Capítulo 1.
-¿Qué tal este, o tampoco te gusta?, Hey! Loki, te estoy hablando! –
Frigga se llevo ambas manos a la cara y dio un largo suspiro, llevaba más de 2 horas intentando comprarle ropa a su hasta hace poco único hijo, la cosa no se había dado tan fácil como ella pensaba, después de 10 años se había reconciliado con su esposo y acordaron volver a vivir todos juntos, como una familia otra vez; ella los había visitado varias veces antes, su relación con Odín ya llevaba estable 7 meses cuando acordaron convivir, Thor era realmente un encanto, Frigga aún no caía en felicidad al ver lo bien que había crecido el mayor de sus hijos, la ultima vez que lo vio fue en la navidad en que Thor tenía recién cumplidos los 7 años, y ahora con 17 años, era un joven realmente apuesto y encantador.
“Thor es agradable, simpático, caballero, es todo un galán, deportista, capitán del equipo de Rugby de su escuela, además medio campista en el de Football, entrena todos los fin de semana, va al kempo karate los sábados, descansa en casa junto a su padre los domingos.
Thor es amigo de todos, el chico más codiciado en su escuela, sale con chicas por montón, una cita cada viernes, pero hasta ahora, solo una, llamada Jane Foster, lo tiene enganchado por su dulce y carismática sonrisa, te caerá muy bien ella también!”
-Thor es esto, Thor es aquello, ¿puedes dejar de contarme lo genial que es?, gracias a ti las ganas de vivir solo incrementan. – resopló Loki, molesto mientras se probaba un canguro simple verde, y sacaba un poleron estilo americano negro.
-Cariño, ya son las 11, quedamos en almorzar todos juntos a las 12, apúrate, tu padre nos espera. –
- Él no es mi padre, y su hijo tampoco es mi hermano- contestó el pelinegro apenas su madre terminó la oración, la mujer indignada lo miró y amenazó con un tono poco típico en ella.
-No quiero volver a escuchar eso Loki!, tenemos otra oportunidad de ser felices y tu actúas como un antipático!, es lo único que sabes hacer?, amargarme el día?! Ni siquiera son las 12 y tu ya estás molestando a todos!, por favor, háceme un favor y al menos sonríe cuando estemos allá!, ahora paga eso y nos vamos! – Frigga le pasó la billetera y partió hacia el estacionamiento - Si realmente soy una molestia, entonces no me lleves. – resopló el menor y se dirigió a la caja con sus compras.
Se mantuvo en silencio todo el viaje, aunque no fue tan largo como el creía, los 35 minutos en el auto los pasó escuchando música en su reproductor, Frigga insistía en conversar un poco para subir los ánimos, le repetía lo feliz que estaba por volver a empezar mientras el sólo respondía con monosílabos o máximo un ‘Oh, ya veo’.
-Por favor amor!, sonríe, realmente no te agrada la idea? – Frigga miró nuevamente a su copiloto, el cual yacía demacrado a su lado, mirando por la ventana.
- No es eso, es que – Loki suspiró y la miró- Son un par de extraños que entraran a nuestra vida y a ti parece no afectarte madre.
-Claro que no mi amor, no son unos extraños, simplemente, hubo un gran malentendido. – Frigga miró hacia adelante mientras recordaba el ‘Por qué’ de su ruptura, Loki aún no entendía lo que había pasado, Frigga siempre evitaba el tema. – Pero!, ya lo superamos!, ahora saldremos adelante los cuatro, y necesito. –Continuó hablando la mujer, haciendo énfasis en el ‘necesito’.- Que todos cooperemos, si no trabajamos todos juntos esto no nos llevará a nada, confía en mí Loki, esto te hará bien, necesitar socializar con alguien, siempre estas solo, Thor te hará bien.
-Me pregunto. – Inquirió Loki, mirando a su madre, la cual lo observaba curiosa de su pregunta.- Me pregunto, madre, por qué tú y el señor ‘ese’ se divorciaron hace tantos años.
- Pero mira!, que soleado esta el día!, me encanta!, prendamos la radio y cantemos.- Loki observó sorprendido a la mujer, la cual sin dar la respuesta a su pregunta cambio abruptamente el tema, como si fuera sacrilegio hablar sobre aquello.
- Madre, te e echo una pregunta, ya basta de cambiar de tema. – El menor molesto apagó la radio y miró con el seño fruncido a Frigga, la cual no sabía como o qué responder, para su suerte, doblando a la esquina llegaban a su destino, Frigga suspiró, apagó el motor y miró al azabache que aún exigía una respuesta.
-Muy bien, ahora baja las cosas y sonríe!. –nerviosa bajó del auto y comenzó a sacar las bolsas, Loki en cambio subió el cierre de su poleron y cubrió su cabeza con la capucha que lograba taparle hasta los ojos.
-Frigga! Que alegría verte!. – Una profunda voz de hombre llegó hasta los oídos del trigueño, el cual alzó la cara para ver a quien se enfrentaría, vio a un hombre que no sobrepasaba los 40 o 50 años, alto, bastante maceteado y con un semblante tranquilo.
-Hola, Loki.- se dirigió el ‘extraño’ hacia su persona y sonrió amable.- ¿Cómo estás?, yo soy Odín. – Acto seguido extendió su mano en señal de saludo.- Hola. – fue casi como un susurro, solo Odín alcanzó a oírlo ya que estaba frente a él, Frigga solo vio el movimiento de labios en la cara de su hijo, y esperó a que este le hablara un poco más, pero nada, Loki solo atinó a responder el saludo y callar.
-Oh…Pasemos, adentro Thor esta esperándonos con una deliciosa barbacoa!.- Odín le dedico otra sonrisa y tomó las bolsas que Frigga traía.
-Vamos Loki, por favor. – suplicó Frigga temiendo que el otro huyera en el acto.
- Sí, claro, permiso. -