************************************************************************************************************************
************************************************************************************************************************
Llega un momento en la vida de cada persona en la que se pregunta si va por el camino correcto, yo, lo pensé una vez…luego otra vez…y otra vez, así seguí, preguntándome cada vez que podía si mi rumbo era el indicado, si las decisiones que consideraba malas en realidad lo eran, o si las buenas habían sido para mal. Ahora, ya no lo pienso más, no se la respuesta, pero ya no me interesa saberlo. Aprendí de la vida todo lo que se, y la vida me la enseñaste solamente tú, Seiichi Yukimura.
Han pasado ya unos cuantos años desde que me di cuenta que la única cosa que me era vital eras tú, la única presencia que debía sentir día con día, la única razón por la que practicaba mis sonrisas en el pequeño espejo de mi habitación como un crio enamorado; solo tú eres lo suficientemente importante para mí como para cometer bobadas estratosféricas.
Si yo pienso que enloquecí, ¿Qué pensaras tú? ¿Qué pensaras de mis rabietas de celos sin sentido que a veces manifiesto? Lo sé, soy un caso perdido, pero perdido en la dulzura tranquilizante y perversa que tus ojos me regalan. ¿Cómo explicarlo? Si yo no me entiendo ¿Cómo puedo creer que tú lo sabrás? Es fácil, es simplemente porque eres tú, el grandioso Seiichi Yukimura, tú el que venció todos los obstáculos y cruzo las barreras de lo inalcanzable, eres imposible de descifrar y de penetrar, con esa mirada tan nociva para la mente, tan extasiante para los ojos, solo una palabra te describe como eres, y es…Perfecto.
Tal vez no lo eres, pero, para mí no hay discusión; excelente estudiante, increíble amigo, compañero y el mejor capitán que pudimos haber tenido jamás. Eso es lo que todos dicen y piensan de ti, y cada persona que lo ha dicho siempre tuvo la necesidad de sentir tu aprecio y aprobación.
Vaya, pensar tanto en ti me molesta, me molesta que siempre sin razón, estés en mi mente; constantemente estas aquí en donde deberían estar mis preocupaciones como los deberes escolares, o las decisiones del futuro, pero no, solo estas tú y nadie más que tú. ¿Cómo demonios puedes hacerlo? ¿Cómo puedes andar tan tranquilo por la vida mientras yo muero por sentir tu cuerpo junto al mío? ¿Cómo puedes Seiichi? Aun no lo comprendo.
Creo que soy un caso perdido, que he perdido cualquier migaja de razón que alguna vez tuve, y todo es tu culpa. ¿Me he de escuchar egoísta, no lo crees? Yo no soy así, y supongo lo sabes, pero, esto es claro ejemplo del estado tan ajeno a mí en el que me haz aprisionado como un demente.
Desde niños, recuerdo que expresábamos que nunca nos enamoraríamos o nos idiotizaríamos como notábamos con los mayores, ¿Quién diría que los dos terminaríamos juntos? Supongo era de esperarse, ya que a pesar de todos los esfuerzos constantes que asía para “disimular” mis emociones nunca funcionaron. Primero, los idiotas mimados del club de tenis, simplemente idiotas, siempre creyendo que morirían entre mis manos, y hubiera ocurrido si alguna vez me hubieras dejado; sus burlas juguetonas que siempre te parecían tan graciosas. Todo mundo sabía que te amaba, que era un perro hambriento y desdichado que apostaba por conseguir el premio mayor. Pero no fue así, lo conseguí, conseguí ser lo más importante en tu vida ¿Por qué lo soy cierto? Eso espero.
Ya años de nuestra dulce infancia en la que éramos inseparables, y solo la puedo describir con una palabra: Inocencia. De haber sabido que ese día en el pequeño club de tenis te conocería no hubiera asistido, mentira, ese sin duda es el mejor día de mi vida, no se compara siquiera aquel en el que ganamos las nacionales por primera vez, ni el día en que pude verte de nuevo jugar con esa mirada tranquila y serena en una chancha; no, el mejor día, es el día en el que te conocí.
Apenas llevo unos cuantos minutos meditando, y siento que han pasado mil años, ese es el efecto que causas en mí, siento que he vivido toda una vida desde que te conocí, eres la persona más extraña que alguna vez conoceré, eso te molesta, lo sé, siempre te ha molestado que te diga algo que no te guste, pero eso es normal, a una persona tan bella no es correcto decirle aunque sea su más mínimo defecto, aunque para mí pero tú no tienes defectos, a mis ojos, boca, oídos, eres sinónimo de un dios.
Los labios más dulces y suaves que existen, con ese hermoso color rosado que no puedo dejar cada día de admirar; tus ojos de ese tono azul profundo con tintes violetas que me llaman sin parar; y esa voz, tu dulce voz, tan distinta a la de los demás, la única melodía que no me canso de escuchar día tras día, que diga mil y un veces mi nombre.
Soy un cursi sin remedio, nadie podría creer estas palabras más que tú, el único que sabe distinguir entre mis escasos gestos, la única persona que conoce cada movimiento de mi cuerpo a la perfección, el único que siempre tendrá mis sonrisas cuando las pida.
Antes me hubiera molestado que alguien me conociera de esa manera, que alguien supiera mis debilidades como tú las conoces, pero no, me alegro que tú seas la única persona que sepa quién es mi verdadero yo, que conozca la verdad escondida detrás de mí fiel gorra que tanto detestas, según tú le tienes envidia porque está más tiempo conmigo que tú.
¿Cómo llegamos a esto? Rivales en la cancha, amantes en la oscuridad de una noche perfecta. Eres el mejor, el único que merece todo en el mundo y nada a la vez, un maldito que me enamoro de la manera más salvaje que pueda haber, un excéntrico que no pide más que una dulce sonrisa por todo lo que me das. Imposible, tú me regalas la cosa más hermosa que pueda existir, es el amor, tus cuidados y delicadeza con la que siempre me tratas, tan…especial.
Tantas cosas que decir de ti, tantas cosas que nadie conoce más que yo, tantos momentos especiales que hemos pasado juntos, y que nunca cambiaría por nada, tanta pasión que desbordan nuestros corazones por el otro. Nunca en mi vida quise pensar en la vida perfecta, pero estoy seguro de que si existe una vida así, es exactamente como la que tengo, a tú lado, al lado de Seiichi Yukimura.
************************************************************************************************************************
************************************************************************************************************************