PROLOGO
Tenía el volumen de la música al máximo, disfrutaba de su… ya larga caminata hacia la escuela; su nueva escuela.
Realmente estaba feliz de haberse mudado.
Después de lo que había pasado definitivamente era lo mejor que le venía, además aquí no se toparía con el estúpido de…
Se vio interrumpido por el fuerte sonido del claxon de un carro, asiéndole notar que había cruzado la calle sin darse cuenta.
miro hacia ambos lados de la calle teniendo la sensación de que se encontraba un poco perdido, según recordaba la señora a quien le había preguntado la dirección de la escuela le había indicado que se encontraba a tan solo una cuadra de donde el vivía.
Pero ya llevaba más de veinte minutos caminando y no daba con la escuela, tal vez la señora le había jugado alguna broma.
-vieja bruja -pensó enojado.
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El timbre que daba inicio a las clases había sonado; todos los alumnos se encontraban ya dentro de sus salones.
-oooooí Luffy, adivina que he conseguido – grito un chico de nariz larga al entrar al salón.
-¡¿Qué conseguiste Usopp?!
-prepárate Luffy porque he conseguido nada más ni nada menos que… -Usopp hizo una pausa dramática y se acerco a su amigo.
-QUE¡?, QUE¡?, USOPP QUE ES¡?. -Luffy estaba desesperado por saber que era lo que había conseguido.
-conseguí la edición limitada de los piratas del Grand line. -dijo en el momento en que sacaba una revista de su mochila.
Luffy no tenia palabras, su boca se había abierto a su máxima capacidad y sus ojos brillaban de la emoción.
De repente, la puerta del salón se abrió y un hombre de cabello morado entro.
-Maaa~ buenos días a todos, tomen asiento por favor -se acerco al escritorio que se encantaba en medio del salón y encima de este dejo su portafolio y algunos papeles.
Todos se sentaron de inmediato, ha excepción de uno, que aun seguía con la boca abierta.
-Maaa~ joven, por favor tome asiento -dijo dirigiendo se a Luffy, que se encontraba en un estado de transe -jeje si, profesor– dio media vuelta y tomo su lugar.
-bueno. Ya que todo el mundo se encuentra en donde debe estar, maaa~, me presentare- se dirigió hacia la pizarra y escribió con letras grandes- soy el profesor Iceburg. Yo impartiré la asignatura de carpintería.
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Corría a todo lo que le daban sus piernas, apenas había logrado entrar a la escuela. Había tenido que tomar un camión que lo dejaba en frente de esta para poder llegar a tiempo, ahora el nuevo problema era encontrar su salón; según el papelito que le había dado su tutor su salón era el C-9.
Por donde debía empezar a buscar, la escuela era demasiado grande por lo que podía ver, se dividía en tres bloques de edificios, cada uno de 3 pisos. Eso representaba un problema.
No tenía mucho tiempo como para buscar de salón en salón así que buscaría en el primer edificio, suponía que era el edificio de los estudiantes de primer año
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-profesor.- levanto la mano para que supiera quien le hablaba
Iceburg dejo de escribir en la pizarra y se giro para ver quien le llamaba
-si dime… ¿Sanji?
- si, Sanji. Me daría permiso de ir al baño?
-Sanji- se quito los lentes que llevaba y miro al chico- debería saber ya que el reglamento indica que los alumnos deben permanecer dentro del aula hasta el final de la clase y que las salidas están restringidas únicamente a la hora de descanso o de cambio de maestro.
Quería patearle la cara en ese mismo instante al profesor, pero tenía que contenerse.
Maldito reglamento, pensó furioso
-pero es una emergencia, de verdad- suplico
Iceburg se quedo callado por un momento y observo al joven, parecía que decía la verdad
- está bien, solo por ser el primer día de clases le daré permiso. Pero que no se repita- dijo en tono severo
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Malditos edificios parecían más un laberinto. Ya llevaba un buen rato buscando el salón y este no aparecía.
Realmente no había empezado el primer día con el pie derecho, primero la vieja bruja le había dado mal la dirección de la escuela y ahora no encontraba su salón.
Había pensado en pedir indicaciones a cualquiera que se le cruzara en el camino, pero como rayos lo aria si todos los pasillos estaban vacíos. Desiertos, era la mejor forma para describirlo.
Suspiro cansado.
Tal vez debería regresar a casa y llama…
Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de unos pasos.
…¡!!Pasos¡¡¡ - pensó asombrado -pasos= persona que viene caminando- dedujo rápidamente. Y se sintió aliviado por fin podría encontrar su salón.
De los baños iba saliendo un chico de cabello rubio.
-oí, disculpa podrías decirme donde se encuentra este salón?- se le acerco, mostrándole el papel
- a claro- tomo el papel que le ofrecía el chico, y lo observo detenidamente por un segundo- que salón buscas?
Se le hacía extraño que tuviera el pelo verde, según recordaba el famoso reglamento prohibía el cabello teñido, y más de ese tipo de colores
- el C-9
- ¿¿el C-9?? Estas seguro – Sanji lo miro, que raro los salones solo llegan hasta la numeración 7, pensó extrañado
- si, mira hay lo dice en el papel- señalo el papel que tenia Sanji
Y por primera vez Sanji puso si mirada sobre el papel
-…pfff...- tuvo que evitar las enormes ganas de reír- pero mira que eres idiota
- ¡¡¿HEE?!! Que dijiste cejas de sushi – aquel comentario le molesto bastante, quien se creía ese sujeto para hablarle así
-¡¡¡¿¿ COMO??¡¡¡ Mira idiota con césped en la cabeza no es mi culpa que no sepas ni leer. El salón que buscas ni siquiera existe- realmente le había sacado de sus casillas. Sanji se consideraba una persona paciente
-hee? Como que no existe si en el papel dice…
- ah¡ maldición¡ termina de escuchar- tenía unas enormes ganas de golpearlo hasta dejarlo callado, definitivamente este tipo sacaba lo peor de el y apenas si lo conocía
Respiro hondo, para calmarse
-mira, tu no encuentras tu salón porque has estado leyendo el papel al revés, el salón que buscas no es el C-9, sino el 6-C
Su cara se volvía roja, y la sintió arder, que tonto se debía ver.
- lo…lo siento- agacho su rostro
Al ver esto a Sanji se le esfumo su enojo, pobre el de seguro es nuevo y yo tratándolo así
- mira es el mismo salón en el que yo voy- se rasco la cabeza- vámonos juntos, así ya no te pierdes
- claro, gracias- se sintió un poco más tranquilo, realmente se había sentido como un completo idiota cuando le dijo que el papel lo estaba leyendo al revés
Fue por sus cosas que había dejado recargadas en la pared, y siguió al rubio hacia el salón
Al llegar se enfrentó con un maestro muy molesto por su tan impuntual llegada
- Qué hora cree que son estas de llegar a clases?
- Bu…bueno, es que…yo…
- Es que usted, que?- estaba realmente molesto, que falta de respeto el haberle interrumpido a mitad de su clase
- Es que yo soy nuevo y…y.. me perdí…- se sentía un poco avergonzado por el hecho de haberse perdido siendo tan sencillo el llegar al salón
Iceburg lo miro fijamente, y suspiro cansado
- Está bien, solo por ser el primer día de clases y porque usted es nuevo; lo pasare por alto. Tome asiento
Zoro sonrió aliviado, se sentó en la única banca que se encontraba sola
-Hola~,soyMonkeyD.Luffy.CualestunombrevienesdeotraciudadcuantosañostienesPorquetupeloesverde?.teembarraslosmocosenelcabelloyporesoesverde?
Zoro quedo realmente asombrado, en el momento que se había sentado en la banca aquel chico había comenzado a hablar como si se le fuera la vida en ello.
- ah?...com…?!...!NO¡! QUE ASCO¡ idiota. Este es mi color natural - la única pregunta que fue capaz de entender
- Jajajajajaja, ya veo. Y como dijiste que te llamas?
- No te lo dije, tonto. me llamo Zoro- que chico más extraño era ese, si se detenía a observarlo parecía un mono, no paraba de moverse en su lugar, se movía de un lado al otro, realmente un chico energético e inquieto
- Ya lo decidí
- El que?... – lo miro extrañado, nunca se había topado con nadie así, pero no le molestaba
- Serás mi mejor amigo de toda la vida, shishishi- sonrió radiante con aquella declaración que acababa de hacer totalmente seguro
- ¡!!Hee~¡¡¡ no decidas cosas por ti mismo
El sonido de un libro golpeado contra el escritorio fue lo que dio por terminada aquella conversación
- Bueno, si los dos mejores amigos de toda la vida ya dejaron de hablar.- la voz irritada de Iceburg corto toda comunicación, dio un largo suspiro cansado de las interrupciones que le ocasionaban los alumnos.
Y sin más esperas las clases continuaron.
Después de lo ocurrido en la mañana, el día transcurrió bastante tranquilo; a la hora del almuerzo Luffy le presento a mas compañeros, entre ellos Ussop, Nami y Sanji, aun que a él ya lo conocía.
Las clases habían finalizado y se preparaba para marcharse
-hey Zoro- Luffy le veía emocionado- ¿quieres venir a mi casa a comer?
Se quedo observándole, pensando si era una buena idea el ir a comer con él, aun que si lo pensaba detenidamente, en estos momentos no tenía nada de comer, lo único que encontraría en su casa seria un pan duro y eso si tenía suerte.
- Cla…- el timbre de su celular lo interrumpió, tenía un nuevo mensaje – perdona, espérame un momento Luffy
- Si, no hay problema, tu contesta
Al leer el mensaje Zoro no pudo evitar sorprenderse, volteo a ver a Luffy con cara de culpabilidad
- Lo siento Luffy, no podre ir – tenía que irse corriendo para su casa
- Ho, bueno…está bien- se notaba que Luffy había entristecido por su respuesta, era un chico fácil de leer, no escondía lo que sentía
Tomo sus cosas y se dirigió a la puerta de la salida, y se giro para ver a Luffy quien seguía cabizbajo
- Oye Luffy, tal vez otro día pueda ir- le sonrió al ver como de inmediato Luffy volvía a sonreír de oreja a oreja.
Después de eso salió corriendo a toda velocidad para llegar a su casa, que rallos hacia esa idiota aquí, pensaba bastante molesto
Iba tan sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta que un chico venia doblando la calle, su cara choco de lleno contra el chico, haciendo que perdiera equilibrio y diera contra el piso.
-lo siento mucho, no te vi- se disculpaba el chico contra el que había chocado, este le extendió una mano para ayudarlo a levantarse- enserio perdona
-gracias. Pero a sido culpa mía venia distraído- tomo su mano y se levanto, en ese momento pudo observar mejor al chico que viéndolo bien, no era tan chico, tendría como unos 22 años, aun que sus pecas le hacían verse más joven
El tono de su celular volvió a sonar, recordándole el por qué tenía tanta prisa.
-perdona me tengo que ir, tengo prisa- le dio un ultimo vistazo a aquel muchacho y salió corriendo en dirección a su casa.