Lo siento.-Dice el-. Realmente estoy enamorado de Máster, no puedo seguir en esta relación, no mintiéndote…Perdóname Gakupo.
¿Lo sientes?...¿en verdad lo sientes?, ¡parece que no te conociera maldito imbécil!, ¿¡ tienes alguna idea de lo mucho que te amo!?, siento que me deshago en millares de pedazos esparcidos, quiero matarme pero no en frente tuyo, quiero llorar pero no puedo, quiero matarte y aun soy incapaz porque sigo sintiéndome profundamente enamorado, sigo adorando toda tu bella esencia…Así que solo por escuchar de nuevo la cadencia de tus palabras que me tortura…yo.
-¿Pero que estas diciendo?, no te entiendo ni una palabra Kaito-. Mi frase tiembla en un gran dolor.
- No lo hagas mas difícil, por favor entiende que estoy…Estoy rompiendo contigo.-Dice el apartando su mirada.
¿Difícil?, ¿tu sabes que es difícil?, entonces ayúdame para entender como dejar esto atrás, como abandonar tu risa y tu llanto, tus gritos y tu canto ¿Cómo voy a librarme del aroma que flota en mi habitación cada vez que llueve?, ¿Cómo evitar que la alta marea frente a mi ventana retuerza mi corazón por tu culpa? Si me amaste dímelo… ¿Cómo se supone que salga de esta?...Mi corazón siente que pierde el sentido, y te veo distante, te veo borroso …Y es que una de mis lagrimas ha corrido mas lejos de lo que mi voluntad por no quebrantarme, que me perdone mi dignidad, la sigue otra igual con perfección de pétalo salado, me niego a que me veas así.
-Lo…Lo siento.- Digo disculpándome sin aparente culpa y secándome las prófugas lagrimas por la mala.
-Gakupo-. Dices y me torturas porque odio que hagas eso, porque amo que digas mi nombre-.Gakupo-. quiero gritarte que si no me quieres no digas mi nombre, no lo digas pero de pronto tomas la mano con la que me quitaba las lagrimas, de pronto la besas y yo te observo aguantando con el clamor de mi corazón, yo odio ese gesto tan tuyo conmigo porque lo amo...Te odio tanto….porque te amo demasiado…Es todo y se ve escrito el punto final cuando en ves de tu sonrisa de gato me encuentro dándome de cara con tu fría anestesia dolorosa que empezó por un “lo siento”…Es todo y no puedo contenerme, alargo mi brazos intentando alcanzar la galaxia distante en la que te encuentras y te abrazo como solía hacerlo en aquellos días de lluvia y mar, pero esta vez no danzamos, esta vez me clavas un puñal y te alejas.
-Kaito…No hagas esto por favor…Me…Muero.- Sale de pronto de mis labios.
-Gakupo-. Dices con ese odioso gesto amado, insoportable.-Lo siento, adiós.
Siento tu beso, tu ultimo beso y reconozco de memoria su azul sabor, su amargo color, el frio de tu ser, reconozco tu aroma y de pronto se me caen las fuerzas y aunque quiero aferrarme a ti hasta ahogarte, te suelto…Siento tus labios separándose de a poco, veo tus zapatos porque quiero que mis ojos sean la ventana de mi alma y vallan donde ella, y allí esta mi alma…En tus zapatos.
Los pasos tan azules y tan tuyos se alejan lentamente y pronto están tan lejos que incluso veo el borde de tu abrigo que se agita con el helado viento y te me escapas.