Loki is fond calling Clint bird names. His personal favourites: bird boy and little bird.
Loki tenía muchas manías: que todo estuviera en orden y limpio, que su hermano respetara los horarios de visita a su casa, que Tony no llegara tarde cada vez que tenían una reunión, que Banner no le amenazara en convertirse y en destrozarle media casa. Por eso se llevaba tan bien con Natasha, ella era tan similar a él que por eso eran mejores amigos.
Pero nadie se podría comparar con su Clint.
La primera vez que vio a Clint, no se sintió mal por hechizarlo, más bien al contrario, se sintió espléndidamente bien al saber que tal belleza estaría bajo su mando, con él. Cuando fue capturado y más tarde, tras descubrirse que Thanos había mandado ponerle un hechizo a Loki para que hiciera el trabajo sucio para él lo primero que hizo, fue volver a Midgard para ver a su pajarito otra vez.
Y se le rompió el corazón al verle ahí sentado, en lo alto de la Torre Stark, solo, llorando a lágrima viva y jugando con algo en sus dedos. Lo reconoció en seguida, era una parte de su armadura, un botón que había sido convertido en collar.
-Dijiste que cuando todo aquello terminara me matarías, ¿por qué no lo hiciste? De seguro que sería mejor que vivir con ese terrible dolor en el pecho.- se puso la cadena y besó el collar.- Yo te amaba Loki… Yo aun te amo… ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me volviste loco de amor?- musitó, dejando que las lágrimas cayeran libremente hasta estrellarse en el pavimento del suelo de Nueva York.- Yo no quería que te fueras.
-Yo tampoco quise irme.- le contestó, sentándose a su lado y cogiéndole de la mano y sonriendo con ternura.
-¿Lo-loki?- aquellos hermosos ojos le miraron sorprendidos, atemorizados de que aquello fuera una simple visión.- ¿Q-qué haces aquí?
-Vine a ver lo que me quitaba el sueño para encontrarme una escena que me ha roto el corazón.- le besó la mano y le sonrió otra vez.- Nunca quise hacerte daño halconcito. Lo juro. Todo este tiempo he intentado acercarme a ti, pero siempre había alguien contigo, no podía si ellos estaban a tu alrededor, pajarito.
Lentamente, una de las pálidas manos se movió hasta llegar al húmedo y frío rostro, secó el resto de las lágrimas y con cuidado unió sus labios en un beso delicado, suave, amoroso.
-Y-yo te amo.- musitó el arquero al separarse de él, sonrojándose de un forma adorable.
Loki no respondió, solo le besó otra vez, para después degustar las lágrimas de su chico pajarito.
-¿Vas a ser mi novio?- le preguntó, sonriéndole a la vez que le abrazaba.
-Solo si me prometes no irte otra vez.- murmulló, pegándose más a él.
Un cuerpo no especialmente pesado se acomodó sobre el suyo, causando que abriera un ojo con vaguería y los volviera a cerrar, rodeando aquel cuerpo con uno de sus brazos.
-¿En que piensas amor?- la suave y relajada voz de Clint le hizo sonreír y apretarle más contra su pecho antes de responder.
-En ti, en mí, en nosotros.- le respondió acariciando el pelo.- En lo triste que me sentí cuando te vi sentado ahí arriba y llorando por mi culpa, pajarito.- le dijo abriendo los ojos y mirándole.
Clint solo sonrió, acomodándose mejor sobre del otro, y sacando la cadena que aun llevaba, esa que se convirtió en su bien más preciado cuando Loki no estaba.
-Pero volviste.- musitó antes de besarle, subiéndose encima de Loki, que le abrazó.
-Volví, mi chico pájaro, volví.- le contestó, olfateando su cuello.- ¿Hoy vienen a cenar todos, verdad?- cuestionó.
-Sí.- se levantó, quedándose sentándose en el estómago de Loki.- Linda vista la que tengo desde aquí arriba.- una sonrisa seductora se asomó por sus labios.
-No mejor de la que yo tengo…- replicó el Dios.- Anda, levanta y ve a poner la mesa, yo empezaré a hacer los postres.- se levantó de la cama, cogiendo al otro en brazos hasta llevarlo al comedor donde le dejó, no sin antes besarle apasionadamente.
-Hum.- musitó a la vez que se dirigía a poner la mesa, pero sin despegar la vista del trasero de su novio, ese que se le marcaba tan bien en aquellos tejanos. Levantó una mano para darle una nalgada.
-Ni se te ocurra, pajarito.- dijo el de ojos verdes volteándose y cogiéndole la mano antes de besarle en la boca.- Pero si tantas ganas tienes de tocarlo, en la noche será todo para ti, halconcito.- musitó sobre sus labios.
Cerca de las ocho de la noche, Thor, Steve y Peggy llegaron, y mientras que la pequeña ayudaba a su tío moreno en la cocina, los tres rubios se acomodaron en el sofá. Poco después llegaron Tony y Bruce, que habían empezado a salir un par de semanas atrás y Natasha llamó diciendo que llegaría algo más tarde.
-¿Pajarito?- Loki sacó la cabeza por la puerta de la cocina.- ¿Puedes ayudarme con algo?- preguntó con una sonrisa.- Hola chicos. Y Thor, luego quiera hablar contigo de algo.- dijo mirando a su hermano que solo asintió.- Peggy, amor, ve con tus padres.
-¡No!- la niña negó con la cabeza, haciendo volar sus dorados rizos.
-Entonces vas a ver besos.- la amenazó amenamente, a lo que la chiquilla salió corriendo hacia sus progenitores, sentándose en el regazo de su padre.
-¿Qué ocurre amor?- dijo Clint al entrar a la cocina.- ¿En qué necesitas mi ayuda?
-En nada.- lo agarró por las caderas y lo besó apasionadamente.- Solamente necesitaba besarte antes de empezar a cenar, pajarito hermoso.- musitó, rozando sus narices.- ¿Puedes ir y decirle a mi hermano que venga por favor?- le pidió.
-Claro.- dijo antes de salir con pasos gráciles.- Thor, Loki te llama.
Cuando el rubio entró a la cocina, su hermano cerró la puerta y antes de que pudiera decir nada habló: -Voy a llevar a Clint a Asgard y le pediré matrimonio a mi halcón.- anunció.
Thor abrió la boca, balbuceando, antes de lanzarse a abrazar a su hermano con fuerza: -¡Esto es fantástico! ¿Lo sabe Padre?- Loki negó con la cabeza.- Bueno, yo tampoco le he dicho nada sobre Steve… ni sobre Peggy.- musitó.- ¿Podemos venir con vosotros?
-Claro.- contestó encogiéndose de hombros.- Y Thor… es un secreto y como se te escape voy a dejar a Steve viudo y a Peggy huérfana de padre, ¿he sido claro?
-No te preocupes, hermanito. Secreto.- dijo antes de besarle la frente.- Me alegro que hayas decidido dar ese paso tan importante con tu… ¿halconcito?
-Thor.- achicó los ojos.- Solo yo le llamo así.- gruñó antes de darle una bandeja.- A la mesa.
Una hora después de que la cena terminara y Loki hubiera hechizado toda la vajilla, estaban acostados en el sofá: Loki leía un libro de historia inca y Clint jugaba a un juego de puntería en su PSP.
-¿Loki?- dijo girándose y acomodándose sobre él, retirándole las gafas.
-Dime.- dijo dejando el libro en el suelo y posando sus manos en la otra espalda.
-¿Por qué siempre me llamas pajarito, halconcito…?- preguntó curioso. La alegre risa del peli-negro le sorprendió, pero le hizo reír también, aun sino sabía el porque.- No te rías.- se quejó.
-Simple, pajarito, simple. Porque es lo que eres: un lindo pajarito que cogió mi adolorido corazón entre sus garras y lo cuidó.- le contestó, besándole las mejillas repetidamente con diversión.
Porque Clint era el pajarito de Loki. Y punto. Y le seguiría llamando así hasta que él quisiera.