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Amor de memoria por IchirinNoHana

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masashi Kishimoto.

 

-         Oi, Naruto.

-         Hmmm… cinco minutos… más.

-         ¡Naruto!

-         Shikamaru… ¿Por qué me golpeas? – Se quejó el rubio, aún somnoliento – Estaba durmiendo…

-         Rayos, y tú te quejabas de que Tsunade-sama dormía en el trabajo.

-         Esto es diferente ’tebayo.

-         Es lo mismo, dobe – El hokage volteó hacia la ventana con el ceño fruncido.

-         Tú deberías estar en una misión, teme.

-         Heh, ya terminé – Dijo con aires de grandeza el Uchiha – Usuratonkachi.

-         ¡Oi, Naruto! – Exclamó el usuario del kage mane, quien estaba siendo completamente ignorado.

-         ¿Sucede algo, Shikamaru?

-         Esto – El muchacho le entregó un sobre.

-         ¿Qué es?

-         Una carta desde el País del Demonio.

-         ¿Shion? ¡Creí que se había olvidado de mí! – Sonrió con los ojos brillantes.

-         Tú te habías olvidado de ella – Murmuró Shikamaru.

Sasuke apretó los dientes viendo la reacción del rubio.

-         Shikamaru – El mencionado se volteó y éste le lanzó un pergamino – El reporte de la misión – El otro asintió.

El azabache le dio una última mirada al emocionado hokage, y desapareció sin decir nada. Estaba molesto.

Y más que molesto con el Uzumaki, era molestia consigo mismo. Molestia de no poder ignorar aquellas estúpidas sensaciones que aparecían en todo su cuerpo cuando veía la sonrisa del actual hokage. O las náuseas que le daban cuando alguna mujer le coqueteaba descaradamente.

Las odiaba. A todas. Ya que se acercaban a Naruto sin preocuparse de que se viese raro. Porque sería bastante inusual que un hombre se acercara al rubio con otras intenciones que no fuesen más que de amistad. Raro… pero no imposible. Él, personalmente se había encargado de algunos pervertidos. Y que quede claro, era solo su trabajo como guardaespaldas, ¿No?

Suspiró pesadamente antes de entrar en la restaurada mansión Uchiha.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que fuese llamado de vuelta a la oficina del sexto. ¿Qué querría ahora el cabeza hueca?

Se alejó de la mansión saltando por los tejados y llegó con rapidez, posicionándose en la ventana de la habitación. Y al ver la escena que se daba, supo que no auguraba nada bueno.

Naruto. El hokageNarutoUzumaki estaba atado de pies a cabeza en su silla, gritando como un demente.

-         ¡Te digo que me sueltes, Shikamaru!

A su lado, se encontraba su nombrado secretario, y frente a ellos estaban Kiba y su perro, Neji y el gay de Sai. Bueno, ése término utilizaba Sasuke en lo que se veía como su copia barata; él no tenía idea acerca de la sexualidad de aquel moreno de tez pálida. Pero de que era bastante rarito, no había duda.

-         Qué se supone que es todo este lío…

-         Tsk, Naruto quería irse por su cuenta hacia el País del Demonio.

-         ¡Suéltame! ¡Shikamaru!

-         ¡Ya te dije que no! – Suspiró perdiendo la paciencia – Eres el hokage ahora, no puedes andar por ahí sin protección – El Uzumaki, como un niño pequeño, le enseñó la lengua enfadado.

-         Me sé cuidar solo.

-         ¿Está hablando alguien que fue atado a su propia silla? Anda Shikamaru, que tengo mejores cosas que hacer, ¿Para qué fui llamado?

El Nara bufó fastidiado. Otro que tenía una actitud de mierda.

-         Naruto ha sido invitado a la inauguración del primer festival de primavera del País del Demonio. Ustedes cuatro serán sus escoltas.

-         ¡Me niego! ¡Absolutamente, me niego! – Chilló Naruto forcejeando contra las cuerdas.

-         Vete a dormir, dobe.

-         ¿Eh?

Los demás vieron horrorizados, cómo uno de los mejores ninjas de la aldea, noqueaba al hokage en la nuca, para dejarlo inconsciente.

-         ¡Oi, Sasuke!

-         Saldremos cuando se despierte, ¿No?

Shikamaru asintió.

-         Mientras tanto, pueden preparar sus cosas para el viaje.

Los demás asintieron mientras desaparecían en una nube de humo.

 

El poseedor del Sharingan estuvo listo en poco tiempo. Tomó sus cosas y caminó tranquilamente por las abarrotadas calles de Konoha. El clima era bastante cálido, y el cielo estaba despejado, aunque el calor no era sofocante como solía ser en verano. Él odiaba el verano.

Un par de mujeres de avanzada edad le quedaron mirando, y cuchichearon algo a sus espaldas.

Sasuke estaba acostumbrado a eso, pero seguía siendo incómodo, ya que no sabía qué era lo que hablaban tanto los aldeanos cada vez que lo veían pasar. Y también estaba esa gran incógnita de por qué no recordaba nada después de la batalla contra Gaara en los exámenes Chunnin. Ahora era un Jounin de elite, y quizá muy pronto sería un Anbu; desde que despertó en el hospital de emergencia construido después de la destrucción de la aldea recordaba todo, pero de ahí hacia atrás eran solo lagunas mentales.

Cada vez que le hacía alguna pregunta al Hokage, a Tsunade, o a quien quiera que fuese, todos le decían lo mismo: Un accidente mientras peleaba, un golpe en la cabeza y listo, había olvidado la mitad de su vida.

Sin embargo, él sabía que algo le ocultaban, además de que Naruto jamás había sido bueno fingiendo no saber nada.

-         Sasuke-kun.

Sakura. La siempre infaltable SakuraHaruno. Su psicópata personal. ¡Por favor! ¡Ino había superado esa estúpida obsesión con él! ¿Por qué Sakura aún le profesaba su amor? Y que no le salga con cuentos de que realmente estaba enamorada, era solo porque él era una simple cara bonita.

-         Supe que irás al país de Shion junto a Naruto – El azabache no se detuvo y siguió su camino, seguido por la muchacha de cabellos rosados – Y antes de que te vayas, quería decirte que…

-         Lo sé Sakura.

-         Ah… Yo, esto… Sasuke-kun – Carraspeó sonrojada - te amo.

-         ¿Terminaste? – Preguntó con fastidio mientras la chica asentía – Estoy ocupado – Dijo antes de desaparecer en una nube de Humo.

Siempre era la misma historia. La Haruno le decía eso cada vez que él salía de la aldea, y sinceramente lo tenía más que aburrido. Quizá llegaría un día en el que terminaría por decirle que le gustaba su compañero de equipo y quién sabe, puede que lo deje en paz.

Por primera vez, desde que sabía que lo que sentía por Naruto iba más allá que una simple amistad, se planteó el hecho de hacerle saber eso a alguien más. ¿Qué diría Sakura si se enterase? Probablemente se desmayaría o gritaría que eso era imposible.

Sonrió maliciosamente. Un día de esos debía ponerlo en práctica.

-         ¡Sasuke-teme! – Volteó a ver al rubio que corría tras de él agitando la mano - ¿Dónde te habías metido? Ya nos vamos.

-         Parece que ya se te olvidó todo el jaleo que armaste para que no te acompañemos.

-         Si – Sonrió – Es que si no van conmigo, Shikamaru estará en problemas, y no quiero que eso suceda.

Ahí iban otra vez aquellas náuseas. ¿Por qué tenía que ser tan malditamente tierno el idiota cabeza hueca?

Fingió ignorancia mientras caminaba hacia la salida de la aldea, seguido de Naruto que no paraba de hablar de Shion y el bastardo que había despertado de la tumba con todo su ejército de zombis.

Apretó la mandíbula. ¿Quién era esa tal Shion? ¿Y por qué le entusiasmaba tanto al rubio el hecho de verla de nuevo? Miró de reojo al Uzumaki que sonreía bobamente, y decidió que sin importar el tipo de mujer que pudiese ser, no se interpondría entre él y Naruto. No importaba, aún si la única forma de evitarlo era confesar sus sentimientos hacia el hokage.

 

 

Notas finales:

Hi hi!

Hola :) Soy nueva aquí en los fanfics de esta serie jaja, soy más conocida por escribir fanfics de Prince of tennis, sin embargo, estoy incursionando en otras como KHR! Y Naruto :B

Este es el primer capítulo de una historia que tendrá para largo. Espero que les haya gustado ^^

Jaa Ne!

IchirinNoHana.


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