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El Día Cero por Luna Bouchard

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Notas del fanfic:

Este fanfic es realmente una historia original, cualquier parecido a algún anime es mera coincidencia [lo digo enserio casi no veo yaoi aunque me encanta] y está escrito en primera persona y en forma de novela por lo que avanzara lento, no espereis ver enseguida sexo salvaje o tierno, todo a su tiempo, así que espero que les guste y no duden en ponerse en contacto conmigo para cualquier duda, aclaración o sugerencia.
Los quiere su amigo... Luna Bouchard

Notas del capitulo:

-Aztoire: Ciudad imaginaria, era un lugar al que yo iba cuando me sentía infeliz, era mi "escape" y me pareció bien ponerle así a la sede de esta aventura.

-Narnia: Es una saga de libros sobre un mundo que se encuentra dentro de un ropero.

-La divina comedia: es un poema épico escrito por Dante Alighieri, habla sobre como un hombre baja a los circulos del infierno purgando su pasado y recatando a su amada.

 

Desperté transpirando tenia los mechones de pelo rosa pegados a la cara y hechos una maraña, las imágenes de sangre estaban aún golpeándome los ojos, lance un grito ahogado y me tape la boca enseguida, encendí la luz y mi respiración se fue relajando hasta normalizarse, me baje de la cama nervioso y corrí al cuarto de baño donde abrí las llaves de flujo del agua y deje que cayeran aun heladas sobre mi cuerpo, tome jabón y comencé a tallarme los brazos y manos desesperadamente con ganas de quitarme cualquier rastro de evidencia, al terminar, me di una ducha, duro más de lo que imaginaba, cerré las llaves y tome una toalla que para mí eran gigantes,
Tome una silla pequeña, me subí en ella para verme en el espejo, seguía siendo aún muy pequeño, para mis 19 años era demasiado bajo, más bien enano, eso me deprimía, hice muecas frente al espejo tras lavarme los dientes, y miraba mis facciones finas, delgadas (¡y enanas joder!) y algo femeninas, analice mis grandes ojos rosas para ver si no había aun rastros de mi sueño en ellos, al ver que no, me acomode el pelo en mi coleta improvisada y me decidí vestir con esa ropa de colores extravagantes que va bien con el tono sin vida de mi piel, tome mi mochila con dificultad, cada vez parecía pesar más, me la colgué en la espalda y me imagine en lo ridículo de la situación: un chico peli-rosa de 1.45 cargando una mochila que era básicamente tan grande como el, suspire, y me dispuse a salir de casa, camine por el hermoso e inmaculado vecindario que jamás se perturbaba, el cielo estaba despejado y me pareció deprimente, camine a la parada a esperar el bus, cuando llego ese camión amarillo me subí y tome asiento.

El bus hizo un par de paradas antes de irse directo a la universidad, al llegar todos bajaron y me espere como siempre al final para poder bajar, Mire el grande y plateado instituto de Aztoire, hoy empezaba la segunda etapa de universidad y aun no conseguía amigos, todos se alejaban del duende rosa, camine hacia el aula 104-Q el aula de Literatura, entre y puse dos libros sobre el asiento y después me senté, me sentía ridículo cuando lo hacía pero nadie me notaba nunca, saque un cuaderno me derretí sobre la mesa y me puse a dibujar y hacer garabatos, mis nuevos y antiguos compañeros entraban al aula y yo sin poder contener el aburrimiento casi me quedo dormido.

Una voz interrumpió mis ensoñaciones, una voz conocida, ni levante la vista de donde estaba, mirando a la ventana escuche como todos tomaban sus lugares y escuche que varios se comenzaron a pelear por un asiento, al final alguien se sentó y dijo.

-¡Ha! ¡Te toca junto al enano rosado!

Casi me levanto al oír eso pero preferí ignorarlo, sentí como alguien se sentaba a mi lado en la mesa doble, me fui quedando dormido y entonces sentí un dedo tocar mi cabeza, le di un manotazo, varios se rieron, volvió a tocar mi cabeza, le di otro manotazo, la tercera vez le tome el dedo y lo intente doblar levante la cabeza y el profesor estaba frente a mí con su dedo capturado por mí.

-Perdón –fue lo único que alcance a decir mientras me ruborizaba sintiéndome idiota, solté su dedo y guarde su mano en su bolsillo, me puse ambas manos junto a la boca y lo mire.

-Si tiene tanto sueño creo que podría salir a dar un paseo para despejarse –dijo el profesor.

Estaba por debatir cuando mire su cara y por el bien de mi calificación obedecí, salí y corrí como poseído hacia la cafetería, donde tome una silla y me senté al aire libre contemplando las nubes, compre algo en la cafetería y tras una hora de comer e investigar la razón de la vida vi a mis compañeros de literatura salir, y el chico que odiaba se me acerco, lo vi caminar hacia mí con paso decidido, me baje de mi silla con afán de huir del lugar, pero me alcanzo.

-¿¡Adrien!? –Escuche a su voz de chico alto, de pelo básicamente rubio y ojos azules, delgado y atlético, voltee con cara de pocos amigos tratando de forzar una sonrisa –¿Si eres Adrien verdad?

-Si –Respondí entre dientes- ¿tu cómo te llamas?

-William –El también forzó una sonrisa y me di cuenta de que él estaba tan feliz hablándome como yo de que me hable- ammm… el profesor me pidió que te diera la tarea, soy tu… -dudo- tu compañero de mesa.

-¿Tu? –Sentí como la sangre se me agolpaba en la cara y asentí tirándome el pelo en la cara para que no se me notara lo rojo que me había puesto-.

Me extendió una pequeña hoja con su ortografía que era muy buena para semejante pedazo de torpe y acto seguido escapo, me fui a mi siguiente clase en la que estaríamos viendo anatomía celular, a la cual no le preste atención pues miraba su caligrafía perfecta, terminando la clase el profesor nos habló sobre una posible excursión que nos serviría como practica de campo, al terminar siguieron las clases y yo estaba sin más gusto por estar ahí pues todo me parecía algo aburrido y yo aún tenía sueño, por fin terminaron las clases y con grito de júbilo salí de mi aula, entonces se me callo un papelito, lo recogí y era la tarea, puse mala cara y me dirigí a la biblioteca, mire la tarea que era la “Divina comedia”

-Dante –Susurre y camine por los pasillos, vi el estante alto y me monte sobre los entrepaños para mirar, el libro no estaba, me baje de ahí y mire de nuevo, “D” debería estar ahí.

Puse mala cara y me fui en dirección a la bibliotecaria con ceño fruncido entonces escuche que alguien me hablo.

-¡Adrien!-se escuchó no muy lejos.

“Oh no, esa voz no”

Voltee y William se encontraba en una mesa con un libro abierto, sonreí de mala gana y me acerque, cuando llegue mire rápido el libro y vi la palabra “Aqueronte” ahí supe que él tenía el único libro de La Divina Comedia.

-¿Haces la tarea? –le pregunte.              

-Sí, creo que tome el último, ¿Quieres que lo hagamos juntos? –pregunto al último claramente incómodo.

Casi me sonrojo pero me eche el pelo a la cara con mi clásico movimiento de cabeza y me senté a su lado.

-“Canto V: Así bajé del círculo primero al segundo que menos lugar ciñe,  y tanto más dolor, que al llanto mueve.  Allí el horrible Minos rechinaba…” –Leyó el metiéndome mágicamente a la historia que en hojas se plasmaba, cuando menos me di cuenta caí dormido teniendo sueños con luchas contra los pecados capitales.

Un movimiento me despertó y al abrir los ojos vi que ya estaba en el bus, me levante de golpe y me maree, una mano me alcanzo y me puso de nuevo contra el respaldo del asiento.

-¿Pasa algo? –Pregunto William.

-¿Cómo llegue aquí? –Contraataque yo.

-Tú me lo pediste en la biblioteca.

-¿Cómo?

-Medio dormido, no pesas nada.

Me sonroje y esta vez él lo noto.

-Hey, no pasa nada, me queda de paso a mi casa, de hechos e podría decir que somos vecinos.

Lo mire ciertamente enojado, y vi que estábamos llegando a mi parada, me levante y el tras de mí, el bus se detuvo y baje sin esperarlo, el me alcanzo.

-Adrien, ¿No quieres el libro? No escuchaste toda la lectura ya que te dormiste así que pensé que podrías leerlo en tu casa.

Quería responder pero mi pie se atoro en una pequeña zanja del parque de Aztoire y caí, intente levantarme pero me dolía de forma inconmensurable, lance un graznido y se me agolparon las lágrimas en los ojos.

-Joder Adrien ¿¡Estas bien!?

“Si, que va, solo me lance al suelo ya que se veía muy cómodo” pensé.

-No te puedo dejar irte así a tu casa- Dijo él.

-Yo puedo –me moví el pie y casi grito.

-No, no puedes –paso sus brazos alrededor de mi cuerpo y me levanto en vilo.

No soportaba la vergüenza pero me constaba que no podía caminar, le fui indicando como llegar al edificio donde vivía, al llegar el me quito la llave y el la metió, al entrar encendió la luz y vio mi hogar color Aquamarine, yo casi me sonrojo por los posters que tenía en plena sala, el me dejo en el sillón pero con la torpeza del mundo me piso el pie, grite.

-Oh discúlpame –suplico.

-Déjalo así, gracias, ya te puedes ir.

-¿Y tus padres? –pregunto.

-Vivo solo, ellos me están rentando este lugar, todavía hay dos recamaras sin usar pero no creo que nadie más llegue.

-Me miro.

-¿Vives solo?

-Pues eso dije, y si eliminamos el mundo mágico de Narnia que guardo en mi ropero, si, vivo solo.

¿Porque soy tan grosero? Luego recordé porque lo odiaba y puse mala cara.

-Vale, discúlpame, ya me voy, ¿Necesitas algo antes de que me vaya? –dijo.

-No gracias.

Dejo la divina comedia sobre la mesa y se salió.

Después de que se fue, me puse en fachas, estaba en ropa interior solo con una chamarra cómoda y grande de conejo, me puse el gorro que tenía sus orejotas y me puse a dar saltos sobre mi pie bueno por toda la casa preparando algo de cenar y arreglando mis cosas, empezó a llover afuera y la luz se fue, encendí varias velas que distribuí por zonas específicas de la casa para poder ver, puse mi cena sobre la mesa y comencé a comer, mire el reloj, 12:45, tome el libro de la divina comedia y releí mis cantos favoritos, cuando alguien aporreo mi puerta, solté un grito y me escondí tras un sofá, tome al señor bigotes, mi conejo de peluche, me acerque a la puerta cojeando mientras volvían a tocar, tome un cuchillo de la cocina y me dispuse a abrir la puerta, con la mano en la perilla dude un segundo y luego la abrí de golpe, alce la vista y un trueno ilumino la cara de William, estaba empapado y respiraba entrecortadamente.

-Hola Adrien, ¿Me puedo quedar contigo unos días?

Notas finales:

Si estaban esperando yaoi en este primer capitulo retened vuestras hormonas, mis querid@s lectores, si habra yaoi, tal vez muy hard, pero esto en si esta escrito en son de Novela, asi que tiene una trama estructurada, esperad, comentad, compartid y seguidme si os ah gustado...
Saludos... Luna Bouchard


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