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El amor y el odio siempre fueron de la mano. por MarlovesNana

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Notas del capitulo:

Hola amadas lectoras :D

¿Qué tal estáis?

¿Qué tal los estudios?

El otro día pensé que estaría bien que tuvierais una ''mejor'' descripción de los personajes principales xD

Scarlet: Pelirroja, pelo ondulado, largo, con flequillo, ojos azules, facciones bastante femeninas y perfiladas, labios carnosos, 1.75, delgada pero tiene fuerza, esbelta, piel blanca.

Eva: Pelo negro, largo, liso, normalmente lleva la raya en medio, facciones bastante agradables, labios carnosos, ojos marrones, delgada, esbelta, 1.70, piel algo morena

Rose: Igual que Scarlet (xD) pero con el rostro algo de niña y 1.70.

Aquí os dejo un nuevo capitulillo recién sacado del horno :) Espero que os guste (que seguro que si jojojo) y os deje con las ganas de mas xD

Sin más que añadir, dejo que lo leáis ^^

—¿Estás enamorada de ella?—preguntó la anciana con su cálida sonrisa.

Eva tuvo cierto reparo en reconocerlo, lo que se reflejó en sus mejillas ahora sonrojadas. Acabó afirmando con la cabeza con cierta timidez. Se había pasado como tres horas o más en contarles a su hermano y a la señora todo lo que había vivido con Scarlet. Por muy extraño que pudiera parecer, Eva se llevaba genial con Moisés, y se contaban muchas cosas, por eso no le dio mucha vergüenza contarle sobre la pelirroja. A la anciana tampoco, transmitía mucha empatía.

—Por lo que has contado, parece que ella también está enamorada de ti.—dijo la anciana antes de volver a sonreír—Eso es perfecto.

La morena no entendía nada. Claro que era perfecto, pero la pequeña creyó que no se refería a ese tipo de perfección, al menos no del todo.

—No sé lo qué quiere decir.—dijo para salir de dudas.

La anciana le dijo que tuvo suerte de que se diera este intercambio inesperado, pero lo que verdaderamente le hacía afortunada era estar enamorada y ser correspondida. No sólo por la enorme dicha que eso causa, sino porque esa era su salvación, pues no hay magia más poderosa que el amor, algo así como Blancanieves y su príncipe.

Eva se alegró muchísimo al oír aquello. La posibilidad de que ella y Rose permanecieran en sus cuerpos para siempre era la máxima. Y para ello sólo tenía que recibir un beso de Scarlet. Éste sería el tercero, pero el primero con sus propios labios y al imaginárselo, sus mejillas volvieron a hervir.

—Voy a llamar a mamá.—dijo Moisés antes de salir de la habitación.

Su mamá... Deseaba verla. Y a su padre también. Les había echado mucho de menos. Por lo que le dijo su hermano, sus padres habían estado muy preocupados, sobre todo la mujer. Pobres. Ellos que querían pasar todo el verano visitando las zonas más bonitas del país y van y se tienen que quedar en un hospital. La pequeña sólo tenía ganas de abrazarles y hacerles ver que su hija ya estaba bien.

***

Quedaba media hora de viaje. A pesar de que en España eran las dos y media de la mañana, Scarlet no tenía sueño. No hacía más que pensar en Eva. Tenía ganas de verla y saber cómo se sentía ahora que ya estaba de vuelta en su cuerpo. Sin embargo, ¿por cuánto tiempo? ¿Y cómo es que pasó esto?

Rose tampoco podía dormir, y no porque hubiera estado dos meses en un estado de inconsciencia. También deseaba ver a su amiga y se hacía las mismas preguntas que la mayor.

Ahora se encontraba conversando con su padre, quien le dijo que su hermana mayor parecía estar más agradable con él. La pequeña pelirroja se alegró mucho al oír eso, sonriendo a su hermana. Rose se levantó y se sentó al lado de la mayor. Observó que estaba cotilleando su móvil e intentó quitárselo pero fueron más rápidos los reflejos de la mayor.

—No seas cotilla.—se quejó la pequeña intentando de nuevo recuperar su móvil.

—Acabo de acordarme de que Eva te ha conseguido novio.—dijo con una sonrisa antes de enseñarla al susodicho—Se llama Alonso y es guapo.

La pequeña pelirroja se quedó un buen rato observándole.

—Me gustan sus ojos.—acabó diciendo la menor aún mirando la pantalla.

Se quedó observando a su hermana varios minutos. Pensó que tal vez era el momento de contarle sobre Eva y Scarlet.

—Rose,—la nombró llamando su atención—tengo que contarte algo.

***

No pudo contener sus lágrimas. Nunca había visto a su madre llorar de esa manera. Su llanto era una mezcla de alivio y felicidad, que tuvo que calmarlo cuando llegó el doctor. Después de examinar a la chica, le dio la buena noticia de que estaba perfectamente y mañana mismo podría volver a casa. Eso supuso una mayor alegría para su familia.

El móvil de la menor interrumpió la conversación que estaban teniendo. Era un mensaje de su amiga. Decía que ya estaban aquí y preguntaba por el nombre del hospital. Con una sonrisa respondió a su pregunta. Por fin iba a ver a su amiga. Aunque su madre se alegraba porque su Rose estuviera aquí, se puso un poco triste, porque quería estar todo el tiempo con su hija, pero como madre comprensiva les dejaría a solas para hablar de sus cosas.

Antes de que llegaran, a la morena le hubiera gustado salir de aquella habitación a andar un rato. No soportaba los hospitales y menos estar en un sitio tanto tiempo y sin hacer nada. Sin embargo, el médico le dijo que antes de volver a caminar tenía que hacer una pequeña sesión de rehabilitación de veinte minutos para que sus piernas respondieran de nuevo.

—¿Quieres ver la tele?—preguntó su madre mientras acariciaba el pelo negro de la chica.

Esta, no muy convencida, afirmó con la cabeza. Pero para su mala suerte justo estaban emitiendo "Las Aparicio", donde salió una escena de Julia y Mariana besándose. Su madre nada más verlo cambió de canal e hizo un comentario no muy agradable, lo que puso bastante triste a Eva, aunque no era nuevo que ella pensara así. Y con su padre pasaba lo mismo... Al menos podía contar con el apoyo de Moisés. Sin embargo no pudo evitar pensar que tal vez debía de olvidarse de Scarlet; por Rose, por su madre y porque Eva no era partidaria de las relaciones a distancia. No porque estuviera las veinticuatro horas paranoica pensando que la pelirroja pudiera engañarla,-por muy irónico que pudiera parecer, no en el caso de la mayor-sino porque para ella un beso, un abrazo, una caricia, tomarse de la mano, era necesario en una relación. Y eso no se podía solucionar con un móvil, un ordenador, o una cam, como pudiera ser contarse el día a día, hacerse reír, decirse 'Te quiero'....

Los pequeños golpes que sonaron en la puerta la devolvieron a la realidad. Su cara se iluminó completamente al imaginarse quienes podían ser. Su padre fue a abrir y efectivamente eran ellas. Rose prácticamente se lanzó al cuello de su amiga y quién sabe por cuánto tiempo estuvieron llorando, abrazadas y sin decirse nada. Todo un espectáculo, que acabó cuando su familia y la anciana se marcharon, no sin antes sonreír a Eva y guiñarle un ojo. La morena pronto se ruborizó, sabía lo que quería decir.

Las chicas se pusieron a hablar, como si fueran las únicas en la sala, ignorando por completo a Scarlet. La mayor se sentó en uno de los asientos y fingió como si no la importara que la tuvieran en cuenta. Rose le contó a la morena como había estado y Eva,  le confesó lo de Alonso, aunque para su sorpresa la pequeña pelirroja ya lo sabía. Nada más escuchar eso una mirada acusadora por parte de la chica se dirigió a la mayor.

—Voy a por algo de comer.—dijo la mayor antes de levantarse.

—Espera, ahora soy yo la que tiene que contarte algo.

Rose se puso algo nerviosa. Aún estaba la ropa que llevaba el día que se desmayó. Buscó en el bolsillo trasero de los shorts y sacó una especie de carta. La pequeña pelirroja se la entregó a Scarlet, que enseguida la reconoció. La morena observaba la escena sin entender nada.

—La primera vez que Eva llegó a casa estuviste toda la noche llorando porque no te había reconocido. Estuviste varios días muy triste, hasta que se te ocurrió que tal vez si le escribías una carta diciéndole quién eras y quedando con ella en el parque que hay cerca de aquí, acabaría reconociéndote.—Rose hizo una breve pausa—Me pediste que se la entregara yo porque sólo a mí me haría caso. En aquel entonces mis sentimientos por Eva eran de amor-odio.

La nombrada sintió como un pequeño pinchazo en el corazón al oír la última palabra.

—Amor porque fue la primera en no reírse de mí cada vez que tartamudeaba y por estar siempre conmigo. Y odio porque sentía que ella era más importante que yo para ti.

Los ojos Rose comenzaban a ponerse cristalinos, y su voz no tardaría en fallarla, pero debía continuar.

—Al día siguiente te castigaron en el colegio por pegar a una niña, y papá te castigó a no salir ese día al parque. Estabas convencida de que Eva te estaría esperando y de noche te escapaste de casa, pero cuando llegaste ella ya no estaba.—las lágrimas de la pequeña pelirroja no se hicieron esperar por más tiempo—Eso te puso aún peor, porque creciste con el pensamiento de que llegar tarde a las citas no era correcto... Lo siento mucho.

La mayor fue donde se hermana y la dio un abrazo. Acarició su suave pelo mientras esta lloraba con verdadero arrepentimiento.

—No pasa nada.—le susurró.

Eso fue lo único que se le ocurrió decir para que su hermana no se sintiera aún peor. Porque Scarlet en realidad aquella confesión le provocó bastante dolor, pues tal vez las cosas entre Eva y ella pudieran haber sido distintas. Sin embargo, a medida que la pequeña pelirroja le iba contando, Scarlet en lo único que pensó fue en evitar reaccionar de una manera negativa hacia Rose.

A Eva no le hacía ningún bien ver así a su amiga. Menos mal que Scarlet se estaba comportando de esa manera y no de la que la morena temía. Porque es comprensible que la pequeña pelirroja hubiera hecho eso, además de que era una niña.

Cuando Rose se calmó algo, la mayor comenzó a animarla un poco, sacándole alguna que otra sonrisa. La puerta fue golpeada varias veces. Eva dejo pasar a dicha persona. Era el señor Mc Carron, y parecía querer hablar con su hija menor.

—¿Estás bien, pequeña?—preguntó el hombre.

—Sí.—afirmó con una sonrisa—Vamos.—dijo dirigiéndose a la puerta.

Cuando se quedaron solas un silenció reino en la habitación. La mayor aun tenía entre sus manos aquella carta. La morena, aunque sabía más o menos lo que ponía, quería leerla y quedársela. Se lo pidió a la mayor, pero su respuesta fue una negativa, haciéndola rabiar. Luego parecía que se la entregaba, pero cuando Eva iba a cogerla la mayor apartaba rápido su mano. Y así varias veces, hasta que la menor se cansó.

—¿Puedo besarte?—preguntó la pelirroja provocando un leve sonrojo en la morena.

Sin embargo, ahora que mencionaba lo del beso, tenía que decirle que esa era la mejor solución para que ambas permanecieran en sus cuerpo para siempre. Y, con cierto pudor, comenzó a hablarle de lo que la anciana le contó. Scarlet, a medida que iba escuchando se ponía más contenta, pero de momento no comento nada al respecto. Le dijo, para su gran sorpresa, que ya le había dicho a su hermana sobre ellas, y su reacción al oír aquello fue muy normal, como si ya se lo esperase. Rose sabía que entre su amiga y la pelirroja iba a pasar lo inevitable. Porque conocía su historia, lo impulsiva que es la mayor, la imposibilidad de ser indiferente para nadie y que Eva es tan humana como cualquiera. Además también se alegro por ambas. Eso en cierta manera le ponía contenta a la morena, porque tener ese tipo de aprobación por su parte era lo más importante.

— Eva... ¿Quieres salir conmigo?

Sus mejillas se enrojecieron aun mas. Claro que quería, le encantaría pero...

Scarlet supuso que una respuesta inmediata no obtendría, mas el silencio no dejaba de ser incomodo.

—No importa lo lejos que estemos... Prometo sacar tiempo de donde sea para hablar contigo todos los días—aseguró con firmeza.

—Es que...

—¿Te gusto?—le preguntó interrumpiéndola.

La menor afirmo con la cabeza.

—Pues entonces el resto da igual.

Scarlet era una impaciente. Lo quería todo ya. Era en el fondo como una niña que no pensaba en el futuro ni en las posibles consecuencias de las cosas... O tal vez n el fondo estaba en lo cierto, que el hecho de que le gustase era razón suficiente para que aceptara toda esa locura... Ser la novia de la idiota que una vez realmente detesto con todas sus fuerzas y de la que hace nada no pudo evitar enamorarse.

—Vale...—aceptó evitando su mirada azul.

La pelirroja se inclino para abrazarla. No podía ser mas dichosa en esos momentos. Sonrió automáticamente mientras su abrazo era correspondido lentamente.

—¿Y ahora puedo hacer lo que llevo deseando desde que entre por la puerta?—le preguntó la mayor al oído.

Un beso. Su primer beso. Un beso que suponía no solo la salvación de Rose y Eva, también el inicio de algo eterno. Porque el destino así lo quería. Porque el destino, irónicamente, así siempre lo quiso.

***

Cuando Eva salió del hospital, su madre insistió en que el señor Mc Carron y sus hijas podían quedarse en las dos habitaciones libre que había. Le costó convencerles pero lo consiguió. Al día siguiente Robert y Scarlet fueron a Washington. El resto se dedicó a visitar la capital. Dos días después la mayor y su padre volvieron. Eva pasaba todo el tiempo con Rose, y eso estaba comenzando a molestar a Scarlet. Ningún solo día habían podido estar juntas. Parecía que la morena estaba evitando quedarse incluso a solas con ella. O puede que fueran imaginaciones de la pelirroja.

Un día mientras estaban comiendo Moisés, Rose, Eva y ella, por debajo de la mesa, coloco su mano en la rodilla de la morena. Ésta, al sentir aquello, la aparto lentamente. Otro día, mientras estaban solo las chicas, intento meter su mano en el bolsillo trasero del pantalón de Eva pero esta la aparto. Otro día, cuando en un momento Rose las dejo solas, intento besarla pero la menor puso su mejilla. Acabo por conformarse con solo tomar su mano mientras paseaban, pero también la apartó. Y aquella mañana, Juan no hacía más que tirarle los tejos y acabo por invitarla a cenar,-delante de todos-pero Eva solo prestaba atención a su amiga. Scarlet rechazó la invitación.

Cuando llego la noche, todos decidieron ir al cine a ver una película. Eva dijo que no se encontraba muy bien y que fueran sin ellas. Moisés y la pequeña pelirroja sabían que era mentira, que todo era para poder estar al menos unas pocas horas a solas con Scarlet, así que no fue muy difícil convencer a sus padres de que fueran ellos cinco. La mayor tampoco quería ir. Aunque no sabía nada.

La morena no era estúpida. Estaba segura de que Scarlet estaba muy molesta por su comportamiento durante este mes, pero todo tenía su explicación. Y por eso, no pudo desaprovechar esta oportunidad. Creyó que no se iba a dar, pero afortunadamente fue así.

—Me voy a la cama, hasta mañana.—dijo la mayor tras levantarse del sofá. Eva, agarró su muñeca.

—Siento mi comportamiento de este mes....—se disculpo mirando a esa mirada a azul que tan fría parecía en esos momentos—Es que no quería hacer sentir a Rose...

—¿Y yo qué?—preguntó interrumpiéndola—Yo también tengo sentimientos.

—Ya lo sé. Pero no me parecía justo que mientras estábamos con ella tu y yo estuviésemos haciendo manitas.

—¿Y lo del beso?

Se quedo callada unos segundos, pues la respuesta era demasiado vergonzosa para decirla. Tuvo que desviar su mirada para que los nervios no la traicionaran aun mas.

—Tus besos son muy adictivos... Y sabia que si empezaba se me iba a olvidar que no estábamos solas...

La mayor volvió a sentarse y miro a Eva con una sonrisa tierna.

—Bueno, ahora no hay nadie más que nosotras dos.—dijo la pelirroja con un tono sugerente.

Fue acercando su rostro despacio al de Eva, mientras el corazón de esta comenzaba a acelerarse. Scarlet vio como sus ojos se cerraban y preparaba aquellos labios carnosos para el beso. No pudo ocultar una sonrisa algo burlona y...

—Hasta mañana.—dijo la pelirroja antes de levantarse de nuevo y encaminarse a su habitación.

Tonta. Boba. Idiota. Estúpida. ¿Por qué le hacía rabiar tanto? ¿Qué se cree? ¿Qué es la única que sabe dejar a la gente con las ganas?

Eva fue decidida al cuarto donde dormían la mayor y Rose. Vio cómo Scarlet se ponía la parte de arriba de su ligero pijama, y cuando se giro se acerco entusiasmada a la morena.

—Se me olvidó que te quería enseñar algo.

Se bajó un poco la parte derecha del short, mostrando el tatuaje por la zona del apéndice. En aquella zona tan erótica, estaba escrito el nombre de la menor. Eva no sabía que decir. Estaba contenta, asustada y molesta al mismo tiempo. Eso sí, era un tatuaje bastante bonito y elaborado.

—Me lo hice en Washington.—aseguro para romper el silencio.

—¿Por qué lo has hecho?—quiso saber sin ocultar su molestia.

La pelirroja estaba preparada para un "Estás loca", pero no para esa pregunta. Se quedo una rato en silencio, pensando a qué venía esa pregunta, hasta que finalmente respondió.

—Porque las personas enamoradas tienden a hacer locuras.

Ahí es donde quería llegar Eva. Eso es lo que le ponía mala.

—¿Es que no piensas en las consecuencias de tus actos?—preguntó con la voz algo quebrada. Quería llorar. Por todo lo que se le estaba viniendo a la mente— ¿Y si...—le costaba tanto hacer esa pregunta—¿Y si dejo de gustarte? ¿Y si te ena...

Scarlet la interrumpió con un beso, tomando el rostro de la menor entre sus manos. La morena empujo con todas sus fuerzas aquel abdomen, pero fue inútil. Y además tampoco es que pudiera aguantar mucho mas sin corresponder ese beso. La pelirroja, al ver que ya no se resistía más, colocó sus manos en la cintura de Eva, acercándola mas a su cuerpo. La menor rodeo con sus brazos el cuello de Scarlet, y comenzó a jugar con su lengua, explorando cada centímetro de su cavidad. La mayor tampoco tardó mucho en usarla, queriendo sentir la de Eva. Esta hizo el beso más pasional, dejándose llevar por el placer que sentía, entrelazando sus dedos en el cabello pelirrojo de su novia. Scarlet seguía bien el ritmo, no quería acabar con un beso que tan rico le estaba sabiendo y tan bien le estaba haciendo. Pero Eva fue disminuyendo poco a poco la intensidad, aunque tampoco quería acabar.

—Si me das estos besos te aseguro que no vas a dejar de gustarme.—dijo provocando que la menor se ruborizara. Scarlet sonrió antes de darle un corto beso—Además, habría que ser idiota para dejar escapar a alguien que es igual de hermosa por fuera que por dentro.

 

 

Notas finales:

Asasdlkdiuytwedfasdfgdfg Scarlet deja a Eva y vente conmigo, yo te hare feliz ;______; OKNO

OMG se hizo un tatuaje con su nombre. Qué loca. Yo no me tatuaría el nombre de mi pareja xD Aunque esto es una historia e.e

Bueno, creo que me he desviado un poco del tema original ._____.  Que se le va a hacer... Pero lo hecho, hecho esta y ahora parece que todo va muy bien. Estas dos pájaras están saliendo, pero la distancia es muy puñetera u.u Veremos a ver qué tal les va... ¿Y Alonso? ¿Qué hará la verdadera Rose con él? ¿Qué opináis vosotras chicas?

En fin... Nos vemos pronto ;)

Besos, abrazos, y gracias por leer :3

PD: Siento haber estado tan sosa estos últimos capítulos :)

 


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