Capítulo 6.- La falla en el plan
El rubio salía de la estación de policía dejando a todos igual de confundidos que antes, había aceptado que tuvo sexo con la víctima y de acuerdo a la información proporcionada por Mu y el reporte forense todo encajaría, pero de ser cierta la historia del rubio… quién mató al joven???, la verdad ahora no tenían indicios de nada, no tenían sospechosos y la evidencia en contra de Shaka Mahan era meramente circunstancial, de cualquier manera había emitido una orden de cateo para el departamento del rubio, si existía el anillo del que DM había hablado podrían formar un caso, si no… pues los dejaba a todos en cero, de cualquier manera Afrodita tenía ahora una nueva teoría, la cual involucraba a Mitsumasa Kido… la escena en la morgue no la podía olvidar… había que investigar al dueño de la mansión, el problema era que no tenían causa para ello y el juez les había negado una orden de cateo para sus habitaciones privadas, el mayor era un tipo sumamente influyente y el Comisario no quería problemas con él, le había dicho muy claro a Pietro que no podía darle la orden por una corazonada de un miembro de su equipo, por mas clarividente que sea
Todos estaban frustrados por esto porque la investigación había llegado a un punto muerto, pero aún tenían la última esperanza en el detective Shura que en los precisos momentos se encontraba en la Universidad de Tokio, se fumaba un cigarrillo mientras mantenía su mirada en uno de los edificios de la Facultad de Ingeniería, mas específicamente en el edificio de Arquitectura, estaba esperando nada disimuladamente a que aquel muchacho saliera de clases, y tras estar parado en el sol por mas de media hora divisó a su objetivo que salió del edificio, tenía en sus manos algunos planos y tenía dificultad para llevarlos todos, se le cayeron cuando uno de sus compañeros lo empujó a propósito a tiempo que se le reía y le decía “zorra” haciendo reír a varios muchachos que estaban de pie no muy lejos, el castaño solo suspiró y se agachó a recoger sus planos, eso lo aprovechó Shura para acercarse y darle una mano
- Seiya verdad?, no se si te acuerdes de mi, soy… - el pelinegro se había agachado y tenía en sus manos uno de los planos que el castaño tomó sin mayores miramientos ni modales
- El detective Shura de homicidios, si… me acuerdo de usted… alguna novedad? – el tono del joven era por demás frío
- La verdad no, estamos con el caso varado, necesitamos tu ayuda – Seiya se había puesto de pie y empezó a caminar haciendo caso omiso a los silbidos y demás burlas de sus compañeros de clase
- Ya le dije todo lo que sabía
- Estás muy ocupado?, me aceptas un café? – Shura insistió con una sincera sonrisa
- No me va a llevar a la estación? – el castaño se detuvo y miró con cansancio al mayor que se acomodó las gafas y negó con la cabeza
- No creo que sea necesario, estás helado… necesitas un café – el mayor rozó levemente la mano del joven y le sonrió nuevamente
- Está bien – concedió Seiya – pero no aquí, ya no tengo clases…
- Perfecto, necesitas ayuda con eso?
- Ok.,
Shura tomó tres planos y caminó con el joven hasta su auto que no estaba muy lejos, pusieron todos los materiales y demás cosas que cargaba Seiya en el asiento trasero, el castaño subió al auto, el pelinegro hizo lo propio y juntos fueron a un restaurante de apariencia casera, no muy fino ni muy barato, al entrar todos los empleados saludaron al policía que condujo a su acompañante a una mesa en la esquina
- Le conocen… - Seiya arqueó una ceja
- Si… es mi lugar favorito para comer, tienen unas hamburguesas geniales, las mejores papas fritas de todo Tokio y el pie de manzana como lo hacía mi mamá, no me puedo quejar y no te equivocas, si vengo seguido, si tienes hambre este es el mejor lugar para conseguir algo sabroso y no es muy costoso
- La verdad no tengo hambre – dijo algo incómodo el castaño
- Bueno pero… ya estamos aquí, no te puedes quedar con la duda e irte sin probar la hamburguesa, aunque los aros de cebolla son geniales
- Está bien
- Perfecto
El policía ordenó dos hamburguesas, una porción de aros de cebolla, dos batidos de fruta y dos raciones de pie de manzana, al inicio la conversación no fue muy fluida pero a media comida mas o menos el castaño se sentía mas en confianza y estaba hablando con el mayor sobre el incidente de la caja de Shun y las consecuencias que eso tuvo
- … igual el idiota de Tatsumi me reportó a Mitsumasa y me tuvieron una semana en la otra ala, aún tengo las marcas de los latigazos… odio ese lugar, los odio a todos… - dijo el joven con profunda rabia
- Lo siento… me gustaría poder hacer algo por ti
- No hay nada que pueda hacer por mi… ese fue mi destino, pero no quiero hablar de eso, en verdad están varados en su investigación del caso de Shun? – Seiya cambió el tema y el pelinegro no se opuso
- Nuestro sospechoso mas viable pues… toda la evidencia en su contra es circunstancial – dijo sinceramente el policía
- El último cliente de Shun verdad?
- Si… él dijo que era la primera vez que iba, si te muestro unas fotografías lo reconocerías?
- Tal vez… nosotros no compartíamos clientes, solo había un viejo pervertido que dijo que quería follarnos a todos y… lo hizo… de uno en uno nos fue “alquilando”, ughhhhhh… de solo acordarme… - el castaño se estremeció e hizo una mueca de asco, pero cuando vio la fotografía de aquel rubio que Shura le mostraba meneó la cabeza negativamente, nunca lo había visto, repitió la acción cuando le mostró la foto de Aioria pero al ver la foto de Milo ladeó la cabeza y con el dedo pasó el contorno del rostro del peliazul
- Él… él es cliente de Hyoga, ha ido algunas veces, le hace regalos y esas cosas, pero Hyoga me ha dicho que es inofensivo
- Si… él es el que llevó a los otros dos a la mansión… y ahí acabaron nuestras pistas, pero… tu que vives ahí… sabes de la posibilidad de que alguien altere el funcionamiento de las cámaras de seguridad?
- Que yo sepa no, pero cualquier técnico informático lo podría hacer de saber los códigos
- Cuáles códigos?
- Mitsumasa mando a hacer el sistema de seguridad que hay en la mansión y lo diseñó específicamente para que no tenga fallas, si la cámara principal falla hay una de repuesto que está conectada a una fuente alterna de energía, por eso si hay un apagón o algo así no hay problema porque igual estamos vigilados las 24 horas del día, hay códigos de acceso y esas cosas pero no se como funciona, yo estudio arquitectura no sistemas – el castaño se encogió do hombros y sonrió
- Pues tienes unos compañeros bastante pesados… - ahí le cambió la expresión a Seiya y el mas joven suspiró con cansancio
- Si… lo que pasa es que lo que le pasó a Shun salió en las noticias y pues… ellos asumen que como éramos amigos y siempre íbamos y volvíamos juntos… trabajábamos en lo mismo pero… no se de qué me quejo si no se equivocan no? – dijo el muchacho con amargura
- De cualquier manera no tienes que aguantar sus insultos
- Tengo que hacerlo… no sabes las ganas que tenía de romperle la cara a Sam, pero… no puedo involucrarme en ningún tipo de pelea, puedo resultar herido y eso no es bueno para el negocio
- Osea???
- No puedo tener marcas en mi cuerpo, no golpes, no moretones, peor heridas, me pone fuera de circulación y eso a Tatsumi no le gusta, yo creo que él lleva comisión o algo, se preocupa por nosotros pero no en el buen sentido de la palabra, es un imbécil…
- Y él sabe los movimientos de todo el mundo?, podría él ir por la mansión sin levantar sospechas?
- Cree que él mató a Shun?
- No lo sé… cualquier pista sería buena ahora, por eso necesito tu ayuda, necesitamos saber mas de Shun, Jabú nos comentó que él se escapaba frecuentemente y nunca había consecuencias para él, él dijo que solo tu lo sabías, tu también me lo comentaste pero necesito los detalles específicos
- Bueno… es muy cierto que Shun se escapaba las noches y a veces no llegaba a dormir pero eso lo hacía en sus noches libres, si yo tuviera a donde ir en mis noches libres no las pasaría en la mansión, yo no tengo hermanos cerca, Ikky quería mucho a Shun
- Entonces no sabes si tenía a alguien en su vida, un novio fuera o algo?
- No… eso lo tenemos prohibido, no novios, no amantes, no amigos muy cercanos, nadie que nos pueda armar escándalo o armar revuelo, Mitsumasa es muy privado en sus cosas y no le gusta llamar la atención sobre si mismo, no quiere novios celosos ni nada por el estilo en su mansión
- Pero eso es una vida muy solitaria no te parece?
- Si… pero nada dura para siempre, yo solo quiero acabar de cumplir mi tiempo y largarme para no volver
- Cumplir tu tiempo?, cuánto te falta?
- Voy dos años, me faltarían tres pero tal vez sean menos
- Por qué lo dices?
- Por que mis clientes son… de los peces gordos, usted entiende… - en ese punto el castaño chequeó su reloj y puso los cubiertos sobre el plato y acabó de golpe su bebida, no quería hablarle de sus clientes al policía y para allá se estaba dirigiendo la conversación
- Ohhhh… bueno, si quieres te acerco a la mansión, no vas a ir en bus con todos esos planos
- Gracias detective Shura
- Dime solo Shura y tutéame quieres?, me haces sentir viejo – el mas joven solo asintió y sonrió, en verdad se sentía cómodo con este policía, lo cual dada su situación era en verdad extraño…
El viaje de vuelta a la mansión fue bastante informativo para el policía porque Seiya le contaba varias cosas de Shun, lo que le gustaba comer, lo que leía, lo que veía en la televisión, de sus clases, de sus compañeros de aula, pero en toda esta avalancha de información el detective Shura no encontró nada útil en el caso, de cualquier manera el mayor dejó al castaño frente a la mansión y cuando se fue le dejó de cuenta nueva otra tarjeta para que lo llame si recordaba algo mas, Seiya la tomó y le sonrió sinceramente al policía para luego tomar sus cosas y entrar a su jaula de oro, el detective lo miró ir y suspiró con pena, era un muchacho muy atractivo, inteligente… tenía una sonrisa hermosa y unos ojos muy expresivos, el mayor meneó la cabeza, cómo se le puede ocurrir???, no… eso no podría ser…
Seiya entró en la mansión con una sonrisa en los labios que no fue pasada por desapercibida por Tatsumi que miraba intrigado el auto, qué hacía Seiya siendo tan amigable con el detective que investigaba el asesinato de Shun???, no… eso no era bueno ni conveniente…
Dita estaba de pie frente a la pared de su oficina y la miraba intensamente, DM lo vio y se acercó y cuando entró a la habitación se dio cuenta lo que tenía sumido en sus pensamientos a su pareja
- Te va a dar dolor de cabeza, pestañea de vez en cuando – bromeó el peliazul arrimándose al marco de la puerta
- Pietro… lo quise poner… didácticamente y creo que lo enfocamos todo mal
- Vas a seguir con tu teoría que Mitsumasa tuvo algo que ver?
- No… no creo que sea él, pero… tal vez, tal vez si tenía una relación especial con la víctima, mira… ese es su cuaderno de dibujo y tiene un bosquejo a lápiz de él entre docenas de paisajes, entonces… yo se que es solo una teoría pero que pasaría si las cosas se hubieran puesto serias, Mitsumasa tenía una nieta, tal vez ella se sintió amenazada o algo, que dices tu?
- Como teoría es buena pero no tenemos nada con que sustentar eso, es solo tu criterio y no podemos encarcelar a nadie con tus corazonadas de base – dijo por enésima vez el jefe de equipo
- Pero es una buena teoría – insistió el peliceleste
- No la estoy desmereciendo, solo digo que me la pruebes y yo te apoyaré en todo
- Necesitamos nueva evidencia, esto no está bien, nos falta una pieza del rompecabezas, algo no estamos mirando, algo se nos está pasando, tengo ese sentimiento y no lo puedo evitar
- Tranquilo, piénsalo con cabeza fría… quieres un café?
- Si… tal vez me haría bien…
En la mansión Kido la noche de ese viernes transcurría sin mayores cambios en la rutina, los clientes iban y venían, Tatsumi lo supervisaba todo pero llegó un visitante que estaba ahí por negocios no por placer, era un hombre rubio, alto, de figura imponente que vestía traje, todos allí lo conocían pues era el abogado de su jefe, Radamantys era su nombre y él había sucedido a su padre cuando se retiró en los negocios con sus clientes, así es que fue a trabajar con Mitsumasa Kido, el mayor estaba en su estudio, de pie mirando las luces de la ciudad con un vaso de wiski en la mano, se le notaba la tristeza porque esa semana fue el entierro de Shun, fue una ceremonia bastante sencilla a la que asistió poca gente, su hermano y algunos de los muchachos de la mansión, el rubio al entrar al salón se aclaró la garganta para que el mayor lo tomara en cuenta
- Radamantys… que bueno que viniste, trajiste los papeles que te pedí?
- Si Sr. Kido…
- Muy bien, quiero que dejes todo como estaba antes, quiero que anules los últimos cambios que hice a mi testamento, lo puedes hacer o tendremos que hacer otro?
- No Sr. Kido… tendremos que hacer otro pero traje todo lo necesario, hice un borrador para que lo revise
- Dámelo, te lo devolveré mañana, eso es todo por hoy
- Está bien Sr.
El abogado salió del despacho y caminó por los pasillos de la mansión, al bajar las gradas podía escuchar los sonidos varios de las habitaciones de la tercera y segunda planta, este negocio era por demás rentable, no veía el tiempo en el que lo pudiera llamar suyo…
La mañana del siguiente lunes el detective Shura estaba en la estación cuando recibió una llamada muy interesante, había habido un problema en el campus universitario y uno de los implicados lo había llamado a él, por su nombre y todo, el policía a cargo había estado dudoso de llamar a su superior pero ante la insistencia del joven implicado no tuvo mas remedio y lo hizo, al llegar Shura se sorprendió con lo que vio, estaba Seiya apoyado en el patrullero y estaba esposado, con los policías del campus estaba otro muchacho al que el detective reconoció como aquel que había empujado a Seiya hace unos días y lo había insultado, Seiya sonrió de lado cuando vio al pelinegro bajarse del auto y sacarse las gafas
- Gracias oficiales… podrías soltar las esposas por favor? – dijo el detective recién llegado
- Pero señor… este muchacho agredió al otro – se quejó uno de los policías
- Dije que suelten sus esposas… ahora… - el tono de Shura era calmado pero terminante, Seiya sonrió al escucharlo, al castaño le dio la impresión de “Macho que se respeta”
- Claro… como esta zorra debe pagarle los favores a este policía en especies lo van a soltar verdad?, como yo no doy el culo a nadie ahora el acusado voy a ser yo cierto? – dijo muy grosero el otro muchacho
- Si no te callas pueda que si – dijo Shura muy serio y amenazante al muchacho que se calló al verse en problemas por su gran boca – ahora díganme… que pasó? – dijo esto el pelinegro mirando a uno de los policías que se puso un tanto nervioso
- Bueno… nos llamaron porque aquí estos dos jóvenes se agarraron a golpes frente al edificio de la Facultad, los detuvimos para que se tranquilizaran pero aquel se puso violento – explicó el uniformado señalando a Seiya con la cabeza
- Yo no me puse violento gratuitamente… ese cerdo me escupió y ustedes no hicieron nada – se quejó Seiya con rabia – y cuando reclamé me aventaron contra la patrulla y me esposaron
- Es eso cierto? – Shura arqueó una ceja inquisitivamente a los policías
- No señor… no es cierto… lo esposamos por desacato a la autoridad
- No es cierto, me esposaron porque ese imbécil les dijo que yo soy un cualquiera y que él es el hijo del Decano de la Facultad, por eso me esposaron – repitió Seiya con convicción
- Ok., ok., ok., esto se acaba aquí… tu vienes conmigo – dijo Shura a Seiya - y a ti… si vuelves a molestar a Seiya te encerraré por tres días, a mi no me importa quien sea tu padre pero la semana pasada yo vi como lo agrediste, esta es la segunda vez, si hay una tercera se levantarán cargos en tu contra, está claro? – el muchacho solo asintió pero miró al castaño con profundo rencor, Seiya no dijo nada mas mientras recogía su mochila del suelo y caminó hasta el auto de Shura, abrió la puerta y se subió, Shura lo siguió y arrancó el auto
- Gracias Shura… la verdad no tenía a quien llamar y pues… gracias…
- Mira nada mas como te dejó el idiota ese… no quieres ir a un hospital?
- Claro que no, es solo un golpe sin importancia
- Tienes un raspón en la mejilla que ha sangrado, hay que limpiar esa herida
- Pero por eso no voy a ir al hospital
- Ok., vamos a mi casa entonces?
- A tu casa?, pero es que yo… bueno… al diablo… vamos pues…
El pelinegro llevó al joven a su departamento que era bastante pequeño pero acogedor, lo llevó a la cocina y lo sentó en el mesón mientras le pasaba una motita del alcohol en su mejilla, eso le iba a dejar un morado
- Qué te dijo para que te le fueras encima eh?
- Nada… lo de siempre… insultó a Shun, dijo que la Universidad debería echar a escoria como yo… lo usual – el castaño suspiró al decir esto y bajó la cabeza
- Y que te hizo perder la paciencia esta vez? – dijo Shura levantando el mentón de Seiya para mirarlo a los ojos
- No se… amanecí de mal humor creo yo, au…
- No te quejes que lo estoy haciendo con mucha suavidad, necesitas hielo… - el policía le había puesto la curita y presionó un poco la herida
- Lo bueno es que hoy es mi noche libre, pero mañana Tatsumi de seguro me manda a la otra ala, ahí hay máscaras y cosas… rayos!!!
- Y tienes que volver allí?, no puedes quedarte aquí aunque sea esta noche?
- Quieres que me quede? – Seiya miró al policía que le sonrió, pero no era la típica sonrisa que sus clientes le dedicaban, el detective le sonreía sinceramente, no lo miraba con deseo sino que Seiya tenía la impresión de que Shura solo quería ayudarlo, eso… nunca le había pasado…
- Solo… si tu quieres, mira… puedo ir a traer la cena y podemos ver una película o algo, escápate un ratito de todo y quédate conmigo, solo tengo que ir a la estación a dejar unos papeles y vuelvo con la cena, que te parece?, de paso descansas un rato, pones hielo en tu mejilla… vamos… quédate
- Gracias Shura
Esa noche Seiya se quedó en el departamento del detective el cual fue a la estación, dejó los papeles, revisó sus casos pero por primera vez en 11 años de servicio salió temprano mandando su trabajo al diablo, pasó comprando la cena y se esmeró en eso llevando varias cosas porque no sabía lo que le gustaba a su invitado, sorteó el tráfico con una sensación en el pecho como no la había tenido hace mucho tiempo, fue a casa para encontrar al joven acurrucado en su cama jugando con el televisor, había tomado una ducha y estaba puesto una de sus camisas y unos pantalones flojos de pijama que le quedaban grandes, Seiya había arreglado un poco su departamento y había puesto la ropa en la lavadora porque sus jeans y su buso estaban manchados por la pelea y por que había rodado en el pasto, a Shura le había parecido dulce el detalle de Seiya, luego entre charlas y risas comieron, ahí Shura se cambió para el también estar con ropa mas cómoda y poder acomodarse en el sillón a ver una película en la cual a la mitad el castaño se quedó dormido acurrucado en el pecho de Shura tapados ambos con una manta, al darse cuenta Shura lo cargó y lo llevó a la habitación, cuando el mayor acomodó a Seiya en la cama se disponía a salir de la habitación pero el castaño se volteó y tomó su mano
- No te vayas… quédate conmigo – susurró el joven haciendo un espacio en la cama al dueño de casa que sonrió y se acostó a su lado, Seiya se volteó sin soltar la mano de Shura haciendo que lo abrace por la espalda, el mayor los cobijó a ambos con las mantas y besó el hombro de Seiya antes de susurrar un “Buenas noches”, el castaño sonrió y entrelazó sus dedos con los de Shura y cerró los ojos, así abrazados y muy juntitos se quedaron dormidos