Todo el mundo se pregunta por qué somos mejores amigas, ella es seria y yo sonriente, le gusta el rock y a mí el pop, le gusta el morado oscuro y a mí el rosa pastel, así podría hacer una lista inmensa pero como dicen, los opuestos se atraen y ella me atrajo, su actitud tan diferente a la mía me fue seduciendo poco a poco hasta caer en sus redes pero me pregunto si yo podría atraparla para que fuéramos más que mejores amigas, seducirla para que se fije en mí, erotizarla para poder tocar su cuerpo y sobre todo enamorarla hasta el punto en el ambas seamos el complemento de la otra.
El mayor reto en todo esto es cambiar la mayor diferencia entre nosotras dos, a ella le gustan los hombres y a mí las mujeres, ella.
Es otro día normal de trabajo, Kristel y yo tenemos casi siempre los mismos turnos. Nunca pensé terminar haciendo una gran amistad en el trabajo, normalmente eso se da en las escuelas o grupos. Kristel es una mujer ya egresada de la universidad de la carrera de gastronomía, tiene 21 años y es la novia de Josué, quien se encarga de darle una buena imagen y publicidad a la pastelería, es un diseñador grafico egresado de la misma universidad pero mayor a ella por un año. Yo tengo 19 y voy a la mitad del primer año en mi carrera, igual seré diseñadora gráfica, que coincidencias. Trabajo medio tiempo los fines de semana mientras que ella lo hace de tiempo completo, me ha dicho que lo que más le gusta hacer son postres y esa es la razón por la cual siempre estuvo buscando un trabajo en el que pueda hacerlos frecuentemente.
En mi salón hay muchos hombres y pocas mujeres, sé que le gusto a varios pero no me interesan, de hecho son guapos pero el hecho es que a mí me gustan las mujeres y Kristel es una de las pocas personas que lo sabe y no me trata diferente por ello. Su cabello corto y castaño combina perfectamente con sus ojos verdes, su piel blanca y suave es perfecta para ese cuerpo bien cuidado con pechos en un tamaño ideal que de seguro cabrían perfectamente entre mis manos. Sus padres deberían estar orgullosos al tener como hija a esa hermosura de mujer. Yo…yo tengo el cabello largo y lacio de color negro y ojos oscuros, una figura supongo que bien cuidada y con un complejo en mis pechos, no porque sean pequeños sino porque son algo grandes y siempre atraigo a muchos hombres por ello, lo detesto.
-Disculpe señorita, ¿podría decime el precio de ese pastel?- un cliente me sacó de mis pensamientos y antes de que lo atendiera Kristel ya lo estaba atendiendo, debería dejar de divagar en mis pensamientos cuando estoy en el trabajo. Me reincorpore al trabajo para que su regaño no fuera muy fuerte. El cliente se fue y es aquí cuando viene el regaño.
-Sayuri, deberías dejar de perderte en tu mundo cuando trabajas, en la escuela tal vez puedas hacerlo pero el trabajo es diferente, ¿cuántas veces tendré que decírtelo?-
-Lo siento, procuraré que no pase de nuevo-
-Espero que esta vez lo cumplas. Has estado muy distraída últimamente, ¿sucede algo?- su tono se volvió más amable, estaba dejando el rol de compañera de trabajo para pasar al de amiga.
-Mmmmh…no- ladee la cabeza tranquilamente con esa actitud relajada que siempre suelo tener.
-Mmmm…siento que algo sucede pero si eso dices, te creeré-
-Nunca te mentiría-
-Lo sé- revolvió un poco mi cabello, ella es un poco más alta que yo por unos centímetros pero se da el lujo de hacerlo también porque es mayor y porque se lo permito.
-¡Mí cabello!- aun así actúo como si me disgustara un poco pero en realidad me agrada, siento que ella es mi protectora.
Llegó la hora de irme, otra chica ocuparía mi lugar y cubriría el otro medio turno finalizando junto con Kristel. A veces quisiera tomar el empleo a tiempo completo para ser yo quien abra y cierre con ella pero no puedo; lo bueno de tener el primer turno es que no veo a su novio quien siempre la va a recoger. Él ya se dio cuenta que me gusta su novia y cuando estoy yo la abraza y la mima tanto que no tengo más opción que tratar de ignorarlo.
-Ya me voy Kris, hasta mañana- le dije mientras iba a la puerta.
-Hasta mañana, ve con cuidado, pequeña- me responde recargada en el mostrador ladeando su mano de un lado a otro. Salí de la tienda y fui a mí coche.
-Yo igual sé manejar, estudio para lo mismo y uso lentes como él. No me importaría si él me odiara por quitarle a su novia pero quisiera saber sí podría…es mi mejor amiga pero yo no quería esto, quería más…- arranque el coche dirigiendome rumbo a casa con un último pensamiento “que difícil es esto de ser mujer y que te gusten las mujeres”.
Entrando a casa me recosté en el sillón a pasar mi frustración de siempre: pensar en mi amiga y no poder ser nada más que eso. Hubiera querido conocerla antes que Josué.
-¡¡GHAAAAA!!- di un grito de frustración al aire y respire hondo.
-Ya dejaré de lamentarme, volveré a intentarlo y no me interesa que tenga novio, yo la quiero para mí- parecía una niña pequeña quejándome por no tener aquella muñeca que tanto anuncian en la televisión. -Josué, prepárate y disfruta a Kristel porque ella pasara de tus brazos a los míos-. Estaba decidido, era hora de pelear por aquella a quien quiero sin importar que tenga que usurpar el lugar de alguien más.