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¡Sé lo que hicieron en los nacionales pasados! por IchirinNoHana

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Respiró el aire primaveral con gran entusiasmo una vez que salió del abarrotado aeropuerto.

Por fin había llegado el día en el que vería a Fuji, después de seis meses de espera. Y bueno, después de haber hecho “eso” con él, cabía agregar.

 

Sonrió para sí mismo, sonrojado ante sus pensamientos, mientras hacía señales para que se detuviera un taxi. Después de que aquel suceso “Poco común” dentro de su vida diaria, ocurriese, no se había olvidado del castaño.

Este hecho “poco común” era denominado así por tres factores:

 

  1. Su primera vez había sido con un chico.
  2. Y no solo había sido un chico. Fueron dos.
  3. Y a los dos, los había conocido un par de días atrás.

 

Había estado bueno, no lo negaba. Pero ahora planeaba hacer lo mismo, sin Yukimura de por medio. Ya que, la idea había sido de él, y cuándo se lo había comunicado, Shiraishi casi muere de un ataque cardíaco con tal proposición.

 

Sin embargo, aceptó una vez que se hubo recuperado del shock.

 

El taxi se detuvo una cuadra antes de llegar a la casa de Fuji. Shiraishi pagó y caminó despacio, es decir, no estaba apurado ni  nada por el estilo. Pero, lo que vieron sus ojos justo cuando llegaba a la casa del castaño, lo dejó perplejo.

 

¿¡Qué hacía Yukimura ahí, frente a él!?

 

-         ¡Tú…! – Exclamó sorprendido. El capitán del Rikkai sonrió con malicia - ¿Qué haces aquí?

-         Shiraishi-kun, ha pasado tiempo – ensanchó aún más su sádica sonrisa – vengo a ver  a mi amigo por supuesto.

-         Yo también vine a verlo.

-         Qué “casualidad” que hayamos elegido el mismo día para venir a verlo, ¿No crees?

 

El castaño, que iba de salida, abrió la puerta interrumpiendo la respuesta del otro capitán.

 

-         Ho, qué sorpresa – sonrió - ¿Qué hacen aquí?

 

 

 

 

 

Lo único que se oía en la habitación del tensai de Seigaku, era el sonido del reloj avanzado con lentitud.

 

Kuranosuke no dejaba de mirar al peliazul, molesto ante la sonrisilla de inocencia mezclada con toneladas de sadismo, que le dedicaba.

Estaban sentados los tres en el suelo, con el castaño en medio de ambos, recibiendo todas las malas vibras que se transmitían los dos capitanes.

Bufó y se levantó, sentándose en su cama. Ambos muchachos lo siguieron con la mirada.

 

-         … ¿Y bien? ¿Ahora me van a decir por qué han venido ambos? – preguntó haciendo énfasis en la última palabra.

-         Quería verte – dijeron al unísono. Una gota apareció en la nuca de Fuji.

-         Estaba pensando – habló Yukimura – en lo bien que lo pasamos en los nacionales, ¿No creen? – sonrió con malicia hacia el tensai.

 

Listo. Una vena sensible.

 

Un escalofrío recorrió la espalda del muchacho.

Si, habían hecho un trío, los dos eran muy buenos y bla, bla, bla. Pero el único ultrajado había sido él, y el dolor al día siguiente, junto a la sensación de haber sido partido en dos había sido insoportable.

 

-         Yukimura… - Dijo Kuranosuke, escupiendo veneno junto a ese nombre – Tú eres un…

-         ¡Sé lo que hicieron en los nacionales pasados!

 

La puerta se abrió, dando paso a un Yuuta verdaderamente enfadado.

 

Shiraishi miró asustado a Yukimura, quien miraba al Fuji menor con un leve tic en el ojo… ¿Cómo se había enterado?

 

Ambos miraron al mismo tiempo al castaño mayor, que se veía tan sorprendido como ellos.

Entonces… si él no le había dicho nada a Yuuta…

¿Cómo se había enterado?

 

-         ¿Hi-hicimos? – pregunto Shiraishi tragando saliva - ¿Nosotros?

-         ¡Si! ¡Ustedes dos! – Señaló a los capitanes.

-         ¿Qué se supone que hicieron ellos, Yuuta?

-         ¿Cómo que qué? ¡Te estuviste quejando de eso durante dos días!

 

Fuji tragó saliva, oprimido por dos auras asesinas. ¿No habían quedado en que no le iban a contar a nadie?

 

-         No hicimos nada que él no quisiera – dijo Yukimura.

-         ¡Él jamás quiso que el escondiesen su cactus!

-         ¡Nosotros solo lo…! – Shiraishi se detuvo - ¿Cactus?

-         ¡Si! ¡Cactus! ¡Estuvo durante días buscando su cactus y ustedes lo tenían escondido!

-         A-ah, pero se lo devolvimos Yuuta – Dijo el peliazul recobrando un poco su compostura levemente perdida.

-         ¡Jamás los perdonaré por eso! – Salió dando un portazo.

 

 

-         Cactus… - Dijo Seiichi.

-         Cactus… - Repitió Kuranosuke - ¿Le dijiste lo del cactus?

Fuji asintió.

 

-         Solo lo del cactus.

-         Creo… - dijo Yukimura – que esta vez no necesitamos al cactus… ¿No es así, Shiraishi-kun? – el otro asintió, y ambos se levantaron en dirección a la cama de Fuji.

 

 

 

Seis meses antes, habitación 201.

 

-         Ahí viene…

-         ¿Estás seguro?

-         Si… viene con Tezuka, sigue buscando su cactus.

-         Escóndete, yo lo llamo – Yukimura negó con la cabeza.

-         Yo lo llamaré, escóndete tú – El otro bufó molesto.

-         Lo que digas, lo que digas.

 

 

 

-         ... Quizás lo dejé en alguna parte y no lo recuerdo.

-         Pero Fuji, ¿Un cactus? ¿Por qué traes un cactus?

-         Buena suerte – sonrió él – Además, tú trajiste a Marilyn.

-         Eso – carraspeó – no tiene nada que ver.

 

Fuji se detuvo ante la puerta de su habitación.

-         Bien, yo me quedo aquí – sonrió.

-         Fuji – Tezuka le había tomado del brazo cuando la puerta se abrió.

-         ¡Fuji-kun! – Salió sonriente Yukimura, fingiendo inocencia - ¡Tengo algo para ti! Ven conmigo – Le tomó la mano - ¡Nos vemos, Tezuka!

 

Cerró la puerta tras de sí, dejando al capitán de Seigaku perplejo.

 

-         ¿Qué sucede, Yukimura? No es normal en ti tanta amabilidad – dijo abriendo los ojos.

-         Ho, pero si me conoces bien, F-u-j-i-k-u-n. – Levantó su mano hasta acariciar la mejilla del castaño – Nosotros tenemos tu cactus.

-         ¿Nosotros? – Unas manos rodearon su cintura, y Seiichi sonrió.

-         Así es.

-         Te lo devolveremos – susurró Shiraishi en su nuca.

-         Sólo, si sigues lo que te decimos al pie de la letra.

 

Shiraishi deslizó sus manos atrevidamente, dentro del pantalón del castaño.

 

-         ¿Aceptas? – Pregunto el capitán del Shitenhouji al mismo tiempo en el que apretaba el sexo del tensai. Un sonoro suspiro salió de su boca, excitando a los otros muchachos. Yukimura lo tomó del mentón, y le robó un largo beso, quitándole todo el oxígeno de sus pulmones.

-         Creo que eso es un si.

 

El capitán del Rikkai volvió a juntar sus bocas, tomándolo de la nuca y ejerciendo presión para que el beso fuese difícil y doloroso.

Shiraishi había soltado el cinturón del castaño, y ahora sus pantalones se encontraban en el suelo. Metió descaradamente una mano dentro de su bóxer, acariciando con lentitud la semi erección que se asomaba por encima de la tela.

 

Seiichi lo soltó, para quitarle la camisa y dejar al tensai con el torso desnudo. Fue directamente a morder uno de los pezones del castaño, que se arqueó producto del dolor, apoyándose momentáneamente en el hombro de Kuranosuke, para luego sentarse en medio de sus piernas.

El peliazul se deslizó hasta su entrepierna, quitándole el bóxer con sensualidad. Fuji lo miró tragando saliva, mientras que el otro se relamía los labios antes de meterse a la boca, la palpitante hombría del tensai.

Sin embargo, el otro muchacho tampoco perdía tiempo. Llevó sus manos hasta el pecho del castaño, acariciándolos mientras lamía el lóbulo de su oreja. Syusuke volteó para encontrarse con el rostro de Shiraishi y darle un beso apasionado, exigiéndole inconcientemente, que él también tomara las riendas en el asunto.

 

El castaño se arqueó, mordiendo el labio del muchacho que estaba besando, mientras se venía en la boca del sádico capitán.

 

Respiró con dificultad, mirando de reojo a Yukimura. Éste, se levantó de su posición y le tendió la mano para ayudarlo a levantarse.

Los tres, se dirigieron a la cama en la que dormía el tensai. El peliazul miró al otro muchacho y éste asintió. Ambos quedaron en que Kuranosuke sería el primero.

 

Fuji, se recostó en la cama, con la respiración agitada, intrigado por todo lo que le estaban haciendo sentir los dos capitanes. Vio que Seiichi se quitaba la ropa y se sentaba a un lado de su cabeza, y Shiraishi hacía lo mismo, acomodándose en las piernas del castaño.

Se acercó a darle un beso, para luego ambos, voltearlo y dejarlo apoyado en sus manos y rodillas.

 

Yukimura tomó entre sus manos su erección, y la metió en la boca de Fuji, entrando una y otra vez.

El otro, tragó saliva mientras trataba de introducir la suya en el trasero del tensai, que arqueó la espalda, mordiendo de paso, el miembro del peliazul, cuando sintió la punta del otro entrar con delicadeza.

 

Pero eso, era demasiado para el capitán del Shitenhouji, que luego de eso se adentró de una sola vez en el castaño. Apretó los dientes mientras se comenzaba a mover, y miró a Yukimura, quien sonrió con malicia al saber que después le tocaba a él.

 

 

Actualidad.

 

Fue literalmente un infierno bajar aquellas escaleras, pero agradecía al cielo que su hermano ni su hermana hubiesen escuchado todo el jaleo que habían armado en su habitación.

-         Neesan, los chicos ya se van.

-         ¿De verdad? – Apareció por la cocina hasta llegar a la puerta – Yo les había hecho cena.

-         No es necesario – Sonrió Shiraishi.

-         Pero, pueden quedarse a dormir, Syusuke no tienen ningún inconveniente – sonrió - ¿No es así?

-         A-ah, esto…

-         Será un placer – dijeron ambos, mirando a Fuji como si él fuese realmente la cena.

 

Bueno, quizás no sería la cena, pero si el postre. 

 

 

Notas finales:

Ahoy!:3

Es la primera vez que hago un trío, y en lo personal me encantan estos tres:3 

Lo hice más como algo para mi, pero si alguien lo lee, mil gracias ^^

Jaa Ne!

IchirinNoHana.


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