Cap. 1.- Apellido Uchiha
El cielo estaba negro, a pesar de ser medio día. Llovía a cantaros, lo cual era raro por que no era temporada de lluvias. Aun así, ay estaba yo caminando por la acera, sin nada que me cubriera del agua.
- Por dios, pero que mal clima – Debajo de mi camisa llevaba una carpeta, que trataba de proteger, acababa de inscribir en su respectivas escuelas a mi hermano y mis dos primos.
Apresure el paso, pero parecía que la lluvia me atacaba a mi. Llegue por fin a la casa, donde nos acabábamos de mudar. Toque el timbre, pero tardaron en abrir, volví a tocar, y escuche como alguien a regañadientes atendía la puerta.
- ¡Ya voy! – me abrió la puerta Sasuke, el mas irritable de todos. - ¿Qué no traes tus llaves?
- Si trajera mis llaves ¿crees que estaría tocando a la puerta? – le contesto de igual forma, ese niño si que tenia problemas de actitud.
Entre en la casa, aun estaban varias cajas regadas por todas partes
- Sasuke, termina de guardar tus cosas – bajando por la escalera venia Itachi, hermano mayor de Sasuke. – Valla Madara, estas empapado… - dijo al tiempo que bajaba unas cajas y me pasaba una toalla.
- Gracias – comencé a secarme la cara y el cabello que no me dejaba de escurrir.
- Olvido sus llaves… - se burlo Sasuke, dándonos la espalda para subir a la segunda planta
- Ignóralo Madara esta molesto por que nos mudamos – me dijo Itachi, con su cara tan inexpresiva de siempre.
- Aun sigue molesto, dios ese niño es muy rencoroso. – me burle también; al parecer Sasuke tenia una novia llamada Karin o algo así, no me importaba mucho la vida sentimental de mis primos o de Izuna, lo único que quería es que sacaran buenas calificaciones.
La anterior casa donde vivíamos, había sido quemada, ¿La razón? Aun se desconoce, la policía no nos ha sabido dar explicación, pero bueno que se esperaba de una ciudad de tan mala fama. Vivimos ay por años, tiempo suficiente para que Itachi se metiera en problemas con bandas, e Izuna en la escuela. Así que como el mayor de los cuatro me vi en la necesidad de trabajar para salir de ese lugar de mala muerte.
- Iré a darme un baño – camine a la planta alta, en dirección al baño, pensaba en tomar un relajante baño de agua caliente, deje la carpeta sobre la mesa. -¿Dónde esta? –pregunte a Itachi que se había acercado a la carpeta.
- Apenas llegamos y se encerró en el estudio.
- Ya veo… - entre en el baño y me metí en la tina.
Hubo un tiempo en el que Izuna y yo vivimos con los padres de Itachi y Sasuke, pero desgraciadamente estos murieron en un accidente de auto, dejándolos huérfanos. Tuvimos que regresar a nuestra casa…no estaría mal si no fuera por que mi padre era un alcohólico, y uno bastante agresivo. No trabajaba y mucho menos nos daba de comer, pero claro, era un Uchiha, así que tenia dinero, que se gastaba en el. El estado no hacia nada.
Siendo el mayor no me podía quedar de brazos cursados, así que empecé a trabajar. Fui yo quien los metió en la escuela y quien conseguía para comer; mientras el… cuando se gastaba el dinero que le daban para mantenernos, me lo quitaba mi. Después del incendio fue que perdió todo lo que tenia, gracias a dios el seguro de la casa esta a mi nombre y ya era mayor de edad. Así fue como nos mudamos. Aun así el estado pensó que dado nuestro historial delictivo (Itachi e Izuna y un poco mío) necesitamos un tutor, y mi padre fue una mala elección.
Salí del baño ya más relajado, cuando me llamo mi hermano.
- Madara, ¿Puedes venir? – estaban los tres sentados en el comedor
- ¿Qué sucede? – jale una silla y también me senté, Izuna e Itachi se miraban mientras Sasuke comía moscas, escuchando música en su iPod.
- El colegio al que nos inscribiste, es muy caro. – hablo Itachi.
- ¿Y? – muy quitado de la pena conteste, realmente no me importaba cuanto fuera en las colegiaturas, era el mejor colegio.
- Por mi no hay problema - se metió Sasuke. Quitando una orejera de su oído para poner mejor atención a lo que decíamos.
- Aniki…
- No importa – interrumpí a Izuna. - ustedes a su loco e inusual modo son muy inteligentes, ese es un buen colegio y se quedaran hay, punto. – se miraron de nuevo, un poco mas convencidos.
- ¿Cómo pagaras lo demás? – continuo mi hermano.
- Le pediré dinero al idiota – sin mirar a ninguno conteste, y después le di un trago al refresco que tenían servido. – ya es hora de que se valla haciendo responsable, de todas formas el dinero que maneja es nuestro.
- He pensado que debería de buscar un trabajo. – se aventuro a decirme Itachi, estaba algo nervioso, pero era obvio, les tenia prohibido hacerlo. Lo que mas me importaba es que terminaran su educación. Yo aun no la terminaba, por eso había estado ahorrando durante un tiempo para poder inscribirme y trabajar de medio tiempo.
- Ya sabes a respuesta Itachi.
- Deberías dejarlo Madara – Se metió Sasuke de nuevo
- ¿Para que?, si ellos dos no pueden contigo te imaginas si te quedas solo. Y con el aquí… -conteste fríamente, a lo que los tres callaron, sabían bien lo que me refería. – No se hable mas, ahora debo pedirle un cheque para los uniformes y libros… - me levante de la mesa y ellos me siguieron, cada uno se fue a su respectiva habitación y yo fui directo al estudio.
Aun tenía el cabello escurriendo de agua, pero no me importaba, llevaba una camisa negra de manga larga y un pantalón de mezclilla. Toque la puerta apenas un poco y enseguida me abrió.
- Madara que sorpresa… -como odio su estúpido sarcasmo. Se izo aun lado para que yo pudiera pasar. -¿En…que te puedo ayudar…? – hablaba entre cortado y apestaba a alcohol, ¿Cómo es que lo había conseguido tan rápido, si nos acabábamos de mudar? , botellas y más botellas, sobre el escritorio, en el piso, en la mesa, en el librero, en todos lados.
- Necesito dinero… - el estaba sentado detrás de su escritorio, con un vaso lleno de vino; yo, no lo miraba, tenia mi vista fija en un punto perdido, estaba sentado de mala gana sobre la silla, casi acostado.
- ¿Dinero? , ¿Para que? - dio un trago.
- Ya esta por empezar el curso, y lo necesito para… -el se puso de pie y camino asta estar frente de mi. Seguía sin mirarlo – para, uniformes y libros…. – Se sentó en la orilla del escritorio, dando otro trago a su bebida.
- Oh, así que ya empezó el curso… ¿Y tú asistirás este año? … -tomo mi mano y me tiro suave para que me sentara bien, pero sin soltar mi mano.
- … - no conteste, y el acerco mi mano a su entre pierna. Gire hacia un lado la cabeza, ya sabia lo que me pediría después.
- Tócalo… - me ordeno, como si lo que me pidiera fuera lo más natural del mundo.
Obedecí y acaricie esa parte, entrecerrando los ojos.
- Ábrelo. - mantenía su vaso con vino en su mano. Así que de mala gana desabotone su pantalón y baje el cierre. Puso de nuevo mi mano sobre su miembro ya erecto, comenzó a moverla. – ¿Entonces? – me acaricio la mejilla, y aunque yo disimuladamente me alejaba, el la paso a mi nuca atrayendo me asía esa zona.
El asco me invadía al tener que abrir la boca y meterlo dentro de ella, empezando el vaivén. Gemía el muy descarado, gracias a dios no se escuchaba nada fuera. Ni Izuna y mis primos sabían lo que pasaba. Daba tragos a su vaso, lo terminaba y se volvía a servir; mientras yo seguía en mi trabajo.
- ¿Ves que es más fácil si obedeces? – lo maldije, pero eso no impidió que pusiera su mano sobre mi cabeza aumentando el ritmo.
- ¡¡Mmg!! – cerré los ojos con fuerza, su pene me chocaba contra la garganta, me estaba ahogando.
- Aah… - quito su mano y yo me aleje un poco, sin sacarlo de mi boca. – ¿Te desagrada? – sonrió de lado y dejo caer el vino sobre su falo.
Así tuve que tomarlo, eso le provoco el orgasmo y se vino en mi boca; me sujeto del cabello con fuerza para que me bebiera esa extraña mescla de vino y su semen. No quería pasarlo, lo malo era que con su pene dentro no podía respirar; al final termine tragándomelo.
- Buen chico – dijo y lo saco de mi boca, inmediatamente comencé a toser tratando de sacar lo que quedara de ese líquido espeso. – vamos, no seas tan exagerado. Abre la boca y muéstrame que lo tomaste… - levanto mi cara sujetándome del mentón y obedecí, abrí la boca, el con su pulgar izo que sacara la lengua, así pudo ver que me lo avía tragado.
- ¿Ya estas feliz? – manotee su mano y me limpie los residuos de lo que quedaba de su eyaculación.
- Un poco. – mantenía esa sonrisa en su rostro.
Sentí excesivamente las ganas de vomitar, me levante de la silla y corrí al baño que estaba a un lado del estudio. Dentro empecé a vomitar. Me enjuague la boca y mientras lo hacia escuche como se burlaba. Salí y el ya tenia el cheque en la mano, se lo arrebate y me fui del estudio.
El dormía en el sótano, mientras trasladábamos las cosas a nueva casa, se había tomado la molestia de montar dos cuartos ocultos en el. Lo que hacia o dejara de hacer nos tenía sin importancia. Casi nunca estaba en la casa, y si lo estaba no salía del sótano o el estudio.
Nosotros cuatro teníamos las habitaciones en la segunda planta. La puerta de Itachi tenia colgado una placa de auto y cadenas formando su nombre, muy rebelde el niño, mientras vivíamos en nuestra antigua casa, se había metido en una banda delictiva y robo por un tiempo, logrando que la policía le hiciera un buen expediente, marcándolo como alguien peligroso, a sus 12 años ya había intentado asesinar a alguien, pero por ser un menor no paso a mas y solo lo ficharon. Asta la fecha no ah querido decirme la razón de tal cosa.
Le seguía la habitación de Izuna, solo tenia colgada en la cerradura, un extraño amuleto. A decir verdad, mi ototo también tuvo su etapa de rebeldía, que empezó enseguida de la de Itachi; se volvió solitario en la escuela, y empezó a comportarse mal, peleas, discusiones con los profesores, y peleas mas agresivas, mandando a un chico al hospital, solo por que dijo que su padre era un alcohólico. El chico tenia razón, pero Izuna nunca toleraría que hablaran así de su padre, ¿Qué pensaría si le digo lo que me obliga a hacer?
El tercer cuarto era de Sasuke. De niño nunca me dio problemas, la rebeldía le llego en la adolescencia que pasaba, su puerta tenia cientos de letreros con la leyenda de “No Acercarse” o “No Molestar”. Siempre andaba de negro y con sus pantalones tan apretados, era un emo, que horror, pero aun así sacaba buenas calificaciones. Estaba molesto por que nos aviamos mudado, pero en el fondo no le desagradaba la idea.
La última habitación era la mía, mi puerta no tenia nada, por lo que era fácil saber a quien pertenecía. A mí ya me habían metido a la cárcel, por golpear a quien era mi jefe en ese entonces, el muy desgraciado se atrevió a proponerme una jugosa cantidad de dinero por que abusara de mí.
Tome el pomo de la puerta y di un suspiro antes de entrar, abrí y camine directo a mi cama, dejándome caer en ella boca a bajo…realmente había tenido un mal día.