Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sweet Hell por Reituki_mizuki

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola~ ¡He regresado!

Inicialmente este fic era un simple ReitaxAoi, pero luego el amor entre UruhaxAoi se metió en mis planes y BOOOM, salió~




                           Dedicación especial a: SixthGun_Miseinen

Notas del capitulo:

ENJOY IT!

Había sido su sueño desde que terminó la universidad, ir a la gran ciudad de Tokio para trabajar y por fin lo había logrado, luego de pasar algunos años trabajando en su pueblo, después de todo ya tenía treinta y tres años.

 

Dejó a su madre con su hermana al cuidado, prometiéndoles una mesada considerable que les enviaría al encontrar su nuevo trabajo, Yuu estaba listo para enfrentarse al mundo que estaba frente a sus ojos.

 

-¡Lo he logrado! -Gritó al bajar de aquel tren bala.

 

Sonrió, vio la hora notando que eran las 16:00 horas, luego camino hasta el tablón de anuncios para dar un vistazo.

 

-Se buscan pensionados: Apartamento, dos pisos, amplio, buena vista, buen  precio- Leyó en voz alta un papel que le había llamado la atención, tomó una libreta de su morral, apuntando luego la dirección y el número telefónico  que allí se encontraban.

 

Ubicó el primer teléfono público a la vista, corrió hacia él, marcando así el número telefónico.  Un timbrazo, dos timbrazos, tres timbrazos seguidos de una voz.

-¿Hola?- Escuchó decir a través del teléfono, una voz gruesa y aparentemente seria.

 

-Hola… He llamado por el anuncio que han colocado en la estación de trenes, estoy buscado un lugar para mi estadía aquí- Le explicó.

 

-¿Anuncio en la esta...? ¡Reita!-Se alejó un poco el teléfono de sí- ¿Has colocado algún anuncio en la estación de trenes?... Oh Dios, Reita... Tú no  te detienes- Se escuchó una risa a lo lejos, se acercó el teléfono a su rostro soltando un suspiro- Eh, sí. Te daré una cita para charlar para que así sepas a lo que vendrás... ¿De acuerdo?

 

-Entiendo... Disculpa, ¿A qué hora? -Preguntó extrañado a causa de lo que había escuchado.

 

-¿Puedes ahora mismo? -Le preguntó.

 

-Oh... ¡De acuerdo! Allí estaré, gracias, gracias- Hacía varias reverencias, recordó que nadie lo veía dejando de hacerlas.

 

-Bien, te espero- Cortó la llamada.

 

Yuu tomó la pequeña libreta donde había escrito la dirección y con la ayuda del cielo, subió a un autobús en una ciudad desconocida, intentando localizar el lugar.

Preguntó una última vez a un señor por la dirección, escuchó  "Es allí" mientras le señaló un edificio.

 

-Gracias- Caminó hasta la entrada del edificio, lo miró y entró muy animado, buscó el apartamento vio el timbre, lo tocó sonriente.

 

Escuchó unos pasos acercarse a la puerta, un ruido de llaves le desconcertó la cantidad de seguros que la puerta seguramente tenía, fue abierta dejando ver a un chico bajo pelirrubio, ojos oscuros y de piel blanca.

 

-¿Si? –Le observó desde abajo hacia arriba.

 

-Hola, me llamo Shiroyama Yuu, soy quien ha llamado hace poco preguntando por la habitación- Se presentó amablemente a aquella persona desconocida.

 

-Oh… Bienvenido sea- Le abrió paso al pelinegro, éste entró al apartamento observando cada detalle del lugar.

 

-Vaya, es muy lindo aquí- Comentó abiertamente.

 

-Gracias, yo me encargo de la limpieza y organización-Cerró a sus espaldas cada uno de los cerrojos que allí habían mientras le invitaba a ver aquel apartamento.

 

-¿Qué tipo de personas viven aquí?- Se le ocurrió preguntar.

 

-Eh, seríamos cuatro personas contigo, una de ellas duerme aquí- Señaló una habitación con la puerta cerrada- Es muy apartada, dudo que llegues a socializar con él algún día. El dueño del hogar es Reita, quién no está en este momento y yo.

 

-¿Cómo te llamas?- Preguntó.

 

-Prefiero que me llames Ruki ¿De acuerdo?- Le respondió dirigiéndose a una puerta enorme- Ven, por aquí- Abrió la puerta invitándole a pasar.

 

-Vaya... -Era una oficina linda, pintoresca, elegante y bastante amplia.

 

-Adelante, siéntate- Le dijo mientras él se sentaba en una silla tras el escritorio.

 

Yuu se sentó en la silla que se encontraba al frente del rubio.

 

-Antes debo hacerte un pequeño cuestionario- Abrió uno de sus cajones y sacó unos papeles de allí, sonriendo.

 

-De acuerdo...- El pelinegro se acomodó a la silla acercándose un poco al escritorio.

 

-¿Nombre completo? Recuérdamelo por favor- Sonrió.

 

-Shiroyama Yuu- Observaba como el rubio escribía en el papel.

 

-¿Edad?

 

-Treinta y tres- Dijo, rió un poco cuándo el rubio le miró extrañado.

 

-¿Lugar de nacimiento?

 

-Mie.

 

-Desde ya te digo, necesito que me contestes todas las preguntas, por favor- Suspiró.

 

-Eh... De acuerdo.

 

-¿Preferencias sexuales?

 

-¿Eh?

 

-¿Chicas o chicos?- Insistió.

 

-Bueno... Soy Homosexual...- Dijo un tanto incómodo.

 

-¿Hace cuanto tiempo?- Regresó la mirada hacia el papel.

 

-¿Por qué este tipo de preguntas?- Preguntó avergonzado.

 

-Te pedí que respondieras todo- Le sonrió -¿Hace cuanto te gustan los hombres?

 

-En realidad, me di cuenta hace dos años...-Respondió.

 

-¿Has tenido pareja?

 

-No.

 

-Entonces eres virgen, ¿cierto?

 

-¿¡Eh!? -Se sorprendió al escuchar la pregunta indecente que le habían hecho.

 

-Sí, es decir, nunca has tenido relaciones sexuales con otro hombre- Explicó el rubio mirando a quien tenía al frente.

 

-No....- Contestó apartando la mirada.

 

-Oh, perfecto... ¿Con cuantas personas estas dispuesto a vivir? -El rubio sonrió regresando a las preguntas comunes.

 

-Con las que sea, sólo pido tener mi propia cama y si es posible, mi propia habitación.

 

-De acuerdo.

 

El rubio se levantó mientras Yuu lo seguía con la mirada, él analizaba cada uno de sus movimientos.

 

-Puedes quedarte en el apartamento mientras el dueño llega, el decidirá si puedes vivir aquí, ¿Está bien?- Le informó con una sonrisa vacía, que aparentaba ser falsa.

 

-Sí- Asintió y tomando todas sus cosas se levantó dirigiéndose a la sala.

 

Allí se sentó observando la elegancia del lugar, era realmente hermoso, tal y como siempre había soñado vivir.

 

Vio a una persona pasar a su costado, no pudo ver su rostro así que supuso que sería la persona de quien le había hablado "Ruki". El chico de cabello castaño entró a una habitación que parecía ser la cocina, salió nuevamente con un vaso lleno de agua en la mano, se detuvo observando un rato a Yuu, soltó un pequeño suspiro y siguió caminando hasta su habitación.

 

-¿Qué fue eso? -Pensó Yuu ante lo que había ocurrido.

 

Escuchó la puerta abrirse, se asustó por el ruido que hacía, se levantó inmediatamente, un chico más joven que él había llegado al lugar, tenía el cabello rubio con algunos mechones negros, cubría su nariz con un extraño trapo, se miraron y el más joven le sonrió con picardía.

 

-¡Ruu-chan! -Gritó aún con la sonrisa.

 

-¿Reita? -Ruki asomó su rostro- ¡Reita! -Dijo emocionado mientras corría hasta el recién llegado.

 

-Hola Ruu-chan, no me tardé mucho, ¿cierto? -Le preguntó recibiendo el abrazo que el más pequeño le daba.

 

-No, no te tardaste- Le sonrió.

 

-Y ¿Quién es él? -Preguntó refiriéndose a Yuu.

 

-Él es quién llamó hace rato preguntando por la habitación- Contestó separándose un poco- Ya le he hecho la entrevista, creo que está bien que viva aquí.

 

-¿De verdad?- Preguntó "Reita" enarcando una ceja.

 

-Traeré los papeles para ti- Ruki caminó rápidamente hacia el estudio.

 

-Hola... -Se atrevió a saludar el pelinegro.

 

-Hola. -El rubio sonrió ampliamente.

 

-¿Es el dueño del apartamento? Mi nombre es Yuu, mucho gusto- Extendió la mano educadamente.

 

-El gusto es mío...-Tomó aquella mano extendida apretándola con sensualidad.

 

-Aquí están los papeles- Ruki caminó rápidamente para llegar al lado de Reita y así entregarle los papeles.

 

-Veamos... -Dijo al comenzar a leer aquellos papeles, Yuu se sentía nervioso, seguía los ojos del chico, intentaba entender las expresiones de Reita al leer.

 

-Disculpe... ¿Cree que merezco vivir aquí?- Preguntó llamando la atención de los dos chicos frente a él.

 

-Por supuesto- Contestó Reita con una sonrisa encantadora, expresando emoción y felicidad.

 

-¡Que bien! Y ¿Desde cuándo podré instalarme? -Preguntó Yuu sonriendo, apenas había llegado a Tokio y ya tenía donde vivir.

 

-Puedes empezar a hacerlo si así lo desea-Le contestó el más alto de los rubios allí presentes.

 

-¡Estupendo! -Sonrió haciendo una reverencia tomando sus cosas.

 

-Ven, te guiaré hacia tu nueva habitación- Dijo Ruki,  le guió hasta el final del pasillo donde había una puerta cerrada con seguro, sacó una llave de su pantalón para abrirla- Aquí está.

 

-¿Esta es mi nueva habitación?- Sonó sorprendido ante la amplitud de aquel cuarto.

 

-Así es, ¿Te gusta?- Le dio algo de risa ver el rostro de emoción del pelinegro.

 

-Este es algo más grande que mi casa anterior- Sus ojos brillaron mientras continuaba sonriendo.

 

-¿Hablas en serio?-Preguntó sorprendido.

 

-Sí, en serio- Lanzó sus cosas a la cama.

 

-Bien, espero y este lugar sea de tu agrado- Se dirigió hacia él pasillo cerrando la puerta atrás de él.

 

Comenzó a ordenar sus pertenencias y revisó si había servicio de internet en el apartamento, cuando su laptop encontró una red agradeció al cielo, tendría algo que hacer en la tarde.

 

Se hicieron las 18:00, supuso quera la hora de la cena por el olor que atravesaba hasta su habitación, sintió dos golpes en su puerta.

 

-La cena está servida- Escuchó y corrió como si hubiera mañana porque tenía mucha hambre.

 

Encontró a Reita, Ruki y al chico que había visto antes sentados en la mesa, tomó asiento junto al chico de cabello castaño sonriéndole, cosa que el otro ignoró.

 

-Yuu, ¿Te gusta el okonomiyaki?- Preguntó Reita amablemente.

 

-Por supuesto, es uno de mis platos favoritos- Sonrió respondiéndole.

 

-Espera a que pruebes el que prepara Ruu-chan, sin duda se hará tu platillo favorito- Le tomó la mano a Ruki acariciándola.

 

-Oh, Reita- Ruki sonrió.

 

-¿Ya podemos comer? - Escuchó una voz gruesa a su lado volteando viendo la expresión de enojo que tenía el castaño.

 

-Sí Uruha, no te desesperes- Contestó Reita haciendo que "Uruha" temblara.

 

-Ittadakimasu- Dijeron Reita, Ruki y Yuu al unísono mientras Uruha ya había comenzado a comer.

 

-Mm, Ruki, ¡Esto está delicioso!- Comía gustoso, había sido el platillo más exquisito que había probado en toda su vida.

 

-Gracias Yuu- Sonrió, amaba que halagaran su comida.

 

Comían en silencio disfrutando del sabor, Yuu estaba agradecido, había llegado a un excelente lugar, el castaño a su lado se levantó y sin decir nada se fue a su habitación mientras Reita lo veía con enojo.

 

-Gracias por la comida- Dijo Yuu mientras hacía una reverencia.

 

-Mira a Uruha, tan mal educado, se ha ido sin agradecer Ruu-chan -Dijo ayudando a recoger los platos junto con Ruki.

 

-Ya, déjalo, no tiene importancia- Le decía Ruki intentando calmarlo.

 

-No Ruu-chan, esto no se queda así- Tomó el plato de Yuu sonriéndole- Gracias por la comida, lindo- Le dijo a Ruki antes de entrar a la cocina.

 

Yuu se estiró y fue hasta su habitación, tomó su guitarra para practicar un rato, sin darse cuenta se hicieron las 22:00 horas, se levantó y le puso seguro a la puerta de su habitación, se quitó la ropa quedándose en ropa interior, se acostó en su cama, tomó la frazada y se cubrió con ella, dispuesto a dormir. 

 

Escuchó en ruido seguido de un grito de dolor, era el ruido de una cama moverse violentamente, se sonrojó al imaginar sobre qué se trataba, nuevamente un grito, se apuró en buscar su reproductor mp3, se colocó los audífonos, buscó una canción aleatoriamente para disipar el ruido que se escuchaba afuera, sin darse cuenta se había quedado dormido.

 

Amaneció, la luz del sol atravesaba las claras cortinas, sus ojos se fueron abriendo, sentía la música en sus oídos. Se sentó en su cama, estiró su cuerpo. Se quitó los audífonos, se levantó de la cama y recordó el porqué de tener los audífonos, rió ante el recuerdo. Entró al baño que había en su habitación para bañarse, duró un rato en la ducha, terminó de bañarse y salió, se vistió rápidamente saliendo de la habitación.

 

-Buenos días, Ruki- Sonrió al verlo sentado en el sofá, éste no le respondió, sin embargo, permanecía viendo hacia la lejanía sin inmutarse- ¿Ruki?

 

-Buenos días Yuu- Susurró.

 

-¿Qué ocurre? -Preguntó sentándose a su lado.

 

-Nada, sólo penaba... ¿Cómo dormiste?- Le preguntó mirándolo.

 

-Bien... Bien, muy bien- Sonrió recordando aquellos sonidos.

 

-Al menos tú sí pudiste dormir...- Susurró.

 

-¿Eh?- El pelinegro creyó haber escuchado algo.

 

-Nada- Se compuso en su puesto.

 

-¿¡Ese es un Wii!? -Preguntó al ver un aparato blanco que era una consola, aparentemente.

 

-Así es, ¿Quieres jugar a algo?- Propuso amablemente.

 

-Sí... ¿Tienes tenis? -El pelinegro se levantó del sofá.

 

-Claro- El rubio también se levantó dirigiéndose hacia la consola para encenderla, escogió el juego de tenis entregándole uno de los controles.

 

Jugaron un rato antes de ir a preparar el desayuno, lo sirvieron y Ruki fue a llamar a los demás, regresó sólo con Reita, cosa que le pareció extraño.

 

-Uruha no comerá con nosotros hoy- Anunció Reita- Buenos días chicos.

 

-Buenos días, disculpe, ¿Por qué no comerá él con nosotros?- Preguntó Yuu.

 

-Yuu, baja el formalismo,  después de todo, según lo que vi en los registros de la entrevista eres mayor que yo- Rió al ver cómo el pelinegro se daba un pequeño golpe en la cabeza.

 

-Hay días en los que Uruha simplemente no quiere salir de su habitación- Contestó Ruki con una sonrisa notablemente  nerviosa.

 

-Ah, entiendo...- Dijo pensativo.

 

Desayunaron en medio de risas y charlas, Yuu pensó que había sido el mejor desayuno en toda su vida.

 

El día pasó tranquilo, el pelinegro no tenía nada que hacer, sólo estar en la laptop revisando sus redes sociales. En un momento, recordó a "Uruha", no había salido en todo el día de su habitación, le preocupaba el que seguramente no había comido nada en todo el día, decidió prepararle la cena.

 

Con un plato de ramen en la mano tocó la puerta de la habitación del castaño, esperó un rato pero nadie le contestaba.

 

-¿Uruha...? -Acercó su oído a la puerta.

 

La puerta fue abierta, dejando ver a un Uruha golpeado, con moretones en su rostro, Yuu se asustó y entró dejando el plato sobre la mesa.

 

-¿Qué le ocurrió?- Se acercó a él para tomar su rostro.

 

-No, no... Duele- Se alejó rápidamente.

 

-¿Qué pasó?- Estaba alterado, asustado.

 

-Vete de aquí- Le dijo en susurro.

 

-¿Eh?- Se sintió rechazado.

 

-Vete de esta casa, de verdad, huye... -Lo miró a los ojos, mostrando inseguridad.

 

-¿Por qué? -No sabía cómo reaccionar.

 

-Reita cuando quiera seguirá contigo...-Uruha bajó el rostro.

 

Fue ahí cuando Yuu se dio cuenta de todo relacionando cada situación; los golpes de Uruha, los gritos que escuchó la noche anterior, el sonido de la cama, el desorden en la habitación del castaño, todo encajaba.

 

-Vámonos juntos... -Yuu habló rápido, sin pensar en lo que decía.

 

-No, yo no puedo, pero... Vete tú- Uruha se notaba destrozado físicamente

 

-¿Estás seguro?-Preguntó.

 

-Sí, lo estoy- El castaño asintió.

 

Yuu se levantó y corrió hasta su habitación, comenzó a guardar cada una de sus cosas en la maleta que había traído, se sentía triste y sobretodo preocupado, al terminar de guardar sus cosas con rapidez, se dirigió al pasillo, se acercó a la puerta, recordando la cantidad de seguros que ésta tenía. Vio a Ruki sentado en el sofá acercándose a él con decisión.

 

-Ruki, ábreme- Le ordenó al rubio.

 

-¿Yuu? ¿A donde pretendes ir con todas tus cosas? -Preguntó con una sonrisa falsa.

 

-Me voy, sé qué ocurre en este lugar- Habló Yuu.

 

-Oh, pero ahora que sabes mucho menos puedo dejarte ir- Le contestó.

 

-Dame las llaves- Yuu se abalanzó a él en busca de quitarle las llaves al rubio.

 

-¡Reita!- Gritó el más bajo pidiendo ayuda- ¡Ven rápido!

 

-¿Ruu-chan?... ¿Qué pasa aquí? -Preguntó al llegar a la sala- ¿A donde iras Yuu?

 

-Quiere irse de aquí- Le informó Ruki.

 

-Eso no se puede, Yuu- Dijo Reita, sonriendo de lado.

 

-¡Sé lo que le haces a Uruha, le diré todo a la policía, absolutamente todo!- Gritó Yuu con furia.

 

-¿Qué es lo que vas a hacer?- Preguntó Reita acercándose a él para tomarlo fuertemente del brazo.

 

-Suéltame, suéltame- Se alarmó al sentir aquel contacto.

 

-Claro, en un instante- Lo haló, estaba llevándolo hacia su habitación, Yuu había cometido el error más grande, el intentar amenazar a Reita.

 

Llegaron hasta la habitación, Reita lanzó el cuerpo de Yuu a la cama para luego subir él, lo besó a la fuerza, le mordía los labios sin compasión sacándole sangre, produciéndole heridas.

 

Bajó su rostro hasta el cuello de Yuu para lamerlo, succionarlo, dejarle marcas, como siempre solía hacer con los que anteriormente había estado.

 

-Reita, no, ¡No, quítate! -Se removía incómodo ante las caricias del mayor.

 

-Tendré tu primera vez- Sonrió al imaginar cómo sería estar dentro de él, mordió su cuello ante eso.

 

-Reita, suéltame- Comenzó a golpearlo en el rostro haciéndolo enojar.

 

-Yuu, quédate quieto- Le sostuvo los brazos con una sola mano sobre su cabeza.

 

-Suéltame, maldita sea -Movía sus piernas sin ningún cuidado, buscando golpear a quien estaba sobre él.

 

-Que te quedes quieto de una puta vez- Dejó caer un golpe sordo en la mejilla del mayor para luego sacarle la camisa.

 

-Ahh, ¡Reita!- Yuu gritaba de dolor.

 

-Oh... Exquisito...-Observó el pecho de Yuu, era blanco y sus botones rosados hacían de él casi una obra de arte.

 

-...-Yuu le golpeó el rostro a Reita, tan fuerte que a él mismo le dolió aquel impacto.

 

-No me golpees- Le dio una fuerte cachetada y pegó sus labios a su pecho, lo lamía desde la clavícula hasta el ombligo.

 

-Ahhh, duele- Dijo quejándose por los golpes.

 

-¿A caso eres una niña? ¡Deja de quejarte! -Mordió fuertemente uno de sus pezones.

 

-¡Ahhhh! ¡Basta!- Gritó al borde de las lágrimas.

 

-No, no basta....-Lamió aquel botón que ahora estaba rojo por el maltrato.

 

-Reita... Por favor- Las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.

 

Él no quería eso, Reita quizás era realmente guapo pero él siempre había querido "Hacer el amor" no "Tener sexo" y peor en esas condiciones, siendo violado por una persona que apenas conocía, todas sus ilusiones se estaban destrozando en sólo unos minutos.

 

-¡Ruu-chan!- Gritó Reita llamando al chico rubio.

 

-¿Qué necesitas? -Se asomó a la habitación mirando hacia abajo.

 

-¿Me traes los juguetes?- Le desabotonó el pantalón sonriéndole a medio lado.

 

Ruki asintió, Yuu lo miraba con miedo mientras Reita sonreía con malicia.

 

-No tengas miedo, te gustará- Se rió en ánimo de burla, tomó la sábana que allí había para amarrarlo contra el espaldar metálico de la cama.

 

-Reita, suéltame, prometo no decir nada pero déjame ir...- Yuu dejó su orgullo atrás, rogándole al rubio que lo soltase mientras continuaba llorando.

 

-Me temo que es imposible dejarte ir Yuu, una vez que lo sabes, no puedes alejarte- Reita acercó las manos hasta el pantalón del mayor, lo bajó junto a su ropa interior apreciando su cuerpo desnudo por completo.

 

Ruki entró con una expresión fría dejando una maleta sobre la cama, caminó hasta la salida cerrando la puerta con llave.

 

-Más vale que estés quieto unos minutos- Advirtió Reita mirándolo de reojo para voltear su vista hacia la maleta que allí estaba- Veamos... ¿Qué usaré contigo?...- Su mirada era inquieta, como la de un pequeño en una dulcería.

 

-Detente... -Dijo con una voz suplicante.

 

-¡Ah! ¡Este!- Sonrió al sacar un consolador grande, realmente grande. Yuu se asustó, aquél objeto era probablemente el triple del tamaño de su propio miembro, ¿A caso pretendía que eso entrara en él?.

 

-Reita, eso no...- Fue interrumpido al ver cómo sus piernas fueron abiertas en un movimiento brusco, sintió un dedo presionar su entrada con fuerza, como si intentará entrar- Ah...- Un débil gemido se escapó de sus labios ante esa sensación.

 

-¡Que empiece el juego!- Dijo Reita con una sonrisa, tomó el consolador con su mano derecha mientras que con la izquierda mantenía una de sus piernas quieta.

 

-¡Por favor, detente! -Gritó al sentir la punta del consolador intentando entrar.

 

-Rayos, veamos así- Dejó el aparato a un lado por el momento, tomó ambas piernas del chico abriéndolas mucho más, sacándole un gruñido de dolor.

 

Reita tomó el consolador nuevamente y lo colocó el la entrada del chico, empujándolo con más fuerza notando que aquel agujero estaba cediendo.

 

-¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Duele! ¡Ahh! -Yuu gritaba mientras sentía su ano desgarrarse, sentía que él se rompería por la mitad.

 

-Vamos, vamos, más adentro- Empujó con mucha más fuerza, haciendo que el juguete entrara hasta la mitad.

 

-¡Ahhhhhhhhhh! -La sangre empezaba a bajar manchando la cama donde estaban.

 

-Y un poco más- Le dio un gran empujón haciendo que entrara dolorosamente.

 

-¡Ahhhhhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhh! Sácalo de ahí, duele mucho- Gritó Yuu con mucha más fuerza, sentía su entrada romperse.

 

-Vamos, disfruta- Movió ese aparato en círculos, dilatando más al pelinegro quien sólo podía gritar de dolor, mientras la sangre seguía corriendo.

 

-Ahhh, Reita, por favor- Lloraba suplicando el ser libre.

 

Reita sacó el juguete de allí sin delicadeza, mientras sonreía y buscaba en maleta, sacó un vibrador de color rosa, pequeño con el tamaño de una pastilla, sin darle tiempo de refutar, lo adentró en el cuerpo de Yuu encendiéndolo en la máxima potencia de inmediato.

 

-Ahh, ahhh, ahhhh, ahh- Aquellas vibraciones le torturaban, le asqueaba que su cuerpo reaccionaba ante ellas.

 

-Eso está bien.... -Reita tomó entre sus manos el miembro de Yuu, comenzando a masturbarlo lentamente.

 

-Ahhhh, ahhh, ahh- Las caderas de Yuu comenzaban a moverse debido al extraño placer que estaba sintiendo, sus piernas temblaban manteniéndose con los ojos cerrados. 

 

 

-Eso, sigue- Continuaba el sube y baja tortuoso mientras desabotonaba su pantalón.

 

-¡Ahhh!- Sintió un fuerte mordisco en su pezón, sentía sangre salir de allí.

 

Reita bajó su pantalón y en un movimiento rápido sacó el vibrador sustituyéndolo con su pene, le penetró profundo sintiendo como era de estrecho. Comenzó con el vaivén descontrolado, rápido y fuerte.

 

-¡Ahhhhh! ¡Maldita sea! ¡Me duele!- Gritaba Yuu con las lágrimas en sus mejillas.

 

-Sé que también lo disfrutas- Apretó el miembro de Yuu.

 

-Ahhhhh, ¡Ahhhh!- La cama golpeaba la pared y un sonido indecente salía de la unión de sus cuerpos.

 

-Jodidamente delicioso- Dijo lamiendo su cuello.

 

-Ya... Me romperás- Gritó.

 

-Ah, no- Reita gruñó.

 

-Ahhhh- Sintió unas pinzas alrededor de su cuerpo.

 

-Esto es lo mejor- Mordió el labio de Yuu.

 

Sus movimientos se hicieron más violentos y toscos.

 

-Ahhh, estoy a punto, a punto -Dijo Reita.

 

-¡Ahhhhhhhhh!- Yuu continuaba gritando ante las penetraciones.

 

-Ya, voy a... Ahh, Ah- Sonrió al liberar su semilla dentro de él.

 

-Ahhh- Yuu sentía como su interior era llenado por Reita, haciendo que él también se corriera.

 

Reita salió de él y con una sonrisa se levantó, arregló su ropa, tomó la maleta, antes de irse dijo.

 

-Jamás volverás a salir de aquí, jamás -Y así salió Reita de la habitación, dejando a Yuu en la cama, mientras los fluidos escurrían de su interior.

 

Yuu aún desnudo, se encogió en la cama sucia de sangre, llorando. Sus mejillas se veían golpeadas.

Ruki entró a la habitación, supuso que debía hacer la limpieza.

 

-¿Por qué lo ayudas en esto? -Preguntó Yuu a Ruki.

 

-Porque lo amo -Contestó.

 

-¿Te gusta ver cómo él viola a otras personas?- Le preguntó Yuu.

 

-No.

 

-¿Entonces?- Se sentía traicionado, sucio, inservible.

 

-Reita, está enfermo, él. Es un ninfómano.

 

-¿Eh?.

 

- Así es, cuando yo le conocí, él me hizo lo mismo que te ha hecho a ti... Pero aquí sigo, ¿no?.

 

¿Cómo puede él  permanecer aquí si Reita le hizo lo mismo?.

 

-Porque me enamoré de él- Sonrió dulcemente.

 

-¿¡Cómo!?- Preguntó Yuu.

 

-No lo sé, sólo pasó... Yuu, ahora ve a bañarte- Se llevó las cobijas manchadas y salió de la habitación.

 

Yuu se sentó con cuidado, pero al sentir un dolor agudo en su parte baja gimió incómodo, era su primera vez, pero jamás pensó que sería tan dolorosa. Intento levantarse, sus piernas temblaban y sentía las punzadas en su entrada.

 

-Maldita sea...- Caminó lentamente hasta el baño para limpiarse.

 

Abrió la regadera, sintió su cuerpo mojarse, tomó el jabón refregando cada una de las partes de su cuerpo, pero aun así, se sentía inmensamente sucio. Las lágrimas cayeron de sus ojos sin pedirle algún consentimiento, no sabía si era por el dolor que sentía en su parte baja o por el sentimiento que le había quedado en su pecho.

 

Salió de la ducha, se colocó una ropa cómoda para dormir y en la cama vacía sin ninguna cobija para cubrirse quedó dormido.

 

Se durmió y los acontecimientos de anoche le atormentaban, estaba sufriendo en silencio, solo.

Sintió dos golpes en la puerta, calló, dos golpes más y el temor una incrementando.

 

-Soy Uruha- Escuchó aquel susurro tras la puerta.

 

Se levantó con cuidado y caminó hasta la puerta para dejar entrar al castaño, éste entró y cerró la puerta atrás de él.

 

-Lo escuché... Yo, yo lo siento Yuu, sólo quería ayudarte y que no pasaras por lo mismo que yo pero... -Su voz una perdiendo fuerza a medida que hablaba.

 

-Sé cuales fueron tus intenciones, no tienes por qué disculparte ya que no es tu culpa- Sonrió un poco acostándose en la cama.

 

-Y dime... ¿Te duele... Ahí... Abajo?- Preguntó mirándolo con preocupación.

 

-Por supuesto, creí que anoche... Creí que anoche moriría- Agachó la cabeza intentando ocultar su rostro.

 

-Tranquilo, él quizás sea un animal, te golpearía, maltrataría, pero jamás te mataría, llevo mucho tiempo aquí por eso lo conozco -Subió su mano hasta la mejilla del otro para acariciarla, notó que Yuu hacía una expresión de dolor -¿Te duele aquí?- Preguntó refiriéndose a su mejilla.

 

-Sí... -Cerró los ojos sintiendo las caricias que el castaño le regalaba.

 

-Tienes un morado... Iré por algo de hielo- Se levantó pero fue detenido por el pelinegro.

 

-No me dejes solo- Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras veía a Uruha a los ojos.

 

-Yuu, no, no llores, debes afrontar esto- Se sentó frente a él secando sus lágrimas- No llores, prometo estar contigo pero ahora, debo buscar algo para ese golpe, sólo serán unos minutos- Le sonrió intentando darle seguridad.

 

-Pero, por favor no te tardes -Mordió sus labios para reprimir el llanto.

 

Esperó mirando a todos lados de la habitación para calmarse y olvidar lo anterior, sus manos sudaban al escuchar cualquier ruido presente en su habitación, temía que Reita apareciera para hacerlo sufrir nuevamente.

 

-Regresé- Dijo Uruha al entrar a la habitación con una bolsa de hielo- Esto servirá para disminuir la hinchazón- Con cuidado colocó la pequeña bolsa azul en la mejilla del pelinegro.

 

-¡Está muy frío! -Se quejó alejándose de la mano de Uruha.

 

-Eh, es obvio… Hay hielo dentro- Sonrió a medio lado al ver el absurdo quejido de él.

 

-Pero, está demasiado frío- Se acercó nuevamente avergonzado.

 

-Esa es la idea, el frío ayuda a que no sientas más dolor- Lo colocó en su mejilla nuevamente.

 

-Gracias, Uruha…-Le sonrió.

 

-Llámame Kouyou- Dijo devolviéndole la sonrisa.

 

-¿Kouyou…?- Preguntó extrañado, sin despegar la mirada del castaño.

 

-Sí, Kouyou… Es mi verdadero nombre- Le alzó un poco la cabeza para revisarle el rostro.

 

-Es cierto, no sé nada sobre ti…-Dijo.

 

-Takashima Kouyou, tengo treinta y un años, vengo de Kanagawa, me gusta tocar guitarra…- Se presentaba a aquella persona en la que empezaba a confiar.

 

-¿De verdad? ¡Yo también toco guitarra! Me gusta mucho desde muy pequeño- Le dijo animado.

 

Un sonido de golpe los alertó a los dos, seguido de un llanto inconsolable, ambos se asustaron y corrieron hasta la sala, encontraron a Ruki siendo golpeado por el otro rubio.

 

-¿A ti qué demonios te importa qué hago con ellos? ¡Deja de reprenderme! –Seguía golpeándolo con más fuerza.

 

-Reita, cálmate, yo sólo… Ahh- Vieron como la sangre corría por su rostro- Yo sólo, te aconsejaba- Lo que más les extrañaba era ver que Ruki no evadía los golpes de Reita.

 

-No necesito tus inútiles consejos- Se detuvo- Así que déjame en paz.

 

-De acuerdo… Discúlpame Reita- Cerró sus ojos para evitar que las lágrimas corriesen.

 

-¿Y ustedes qué mierda ven? ¡A sus habitaciones, ya!- Les ordenó cosa que obedecieron inmediatamente.

 

Había pasado su hora habitual para dormir, ya tenía puesta su pijama, su sueño se veía interrumpido ante sus pensamientos, ante sus recuerdos, ante sus miedos. Se levantó de su cama, agarró la almohada entre sus manos y decidió dirigirse a la habitación de Kouyou.

Caminaba por el oscuro pasillo, temiendo que Reita saliera de algún lugar, pasó el baño principal, pasó por una puerta de donde salían gemidos, el sonido rechinador de la cama moverse bruscamente, las voces de Reita y Ruki por lo que se asustó, corriendo hasta la habitación de Kouyou, tocó varias veces susurrando.

 

-Kouyou… Soy yo…- La puerta fue abierta inmediatamente dejando ver a un castaño despeinado, restregando su ojo.

 

-¿No puedes dormir?- Habló Uruha bostezando un poco.

 

-No…Y no quería molestarte pero… no tengo a quién acudir-Se apenó ante lo que había dicho.

 

-…Ven, Pasa- Se apartó un poco abriendo el espacio para que entrara a su habitación.

 

-Lamento molestarte a esta hora, seguro estabas durmiendo- Dijo mientras Uruha cerraba la puerta.

 

-No hay ningún problema- Le contestó acostándose en la cama en una orilla dándole algo de espacio al pelinegro.

 

-¿Esta bien el dormir aquí?- Preguntó Yuu con seriedad.

 

-Tranquilo, ven- Yuu se acercó a la cama de Uruha sentándose en la punta, luego se acostó- Duerme bien... -Y no recibió respuesta.

 

Cerraron sus ojos quedando completamente dormidos, Yuu se sentía aliviado y protegido.

 

Al amanecer Uruha se despertó, al ver el cuerpo de Yuu abrazado a su cuerpo sonrió de ternura.

 

-Yuu, despierta -Le susurró en el oído al pelinegro.

 

-¿Hmm? -Yuu intentaba abrir los ojos pero no podía.

 

-Yuu, si Reita nos ve así se enojará- Susurró Uruha nuevamente.

 

-Si nos ve... ¿Cómo?- Yuu abrió los ojos y se vio abrazando al castaño, se separó de golpe apenado- Yo, yo lo siento- Se sonrojó rápidamente.

 

-Tranquilo- Rió ante la reacción de Yuu, pero ahora deberías ir a tu habitación.

 

-De verdad lo siento- Tomó su almohada y antes de irse hizo una pequeña reverencia haciendo que Kouyou riera.

 

Pasaron seis meses de cautiverio, habían noches en las que simplemente deseaba morir, pero Kouyou era su sustento, como le había prometido, nunca se alejaría de él. A pesar de que Kouyou pasara por las mismas situaciones que él, no le faltaba, se había hecho importante para él, se había enamorado en las condiciones más extrañas.

 

-Kouyou...- Suspiró al escuchar los gritos disimulados que ya había aprendido a reconocer, eran de su castaño- Él no se merece eso...- Lloraba otra vez, como todas las noches en las que Reita maltrataba a Uruha.

 

Le dolía el pecho cuando Reita hacía esas cosas con Kouyou, sufría más que cuando se las hacía a él, de verdad se había enamorado.

Escuchó una puerta abrirse, luego cerrarse, después nuevamente un portazo.

 

Tomó el botiquín, corrió a la cocina, tomó algo de hielo en aquella bolsa para dirigirse a la habitación de Kouyou. Abrió y lo encontró desnudo acariciando su pecho, se veía rojizo, maltratado, cerró la puerta atrás de él.

 

-Kouyou...- Se acercó a él sentándose en la cama, le tomó el rostro en sus manos.

 

-Yuu- El castaño sonrió débilmente.

 

-¿Qué te duele?- Preguntó Yuu.

 

-Aquí...- Señaló su pecho evidentemente golpeado, con algunas cicatrices abiertas.

 

-Oh, se ve doloroso- Dijo abriendo el botiquín, sacó una crema para golpes y la esparció a lo largo de su torso.

 

-También aquí- Señaló al costado de su labio de donde salía sangre.

 

-...- Yuu tomó un algodón y limpió la sangre, sus ojos comenzaron a cristalizarse.

 

-¿Yuu? ¿Qué pasa?- Le tomó la mano y las sintió húmedas notando que también había sangre allí.

 

-No me gusta verte así, prefiero que él me lastime a mí que a ti- Contestó con sinceridad.

 

-...Yuu... A mí tampoco me gusta verte cuando estás en este estado, destroza mi corazón- El pelinegro alzó la cabeza y notó que él rubio estaba apunto de llorar.

 

-...Kouyou...- Susurró.

 

-Yuu, yo me enamoré de ti... En este infierno, me enamoré de ti- Le confesó con una sonrisa llena de tristeza.

 

-Yo, siento lo mismo... Te amo- Bajó el rostro para intentar contener las lágrimas.

 

-Quisiera besarte ahora, pero así como estoy creo que no te sería cómodo- Sonrió nerviosamente al decirlo.

 

-Kouyou..- Le susurró acercándose a él y en un instante unió sus labios, con los ojos cerrados, comenzó a moverlos con cuidado para evitar lastimarlo.

 

Sentía su pecho arder y agitarse, sentía la emoción recorrer su cuerpo desde los pies hasta la cabeza.

 

Se separó al notar las expresiones de dolor que el más alto tenía.

 

-¿Por qué...?-Preguntó el castaño.

 

-Porque te duele, lo sé- Se levantó de la cama estirándole una mano- Ahora, ve a bañarte- Le ayudó a levantarse. 

 

Cuando Kouyou entró al baño se despidió de él, fue hasta su habitación y sintió el temor nuevamente, sólo no quería hacerlo sentir incómodo.

Se acostó cerrando sus ojos, con la mente en blanco hasta que la puerta fue abierta con brusquedad haciendo que se sentara, ahí estaba Kouyou, sonriéndole.

 

-¿Por qué te fuiste? Creí que te encontraría al salir- Entró cerrando la puerta con seguro.

 

-No quería molestarte más- Le contestó moviéndose a un lado.

 

-No me molestas Yuu, me gusta que estés conmigo- Caminó sentándose a su lado- Ven.

 

Yuu se rodó hasta quedar junto a Kouyou quien lo hizo recostarse en su pecho.

 

-Te amo- Le repitió.

 

-Yo también- Respondió Yuu abrazándose al castaño con cuidado.

 

-Yuu...- Le llamó haciendo que él levantara la cara, lo besó nuevamente ignorando el dolor, sólo quería sentir los labios de Yuu.

 

-Kouyou...- Suspiró abrazando el cuello de Uruha.

 

Kouyou tomó el cuerpo de Yuu haciéndolo sentar por completo para besarlo mejor, el pelinegro permitió la entrada de la lengua del más alto en su boca, sentía como lamía sus labios, como acariciaba su propia lengua.

 

Bajó los besos hasta su cuello haciendo que Yuu se tensara inmediatamente, intentó retirar la camisa pero el pelinegro no lo dejó.

 

-Kouyou, esto no... No quiero odiarte... - Dijo asustado.

 

-Vamos, no tengas miedo, yo no te haré daño, te gustará- Recordó las palabras que Reita decía antes de comenzar a maltratarlo y se alejó de él bruscamente.

 

-¡No!- Dijo con la mirada gacha.

 

-Yuu, deberías saber que no soy como Reita, yo nunca te haría daño... Porque te amo- Le susurró acariciándole el rostro.

 

-...- En silencio lo miró con inseguridad en sus ojos, luego de pensarlo, asintió.

 

El castaño se acercó nuevamente al cuerpo de Yuu para darle un beso, le sacó su camisa con cuidado observando su pecho que ya tenía cicatrices visibles, les dio un beso a cada una de ellas para luego continuar con sus pezones, los lamió con sumo cuidado, succionándolos para ponerlos duros.

 

-Ahh...- La sensación era distinta, ahora se sentía amado, querido y cuidado como si fuera algo frágil.

 

-Te gusta así, ¿cierto?- Sonrió al acertar sus movimientos, lo recostó en la cama lentamente para quedar sobre él.

 

Bajó sus besos a lo largo de su abdomen, besando también su estómago mientras acariciaba con sus manos el pecho del pelinegro. Kouyou se sacó su propia camisa y la lanzó al piso, llevó sus labios hasta los labios de Yuu nuevamente.

 

-Te amo- Le susurró mientras continuaba besándole.

 

-Ahhh... -La mano de Kouyou acariciaba su miembro por encima del pantalón de pijama.

 

Después de un rato, bajó los pantalones de Yuu junto con la ropa interior, se separó de sus labios y vio que aquel miembro aclamaba atención, colocó sus labios en la punta dándole un beso, lo metió en su boca simulando envestidas rápidas, lo lamía en toda su extensión.

 

-Ahhh, Ahh- Yuu empujaba la cabeza de Uruha hacia su cuerpo para incrementar el ritmo.

 

Sintió como el miembro del pelinegro aumentaba de tamaño y comenzaba a palpitar, lo sacó de su boca sonriéndole.

Uruha metió sus dedos en su boca para lubricarlos lo suficiente y así prepararlo.

 

-Yuu, relájate y así no te dolerá- El pelinegro asintió cerrando los ojos.

 

Kouyou introdujo el primer dedo obteniendo un respingo de Yuu, comenzó a hacer círculos lentamente, metió el segundo dedo, haciendo que él pelinegro tomara las sábanas entre sus dedos, lo dilataba con cuidado, el tercer dedo entró.

 

-Ahhhhhh- Apretó las cobijas más fuerte.

 

-Tranquilo, relájate- Susurraba moviendo los dedos.

 

-Kou-Kouyou, ya quiero... Sentirte- Dijo en una voz casi inaudible.

 

Uruha asintió sacando sus dedos, tomó su miembro y con cuidado lo fue penetrando.

 

-Ah... Ahhh...-A diferencia de las otras veces se sentía exquisito.

 

-Ya, ya ca-casi- Entró en una estocada.

 

-Ahhhh, Ah- Lo agarró de los hombros.

 

El castaño esperó hasta que Yuu se acostumbrara al tamaño de su hombría.

 

-Ahh, Ahh, hmm- Yuu comenzó a mover sus caderas con los ojos cerrados avisando que estaba listo.

 

-Ah, Yuu- Kouyou tomó a Yuu de la cintura y comenzó con el vaivén más rápido, lo penetraba con cuidado pero le hacía sentir en el paraíso.

 

-Ahhh, Ahh, Ahh- Gemía, el pequeño dolor se había borrado y el placer se hacía más grande.

 

-¿Puedo... Ir... Más... Rápido?- Preguntó con dificultad.

 

-Por-Por favor, más, Ahh-Sintió como Uruha aumentaba la velocidad repentinamente, sentía el calor en su interior.

 

-Yuu, Yuu- Aumentaba cada vez más la velocidad, encontrando aquél punto dentro de Yuu que lo hacía ver las estrellas.

 

-Ahhhh, Ahh, sí, ahí, Ahh, m-más rápido- Se abrazaba a la espalda de Kouyou.

 

-¿Aquí?- Preguntó.

 

-Ahh, sí, sí, ahí- Gemía al sentirlo golpear ese punto muchas veces.

 

-Ahh, Yuu creo que ya voy a a... -Dijo cerrando los ojos.

 

-Yo también, yo también- Sintió una corriente en su espalda y se corrió en el abdomen de Uruha contrayendo su entrada haciendo que el castaño se corriera dentro de él.

 

Intentaban regular sus respiraciones.

 

-Ahh- Gimió Yuu al sentir que el castaño salía de él.

 

Se acostó a su lado abrazándole.

 

-Te amo- Le dijo.

 

-Yo también te amo Yuu- Sonrió.

 

Mantuvieron una relación al escondido, a pesar de permanecer complaciendo a Reita, ellos eran felices en una extraña y tortuosa situación.

 

-Hola, díganme Kai y he venido aquí para vivir con ustedes, vi el anuncio en el centro comercial- Dijo un morocho de sonrisa encantadora quien recién había entrado al apartamento.

 

-¿En el centro comercial? Ay Reita...- Susurró Ruki.

 

Yuu y Kouyou se miraron pensando en que uno más había llegado a compartir su dulce infierno.

 

 

Fin. 

Notas finales:

No se olviden de dejar Reviews~ 

Besos y abrazos, adiós. 

Próximo proyecto: Reituki


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).