Mi amor tu condena
Abre los ojos en esta habitación mohosa, se ha acostumbrado al frio que corroe las paredes, su única esperanza es que el baje a verle ¿vendrá? Siempre la misma pregunta.
Capitulo Uno.
El Veneno del Amor.
I
Dos años atrás.
Ir al parque lo hacen todos, cada día miles de niños visitan los parques en busca de distracción sus madres buscan el descanso al enviarlos pero este día él había salido a dar un paseo en su porche negro desde hacia como dos meses iba con regularidad al mismo parque casi siempre el mismo niño jugaba ahí, era un pirata y un capitán.
¿Cuántos años tiene?
Solo 12
El convertible estaciona en el parque mientras mira al niño correr tras una pelota de trapo, sus ojos no pueden dejar de verlo Misaki, ese es su nombre, los niños lo llaman así, siempre gritan ese nombre y el voltea, voltea otra vez.
Sonríe.
- Hola – su sonrisa recae en el sujeto del porche, lo ha visto otros días, ese hombre le ha comprado un par de helados a él y a sus amigos, hoy tal vez lo haga de nuevo
- ¿Quién va ganando? - pregunta
- Los niños se miran y caen en cuenta que solo jugaban y no recuerdan quien metió mas goles o quien esta en el equipo de quien - Ni idea – dicen riendo y siguen pateando el balón
- Quieren una soda
- ¡Si!! El coro de voces suena alto
Camina despacio hacia la mujer del kiosco ella sonríe al verlo nunca lo ve en realidad siempre lleva las gafas negras y la bufanda.
- Fuiste al hospital – la regordeta señora le sonríe, es tan pálido que ella asegura esta enfermo, él nunca la saca de su error
- Lo mismo de siempre – responde
- Porque no intentas jugar con ellos
- Seria imposible para mi
La mujer sonríe, el cabello plateado del joven se mueve con la brisa mientras los niños corren de un lado a otro ella cuenta los vasos ya escucho que les comprara un refresco siempre compra el de dos litros y medio.
Ignora que él no esta enfermo, ignora que las gafas oscuras esconden la búsqueda incesante de sus ojos y el deseo corrupto por el niño que juega allá ¡Misaki! Su corazón acelerado lo mira dando tumbos, ¡Misaki!! Gritan todos, no habían visto la botella rota en la arena del parque, Misaki se ha cortado la pierna en un corte largo que arde, la tierra ensucia la herida; Akihiko camina hacia los niños y en brazos carga al menor sin problema alguno llevándolo hasta la banca de la vendedora, los demás ven la herida y ella le da una botella con agua mineral para lavarla, el niño trata de ser fuerte pero duele, los demás comienzan a beber la soda, y de pronto Akihiko sonríe ameno.
- Misaki ¿Cuál es el numero de tu mama?
El silencio en todos, Misaki no tiene mamá
- Tu papá
Las miradas esquivas, Misaki tampoco tiene papá
- A quien puedo llamar
- Mi hermano no tiene celular – el niño observa el aparatito negro con rojo que el hombre tiene en la mano,
- Sabes donde trabaja
- Si tengo el numero de su trabajo
- Dámelo
Lo dicta y el marca, alguien responde el pregunta por Takahiro Takahashi espera, contesta se preocupa pero Akihiko lo tranquiliza le dice que llevara a su hermano al hospital que esta cerca al puente, él es paciente de ahí, el hermano accede y agradece Akihiko le dice que no es nada, sonríe y se despide, nadie nunca hablo con el supuesto hermano pero la señora cree la historia, todos la creen.
- Vamos Misaki tu hermano nos alcanzara en el hospital
- No es necesario – algo dentro de Misaki lo hace dar excusas, no debe subir al coche de un extraño lo sabe, pero él no es un extraño es Usagi-san su amigo, esto no impide que Misaki no quiera ir
- Vamos Misaki, ya le dije que te llevare ahí se preocupara si no nos encuentra , además no sabemos que bacterias pueda tener la botella
- Anda Misaki – la mujer interviene inocente – Kioku se preocupara ya debe estar en camino, y esa herida esta fea anda vete con Usagi.
Sube al coche, los demás niños se despiden, y el mayor también sube enciende el motor y arranca despacio, no muy rápido, ninguno jamás pregunto su nombre solo es “Usagi-san” ha estado planeando esto desde hace dos meses pero no imagino que conseguiría sus propósitos tan fácil, Misaki sentado sonríe, para el Usagi-san compro una botella aparte no repara en el camino, no se fija que llevan la dirección contraria al puente, sigue hacia adelante mirando su herida la toca de rato en rato y siempre aleja la mano.
Misaki observa a través del vidrio, un bosque espeso lo cubre todo, su corazón salta y mira a su amigo que conduce en silencio una casa enorme se abre paso para ellos, el silencio es agudo pero Misaki confía, pronto su hermano vendrá, al fin Takahiro siempre viene a buscarlo. Esta vez no, pero Misaki no sabe eso, deja que Usagi-san lo cargue y lo ingrese en la casa le da un poco de vergüenza pero lo permite, un hombre esta en la puerta.
- Tanaka-san ordena que preparen un baño para Misaki y que Hilda consiga algo para limpiarle la herida – sonríe – No te preocupes Misaki Hilda es enfermera.
- Sip
El camina a su alcoba y se quita la bufanda, Misaki es llevado ahí luego de estar limpio, su pierna ha sido vendada y la noche ha caído sobre ellos.
- Misaki te tengo una mala noticia - Misaki lo ve y lo conoce pero lo ve diferente
- ¿Qué paso?
- No dejaron salir a tu hermano del trabajo, me pide que te cuide esta noche, pero para mi es muy pesado conducir de regreso te molestaría que nos quedemos hoy en mi casa
- ¡¿Tú casa?!!
- Si Misaki esta es mi casa
- Whoo, sugoi… pero mi hermano me dio permiso
- Si, lo hizo – otra sonrisa dulce y Misaki no dudo mas, ceno gustoso la comida preparada mientras bebía del vaso de coca-cola, Misaki nunca antes había podido beber tanta soda, su hermano la limitaba aun vaso por comida, tampoco había visto una casa tan grande ni tantas sirvientas, todo era nuevo, Misaki mira la comida y lo llena antes de probarla pero come gustoso, Akihiko come mirándolo con la expresión única de un triunfador, ha ganado, nadie puede robarle ahora la presencia de este niño, Misaki le pertenece y está encarcelado sin saberlo.
