Sin lo nuestro…
Las relaciones siempre comienzan de buena manera o claro, al menos eso dicen; siempre que dos personas se atraen de por si se encadenan en algo mas que un frío sentimiento de atracción cuando son correspondidos. Pasan a un punto donde sienten que no pueden vivir sin el otro y coinciden en llegar a un punto en común “Una relación”.
El problema es que no todo el tiempo ese cariño es correspondido, no todas las veces logras que esa persona que tu crees “tu media naranja” tenga el mismo sentimiento que tú, como si realmente algo interfiriese o se pusiera de acuerdo para hacerte sentir esa presión en el pecho y hacerte entender que ese no es precisamente tu lugar.
¿A qué llegamos con eso? Porque precisamente ese era o es –según las circunstancias- el caso de nuestro protagonista quien, a duras penas logro batallar contra ese “algo” que se negaba a darle participación dentro de la vida de la persona que estimaba, esa persona que siempre parecía verle con cariño y amistad, pero nada mucho más allá de aquello y claro, ese era precisamente el problema.
¿Cómo ver en forma de amigo a quien mueres por besar y tener entre tus brazos?
- Deberías comenzar a pensar en otras cosas, basta ya…
Eso era precisamente lo que se reprochaba a si mismo mientras se mantenía sentado en la cama, con una de sus manos cubriendo su rostro mientras las sabanas a penas parecían cubrir la parcialidad de su cuerpo desnudo, con aquellas blancas e inmaculadas prendas resbalando desde su torso debido al movimiento y siendo manchadas ligeramente por algunos tintes negros que procedían de sus ojos antes maquillados con delineador.
Se mantuvo así un largo tiempo, varios minutos para ser exacto hasta que algo le sacó de sus cavilaciones, entrecerrando los ojos para luego soltar un pesado suspiro y removerse en cuanto notó como el cuerpo a su lado se movía de igual manera, quizá en búsqueda del calor que había perdido cuando el castaño se hubo despertado hacía un tiempo.
- Vuelve a la cama…
Escuchó casi de manera rezongona aquella voz que a penas le parecía audible, aquella voz que hacia dos años escuchaba junto a él y le parecía que con cada palabra que decía lograba que algo en su interior se removiera y le hiciese notar que quizá, las cosas no iban tan mal hasta ahora y que a pesar de no escuchar ese “te amo” que ansiaba desde hacia tanto el otro al menos sabía que deseaba estar con él, ¿por algo estaba ahí no?
- ¿Kou?
A penas en ese momento pareció “reaccionar”, parecía hacer falta escuchar su nombre proveniente de manera tan dulce o aquel apodo que sólo el menor se atrevía a usar con él para salir de sus cavilaciones.
“Pareces un niño pequeño” se reprochó a si mismo, elevando luego su otra mano para despejar cualquier rastro que le delatara en ese momento y llegando incluso a presionar con su puño su ojo derecho al momento de sólo sonreír de manera ligera y observar con una pequeña sonrisa al menor, inclinándose a su altura para dejar un suave beso en sus labios, aquel que se le hizo eterno en ese momento y quizá hasta distinto a como hubiese sido siempre para luego apartarse con suavidad y acomodar de mejor manera los cabellos del otro.
- Siento si te desperté chibi, creo que me he puesto algo madrugador.
- Son las 8 de la mañana y tenemos que estar a las 12, ven a dormir un poco mas…
Luego de las palabras del menor así lo hizo, terminó por recostarse junto a él una vez mas, en completo silencio mientras sus brazos se aferraban de manera inmediata a la cintura del menor hasta sentir como este de manera inconsciente se pegaba a su pecho en busca de calor, protección mientras tomaban las últimas horas de descanso antes de tener una nueva jornada de trabajo. “Antes de que me revuelque en celos de nuevo” pensó terminando por cerrar los ojos y dejarse conciliar e incluso borrar todo pensamiento al menos por ahora de su mente, no deseaba pensar en nada mas por ahora que le impidiese disfrutar de la compañía del menor, de SU Ruki, porque así era o al menos así era como él lo sentía.
****
¿Dudar? De parte de Uruha nunca había sido un concepto clave, siempre había sabido confiar de lo que hacía y no pensar demasiado las cosas antes de hacerlas pues, luego de haber aprendido por si mismo y sin ayuda alguna mas que un par de videos a tomar su instrumento, aquel que le había llevado a la fama, había logrado que la confianza en si mismo fuera algo que le invadiera mucho mas conforme pasaba el tiempo pero, aún así había algo que no cabía dentro de su total confianza “Enamorarse” siempre creyó que tendría una linda chica en su domicilio, a quien consentir y quien le correspondiera de igual manera, así incluso lo habían planeado con su mejor amigo, Reita, pero las cosas parecieron dar un vuelco grande cuando sus ojos se posaron en otra persona, justamente en el vocalista que se había transformado en su todo.
- ¿Me pasas la mermelada? Koron no parece despegarse de mi, creo que tendré que tener brazos adicionales.
- Claro –respondió con una pequeña risita ante el comentario, tomando el pote de mermelada en el centro de la mesa para extendérsela al menor mientras observaba a aquel pequeño bulto en las piernas del otro, aquel cachorro que hace poco le había obsequiado para su aniversario y en compensación claro, de aquel cachorro que en un descuido un hombre ebrio habría arrollado cuando este salió de casa en una pequeña carrera en búsqueda de sus dueños.
- Las tostadas te han quedado mejor que la vez pasada ¿tu secreto?
- No hay ningún secreto, sólo que esta vez la tostada no se ha puesto en mi contra.
Escuchar su risa una vez mas provocó una suave sonrisa en su rostro antes de tomar la taza de café frente a si, disfrutando de su esencia dulce mientras permanecía quieto en su lugar, sólo observando cada movimiento del menor hasta que este se vio obligado a levantarse de su lugar de manera algo rápida y tomando al cachorro más pequeño fue que no le dio tiempo para rechazar su petición de cargar al cachorro mientras él, se dirigía de manera rápida a contestar su teléfono móvil que ahora parecía exigir su atención.
Suspiró con cierta pesadez en respuesta terminando luego por levantarse de su lugar también, tras un tiempo considerable en que cargó al pequeño cachorro con una de sus manos y con la otra bebía un poco mas de su café antes de atreverse a tomar la misma dirección que el menor había hecho.
- Tranquilo Aoi, luego de unos minutos nos vamos ya.
“Aoi” aquel pelinegro que era uno de sus mejores amigos últimamente parecía acarrear más tiempo que él mismo con el menor en la habitación, cariño e incluso muchas veces demasiada preocupación por parte de este sólo consiguiendo que una sonrisa de medio lado se formara en su rostro al acabar por recargarse contra la pared, mordiendo su labio inferior antes de cerrar sus ojos.
“Lo siento Uruha… realmente, me agrada Aoi…”
“Por favor, sólo dame una oportunidad”
“No puedo asegurarte nada, pero al menos voy a intentarlo”.
Ciertamente nadie se imaginaría que una relación fuese a comenzar así, con esas precisas palabras y acotaciones antes de siquiera intentar algo; el menor había sido preciso y directo con sus palabras, le había dejado en claro que esa era su situación pero al menos le había dado la posibilidad de que las cosas cambiarían.
“Mentira”
¿Por qué podía sentir que a pesar de estar cerca de tres años de relación seguía sintiendo aquel vacío que le indicaba que Ruki aún no se olvidaba de lo que sentía por Aoi?
Miradas, saludos, llamadas, mensajes, contacto en el escenario…
¿Y aún así te sigues preguntando por qué?
“Duele”
Soltó un pesado suspiro antes de terminar por alejarse de la pared cuando escuchó que el menor comenzaba a despedirse del pelinegro para seguramente tomar las cosas que le restaban para poder arreglarse y así salir rumbo al ensayo donde, ya los demás parecían encontrarse y ellos tenían ya el tiempo justo.
- ¡Kou! ¿Nos vamos ya?
- Claro, dejo a Koron en su lugar y nos vamos.
- Por favor
- No te preocupes.
***
Más allá de las cortinas que revolotean con el viento,
lo que tembló ante la débil voz no fue mi cuerpo,
por vez primera, sentí "pérdida”…
- No es sólo cosa de un beso, eso fue un beso…
Cerró los ojos con fuerza, dejándose caer al suelo mientras, esta vez no podía contener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos y terminaban por resbalar por sus mejillas mientras golpeaba una y otra vez el suelo con el puño, intentando contener entre sus labios los sollozos que escapaban de entre ellos mientras se encontraba en aquella sala, una sala cualquiera que ni siquiera se había tomado la molestia de observar para que servía, sólo se había conformado con que estuviese a oscuras y vacía para poder estar solo.
Una ansiedad que mancha indeleblemente y no se va,
con el fin de olvidar la tibieza de la mano que limpiaba,
los muros de yeso blanco que secuestran la paz de mi mente,
¿Cuantas veces más veré abril antes de que acabe?
“¿Cuánto mas pensabas tardarte?” escuchar esas palabras parecían haber calado en su pecho mucho mas que el sólo hecho de ver los labios de quien creía su novio contra los del pelinegro, mientras una sonrisa adornaba el rostro de ambos y, en ese entonces observaba aquel brillo en los ojos del menor mientras se mantenía colgado del cuello de quien correspondía a su amigo y compañero de cuerdas.
“A él no puedes culparlo, él no sabía nada de esto” pareció reprocharse a si mismo mientras procuraba mantenerse acurrucado, sin dar señales a alguien para sospechar de que se encontraba ahí, necesitaba desahogarse de alguna manera y desechar aquel dolor que le embargaba hacia meses tras creer que había sido sólo cuestión de paranoia, hoy había notado que no era cosa suya, Ruki aún estaba enamorado de Aoi.
“Y ahora él le corresponde”
Derrumbo esto con facilidad desde que nuestros caminos se cruzaron,
es verdad, soy más frágil de lo que me permito. ..
Debiste aprender que las cosas no siempre van a ser como uno quiere, quizá nunca debiste intervenir dentro de aquello, por mucho que le amaras o Aoi no le correspondiera, nada te permitía irrumpir donde no te correspondía.
Ligeramente, agitadamente, tiemblo en la miseria,
Oh melancolía que no se muestra en la sonrisa que devuelvo, a donde…
“Perdoname…”
El significado de TRANSITORIEDAD realizado por la debilidad en la
que me reflejo,
- Sólo quería hacerte feliz…
Ahora para que te pueda proteger, ahora para que te pueda abrazar…
- Sólo, sólo déjalo como que esto no paso, de verdad lo intenté Uruha…
Tragó grueso cuando pudo escuchar la voz del menor, y como algo se recargaba contra la puerta indicándole que al parecer su presencia no había pasado desapercibida para el menor, si para Aoi pero no para él, él si le había visto y seguramente también había notado el momento en que se encerró en esa habitación.
Di que la respuesta es una mentira, sonríe y dime que es una pesadilla.
- Perdóname…
Esta vez no fue su imaginación, de verdad pudo escuchar aquellas palabras de boca del vocalista, elevando la mirada para apoyar su cabeza contra la pared mientras observaba un punto indistinguible desde su posición, sólo observaba un punto ciego, un punto que sólo le ayudara a conocer que estaba despierto y eso de verdad estaba pasando, no soñaba ni mucho menos estaba viviendo una pesadilla de la cual quería despertar en ese momento, ahora si era parte de un adiós que no tendría vuelta.
Incapaz de respirar, sencillamente perdurando,
Oh melancolía que envuelve completamente las palabras que devuelvo, a donde…
- Te amo…
- Perdón…
El mañana que quiero abrazar está floreciendo aun ahora,
como si te protegiera…