Faltaban 5 minutos para la hora acordada, el ya estaba a punto de tocar el timbre. Pero antes respiró muy hondo deseando que todo salga bien. El timbre sonó lentamente, tardaron igual en abrir.
-Thor, hijo, que gusto volver a verte- su madre Frigga lo recibió con un enorme abrazo.
-Igual yo, madre- el rubio entró a la casa y ambos se dirigieron al sillón de una amplia sala- ¿Dónde está padre? –preguntó un poco nervioso.
-Odín está en la Biblioteca no tarda en bajar- la Señora de Odínson se levantó de su lugar y de la cocina trajo un vaso con agua de limón- recuerdo que te gusta mucho como preparo la limonada- Ese comentario le sacó una pequeña sonrisa a Thor, y lo hizo sentir menos tenso.
Un par de minutos después un hombre bastante alto y con largas barbas bajaba por las escaleras- Thor, hijo mío. Hemos recibido la noticia de tu esposa–sí antes se sentía bien ahora volvió el sentimiento de incomodidad–Lo lamentamos mucho, Thor. ¿Pero cuál era la razón por la que te querías divorciar?
-Sí… Hay algo que debo decirles– El hijo de Odín bajó un poco la mirada, no podía ver a su padre del todo. Los otros dos guardaron silencio en señal para que Thor continuara– en un principio Sif y yo nos amábamos… No sé lo que ocurrió en su cabeza que me mintió sobre su embarazo- Odín levantó la mano para que el rubio terminara de hablar.
-Así que vienes aquí después de casarte, tener un hijo y quedándote divorciado. ¿Cuál es tu punto?- soltó el Señor Odínson de golpe, molestando un poco a su hijo.
-¡Qué Sif mintió! Ese hijo no es mío, pero lo amo, ¡él y yo lo criaremos juntos!- abrió sus ojos de la sorpresa- Yo… quiero decir que…
-¿¡A qué te refieres con “él y yo”?!- Odín enseguida preguntó.
-Yo… salgo con un hombre…- apenas dijo Thor audiblemente, mientras jugaba con sus dedos y notaba una pequeña mancha en el suelo.
Odín se levantó del sillón y fue directo a abrir la puerta. El rubio ya sabía lo que venía. Frigga se acercó a Thor antes de que se fuera y le susurró en el oído;
-Te sigo queriendo, hijo. Que tengas suerte con ese hombre-
-No toleraré que algún Odínson salga con hombres. Ahora ¡Largo de mi casa!-
Thor molesto, caminó con la frente en alto hacía la salida, fuera de la casa se volteó rápidamente para decirle por último a Odín –Al menos tuve la decencia de venir a decírtelo en cara. Nos veremos, tal vez –y siguió su camino hacia su carro.
Durante su trayecto, a Thor le ganaban las lágrimas. Se detuvo frente a un parque, dejó escapar unas cuantas lágrimas y golpeó el volante, dejándole las manos rojas. En el parque había niños jugando y las madres o nanas despreocupadas platicando viendo hacía otra dirección.
Es entonces cuando miró a dos niños, uno rubio y otro moreno. Stark y Steve. Notó que el moreno le decía unas cosas al rubio, y que éste negaba, parecía que le estaba pidiendo que hicieran algo.
El de cabello oscuro sonrió y se puso frente al rubio que tenía los ojos cerrados, para darle un beso pequeño en los labios. Después ambos rieron, se tomaron de las manos y fueron a jugar con sus otros amigos.
Eso conmovió al rubio, y por una parte le alegró el día. Se quedó ahí estacionado unos minutos más, hasta que decidió volver a casa de Kenan para recoger a su hijo.
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-¿A quién le gusta la pizza? ¡A ti!- ¡A mí también!- Tu no cuentas- ¡Somos dos o ninguno! – Wade le acercaba un pedazo pequeño de pizza a Jonathan. El pequeño miraba con curiosidad al mayor, tal vez entendió lo que decía, después sonrió y comenzó a masticar y saborear la comida.
-Va a crecer malcriado, como yo… Ehm, así que no le hables tan chiple- dijo Kenan acomodando unos juguetes tirados en el suelo.
-¡Somos sus padrinos, Kenny!- Como sus segundos padres- Shh, no uses esa palabra–el mercenario comenzó a hacer un baile extraño.
-Claro… –terminó de acomodar los juguetes en una caja del rincón. Se disponía a seguir jugando Mortal Kombat, pero el timbre de la puerta se lo impidió, miró demasiado ocupado a Wade que mejor fue ella– Uh, Thor, volviste. ¿Cómo te fue? – se movió para dejar que el mayor pasara.
-Digamos que mejor de lo que esperaba- fue directo a ver al bebé que tenía alrededor de su boca manchas de tomate- Hola, Johnny… me extrañaste- parecía que el pequeño entendió, sonrió y con su manita tomó un dedo de Thor- Mi madre aceptó el hecho de que saliera con hombres, pero mi padre Odín… me echó de la casa-
-Pero tú ya no vives ahí- dijo inesperadamente Kenan- uh, lo siento…-
-Está bien, a lo que me refiero es que no me quiere ver. Y está bien, almenos le dije. Bueno– tomó la caja y la cuna dónde estaba Jonathan- te debo una grande por haber cuidado de él-
-¡No es problema! En serio-
Thor se despidió y volvió a su casa. Le sorprendió ver a Loki fuera de ésta.
-¡Hey! Loki ¿Cuánto tienes ahí afuera?- el rubio se acercó al ojiverde y le dio un beso en la mejilla. El menor se encogió de hombros y sólo sonrió.
-Quería venir a verte, es todo-
Ambos pasaron a la casa. Johnny yacía dormido en su cuarto.
Thor y Loki miraban a la ventana abrazados.
-Espero Johnny se quede contigo…- dijo el pelinegro acariciando la mano de Thor-
-Gracias… ¿Sabes qué…? no, olvídalo-
Loki detuvo su movimiento, y miró a Thor- ¿qué pasa? Puedes decirme lo que sea-
-Yo pues…- lo interrumpió el sonido de su celular -¿Diga?
-Podrías mover tú enorme y cuadrado trasero hacía la Corte. ¡Faltan 15 minutos para que empiecen!- Del otro lado gritaba Stark histéricamente.
-Pero que… - miró el reloj de la cocina Quince para las 6- mierda, mierda, mierda, ¡Estaré ahí en un par de minutos! –
-¡Más te vale güera oxigenada!-
-Iré contigo, Thor- le dijo Loki intentando tranquilizarlo.
-Está bien, debo llevar a Johnny- Lo tomó con cuidado y salieron rumbo a la Corte. Le preocupaba que todo se le volteara en su contra, pero con Loki a su lado no le daba tanto miedo.