistiera, este, aun confuso sigio las ordenes de su amo y tras haberlo vestido pregunto nuevamente y con una voz suave -¿Desea tomarse su dia libre?- mientras servia el té.
-Calla y prepara las cosas, yo, Ciel Phantomhive no puedo tomarme dias libres- estaba extrañado por todo lo que habia dicho, seguramente Sebastian estaria burlandose de el, o al menos eso pensaba.
Cuando el salio de su habitacion quedo pasmado ¿Que habia sucedido en su mansion? Bard, Finian y Maylene estaban parados uno al lado del otro con la cabeza baja, murmurando cosas sin sentido, entonces, Sebastian le explico que Pluto -Un perro demoniaco que escupe fuego y tambien puede convertirse en humano- habia entrado en la mansion por un descuido de los sirvientes y en el arrebato por atraparlo la mansion habia quedado destrozada, asi que seria uno de "esos dias" donde todo sale mal y la casa queda destrozada, hay daños que cuestan una fortuna y tambien el termina, de algun modo, afectado.
Pero habia algo peor que rondaba su cabeza desde la noche pasada y esa sensacion de vacio que tanto estaba afectandolo, y se negaba a aceptarla, se negaba rotundamente a admitir el motivo por el cual sus mejillas comenzaban a tornarse de color carmin y las orejas le ardian.
-Amo ¿Esta bien?- pregunto Finian temeroso.
Pero no habia respuesta, Ciel estaba completamente ruborizado y tenso la mandibula mientras se dava la vuelta para dirigirse a su despacho diciendo que ordenen todo.
-Sebastian, tengo hambre- dijo Ciel llevandose una mano hasta su estomago mientras se recostaba en su sillon.
-Bocchan, hace apenas dos horas ha desayunado- dijo Sebastian llevandose un dedo a su boca, DEMONIOS como odiaba ese gesto, lo hacia ver tan... tan... no importaba, al menos eso le parecia a Ciel que quedo mirandole embobado mientras fruncia el seño. En su mente se dibujaban imagenes confusas que al comenzar a tomar forma hicieron que volviera a ruborizarse y querer desecharlas sacudiendo la cabeza.
-Bocchan ¿se encuentra bien?- pregunto Sebastian acercandose -¿que quiere que le traiga?- interrogo.
-Si, si, solo es el dolor de cabeza..- dijo el niño evitando la mirada de su mayordomo, no queria sucumbir nuevamente, pero lo hizo, miro sus profundos ojos carmin y entonces lo comprendio, era inutil, deseaba que todo se repitiera pero era una puñalada mortal a su orgullo y el, aunque no lo admitiera, era un niño muy orgulloso.
-FLASH BACK-
-Que dia tan agitado- dijo Ciel recostandose en la cama -tengo mucho sueño- sentensio dando la espalda a su mayordomo que termino de abrocharle el ultimo boton del pijama mientras sonreia al verle tumbado de esa manera.
Ciel estaba enojado, queria dormir y Sebastian continuaba alli parado como un tonto sosteniendo el candelabro pero parecio no molestarle cuando su amo le dijo que queria dormir y tampoco se movio cuando este le avento la almohada. Estaba enojado, muy enojado, Lizzy habia llevado sus muñecas y jugo al té con el toda la tarde, ademas, lleno la casa con esa extraña cosa brillante que cuesta mucho quitar de la piel y las chicas utilizan en los ojos, ademas tambien puso papeles de colores en todas las paredes y vistio a los sirvientes con disfrases ridiculos y por si no fuera poco tambien evito que pudiera firmar un contrato con una empresa Tailandesa de juguetes que estaba interesada en promover sus productos en su pais.
Miro a su mayordomo con una rabia casi ridicula mientras le repetia nuevamente que se marche, pero este, lejos de prestarle atencion, con un leve soplo apago todas las velas mientras su mirada se tornaba vividamente roja y con una amplia sonrisa se apoderaba de la sombra de su amo mientras este, temeroso se cubrio con las cobijas evitando mirar a Sebastian que se habia acomodado sobre el y lentamente, muy lentamente deslizaba una mano desnuda bajo las sabanas para apoderarse de su...
Continuara... pronto!