Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Untitled por aoi_dark

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este Fanfic lo había subido en otra cuenta, pero preferí tenerlo en este, ojalá lo disfruten, periodo emo y toda la cosa, pero salió medio bonito :D 

“Tuve un sueño, en el que te aferrabas solamente a mí”

 

Mi alma me reclama que pude hacer algo más, pero decidí detenerme y contemplar. Una vez te dije “Te amo pero no necesito que hagas lo mismo” fue engañarme a mí mismo, fue observar desde lejos como yo te había alejado.

Me arrebaté la felicidad, me arrebaté la tranquilidad, pero sobre todo, me arrebaté la oportunidad de estar contigo. Podrían quitarme todo, menos los sueños que tuve junto a ti. Aunque, todo eso estaba encerrado en esos sueños. La desesperación manaba de mi rostro, quemaba mis venas y me mantenía en una constante depresión inducida. Ya no era yo, y a ti te constaba eso, sin embargo, ya no te importaba o al menos eso quisiste reflejar.

De alguna manera, ya no puedo seguir con esto. Dirás que me estoy comportando como un crío, como alguien que no sabe lo que dice ni lo que hace, mucho menos lo que siente. Pero heme aquí, escribiéndote, sin saber si algún día tendré el valor para entregarte esto.

Los ensayos ya no eran lo mismo, las risas desaparecían en un aire de hipocresía, el ambiente se tensaba y por más que tú cantaras para ahogar todo, desde mi guitarra hasta mis voz, el dolor seguía allí, latiente, palpitante. Como si nada lo pudiese tocar.

Sé que mis palabras no harán que vuelvas, lo sé. Tampoco espero que tengas compasión de mí y vuelvas a tratarme como solías hacer. Tal vez me odies, tal vez ni quieras verme de nuevo, aunque cada día mantengo aquella esperanza, de que al menos, me recuerdes. Dicen que lo último que se pierde es la fe, bueno, yo no estaba tan seguro de eso, sin embargo, en los últimos meses he sabido lo que es tener fe ciega en alguien.

No quiero releer esto, porque sé que me arrepentiría de lo escribí y terminaría sin enviarte nada, por eso te digo que no estoy seguro si la recibirás o no. Pero confío que es lo mejor para mí, que es hora de cerrar todo y aunque me duela, después de más de un año, debo adaptarme a los cambios y seguir…

No creas que siempre quiero estar a tu lado, o que esta carta es un intento para subirte el ego que muy bien sé que lo tienes más que alto. Te amo, sí, pero yo también tengo mi vida aparte aunque tú controles mis emociones o gran parte de ellas. Quiero decirte todo, con pelos y señales, quiero confesarte mis más íntimos temores y secretos sobre ti ¿Por qué? Porque siento la necesidad de hacerlo no obstante a ti te parezca irrelevante.

No hemos hablado en este tiempo. Cosas de la banda, nada más. Pero ¿Te parece suficiente? ¿Te parece correcto que después de todo lo que hemos pasado no vayamos a dedicarnos más que un “Hola” y un falso “¿Cómo estás”? ¿Crees que eso no me lastima? ¡Yo también tengo sentimientos, Takanori! En este escrito he pasado de estar triste, a estar enojado y ahora hasta casi gritarte por medio de tinta. Tal vez suene desesperado, pero, la tristeza volverá a mí, irremediablemente. Uno nunca olvida, esas son boberías para la gente en sus estados de Facebook. La frase “La energía no desaparece, se transforma” no es sólo para hablar de física. Me refiero con este desvarío a que, sin importar cuánto tiempo pase o cuántas cosas se hayan atravesado, los sentimientos siguen allí, tal vez no de la misma manera ni intensidad que la de antes pero siguen allí, nunca mueren, sólo están de diferente manera.

¿Crees que está bien que dos personas después de haber compartido mil besos, mil caricias y mil abrazos llenos de pasión y amor, dejen de hablarse y se odien sin más? Compartimos una cama, más de una vez, te entregué todo  y tú hiciste lo mismo, pero es como si nunca hubiese sucedido. Eso me acuchilla el corazón y me carcome el cerebro, porque no me cabe en la cabeza. Tal vez yo soy muy sentimental o tú muy frívolo, pero no me parece que después de todo eso seamos prácticamente unos desconocidos.

Pero bueno, tú dirás. Ese es el régimen de las personas de ahora, que al fin y al cabo no son personas sino gente. La raza humana ya ha dejado de existir y ha cedido el paso a un intento de carne movible con un toque de razón. 

Ahora que lo pienso, infortunadamente no tengo la posición para reclamarte algo, porque fui yo el que arruinó todo. Tampoco quiero interferir en tu relación con Uruha, sé muy bien lo mucho que lo quieres, en los conciertos siempre te acercas a él, y ahora comprendo el por qué.

No me iré, porque eso sería cobardía. Las cosas al parecer seguirán iguales. Entonces, ¿A qué viene esto si no va a cambiar algo entre nosotros? Tal vez no en nosotros, pero espero que haga algo en ti, como lo está haciendo en mí.

Esto no tiene sentido, como siempre lo hizo. Lo nuestro no podía ser, y a horcajadas de sufrimiento y llanto así lo aprendí, demasiado tarde, tal vez. Aquí acaba nuestra historia, aquí acaba lo que alguna vez fuimos y lo que pudimos llegar a ser. Es hora de cerrar este libro, con ese mismo dolor e imposibilidad con el que cierra una joven su libro de ensueños mágicos e historia de fantasía, con esas mismas ganas de volver a abrirlo y leerlo desde la primera hoja, revisando palabra por palabra y anotando la frase que más se adentre, sintiéndose identificada.  Con esas mismas ganas de leer el final para saber qué pasará, y luego olvidarse de él para reanudar la historia como si nada hubiese sucedido.

Aquí hay exactamente mil palabras, mil espinas de pronto. Escritas de mi puño y letra, tal vez las botes, tal vez no.

Este es nuestra despedida. Nunca te olvidaré, no importa dónde estés. 

 

Yuu Shiroyama.

 

 

Eso era todo. Ahí terminaba aquella carta. Había perdido la cuenta del número de veces que la había leído en el transcurso de los minutos anteriores, y no sabía que era lo que se estaba moviendo dentro de él. Era algo indescriptible, como un revuelto de enojo, felicidad, tristeza, impotencia. Trató de ignorarlo pensando en otras cosas, evadiendolo mientras hacía los qué haceres de la casa. No pudo. Cantó un poco, pero la voz se le cortaba, las letras de sus propias canciones se fundían a él de la misma manera que lo lastimaban. 

Por último, quiso quemar ese pedazo papel que tenía tanto sentimiento. Pero era como tener el corazón de Aoi y apretarlo hasta que no latiera más. No lo permitiría…

Por otro lado,  la verdad que leía le ardía tanto en el pecho que le impedía respirar siquiera; en su último intento por  tranquilizarse,  los sollozos fueron aún más fuertes que él mismo. Se tumbó en el piso y apretó sus cabellos. No sabía exactamente el por qué las lágrimas lo habían invadido de esa manera, lo que a él le importaba era que le dolía.

Cuando recuperó el sentido  y la poca razón que le quedaba, realizó lo mucho que le extrañaba, lo mucho que la nostalgia y la melancolía le invadían.

-Pero que te extrañe no quiere decir que te quiera de vuelta- Se dijo así mismo, tratando de consolarse-

Echó un último vistazo a la carta, antes de guardarla para siempre. Tenía rastros de sus propias lágrimas, corriendo la tinta de unas pocas palabras.

 

“Tuve un sueño, en el que te aferrabas solamente a mí”

Así empezaba, pero no tenía un comienzo. No tenía un título, la historia no estaba completa así. Ahora tenía que pensar qué haría al respecto a aquello.

Algún día te irás…y verás, y sentirás, así que esta tristeza escucharás.

Poco a poco, había presentido que mi corazón se destrozaría.

Suavemente bloquearás tus oídos, a fin de no romper la línea.

Le respondería con una canción.

 

-Un sin título…- suspiró-

 

 

Notas finales:

Esto es demasiado emotivo para mí T^T En fin, espero que les haya gustdo, espero rosas o tomatazos :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).