Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Niño Perverso por HaNeul

[Reviews - 155]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Lalala, habia empezado esto desde hace unos meses, pero hasta ahorita me di la tarea de finalizarlo.

Aclaro que la idea original es de Isabel Allende, es un cuento de ella que se llama igual, yo solo hice mi version de la historia y agregue detalles. Asi que si, el argumento original es de ella, pero es tan bueno, que no pude resistirme.

 

PD: Debido a ciertas cuestiones, bueno mas bien peticiones, se convertira en un multichapter, no sera muy largo sera entre 3-5 capitulos. Quisiera hacerlo mas largo, pero bueno veremos que pasa, por lo mientras se queda como un multichapter :)

Notas del capitulo:

A leer~

Hermoso, si, era la palabra perfecta para definir al hombre que se encontraba frente a él, dirigiéndole una amable sonrisa mientras sus cabellos se pegaban a su frente por el calor, pudo oír la voz profunda y gruesa hacerle una pregunta, pero el no contesto, se perdió en las orbes oscuras y grandes, en la belleza de sus facciones, lo único que lo hizo volver a la realidad, fue la voz de su madre gritándole, haciéndole reaccionar

 

—¡Taemin! ¡Dios! te están hablando, estos niños de ahora, dígame ¿en qué puedo ayudarle?— pregunto con una sonrisa en los labios, Taemin no hablo, no podía la impresión le había calado hasta el alma, haciéndolo temblar, impidiéndole moverse, alzo la mirada para observar como un ligero brillo aparecía en los ojos de su madre, un brillo que había desaparecido en el instante en que su padre murió, pero ahora frente aquel hombre, el brillo parecía cobrar vida de nuevo. Sacudió la cabeza de un lado a otro alejando los pensamientos, enfocándose en observar nuevamente al hombre hermoso, su madre lo sacudió de los hombros regresándole de nuevo de un solo golpe a la realidad

 

—Ayúdame a llevar las cosas al cuarto del Sr. Choi— Taemin asintió levemente, y le ayudo con lo que parecía el estuche de una guitarra, su madre fue por adelante le siguió el hombre hermoso y él hasta el último, subieron las escaleras lentamente, Taemin pudo notar la mirada obscena que el hombre dirigía al trasero de su mama, pero decidió ignorarla pues desconocía casi del todo el significado de aquella mirada sumada con el brillo que comenzaba a aparecer en los ojos de su madre.

 

El cuarto que le habían asignado al hombre hermoso era en último piso, casi en el desván, sonrió satisfecho al ver su pequeña habitación, se giró para observar a madre e hijo parados junto a la puerta ambos con brillo que él pudo identificar en la mirada de Gwiboon, pero que ignoro completamente en los ojos infantiles de Taemin. 

 

—Me agrada— dijo finalmente después de segundos de silencio

 

—Si necesita algo solo llámame, o dígale a mi hijo— dijo Gwiboon con una sonrisa enorme, se giró para tomar a Taemin de los hombros y acercarlo al hombre hermoso.

 

—M-mucho g-gusto— dijo el menor haciendo una reverencia—Lee Taemin— alzo un poco la mirada para encontrarse con la contraria solo unos segundos

 

—El placer es mío, Choi Minho— y para Taemin era el nombre más perfecto sobre la tierra.

 

—Bueno Taemin vayámonos, aún tengo cosas que hacer y debemos dejar al Sr. Choi descansar, Taemin estuvo a punto de protestar, no quería dejar de ver a ese hombre, pero se mordió el labio, ahogando las palabras, no tenía ninguna excusa para quedarse.

 

Cuando salieron del cuarto su madre bajo las escaleras, murmurando algunas cosas que Taemin ignoro, su corazón latía frenéticamente, se sentía mareado y con calor, en cuanto su madre se perdió de vista, abrió la puerta que llevaba al desván y se metió, con una sonrisa enorme en la cara, pensando en el hombre que ahora posiblemente dormía, su respiración se aceleró y unas ganas inmensas de gritar lo invadieron pero se contuvo. Podía sentir el calor ardiente en las mejillas, y un cosquilleo desconocido que le invadía la parte baja, solo había visto a ese hombre una vez, ¿Cómo era posible que alguien pudiese lograr tantos cambios en su cuerpo con una sola mirada? Sus pensamiento se vieron interrumpidos por los gritos de su madre ordenándole bajar, tomo aire y procuro tranquilizarse, si su madre lo veía así lo interrogaría, nada se escapaba de la mirada felina de Gwiboon. Una vez que se sintió tranquilo, bajo a ayudarle a su madre con las tareas del lugar.

 

Taemin era un chiquillo de 13 años, su madre administraba una pequeña pensión para pagar los gastos. Taemin era alto, de cuerpo delgado y ojos cafés, parecidos al color que las hojas desprenden al caer por la venida del otoño, su cabello rubio le rozaba las puntas en los hombros. Él siempre estaba acostumbrado a mantenerse en silencio, deslizarse entre las sombras del pequeño lugar, observando sin ser descubierto, a cada una de las personas que habitaban la pensión, ninguna había llamado tanto su atención como el hombre.

 

Su padre Lee Jinki había muerto muchos años atrás en un accidente en el trabajo, su madre pasaba todo el tiempo dedicada a la pensión, por lo que no tenía tiempo que dedicarle. Desde hacía muchos años Taemin se había rendido con respecto a ella, había comprendido que no tenía caso pedirle atención a alguien que no estaba dispuesta a darla. Nunca lo había dicho en voz alta, siempre había sido un secreto oscuro, uno de esos que se esconden en lo más hondo del alma, para pudrirla poco a poco, pero él deseaba que su madre hubiese muerto en lugar de su padre. Él estaba seguro de que si su padre siguiese vivo, sería feliz, tendría la atención que merecía.

 

Su madre Gwiboon, solía ser muy protectora. Taemin apenas y contaba con amigos a sus 13 años, porque al parecer nadie era correcto. El rubio había pasado años estudiando en casa, hasta que el rogo a su madre que lo dejase ir a la escuela, cansado de estar siempre entre esas paredes sofocantes.

 

Bajo brincando las escaleras, antes de que su madre comenzara a gritarle por su inutilidad. Como cada día, obedeció silenciosamente las órdenes de su madre, ni una sola palabra de protesta se deslizo de sus labios

 

‘La Sra. Kim quiere sabanas nuevas’

 

‘Si madre’

 

 ‘El Sr. Park quiere que limpiemos su habitación’

 

‘Si madre’

 

Pero cuando la noche llegaba, cuando por fin las sombras se cernían sobre la pensión y el silencio gritaba sobre los pasillos, Taemin ahogaba las palabras sobre su almohada, escondía su odio bajo las sabanas, e imploraba al techo que su madre lo notase, que le prestase un poco de atención. Pero todo quedaba en suplicas, las palabras iban a parar contras las paredes, rebotando por la habitación como aire, el odio se quedaba bajo su cama, como polvo acumulado, y las lágrimas se arremolinan en su corazón.

 

 

 

 

 

Taemin nunca espero que su vida mejorara, después de tantos años, la esperanza no es algo que guardes precisamente en el corazón, pero ciertamente jamás espero que la situación empeorara. Oh si, si antes lo ignoraban, ahora dudaba sobre si su madre se acordaba de él, antes lo llamaba para darle ordenes, pero ahora su madre hacia todo por su cuenta.

 

Repaso su acciones pasadas, buscando algún error, algo que pudiese haber molestado a su madre, pero no encontró nada. Entonces lo noto, eran cambios apenas notables, cosas a que simple vista no eran visibles, pero el que había pasado años observando, los noto. Primero fue el perfume, Gwiboon dejaba un aroma frutal por donde pasaba, después fue el pelo; no es que su madre fuese una persona desarreglada pero no tenía todo el tiempo del mundo para estarse arreglando. Le siguió la ropa, Taemin noto que su madre se había comprado vestidos nuevos, por último fue el maquillaje, empezó con apenas un brillo en los labios hasta aumentar en el rubor de sus mejillas.

 

Taemin a sus cortos 13 años no comprendía del todo los cambios repentinos en su madre, ¿Por qué había decidido de pronto arreglarse?, decidió ignorarla, después de todo ella no le prestaba atención, ¿Por qué habría el de hacerlo?

 

En cambio su atención, se enfocó en el hombre del último piso. Ese hombre alto y de facciones duras, sus ojos grandes que parecían ver a través de ti, esa voz profunda que resonaban entre las paredes y esa fragancia masculina que inundaba toda la pensión, como un hechizo. No fue el único en notarlo, todas las persona lo hicieron, todos parecían maravillados con el hombre nuevo.

 

Taemin descubrió por medio de pláticas de su madre y el resto de la pensión que era un cantante y tenía 34 años, tocaba por las noches en un pequeño bar al sur de la ciudad, su trabajo nocturno le quitaba mucha energía por lo que dormía todo el día, así que apenas se le veía, pero aun así, su presencia y su sombra parecían quedarse pegadas en las sombras de las esquinas, su voz parecía viajar a través del silencio y su aroma a través del aire.

 

El rubio aprovechaba esos momentos por las noches, para deslizarse en la habitación, su cuerpo era tan delgado que apenas sus pisadas se escuchaban. Entraba al solitario cuarto y abría el closet, admirando las camisas bien planchadas, los zapatos negros y pulidos; entonces tomaba una, se la colocaba cuidando no arrugarla y se recostaba sobre la cama, posando su cabeza donde Minho lo hacía, aspirando su aroma. Un hormigueo le recorría el cuerpo, iniciando por su estómago hasta expandirse a la punta de sus dedos, incluso invadiendo esa parte baja, prohibida, según términos de su madre.

 

Cuando el reloj del pasillo tocaba la una, Taemin regresaba todo a su lugar, como si nunca nadie hubiese estado ahí, y después se marchaba a su habitación, con el corazón acelerado y la mente imaginando fantasías que jamás podrían ser cumplidas.

 

 

 

 

 

Los cambios en Gwiboon continuaron, siendo cada vez más visibles, tanto que el resto de la gente comenzó a notarlos, pero Taemin seguía sin descubrir el origen de aquello.

 

Fue una noche calurosa en que lo descubrió todo, y la verdad le resulto más cruel de lo que su infantil corazón podría soportar.

 

Nunca le había pasado por la cabeza, no, nunca lo había tomado como una posibilidad. Nunca había descifrado esas sonrisas tímidas en el rostro de su madre, ese color rosado en sus mejillas y mucho menos las miradas furtivas que se dedicaba con Minho cuando le llevaba las camisas limpias y bien planchadas.

 

Pero un día los vio, primero en el cuarto de lavado, donde Minho estaba abrazando a su madre, repartiendo besos en las mejillas de su madre. El golpe de realidad le pego aun más fuerte, cuando los vio en el baño.

 

Ambos estaban bajo el chorro de agua, Gwiboon contra la pared, convertida en una masa gimiente, murmurando el nombre de Minho como un mantra, y el mayor embistiendo contra el cuerpo delicado, diciendo cosas que Taemin no alcanzaba a comprender, o que quizás no quería comprender. Quería cerrar los ojos, apartar la imagen de su mente, no, Minho no, por favor, pero los gritos de su madre le devolvían la realidad, el sonido de piel contra piel, no, por favor no, deténganse.

 

Se retiró de forma tan silenciosa como había llegado.

 

 

 

Los días que le siguieron fueron la peor tortura para él, el humor de su madre había mejorado tanto que ahora cantaba mientras atendía la pensión. De repente el aroma de Minho le pareció repulsivo, no deseaba olerlo, no quería escuchar su voz ronca, no, por favor.

 

Incluso una noche en la que Minho saco su guitarra y comenzó a cantar, todos salieron de sus cuartos atraídos por el sonido de la música. Nunca se había visto tanto movimiento y vida en la pensión, hasta su madre se había parado a bailar, obligándolo a levantarse también, pero él no quería, así que se retiró dejando que bailara sola en el centro, dando vueltas, perdida en su propio mundo.

 

 

 

La mañana antes de la “desgracia”, todo marcho con normalidad, Gwiboon se fue al mercado en busca de viveres y el resto de la gente se marchó a sus obligaciones o simplemente permanecieron callados en sus cuartos. Taemin avanzo por los pasillos, sin darse cuenta había llegado al último a cuarto, a su cuarto.

 

Empujo la puerta abriéndola, dejando que un poco de luz se colase en la oscuridad de la habitación, una fina línea. El cuerpo delgado se introdujo en la habitación, hasta colocarse frente al hombre que dormía plácidamente, se despojó de sus ropas y retiro con suavidad la sabana que lo cubría.

 

Subió una pierna sobre las caderas fuertes hasta colocarse a horcajadas, Minho seguía sin despertar, con cuidado, trazo el abdomen marcado, las piernas fuertes, hasta llegar a su hombría, la tomo entre sus dedos delgados, masajeándola, apretándola hasta que quedo completamente erguida.

 

Saboreo lo caliente de la piel, la dureza aterciopelada, Minho apenas y emitía sonido alguno, alzo sus caderas y posiciono el miembro duro sobre su entrada, deslizándose con cuidado, introduciéndola poco a poco.

 

Las lágrimas resbalaban sobre sus mejillas, el dolor era insoportable, pero era todo lo que estaba esperando, todo lo que necesitaba, ese calor llenándolo, ese placer.

 

—Gwiboon— murmuro Minho, sus manos se posaron hasta tocar las caderas de Taemin, aunque el menor deseaba que fuera su nombre el que escapara de esos labios, se sentía feliz, aun si esto era lo único que pudiera obtener, el hombre que amaba y con el que quería hacer el amor, murmurando el nombre de su madre, su madre de nuevo quitándole lo que más quería.

 

Se inclinó suavemente para poder besar a Minho, sus labios faltos de experiencia, delicados e inocentes se posaron sobre los gruesos. Soltó un jadeo cuando Minho alzo las caderas, golpeando cierta parte de él, pero de repente todo paro.

 

El aire dejo de circular, y el crujir de la cama que era provocado por sus movimientos dejo de oírse, sintió como el cuerpo de Minho se tensó bajo el suyo, y lo supo, la ilusión se había roto.

 

Minho se incorporó violentamente, abriendo los ojos de golpe. El cuerpo sobre el suyo no era el de Gwiboon, no, este era un cuerpo más frágil. Y entonces distinguió la cabellera rubia, y esos ojos infantiles, lo aventó con fuerza en el suelo.

 

—¡Niño perverso!, enfermo— se vistió de manera rápida, antes de que los demás entraran a la habitación, atraídos por el sonido seco que había causado el golpe de Taemin y los gritos de Minho.

 

Incluso Gwiboon que había regresado se encontraba en la habitación, observando sorprendida a Minho semi- vestido y a su hijo desnudo sobre el suelo, sollozando.

 

 

 

Taemin fue mandado a un internado fuera del país, Minho y Gwiboon decididos a olvidar el suceso se casaron un par de años después. Pero a pesar de que Gwiboon decidió olvidarlo, Minho no pudo.

 

Lo intento por años, pero su mente volvía a ese chiquillo de cuerpo frágil, a su cabello rubio que brillaba bajo la luz del sol y de sus ojos cafés que desprendían un brillo especial.

 

Su obsesión comenzó a ir más a allá, poco a poco, robaba fotos que Gwiboon mantenía guardadas, Taemin de bebe, en sus fiestas de cumpleaños, pero la más preciada era aquella que tomaron un mes antes de que lo mandaran lejos.

 

Se escabullía al cuarto antiguo y robaba ropa del menor, la escondía bajo su cama y en las noches cuando Gwiboon dormía plácidamente a su lado, la olía, intentando recordarlo.

 

Incluso cuando hacia el amor con Gwiboon, pensaba en él, en la fragilidad de su cuerpo, en esos labios rosados sobre los suyos. Deseaba verlo, deseaba darle explicaciones, y su momento llego en el cumpleaños número 21 de Taemin, este por fin tenia edad suficiente para salir libremente del internado, así que lo primero que hizo fue a visitar a su madre.

 

Pero no fue solo, al parecer llevo a su novio, Kim Jonghyun, un militar recién egresado.

 

Espero pacientemente todo el día, el momento en el que por fin pudiese hablar a solas con él. Y llego, cuando el sol comenzaba a esconderse, y todas las nuevas habían sido contadas.

 

Taemin se ofreció a lavar los platos, y Minho lo siguió hasta la cocina, tomándole por el brazo y obligándole a girarse.

 

—Perdóname, perdóname— Taemin frunció el ceño confundido

 

—¿Minho-hyung de que hablas?

 

—Perdóname, nunca quise llamarte de esa forma, no estaba pensando— pero Taemin lo miraba extrañado, no entendía nada

 

—Hyung, yo no sé de qué hablas

 

—De aquella tarde Taemin, nunca quise empujarte, ni gritarte. Dios, te amo tanto, siempre te he amado desde aquella tarde

 

—¿Cuál tarde?— Minho retrocedió negando con la cabeza, Taemin no recordaba nada de aquella tarde calurosa

Notas finales:

¿Que tal? Creo que me quedo decente, no como queria, pero bueno, pudo quedar peor.

Noticia: si lees mi fic "El Mejor Lugar del Mundo" no estoy segura de poder actualizar este fin, razones pues mi mudanza, no tendre internet, pero! hare todo lo posible, aun asi escribire el capitulo & aunque tenga que ir a un ciber, lo subire, pero no garantizo nada. Por favor tenganme paciencia si no puedo.

Muchisisismas gracias por su paciencia...

Ah sobre "It's War" ya casi tengo el segundo capitulo, pero recuerden que estas actuas seran regulares hasta que mi primer fic finalice, pero aun asi hare lo posible por actualizar

De nuevo gracias por su paciencia... (: 

Si les gusto o no, hagan sabermelo por medio de un review. Recuerden son amor!

 

DATO REAL: 9 DE CADA 10 PERSONAS QUE DEJAN REVIEW EMM...MINHO LAS "VIOLA" EN UN RINCON LOL(Como si fueran a resistir XD)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).