Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Shape of my heart por Mao

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ni JYJ y DBSK me pertenecen.

 

 

Notas del capitulo:

Buenom sabrán a mi me encanta el Yoosu y esta historia la hice como en febrero después del trabajo C:

 

Advertencia: lemon.

Me devolvía al departamento porque había dejado unos papeles necesarios para el ingreso de la universidad, te había llamado para que me lo trajeras a mitad de camino, pero no contestaste ni una de mis llamadas, aun así sonreí… tal vez estabas ocupado con el trabajo que ni escuchabas tu celular. Llegue a la casa con calma e iba caminando por el pasillo cuando te vi… con una linda chica de ojos claros, con cabellera larga y negra. Le sonreías… tus labios le sonreían de una forma tan dulce, una que jamás vi… tus labios besaban los femeninos de una forma que tal vez tú jamás te atreviste a besarme.

 

Respiré hondo y apreté mis manos. Di la vuelta cuando vi que ya tus besos iban por su cuello y tus manos acariciaban su cintura.

 

 

¿Por qué a mí?

 

 

Tomé el sobre que estaba en un buró por el pasillo y me fui sin hacer ruido, no te iba hacer pasar un mal momento… ni arruinar tu día. Me iba a ir  por ahí a podrirme con mis sentimientos solo… así como me sentía.

 

Jamás fui de amigos… Ni en el orfanato en el que me crié ni en los lugares que conseguí trabajo para poder sostenerme a penas, jamás encontré uno.

 

A ti te había conocido por casualidad en un restaurant, estaba trabajando cuando chocaste conmigo e hiciste que botara todo… desde ahí ibas siempre a verme y conversar conmigo. Por ese entonces creí que había hecho un buen amigo pero… cada de talle nuevo, cada recuerdo hecho… cada cosa pasada a tu lado mi corazón te fue perteneciendo… hasta el día de hoy, que es completamente tuyo.

 

 

Terminé de hacer todo tramite de la universidad… había logrado juntar el dinero suficiente para matricularme y pagar la primera mensualidad y adelantar.

 

Cuando llegue a casa… llegue sin hacer ruido ni escándalo, sin pedir las explicaciones que pugnaba por gritar, sonreíste y te devolví la misma sonrisa.

 

Cada día que pasaba lo sentía más, no estabas a mi lado y al parecer jamás lo estuviste. Dejé que los días pasaran, sentía como rehuías de mí… de mis caricias o una simple sonrisa… de un abrazo o una simple mirada, no querías nada de mí.

 

Miré por el balcón de esa habitación que “compartimos”… no volví a dormir a tu lado desde ese día… me desvelaba noches enteras encerrado en la biblioteca o llegando tarde, pero jamás te importó, nunca recibí una pregunta por ello.

 

Era mejor marcharme de tu hogar y dejar de ocupar tu espacio, vivíamos juntos sólo porque a pesar de llevar al día las cuentas de esa pequeña habitación que alquilaba me echaron y tú me acogiste en la tuya, pero ya había abusado mucho de tu buena voluntad… Lo siento.

 

Encontré una pequeña habitación, me alcanzaba para pagarla y tener para gastos comunes como comidas u otras cosas, tendría que buscarme otro trabajo para pagar mi universidad, pero al menos así me iba y te dejaba tranquilo.

 

Saqué mis cosas de tu hogar de a poco, tampoco que fuesen mucho, sólo quería llevarme un poco más de ese calor agradable que tenía ese lugar… regalarte mis últimas sonrisas, mis últimas palabras… mis últimas presencias en tu departamento, aunque tal vez no las quisieras. Gracias por dejarme conocer ese calor que jamás sentí en mi vida.

 

Dejé un simple papel… y con ello terminaba esa relación de casi un año, esa que al parecer valió tan poco ante tus ojos o yo atesoré demasiado. Miré sólo una vez atrás y repetí en mi mente un “Te amo, Chunnie”, no podría despedirme de frente, no podría hacerlo… tal vez me rompería y no podría seguir, tal vez hasta te rogaría que no me dejaras, pero era tu vida… ¿Cómo frenar el paso de tus días sólo por mis sentimientos si yo quería tu felicidad?

 

Encontré trabajo en un club nocturno de bailarín, el baile no se me daba mal… y necesitaba con urgencia dinero. Eran prácticamente todas las noches después del trabajo que tenía en la tarde noche, todo se había vuelto agotador, pero saldría adelante…  

 

 

 

****

 

 

- ¿Por qué no se han despedido o mejor dicho terminado como debe ser?

 

 

Sonreí.

 

 

- Lo hicimos –Hyung me miró expectante –Él se despidió de mi sin que le escuchara ni viera hacerlo… y yo me despedí de él, pidiéndole que sea feliz –Bebí un poco más de mi jugo.

 

- No entiendo… -Que adorable era mi hyung haciendo muecas.

 

- No tuve el valor de decírselo a la cara… tuve miedo de romperme más… Puedes preguntarle a él cómo me despedí, no creo que tenga problemas en contártelo.

 

 

Jaejoong hyung me miró afligido, tal vez porque he bajado mucho de peso… tal vez porque se nota en mi semblante el cansancio que tengo.

 

 

- Estoy bien… estaré bien. Quiero creer que no dijo nada por ser buen amigo y no dañarme más…

 

- Pero lo hizo… y te sigue dañando –Era agradable para mi corazón saber que alguien se preocupa por lo que siento.

 

- Ya está hecho, hyung… nada puede cambiarlo –Miré por el ventanal de su departamento –A veces quiero creer que no dijo nada por no dañarme, tal vez yo me apresuré mucho… tal vez le atosigue con mi presencia, también he querido pensar que… quería decírmelo o que él sentía que yo daba mucho y él no podía devolver todo ese amor que yo profesaba… Hasta he llegado a pensar… que yo no era lo suficiente para él.

 

- ¡¿De qué estás hablando?! –Preguntó algo enfadado.

 

- Vamos hyung… no hay que ser tan inteligentes. Yoocheon viene de una buena familia, yo no tengo. Trabaja en una de las empresas más conocidas en este continente y en otros… yo… yo soy un simple camarero que intenta juntar dinero para estudiar. No tengo una educación ni parecida a la de él… Me crié en un orfanato donde a los 12 años te sacan y me puse a trabajar. Hyung, hay muchas cosas… Yoocheon se merece a alguien que pueda seguirle, no a alguien quien le atrase. Esa chica se ve de buena familia, es linda… puede darle hijos y puede apoyarle de verdad. Lo más probable es que a ella la familia de Yoocheon sí la acepten, son menos pesares para él… Mi cuento de hadas ya terminó –Son pensamientos que cruzan mi cabeza una y otra vez –Al menos quiero creer que no dijo nada para no dañarme –Reitere, dejando que esas lágrimas recorriesen nuevamente mis mejillas.

 

- Junsu ah…

 

Fueron muchas cosas… muchas cosas las que he amado de él…

 

Sus sonrisas, su cara adormilada al despertar, cuando come, cuando está concentrado leyendo algo, cuando está enfadado, cuando está enfermo… hasta cuando es testarudo, porque aprendí amarle hasta en sus defectos.

Siempre pensé que Yoocheon era maravilloso… por lo humano que era y lo sentimental que podía llegar a ser… Era perfecto tenerle, porque me sentía de alguna forma recompensado por la vida, porque creí que era importante para alguien… tal vez lo fui, tal vez sí me quedé con un trocito pequeño de él y lo guardaré como los momentos más valiosos de mi vida…

 

…y los que más daño me hacen…

 

 

Terminé de limpiar el lugar para luego cambiarme e irme al club nocturno, el jefe del lugar me concedió “privados” esos daban más dinero aunque significaba más sacrificio pero necesitaba ese dinero… necesitaba comprar los materiales y textos, necesitaba juntar dinero y así no sentirme desesperado a fines del año.

 

Bailé… me dejé envolver por las sutiles melodías, por esas notas altivas que hacían mover cada fibra de mi cuerpo… me dejé guiar por esos tonos, me dejé llevar… porque pareciera que así te olvidaba un poco.

 

Dos meses sin saber de ti ni tú de mí y pareciera que lo llevas bien… porque no has venido a buscarme, ni al menos saber si estaba bien. Hoy me toca la noche de baile y privado, pero me sentía muy cansado, llevaba tres días sin poder dormir bien o comer como se debe, el tiempo era reducido y debía estudiar.

 

 

- Es el último privado, Junsu ah –Le asentí a mi jefe, al menos ya me podría ir luego a casa.

 

- ¡Vamos, Yoocheon…! ¡Es tu despedida de soltero! –Escuché y volteé sólo cuando escuché ese nombre y ahí te vi, con una sonrisa algo avergonzada un poco renuente a tener que estar en el privado y mi corazón de agitó de sólo volver a presenciarte… y de escuchar la condena natural de las palabras que había soltado uno de tus acompañantes.

 

 

“Despedida de soltero”

 

 

Y si no mal recuerdo… eso sólo se da cuando alguien está a punto de contraer nupcias…

 

 

“Jamás encontraré a alguien que me ame de verdad… o que sea capaz de valorar lo poco que puedo darles”

 

 

Tomé mi antifaz… no sería capaz de bailar sin él esta vez… no sería capaz de sentir tu mirada y te des cuenta de donde estoy… ni qué terminé haciendo para ganarme la vida, ya no quería que supieras nada de mi…

 

 

“No hay nada que te interese saber... y ya lo asumo, jamás te importé”

 

 

- Vamos no hagas esperar más al bailarín y siéntate –Tus amigos te empujaron obligándote.

 

- Bueno, bueno… -Y tu voz resonó por el lugar, dejándome escucharte luego de tanto tiempo. Te escuché bufar –Saben que detesto estos lugares –Dijiste con tono despectivos –Personas que venden su cuerpo por un poco de dinero –Tal vez tengas razón Yoocheon… pero jamás he dejado que me toquen, porque a pesar de trabajar aquí no me he convertido en un vil prostituto como tus palabras me hicieron ver y sentir –Bueno, que venga luego el bailarín…

 

 

Salí a ese mini escenario dispuesto en aquel lugar. Haría esto lo más rápido, te daría un regalo… un regalo de despedida… tal vez un regalo que no signifique nada para ti… pero que a mí siempre me encantó, siempre me mirabas feo cuando me ponía a bailarla… nunca supe por qué, tal vez desde ahí debí darme cuenta que tú conmigo no querías nada serio…

 

Caminé un poco para cambiar la canción y colocar la canción de mi despedida… no era nada del otro mundo, sólo bailaría tú te irías y seguiría todo el ritmo normal.

 

Y comencé a bailar…

 

“Kiss and touch me”

 

Me moví de un lado a otro, dejé que la música me guiara… dejé que mi cuerpo se moviera a su antojo y no hice nada más… nada más que bailar.

 

“Intoxication”

 

 

Y la canción terminó… esperaba que te fuese pronto, ni siquiera te miré ¿Cómo? ¿Cómo si mi mirada se tornaba borrosa por esas lágrimas que sé que no podré controlar?

 

 

- Junsu… -El susurro de tus labios sólo hizo que sollozara un poco más audible, me di media vuelta y comencé a caminar a la parte trasera de ese mini escenario… - ¡Espera! –sentí una de tus manos afirmar mi brazo izquierdo –Junsu… ¿Eres tú verdad?

 

 

Me solté de tu agarre… No dije nada, solo caminé hasta que unos brazos me rodearon.

 

 

- ¿Qué quieres? –Hablé lo más claro que los hipidos me dejaban –El privado ya terminó, ahora es mejor que te retires.

 

- ¿Por qué te fuiste? - ¿Por qué? Me preguntabas ¿Por qué? – ¡Responde! ¿Un simple papel? “Que sea feliz, te dejaré vivir tranquilo desde ahora, lo siento” ¡¿Qué tipo de despedida fue esa?! –Suspiré ¿Qué querías saber? – ¿No hablaras? ¡Maldita sea, Kim Junsu! ¡Responde!

 

- ¡¿Para qué quieres que te responda?! Si tú mejor que nadie debería de saberlo –Traté de soltarme de sus brazos pero en vano en el forcejeó lograste dejarme frente a ti, mis manos en tu pecho trataban de alejarte.

 

- ¿Qué se supone que debo saber? ¿Ah? –Me afirmó de los hombros y yo no quise mirarlo, solo agache la cabeza, que dijese lo que quisiera y luego se fuera… así tal vez recordaría una despedida entre los dos - ¡¿Qué me respondas?!

 

- Deja de gritar… -pedí en voz queda.

 

- Entonces responde a lo que pregunto –Sentí cómo sus manos quitaban mis mascara, yo sin mirarle pero tu manos me obligan a hacerlo, a tener que verte de nuevo…  

 

- ¿Por qué quieres saber? ¡¿Qué sacas con saber?! ¡¿Lo necesitas?! –Le miré desafiante, no quería hablar, que se fuera de mi vista, que me dejara en paz… que me dejara así… -No hay nada que se pueda solucionar, Yoocheon…

 

- ¿Por qué? Te fuiste sin decir nada… Como si lo nuestro jamás hubiese existido ¿Por qué? ¿Tan poco te importó nuestra relación? –Le miré desconcertado…

 

- ¿A mí? Yo no fui quien dijo “Adiós” primero… -Me miró sin entender - ¿Relación? ¿De qué hablas? ¿O caso en una relación uno engaña? No sé qué concepto tienes de relación… Pero al menos yo sí sé que eso no se hace…

 

- Yo no… -Le detuve.

 

- No digas que no lo hiciste, Yoocheon… ¿Creíste que jamás lo sabría? –Las lágrimas volvieron a correr –Sólo tenías que decir “adiós” de forma directa ¡Y no hacerme sentir una basura! Creí que te importaba… creí que por primera vez… era importante y me equivoqué… quien debe preguntar “por qué” soy yo… Quien debería de exigir explicaciones soy yo… ¿Te casas? ¿Y vienes aquí a exigir algo? (…) Vete de mí vista… Yoochun… -Pedí resignado a todo, sólo quería dejar de verle, pronto.

 

- No… -Levanté mi rostro para mirarle –Para mí eras y eres importante… -Sus palabras sonaban ahogadas –Te he buscado por todos lados… Como un idiota desesperado ¡Maldita sea! No me iré de aquí ahora que te encontré, Kim Junsu…

 

- ¿Para qué? ¿Para qué haces esto? ¡¿Con qué fin?! –Y volví a moverme inquieto entre sus brazos queriendo que me soltara… pero él no, no quería, me sostenía aún más fuerte, me aferraba a su cuerpo de forma desesperada.

 

- ¡Que no! ¡Maldita sea! –Sus ojos… se notaban desesperado ¿Por qué? ¿Por qué me miraba de esa forma? ¿Por qué hacía esto?

 

 

“Y mi corazón latía presuroso de solo pensar en tenerle de nuevo a mi lado”

 

- No quiero escucharte, Yoochun… deja que me vaya… -Pedí ya cansado, no quería más ¿Qué sacaba con todo esto? Yoochun se iba a casar, se iría… junto con mi corazón… se convertiría en el más grande imposible de mi vida.

 

 

“Pero la realidad se torna distinta al recordar que ya no estarás más aquí… a mi lado”

 

- Te amo… -Y me rompí en pedazos ante sus palabras… “Te amo” … ese era un te amo sin esperanzas y cansado… un te amo cansado de seguir.

 

- No me amas, Yoocheon… y jamás lo hiciste –Dije apoyando mi cabeza en su pecho –Gracias por el tiempo que pasamos juntos, por hacerme sentir especial por un momento… por hacerme sentir que valía la pena seguir en este mundo. Gracias… Pero ya no más…

 

- Que me haya equivocado no significa que no te haya amado… Pero te amé y te amo, Junsu –No quería escucharlo, no quería saber nada… no quería sentirme más vulnerable, no quería cometer el error de pedir que no me dejara porque ¡Dios! Quería seguir a su lado, quería que me abrazara… quería que  se quedara a mi lado para siempre… que no me dejara.

 

- ¿Y qué hago con eso? –Dije con un suspiro – ¿Borrará de mis memorias lo que vi? –Sentí como su cuerpo se tensaba, el movimiento brusco que hizo al agarrarme de los hombros mostrándome en esos ojos la confusión de no entender mis palabras.

 

- Tú…

 

- ¿Te has preguntado cómo es que sé que me engañabas? –Pregunté con la sonrisa más dolida de lo que quise mostrar. Esos ojos se cerraron fuertemente, como un si fuese un reproche interno… -Jamás podré olvidarlo… como jamás olvidaré todo lo que vivimos, Yoocheon…   

 

“Jamás olvidaré la fuerza que me dieron sus palabras y su amistad”

 

 

- Me equivoqué… -Dijo con voz quebrada, tan quebrada como la mía –Pero no puedo cambiar nada… ni el hecho de que te pierdo de la forma más miserable que pudiese creer… Porque sigues aferrándote a mí como cuando pedías de mis atenciones –Le miré sorprendido –Porque sigues mirándome con esa ternura anhelante… Diciéndome ese adiós que no quiero escuchar… que me he rehusado a recibir…

 

- ¿Por qué dices todo esto hasta ahora? Tuviste tanto tiempo…

 

- Quise protegerte y no pude… porque mientras lo hacía eran mis propias manos las que te lastimaban…

 

No quería escucharlo… mis lágrimas parecían no acabar… y yo miserablemente sólo me aferraba más a él, buscando el consuelo en sus palabras… como siempre lo hice, tan dependiente a él…

 

 

“Tan miserable ante él… deformado y lastimado, como un estropajo que sólo busca un escondite ante tantos pesares…”

 

 

- Si obedecía a lo que ella decía, no le diría nada a mi elitista familia, si complacía cada uno de sus caprichos podía mantenerte a mi lado… si lo hacía… nadie te lastimaría… -Dijo cada palabras con sus manos enmarcando mis rostro con una expresión desesperada –¡Maldición si te hacían daño me moría…! ¡Si se atrevían a tocarte perdería simplemente la cordura porque te has convertido en mi todo…!

 

- ¿Qué tratas de decir? –Le miré aturdido ante esa información.

 

- Te amo… No quiero renunciarte… no quiero perderte…

 

- Aun así nos perderemos… ¿No? –Tu expresión asustada colmaba cada uno de mis sentidos.

 

- No… no quiero…

 

- Te casas… me dañaste… me dejaste ir… -Quité tus manos de forma delicada de mi rostro –No podemos estar juntos…

 

- No desistiré, Kim Junsu…

 

- Te vas a casar, Park Yoocheon…

 

- No me casaré… te encontré… no me casaré… -Mis lágrimas recorrían mis mejillas y yo solo sonreía de forma dolida.

 

- ¿Quién hará que mi dolor se vaya? ¿Quién borrará de mis recuerdos la forma en que se besaban… la forma en que le sonreías? ¿Quién derribará del tiempo esa muralla que se construyó con el silencio? Yo no puedo… Porque no quiero ya luchar contra la corriente…

 

“La inseguridad de mi corazón… era mi arma letal… el veneno que iba fluyendo de apoco por mi cuerpo”

 

 

- Déjame estar contigo… déjame… ser yo quien curé todo el daño que te hice…

 

- Y que me hice… -Yoocheon me miró desconcertado –No sólo tú me hiciste daño… mis propios pensamientos me traicionan a cada momento… Yoocheon ¿Qué caso tiene estar conmigo? –Pregunté abatido –No hay nada que pueda darte más que penares, a mi lado no vas a ser feliz. Siempre encontraras una muralla de problemas… cada vez que vengas a mi verás un problema… ¿Por qué no mejor te vas de mi lado?

 

- Me has dado lo que nadie ha podido darme… Me has dado sonrisas, amor, compañía, ternura, protección… -Tus palabras brotaban de tus labios con gran facilidad, así como tu rostro mostraba una inigualable pasibilidad al decir esas palabras –Me has visto a mí y no todos los “ceros” que conlleva mi apellido… Déjame estar contigo…   

 

 

Tus palabras me aliviaban… y de un momento creí que podría aferrarme a ti…

 

 

- ¿De qué modo puedo hacer que me creas? –Tu pregunta en susurros me quitaba de mi letargo –Te amo… te amo Susu ah. Como no tienes ideas… no sabes… no sabes lo asustado que he estado –Tus ojos dejaron escapar un cúmulo de lágrimas –Nadie sabía de ti… y yo sólo me hacía ideas de que te habían hecho algo, me aterré… Creí que jamás te volvería a ver… Pero… a pesar de tenerte aquí… sigo sintiendo la misma desesperación…

 

 

Te miré algo perplejo, te veías indefenso… hace tanto tiempo que no veía esa expresión en tu rostro… era taladrante, de forma perturbadora… me había prometido a que esa expresión jamás volviese y ahí estaba tan nítida.

 

 

- No te vayas… por favor –Tomaste una de mis manos para besar el dorso de ella –Perdóname… perdóname…

 

- ¿Por qué? –Murmuré lanzándome a tus brazos - ¿Por qué…? –Lloré… lloré sobre tu pecho… me aferré a tus ropas asustado… porque el silencio se encargó de lastimarnos - ¿Por qué no me dijiste lo que pasaba? ¿Por qué esperaste a que te descubriera… a que me sintiera miserable…? ¿Por qué, Chunnie…?

 

- No quise dañarte… aunque aun así, lo hice –Murmuraste abrazándome de forma aprehensiva –Perdóname… No he querido dañarte así… Solo me aterré… Luego de tu accidente… me aterré…

 

 

Salí de mi escondite… ¿Accidente? Parpadee confundido hasta que lo recordé… hablabas de cuando me atropellaron y la policía no encontró al culpable… a pesar de que hubo mucha gente, nadie dijo anda.

 

 

- No fue accidente… fue intencional… Me colmé de miedo… Casi te mueres, casi no despiertas… ¿Qué podía hacer?

 

- Decírmelo…

 

- ¿Cómo, Junsu ah? –Tu sonrisa arrepentida dañando mis pocos sentidos –Eres muy sensible pequeño… Me habrías pedido que termináramos para que no me pesara nada, te habrías empecinado diciendo en que nada te pasaría mientras mi corazón quedaría en un letargo y cuando te pasara algo no me lo dirías… Te conozco…

 

- El silencio fue peor... –No lo sabré yo.

 

- Lo sé… -Suspiraste, el ambiente se había vuelto extraño, esa sensación de desosiego parecía perderse en el entorno dejando un apacible momento –No es como si no me arrepintiera…

 

 

“Pero eso no quitaba de cuenta el hecho de que me dejó de lado… dejándome paso libre a todos mis hirientes pensamientos…”

 

 

- Te alejaste… -Sentí un apretón en mi mano cuando de mi voz salieron esas palabras.

 

- Cada vez que me acordaba de lo que había hecho… me sentía desmerecedor de ti –Sonrisa melancólica –Desmerecedor de tu calor, de tus besos y caricias… Cuando me acercaba recordaba mis traiciones y no podía por más que quería no podía mantenerme impávido quedarme con cada atención tuya… 

 

 

Nos sumergimos en un completo silencio… Sentí que me había quedado sin fuerzas, ya no lloraba. Tenía mi cabeza recargada en tu hombro… sentía tu respiración que se acompasaba al igual que la mía.

 

 

- Perdóname… -Pediste nuevamente y yo suspiré, buscando fuerzas.

 

- No puedo perdonarte aún, Yoocheon –Dije alejándome de apoco, con una leve sonrisa que no era ni triste ni melancólica.

 

- Te amo… -Asentí ante esa declaración.

 

- El dolor aún no se va… No puedo aceptarte de nuevo… estás dañado, yo lo estoy… No es forma ¿Cómo lo haríamos? –Dije dando pasos hacia atrás, alejándome de ese calor que tanto extrañé.

 

- Junsu…

 

- No te odio, Yoocheon… Yo también guardé silencio cuando debí hablar –Le miré algo más recompuesto –Me quedo con tus palabras y las creeré… pero aun no podemos volver.

 

- ¿Por qué? –Preguntaste asustado.

 

- Porque te vas a casar… porque mi vida corre peligro a tu lado y tal vez hasta la tuya… tu familia estoy seguro que no avalaría nuestros sentimientos.

 

- Mi familia no importa… por Dios… Junsu, no me quiero casar con ella… -Te miré algo más serio como tú me mirabas.

 

- ¿Y qué haremos?  A penas le dejes trataran de hacerte daño… de lastimar cada cosa que intentemos hacer –Me negaste.

 

- He renunciado a la empresa y a toda la herencia… he renunciado a ser el hijo del gran empresario Park Seonjung –Te miré perplejo –Porque a pesar de esta “despedida de soltero” No tenía intenciones de casarme… -Suspiraste, yo seguía quieto luego de esas palabras.

 

- ¿Por qué…?

 

- No tenía caso seguir a su lado… mi madre… ella… -Tus lágrimas se acumularon en tus ojos, tu rostro mostró un dolor incontenible –Ella no resistió al operación…

 

 

Yo lo recordaba, tu madre estaba enferma del corazón y por ella fingías estar en una familia feliz… por ella complacías a todas las peticiones de tu padre, aquel tirano que destruía de forma silenciosa a tu familia.

 

 

- Yoohwan es mayor de edad, está terminando sus estudios y se irá conmigo… -Tu linda sonrisa llena de tristeza adormecía mis ojos llenos de angustia y solo pude abrazarte y dejarte llorar en mis brazos…

 

 

Te habías roto y no te habías desahogado… habías perdido algo importante en tu vida y aun no llorabas por ello.

 

 

- Mi Chunnie… -Suspiré dejando que la debilidad acudiera a tu cuerpo, parecías tan necesitado, no podría dejarte solo.

 

- Perdóname Junsu ah… por ser un egoísta… por quererte a mi lado de forma tan desesperada –Me decías de forma ahogada –Pero no te puedo perder… no quiero, por favor…

 

- No me has perdido… Yoocheon… - ¿A quién podría engañar? Yo te seguía amando, solo estaba dolido… asimilando todo –Desde cero –Musité a tu oído.

 

- ¿Eh? –Me miraste confundido y yo te sonreí. Limpié tus mejillas y te miré a los ojos.

 

- Comencemos desde cero… -Tomé una de tus manos para entrelazar mis dedos con los tuyos –Curemos… las heridas juntos… pero desde cero…

 

 

Suspiraste… tal vez no gustando mucho de la idea de empezar desde cero, pero sé que también entendías el por qué… de que necesitábamos eso… de que necesitamos de ir lento.

 

 

- Yo te amo, Yoocheon –Dije cuando te vi asentir a mi propuesta y me sonreíste de forma aliviada.

 

- Gracias…

 

 

Había aprendido que no podía estar al lado de Yoocheon sintiéndome siempre inferior a él… No podría hacerlo feliz ni sentirme feliz si yo mismo colocaba esa muralla, esa gran muralla que nos dejaría ser feliz. Necesitaba ir de apoco… mostrándonos tal cual éramos… No quería entregarle un corazón roto ni dolido… Quería entregarle mi corazón, con su verdadera forma… Quería entregarle la verdadera forma de mi corazón…

 

 

Demostrarle a él y a mí que yo valía… Que estar al ladeo de él no iba a ser una carga en mis hombros.

 

 

*****

 

Tres meses después.

Tokio, Japón.

 

 

- Te amo… -Te murmuré cuando te encontré en tu despacho durmiendo plácidamente, acaricié tu rostro con cariño, regocijándome por cada gesto tierno que hacías, amaba tanto verte dormir –Despierta, Chunnie… -te pedí moviéndote de los hombros –Chunnie…

 

- Mmm… -Te quejabas… obvio, si te encanta dormir –Susu ah… -parpadeaste somnoliento y te sonreí.

 

- Ve a dormir… -Te pedí de forma cariñosa –No te hará bien dormir aquí.

 

 

Suspiraste y luego estiraste tus brazos quitando la pereza de ellos.

 

 

- Junsu ah… -Cuando me llamaste yo iba ya abriendo la puerta, voltee a verte y te acercabas a paso lento mirándome de forma dulce –Te amo, Junsu ah… -Tu susurro llego a mis oídos logrando que mi corazón latiese de forma presurosa.

 

- Y yo a ti, Yoocheon… -Declaré abiertamente, con una ligera sonrisa… sintiendo mis mejillas arder, más cuando tus manos enmarcaron mi rostro y me besaste… haciéndote de mis labios –Vamos a dormir, Chunnie –Musité a ras de tus labios.

 

- ¿Dormir? –Sonreí ante esa pregunta insinuante, sin hacer nada por esos besos en mi cuello que me robaban todos los suspiros posibles.    

 

- No lo sé… No hay nadie en casa –Te dije al oído con voz provocadora, para luego sentir un apretón en mi traserito –Yah… pervertido.

 

- No me culpes –Me dijiste para luego besar mis labios.

 

 

Nos encaminamos de forma torpe hasta la habitación, desnudándonos de forma apresurada, queriendo sentirnos de forma más íntima, dejando que nuestras manos recorrieran el cuerpo del otro, sacando gemidos de los labios ajenos.

 

 

- Chunnie… ah… sí… más… por favor más… -Pedía en gemidos ante esas embestidas que recibía tan profundas y candentes… tan delirantes como cada vez que hacemos el amor.

 

- M… Su… ah… -Gemías a mis oídos completamente extasiado.

 

 

Dejamos que nuestros cuerpos se cubriesen de ese sudor… dejé que mis manos se aferraran en tu espalda… que mis labios soltaran todos esos gemidos que eran imposibles de guardar.

 

Gemí por cada besos que me debas, por cada mordida que sentía en mi cuello… por cada embestida que era dejada en mi intimidad.

 

Y me sentí completamente perdido cuando una de tus manos se perdió entre nuestros cuerpos masturbando mi endurecido miembro llevándome de forma más rápida a las nuves.

 

Hasta que el final llegó con un fuerte “te amo” de nuestros labios cuando llegamos al climax. Nuestras respiraciones estaban agitadas, pero no nos detuvo para regalarnos un beso empalagoso, lleno de ternuras y promesas  por cumplir.

 

 

- Gracias… -Me susurraste con una sonrisa algo boba mientras cubrías nuestros cuerpos con una sábana y me abrazabas de forma aprehensiva.

 

 

Me aferré a tu cuerpo, dejando que tus caricias me arrullaran aunque yo hacía lo propio acariciando tu espalda o tu pecho… y dejando besitos donde tu corazón palpitaba.

 

 

- Gracias a ti… también… Yoocheon ah.

 

 

Estaba todo mejor… las cosas sucedieron a su paso… y ahora estábamos felices viviendo en Japón (Que con la ayuda de unos de tus amigos han podido ir creando una nueva empresa en el consorcio y yo pues tengo un nuevo empleo de asistente de Jaejoong)  encontrando una nueva vida y nuevos desafíos, apoyándonos mutuamente, volviendo a conocernos y amándonos…

 

Y aunque nos ha costado… sé que siempre estaremos para el otro… y lo quiero así.

 

Donde ya nadie quiera alterar el flujo de nuestra relación.

 

 

Donde siempre mostraremos la verdadera forma de nuestros corazones.

 

 

- Te amo, Chunnie… -Dije ya más dormido que consciente.

 

 

Fin.

Notas finales:

Espero queles haya gustado leerlo C:

 

Se cuidan ^^ espero traerles más cosas, no olviden pasar por mi blog si es que quieren ver alguno que otro fic más ^^ ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).