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Incrédulo y nerd, pero así me gusta por pandita_chan

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Notas del fanfic:

Es un fic antiguo, está beteado *-* ¡Milagro! 

Notas del capitulo:

No tengo nada que decir, salvo: 


Se supone que esto debí publicarlo el día del cumple de Kai  ;n; pero no pude :c 

Cuando les confesó a sus amigos quien le gustaba, recibió burlas y más burlas de su parte. Buenos amigos los que se gastaba, se burlaron de él por haberse enamorado del nerd del colegio, pero era sólo eso, un nerd, porque Kai no era feo, era sólo un poco tímido, y por sobretodo una enciclopedia con patas…

 

Nunca supo cómo fue que empezó a sentir esas cosas por él, si ni siquiera estaban en el mismo curso, pero no era una explicación a sus sentimientos lo que quería. Lo que él deseaba era vencer su propia timidez y decirle a Kai sobre sus sentimientos, he ahí las burlas de sus amigos otra vez…

 

—¿Tienes miedo de declararte a la enciclopedia sonriente?— le preguntó uno, con evidente tono de burla

—No le digas así— defendió

—¿Qué tan difícil puede ser declarársele a un nerd?— preguntaba otro de sus amigos con una pose exageradamente pensativa

—No lo sé, pero no creo que sea difícil, ha de ser primera vez que le pase— respondió el otro aguantando la risa

—¡Pero si él no es feo!— seguía defendiéndolo

—En eso te doy la razón, tiene un cuerpo de maravilla y una sonrisa preciosa— lo apoyó otro de sus amigos

—Pero el problema es… —seguían molestando— ¡Es un maldito nerd!— gritaron dos al unísono

—¡Malditas sus abuelas, estúpidos!— les gritó y se fue del lugar

 

No era primera vez que lo sacaban de quicio con el tema de Kai. ¿Tan malo era ser nerd?; él mismo era un chico estudioso, pero con la diferencia de que tenía amigos y no estaba acompañado de libros y más libros todo el tiempo. Aún así el chico le gustaba, y quería decírselo, pero todas las burlas recibidas por parte de sus amigos hacían eco en su cabeza, y lo disminuían, aún sabiendo que nada de lo que decían era cierto…

 

Tratando de ignorar a más no poder las burlas de sus amigos, esperó paciente a que se le diera la oportunidad de hablar por primera vez. Apenas se le cruzó en el camino lo tomó del brazo, haciendo que el chico se sobresaltase por la acción…

 

—Perdón— se disculpó nervioso

—¿Se te ofrece algo?— preguntó Kai tanto o más cohibido que él

—Necesito hablar contigo— le dijo

—Te escucho— contestó

—Pero aquí no, ¿puede ser en otro lugar?— pidió

—pareció pensarlo un poco y miró el reloj en su muñeca— Ahora no tengo tiempo pero si de verdad necesitas hablar conmigo, ¿Nos podemos juntar después de la escuela?— preguntó, de verdad llevaba prisa

—Está bien— respondió un poco más aliviado

—Dime dónde— le pidió

—En la plaza que esta atrás de la escuela a las seis de la tarde— respondió

—Está bien, nos vemos entonces Nao— y se fue

 

¿Cómo le había dicho?. ¡Lo llamo por su diminutivo! Eso era algo que no llegaba a entender el chico, ¿Cómo Kai sabia que así le decían?. Ellos nunca antes habían hablado, nunca antes habían coincidido en clases, talleres, exposiciones, mucho menos en una fiesta. Se quedó con la duda toda la tarde, anduvo en las nubes y poco le interesaba la clase. Las burlas y los regaños que recibió, el sólo quería irse rápido, para poder llegar a su casa, arreglarse para luego juntarse con Kai. A penas tocó el timbre de salida, tomó su mochila y corrió hacia el exterior de la sala dejando a sus amigos con la palabra en la boca, una vez fuera del colegio corrió hacia su casa, donde en tiempo record se vistió y salió…

 

Llevaba tiempo de sobra, pero pasó el tiempo en una tienda donde compró un regalo para él, no era muy detallista ni tenía mucha idea de esas cosas por lo que no escogió ni flores, ni chocolates, ni peluches. Él compró algo útil, más para alguien como Kai. Era un lápiz; tampoco era uno cualquiera, pero ya lo había comprado y no podía echarse atrás, en cuanto pagó; guardó el regalo en su bolso con mucho cuidado y fue rumbo al lugar donde había quedado de juntarse…

 

Faltando cinco minutos para las seis de la tarde Kai había llegado al lugar de encuentro. Jamás se detuvo a pensar en qué sería lo que Nao tenía que decirle. Él solo había ido porque, porque… La verdad no tenía idea de porqué estaba allí sentado en la banca esperando a un chico que con suerte sabía cómo le decían, pero había algo que le decía que debía estar en ése lugar. Esa extraña sensación de que algo bueno te pasará, pero él no sabía qué esperar de Nao, tampoco quería esperar algo de él, sólo quería saciar esa bendita curiosidad para que ese hormigueo en su estómago lo dejara en paz de una buena vez…

 

Nao llegó a la hora justa, viendo la maravillosa vista que la plaza le ofrecía y al parecer con quién debía juntarse no había llegado aún,  iba a pasar de largo cuando de pronto sintió que alguien le tomó del brazo tal como él había echo en la mañana con Kai… Abrió sorprendido sus ojos, al ver que, quien lo sostenía era ese chico nerd, tímido que solía esconderse tras libros y un uniforme demasiado holgado para su esbelto cuerpo. Estaba ahí frente a él con una sonrisa en el rostro y muy bien vestido…

 

—¿Qué tanto me ves?— preguntó Kai cohibido frente a la mirada persistente de Nao

—Lo… lo siento, es que no te había reconocido— respondió sorprendido aún

—Bien Nao, ¿Qué es lo que quieres decirme?— preguntó curioso

—Un momento, ¿Cómo sabes que me dicen Nao?— trato de desviar un momento el tema para darse valor

—La verdad, ni siquiera recuerdo bien cómo lo supe, creo que fue por los gritos de tus amigos— dijo mirando sus manos como tratando de recordar el momento exacto

—Ya veo— respondió

—¿Ahora si me dirás?— volvió a preguntar

—Sí, ahora te digo—

 

Pero más palabras que esas no salieron de su boca. No se sentía capaz de decir algo, estaba nervioso, pero Kai era un monumento a la paciencia y esperaba callado y expectante a que él se decidiera a hablar, una que otra mirada se dedicaban de vez en cuando, aun en silencio, pero la situación no era incómoda al menos no del todo, la tensión para ambos llegó después; cuando las palabras por fin salieron atropelladamente de la boca de Nao…

 

—Kaitúmegustas— dijo todo junto y sin respirar, poniéndose rojo al instante

—¿Es broma verdad?— preguntó Kai a punto de reírse

—Nao solo negó con la cabeza—

—¿Por qué?— volvió a preguntar

—Y Nao sólo pudo encogerse de hombros—

—Linda respuesta —dijo sarcástico— vine a perder el tiempo contigo, es imposible que yo le guste a alguien, nunca nadie me había dicho algo así, y no te creo lo que me haz dicho— respondió enojado

 

Sin mediar palabra alguna más con su interlocutor, Kai se paró de la banca y se fue. Vaya que tenía su genio el nerd, pero tenía sus razones, esa baja autoestima que siempre lo había acompañado lo hicieron incapaz de creer las palabras de aquel chico. Nunca nadie se había fijado en él; siempre las palabras de amor que escuchaba eran las que debía llevar de mensaje para los pocos amigos que tenía, aquellos amigos que sí tenían un gran atractivo, no como él un nerd con poca gracia y poca pinta –aunque había demostrado lo contrario- definitivamente Kai estaba escéptico ante las palabras dichas por Nao, más aún si no supo responderle…

 

Por su parte Nao había quedado de piedra a ver a Kai irse sin decirle nada y por demás bastante enojado, pero él mismo había tenido la culpa de todo aquello, si tan sólo hubiese dicho sus razones, no eran pocas podía haber estado horas y horas diciendo todo lo que le gustaba de él, de verdad Nao tenía muy buenos fundamentos ya que no llevaba poco tiempo tras de él, ya era casi dos años, sino un poco más. Siempre lo había observado a la distancia, viendo cómo se relacionaba con el mundo. Viendo cada movimiento de su cuerpo, podría sonar psicópata, pero así se había pasado todo ese tiempo y cuando por fin de decidió a hablar, resultó que no le creyeron. ¡Más mala suerte no podía tener…!

 

Pasó una semana desde ese episodio y cómo por arte de magia, esos dos se encontraban hasta en el baño, pero ninguno se atrevía a decir algo, Kai seguía molesto y Nao aun estaba avergonzado por lo que había ocurrido…

 

Las burlas por parte de sus amigos cesaron de un rato para otro, al ver que Nao de verdad estaba acongojado, era obvio que el chico les había contado su intento fallido por declararse y eso lo tenía más en las nubes que de costumbre, por lo que sus amigos mostraron el lado bueno y lo encararon pero no con el afán de burlarse, sino más bien para aconsejarlo…

 

—Deberías decírselo de nuevo— acotó uno

—Ya te dije que no me cree, y más encima está molesto conmigo por eso. Definitivamente no lo haré— respondió convencido

—Te ves realmente mal, ¿Tanto te gusta Kai?— le preguntó otro

—No le gusta, está enamorado— respondieron por él

—uno de los que estaba más callados tomó la palabra— Si no cree en tus palabras demuéstraselo con hechos, dale a entender tus sentimientos con acciones concretas— dijo, y todos lo miraron sorprendidos

—No me miren así, yo hablo poco pero digo mucho— les respondió a sus miradas de asombro guiñándoles el ojo

 

Ese sí que había sido un buen consejo, estaba dispuesto a que Kai le creyera no importa cuánto le costase y sin esperar más decidió ponerse en acción, fue directo a su casillero a sacar el regalo que había quedado guardado desde aquel día en la plaza, pero sabía que si se lo daba personalmente Kai no lo tomaría en cuenta, por lo que se lo dejó en la sala de clases, sobre la mesa y una nota escrita por su puño y letra

 

“Vas a creerme, te demostraré que no miento… te amo, Kai”

 

Un mes trató de hacer que le crean ¿Y qué consiguió?... Que Kai le golpeara. Sus amigos no podían creer que el nerd del colegio le haya sacado la mugre, lo dejaron para la historia, y fue en esa situación que las burlas de sus amigos volvieron a hacerse presente en su vida, el pobre Nao se sentía humillado con todas sus letras, no había conseguido nada, ¡Nada!. Y ya se estaba dando por vencido con el asunto, si Kai no le creía y por ende no lo quería estaba dispuesto a enterrar en lo más profundo de su alma aquellos sentimientos que el nerd dueño de su corazón se rehusaba a corresponder, eso era lo que pensaba en esos momentos al finalizar su paliza…

 

El mes que había pasado para Kai había sido de los mejores de su vida. Nao logró trasmitirle sus sentimientos en pequeños gestos día a día, pero lo que más le agradaba era leer esas cartas de ánimos por la mañana en su casillero, las letras plasmadas en un papel por el puño y letra de su pretendiente, le hacían sonreír bobamente, pero ¿Por qué le pego?. Eso era algo que todos los burlescos amigos de Nao querían saber. Kai nunca se vio como una persona violenta, era primera vez en la vida que le pegaba a alguien y más encima lo dejaba en estado deplorable. Vaya suerte de principiante tenía el nerd. Pero la respuesta era más simple de lo que cualquiera se esperaba, en ese mes Kai se había dejado seducir por Nao, le había creído y tenia miedo de aceptar que ese chico haya derribado sus barreras de una forma tan poco convencional, por eso lo golpeó, porque tenía miedo, pero al ver el estado en que Nao quedó se arrepintió al instante…

 

Dentro de la enfermería del colegio estaba el herido y uno de sus amigos junto a la enfermera que no podía creer lo que le contaban, ¿Kai había echo eso? Kaicito, el chico nerd, el de sonrisa linda que tiene pinta de no quebrar un plato, el único Kai que había en todo ese colegio. Nao se retorcía ante cada roce del algodón con alcohol sobre sus heridas –que no eran pocas- mientras su amigo preocupado por su estado lo tomaba de la mano para darle ánimos porque los necesitaba y mucho…

 

Luego de un par de minutos Nao estaba terminando de ser curado, la puerta de la enfermería se abrió estrepitosamente dejando ver a un agitado Kai, despeinado y sujetando la manilla de la puerta…

 

—Necesito hablar contigo— le pidió

—¿No crees que haz echo suficiente daño por hoy?— preguntó el amigo que acompañaba a Nao

—Lo sé —agachó la mirada— pero vine a disculparme

—Déjame solo con él— le pidió Nao a su amigo

—¿Estás seguro?— preguntó preocupado

—Segurísimo— respondió

 

Cómo acto seguido, el chico salió de la enfermería y Kai entró en ella cerrando tras de sí la puerta. Se acercó a paso lento a Nao, con un poco de miedo por su reacción y por lo que estaba a punto de decir…

 

—Lo siento— dijo ocultando su mirada triste de los ojos de Nao

—No tienes porqué disculparte, la verdad yo te hostigué con mis cosas— un par de dedos sobre sus labios callaron esa absurda explicación

—Tú no me hostigaste ni nada de eso, de verdad lamento haberte golpeado, pero tenía miedo por eso lo hice— trató de explicar

—¿Miedo de qué?— habló como pudo mientras los dedos de Kai aún estaban sobre sus labios

—Tenía miedo de admitir que durante todo este tiempo llegué a creer en tus palabras de amor, de admitir que me he enamorado como un loco de ti, no es excusa pero…—

 

No lo dejaron terminar la frase, a penas escuchar esas palabras Nao se abalanzó sobre él y capturó sus labios en un tímido y dulce beso. Beso que fue respondido de igual manera por los labios primerizos de Kai, cómo se les fue acabando el aire se reincorporaron, y se dieron cuenta que habían terminado abrazados sin proponérselo, un fuerte rubor cubrió las mejillas de ambos…

 

—Mi primer beso— comunicó Kai

—¿Quién lo diría? No lo hiciste mal para haber sido tu primera vez— lo molestó Nao

—¡No me digas eso!— chilló avergonzado

—Lo siento, pero eso es algo que adoro de ti, esa cara tan tierna cuando te sonrojas— dijo

—Ya cállate— le exigió

 

Pero Nao no se guardó silencio en ningún momento, y aprovechó esa oportunidad para decir todas y cada una de las cosas que había querido expresar desde un principio, entonces a Kai no le quedó de otra que aceptar, Nao estaba siendo sincero, no se trataba de una broma cruel, ni de un capricho. Él de verdad era el dueño del corazón de esa persona que tenía en frente suyo, por fin Nao había logrado responder ¿Por qué?. Por fin había dicho las razones de por qué ese nerd le gustaba tanto, de una vez por todas esos dos se dejaron llevar por el sentimiento que los inundaba y se dieron una oportunidad de ser felices juntos…

 

Cuando Nao les contó a sus amigos que estaba saliendo con su nerd, el grupo estuvo tentado a reírse, pero al ver que por fin su amigo mostraba una sonrisa tranquila y sincera, lo dejaron en paz. Nao se merecía ser feliz y si era un nerd no importaba, porque era Kai. 

Notas finales:

Gracias por leer~ 


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