Juramentos Inservibles por Van Phantomhive

Capitulo 1: El lazo invisible

Todos sabemos que en el mundo de las editoriales tienen periodos donde se realizan los storyboards, cuando estas llegan a sus fechas límites y deben ser entregados, todos los departamentos entran en colisión y en la editorial Marukawa no es la excepción. La delgada línea que se mantuvo durante las últimas horas entre el departamento Emerald y el de ventas finalmente se quebró. El as de éste último se manifestó con toda su ira y aura asesina reclamando algo que aún no se había terminado, sin embargo prendió la mecha de aquella bomba de desesperación y locura.

-¡TAKANO, QUIERO ESOS MANUSCRITOS AHORA!

-¡TE DIJE QUE LOS LLEVARÍA APENAS LLEGARA EL ÚLTIMO! – respondió el editor jefe con todo el fastidio y enojo debido al cansancio ya acumulado y de noches en vela. Eso no le importó al otro hombre y le respondió impacientemente:

-¡NO ESPERARÉ NADA, LOS QUIERO AHORA!

-¡CUANDO TE DIJE QUE TE LOS LLEVO, ES QUE TE LOS LLEVO DESPUÉS, ESTÁS SORDO O QUE!

-¡BIEN TIENES 30 MINUTOS, SI NO LOS VEO, ENTONCES CONSIDERATE FUERA DE LA REVISTA!

Dicho esto el huracán se retiró dando un fuerte portazo, dejando a los estresados editores con otra bomba, el tiempo. Los cinco hombres trabajaban fervientemente y los más rápido que podían entre quejas y lamentos, en veinte minutos tuvieron alistados cuatro de los cincos manuscritos pero aún faltaba uno de ellos que no había llegado al campo de batalla, cuyo dueño era Yoshino Chiaki conocido bajo el pseudónimo de Yoshikawa Chiharu, su editor Hatori con su postura impasible se levantó impacientemente para revisar si el paquete había llegado y si este se quedó en la entrada. Los minutos pasaban, el tiempo se acortaba y el editor con el paquete no regresaban; de pronto la puerta se abrió y entró un joven de cabellos castaños claros y ojos pardos, entre sus manos había un sobre de color madera; el chico estaba cansado y con un tono de voz que lo demostraba preguntó:

-¿Este es el departamento Emerald?

-Si.- contestaron en coro sepulcral Kisa y Ritsu.

-Ah que bien, al fin la encontré.-dijo el recién llegado exhalando un suspiro.-Mi nombre es Yanase Yuu, soy asistente de Yoshikawa-sensei, y esto es para ustedes.-dijo calmadamente mientras les pasaba el sobre, haciendo revivir los ánimos de los presentes, el bendito manuscrito por fin apareció aunque no era momento de cantar victoria, todavía faltaba verificar que todo estuviera en orden, rápidamente comprobaron las tramas, fondos, correcciones, estaba perfecto. Una vez hecho esto todos se desplomaron porque la fatiga los alcanzó y como consecuencia de esto, Morfeo se los llevó.
Antes de que el editor jefe también cayera bajo el mismo hechizo, le pidió al joven que se había quedado, esperando para recibir la orden de retirada, que fuera a entregar los papales a la imprenta; cosa que a Yanase no le agradó mucho la idea, lamentablemente no llegó a oír la localización de dicho lugar. Con otro suspiro y resignado a su mala suerte, se dirigió nuevamente a la puerta, molesto con la idea de tener que volver a vagar por todo el edificio; justo en ese instante, el as de ventas hizo una nueva aparición reclamando lo mismo que la primera vez:

-¡TAKANO, MALDITO IDIOTA, QUIERO ESOS PAPELES AHORA!

Como respuesta Yanase le tendió los papeles sin inmutarse por el huracán que tenía ante su cara.

-Aquí los tienes, aunque no sé para qué te alteras.-acotó el joven.

-¿Quién sos vos? ¿Sos editor?

-No, asistente de dibujo, bueno me voy, gracias por haberme ahorrado la búsqueda.

Obviamente ambos hombres se subieron al ascensor, Yanase observaba fijamente a Yokozawa, el otro al sentir esa penetrante mirada, reclamó al molesto al chico:

-¿Acaso tengo algo en la cara?-preguntó con ironía.

-No, solo me preguntaba que hacia alguien de ventas, reclamando los escritos a los editores, ¿no se supone que eso es trabajo de la imprenta?-dijo el chico manteniendo la mirada en su interlocutor.

-Sí, es el trabajo de ellos, pero estos editores habían postergado bastante la entrega y como no hace caso a los de la imprenta, me llamaron a mí, ya que sé cómo lidiar con el editor jefe.-respondió con seriedad.

-Eso se nota, ya que ustedes se conocen desde hace mucho.

-¿Cómo lo sabes?-inquirió el as, sorprendido.

-Simple, porque yo alguna vez tuve esa mirada.-respondió tristemente Yanase.

El ascensor se detuvo en el segundo piso, el as de ventas aún seguía adentro, el joven carraspeó un poco para que el otro volviera a la realidad, luego de descender volteó para ver nuevamente al dibujante; notando la mirada perdida que provenía del castaño, siendo camuflada por los mechones que cubrían elegantemente el rostro. Yokozawa comprendió que aquel chico había sufrido y sentido el amor no correspondido de alguien.
De este modo y sin darse cuenta, ambos hombres entrelazaron un hilo, que conlleva muchas cosas aunque muy inciertas.