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Gil de la selva por minima

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II

Ramas rotas en las copas de los árboles, un extraño rastro de hojas ligeramente chamuscadas, pero no había fuego o ceniza que dieran señales de una fogata, eso era extraño.

Siguió explorando los alrededores, esto no había sido hecho por ningún animal de la selva que el conociera, tal vez uno de los grandes, aunque no explicaba las hojas chamuscadas, no, esto no era originario de la selva… quizás… ¿de más haya?

Siguiendo en su exploración encontró otro rastro, más pequeño que seguía entre los árboles y maleza de la jungla, no sería la misma creatura, o cosa que había roto las ramas de las copas de los árboles, pero quizás estuviera relacionada.

Motivado por la curiosidad decidió seguir este rastro, podía ser una de las tribus que conocía, o algún extraño.

Algo le decía… que ese día sería interesante.

*+*+*

No sabían cuánto habían caminado pero sentían como si ya llevaran una eternidad en esta espesa selva, ellos eran apenas un adolecente y un perro genéticamente alterado, cierto era que han vivido muchas aventuras, pero eso no los calificaba para este tipo de expediciones, hombres más fuertes y osados habían entrado a estos confines de esta espesa selva y jamás se les había vuelto a ver, y aunque parecían que tenían una extraordinaria suerte y habilidad para salir de problemas, también la tenían para meterse ellos solos para meterse en ellos.

La habían pasado tranquilo todo ese trayecto de viaje, con excepción de los mosquitos y demás insectos ponzoñosos, mas esto no podía durar mucho tiempo.

Aunque no podían ver el cielo, la poca luz que se colaba por las hojas aún les permitía ver por donde pasaban, esto cambio en apenas un minuto, el cielo azul empezó a llenarse de nubes, y poco a poco estas oscuras comulaciones de gas y agua crearon una gruesa capa que impedía la luz del sol.

-Duke… ¿Qué horas son?-

-Pues deberían ser apenas la una de la tarde, y este lugar se está empezando a poner tan oscuro como boca de lobo, se supone que esta selva es densa, pero no imagine que fuera tanto… o podría ser-

Una gota cayo justo en la punta de la nariz del perro, y no tardo en mirar al cielo, o más bien, a la cúpula de plantas y árboles que los cubría para sentir más gotas caer sobre su rostro peludo.

-Lluvia-

-Ya me di cuenta amigo, me sorprende un poco que esas hojas no dejen pasar tanto sol pero si deje pasar un poco de lluvia-

-Creo que deberíamos buscar refugio-

-Es solo un poco de lluvia-

-Tú en serio deberías ver más documentales amigo, por algo la llaman selva húmeda-

-¿Entonces que sugieres? ¿Buscar una cueva? ¿Subir un árbol? ¿Cubrirnos con una hoja grande como paraguas?-

-Sea lo que sea debemos hacerlo rápido amigo, me da mal presentimiento-

-¿Por qué?-

-Tú lo dijiste hace rato, estas hojas apenas dejan pasar algo de luz, y si está empezando a dejar pasar esta lluvia significa que es mucha, realmente mucha-

-Si tú lo dices, busquemos un lugar seguro entonces, ¿alguna idea?-

-Creo que en estos momentos un lugar que nos resguarde un poco de la lluvia estaría bien, por el momento la idea de las hojas gruesas nos servirá, son casi tan grandes como un paraguas-

-¿Cuánto crees que dure la lluvia?-

-No tengo idea, espero que no mucho, de por si es difícil moverse en este lugar, agregar a la ecuación lodo resbaloso y pegajoso, lo cual no es tan malo sino fuera porque estamos en una misión, y lluvia, tal vez encontrar la orquídea antes de la cinco de la tarde sería muy difícil-

-El mapa dice que está relativamente cerca, pero llegar a esas tontas flores es un verdadero fastidio-

-Cuando regresemos a casa me hare un rico café-

-Yo iré directamente a comprar el nuevo videojuego para una maratón de juegos-

-Eso también suena bien-

El muchacho y su perro siguieron avanzando, Duke había tenido razón, la lluvia era mucha y reacia, y si quizás hubiera visto más documentales, hubiera sabido que ese canto inmenso de ranas que se escuchaba alrededor de ellos, significaba más que solo mucha lluvia, un verdadero monzón, un diluvio, los esperaba.

*+*+*+*+*

El canto de las ranas empezó a inundar la selva, todos los animales empezaron a refugiarse, aves, monos y demás creaturas ya acostumbradas a los cambios radicales que se experimentaba en esa tierra se preparaban para la venida del agua.

Lástima, con el agua del cielo perdería el rastro, más de eso se podría preocupar luego, el también debía buscar refugio hasta que pasara la torrencial lluvia, el árbol en el que estaba bien, ya ahí varias aves de vividos colores le hacían compañía, y había aprendido con los años que se debía escuchar la sabiduría de los hermanos animales, por algo podían sobrevivir también en este lugar.

Tal vez si tenía suerte después de que dejara caer agua del cielo podría saber que era lo que estaba siguiendo desde hace rato.

*+*+*+*

Los hechos que se suscitaron en un par de minutos fueron tan inesperados para nuestros protagonistas que no pudieron hacer nada para defenderse, es lo que normalmente pasa cuando te enfrentas a un terreno desconocido, con poca información y experiencia en el, más si la naturaleza no está a tu favor.

Estaban en un terreno bajo, una pendiente imperceptible para ellos que estaban en el suelo, no presentaría mayores problemas de los que ya se enfrentaban, pero ahora con la lluvia ocurre lo que quizás muchos han visto en sus ciudades, la gravedad hace efecto con el agua que se acumula en terrenos altos, en los techos cae por los bordes, como el agua que empieza a escurrir en chorros de la copa de los árboles, en el suelo puede llegarse a estancar y crear charcos, estos, si se acumulan en un terreno alto que tiene una pendiente a continuación, llega a cierto punto en que el agua sigue su flujo por la pendiente.

Es cuando ves aquel pequeño riachuelo en la orilla de la calle, algo que sin lugar a dudas por cual sea su tamaño sin lugar a dudas alguna vez hace recordar al cauce de un rio, por lo que verlo en la naturaleza es familiar, al igual que mucho más grande.

Primero fue un pequeño camino de agua, uno chiquito, paso imperceptible frente a ellos, ensordecidos por el constante golpe de las miles de gotas contra las hojas de los árboles y demás plantas.

Mas en esta selva cambiante, todo ocurre rápido.

Quizás si estos hubieran estado más experimentados en este terreno se hubieran percatado que las plantas en ese lugar estaban ligeramente inclinados, como avisando que algo pasaba con ellas con frecuencia, en este caso, que una corriente fuerte de agua pasaba con frecuencia.

Pequeños detalles que solo con la experiencia son fáciles de identificar.

Ellos no tenían esa experiencia precisamente en ese terreno.

Por lo que cuando toda esa cantidad de agua que bajo de repente al lugar donde se encontraban choco contra ellos, los agarro totalmente desprevenidos.

Cuando una fuerza en movimiento golpea a un cuerpo en reposo, a menos que la fuerza con la que es menor, esta permanece en su ligar, este no es el caso.

De repente estaban siendo golpeados por un rio salido de la nada.

-¿Pero qué?-

-¡Johnny sujetarse de algo!-

-¿Qué ocurre?-

-¡Algo realmente malo!-

-¡DUKE!-

-¡JOHNNY!-

Sujetarse de cualquier cosa es difícil, el lodo, el agua y el mismo musgo que crece en algunas plantas y piedras provoca que las manos resbalen, la fuerza arrolladora de la naturaleza los ataca con toda su majestuosidad.

Oh que bella y caótica puede ser esta, no es lo mismo que opinan nuestros protagonistas, que en el medio del terror, gritos e intentos desesperados por mantenerse a flote y agarrar a cualquier objeto para detener su avance, una serie de maldiciones e impropios resuenan en sus mentes nada propios para un perro y un niño.

La mayoría de estas malas palabras, como probablemente dirían los padres de Johnny, están dirigidas a sus queridas no tan queridas pelirrojas gemelas.

Que curiosamente en estos momentos, por si alguien se lo pregunta, están viendo cómodamente en el sofá de la sala de su casa una película para adolecente muy estereotipada, con musical, el galán, un muy buen galán protagonista, y una trama melosa y tonta, quizás nada propio para unas supuestas genios, o pero claro, no hay que olvidar que son hormonales adolecentes.

Claro, mientras ellas descansan cómodamente, su hermanito y perro enfrentan un susto de muerte.

Regresemos a nuestros pobres protagonistas que no pueden hacer nada para defenderse, es solo suerte que no hayan terminados estampados contra un árbol o más golpeados de lo que están, ahora se encuentran muy separados, quizás unos dos metros son los que los separan.

Una distancia que en otras circunstancias no significarían nada, pero ahora es algo que decidirá lo que vendrá.

Su separación en esa selva desconocida.

-¡Estira tu mano Johnny!-

-¡No te alcanzo!-

-Vamos Johnny, hemos salido de peores, ¡Tú puedes!-

Trata, realmente trata, es quizás uno de los mayores esfuerzos de su vida, pero no lo logra, son los segundos más fatídicos de sus cortas vidas.

De repente llegan a una bifurcación, y esa separación de dos metros se convierte en decenas, y estas aumentan y aumentan, antes de esto, antes de que más agua, lodo y maleza estorben sus vistas, observan el rostro de su amigo y el terror en sus ojos.

~*~*~*~

Sigue la lluvia, regalo del cielo que puede terminar en azote castigador para el desprevenido.

Lejanos recuerdos lo embargan, también con paisajes de lluvia, hay personas, rostros que ahora son un recuerdo borroso en sueños, como mirar bajo el agua.

Había cosas que no había aquí, personas, más personas, y poco verde.

Ahora se dedica a observar las aves a su alrededor, esos recuerdos le llenan de nostalgia, ahora debe de pensar en otras cosas como en la cosa que dejo ese rastro o que debería ir al rio, sería un buen día para comer pescado.

*~*~*~*

-¡Cof cof cof!-

Duke está cansado, a pataleado como loco para mantenerse a flote, esquivo un par de ramas y troncos que de golpearlo lo hubieran dejado muy magullado, no sabe que trago más, lodo o agua, y lo más importante, se muere de la preocupación por no saber dónde está su mejor amigo.

La lluvia ha aminorado, aun así sus secuelas aún continúan, ha logrado aferrarse a un pedazo de tierra, no la más firme pero está afuera de ese rio que no sabe si es uno que ya estaba ahí o es parte del que apareció de repente.

Definitivamente las cosas que pidieron por este trabajo no lo valen.

Por un largo momento pensó que terminaría ese día en el cielo de los perros.

Pero está vivo, a duras penas, pero vivo.

Planear y ordenar sus prioridades.

Primero debe encontrar a Johnny, mochila, su mochila… no está, bien, no está equipado, pero aún está equipado naturalmente, es un orgulloso ejemplar de perro, un perro de ciudad, pero un perro con agudos sentidos e instintos, tiene que creer en uno mismo, lo encontrara y luego saldrán de aquí.

Y cuando salgan, definitivamente regañara a ese par de pelirrojas o hará algo muy feo después de tomar su café.

Johnny debe estar en algún lugar, vivo, algo magullado pero vivo sin lugar a dudas, es el muchacho con más suerte que conoce, imprudente y hasta torpe también, pero su suerte es innegable también.

Debe estar en alguna parte, solo tiene que encontrarlo, y lo hará.

Después de todo él es su perro, su mejor amigo, y debe estar igual de asustado o más sin él a su lado.

*~+~*

Con fuerzas que no sabía que tenía se ha logrado aferrar a un tronco que flota, la corriente es algo rápida y turbulenta pero no le dificulta mantenerse a flote.

-Estúpidas flores y selvas, la próxima vez no hago trabajo de campo-

Si es que había una próxima vez.


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