Capítulo 10.- De vuelta al trabajo…
Todo el equipo de criminalística se amaneció analizando el contenido de la caja en cuestión, dentro habían fotografías detalladas, nombres, números telefónicos organizados con la fotografía de cada uno de los muchachos que había muerto, había sido encarcelado o desaparecido misteriosamente al salir de la organización antes de tiempo, inclusive había información detallada de Seiya y Shun, esto fue lo que disparó las alarmas mentales de Saga, si Tatsumi tenía un registro y un detalle de lo que había pasado con fechas, datos y demás información de los asesinatos de los dos muchachos que investigaban, daba a entender que “los accidentes” del resto de muchachos también fueron planeados y al parecer así era por lo que la documentación les brindó, y lo escalofriante del asunto es que había datos de mas o menos cincuenta personas (hombres y mujeres) y el caso mas antiguo era de mas o menos hace 10 años, pero como dijo el detective Shura: “Los crímenes atroces no tienen fecha de expiración, si los condenamos por esto pasarán el resto de sus vidas en la cárcel”, y con este nuevo objetivo el equipo de criminalística con el apoyo de varias unidades de la policía trabajaron hasta lograrlo, fue muy difícil conseguir la información y pruebas para cada uno de los casos pero con la documentación con la que ahora contaban sabían que camino debían tomar
En el caso de los accidentes de auto del mismo puño y letra de Tatsumi se describía la falla del vehículo, quien lo alteró y finalmente como murió la víctima en cuestión, habían fechas, nombres de mecánicos, direcciones, fotografías que ni siquiera la policía tenía del momento en que los autos explotaron, se chocaron o cayeron a los barrancos, obviamente el calvo mayordomo había seguido a los muchachos para asegurarse de su fallecimiento y documentarlo todo, esto a DM le pareció lo mas macabro de todo el asunto, en los casos de los arrestos por posesión de drogas de la misma manera, se detallaba como habían drogado a los muchachos y luego dejado la evidencia, cómo habían comprado a testigos para que declaren en su contra por varios cargos, desde la venta de estas sustancias en escuelas hasta inculparlos de muertes por sobredosis o envenenamiento, cómo en el momento oportuno habían llamado a la policía para que los arresten y demás, pero lo que mas sorprendió al equipo fueron los detalles y las fotografías de los muchachos a los que ahogaron en las piscinas de sus casas o condominios, eran fotos dentro del agua lo que sugería que alguien tenía un traje de buzo o un tanque de oxígeno por lo menos, el cuidado y la planificación de esto para no dejar marcas visibles en sus víctimas, era una escalofriante realidad la que encontraron pero eso fue lo que les dio las armas para acabar con todo y desmantelar la organización entera de Mitsumasa Kido
En los escritos del mayordomo se detallaba a sus cómplices, a sus proveedores, a todos quienes intervinieron y finalmente en cada uno de los casos el calvo mayordomo decía que lo hizo a pedido de su jefe, que el gran Mitsumasa Kido lo ordenó y lo sabía todo…
Con esta nueva evidencia se abrió una nueva investigación lo que permitió poner tras las rejas a Mitsumasa Kido y a toda la organización, fue una época dura para el equipo de criminalística no solo porque trabajaban de sol a sol sino porque eso de enfrentarse a un gánster les ponía presión extra en sus vidas pero la recompensa fue mas allá de suficiente, tras un juicio extenuante que los dejó tanto física como mentalmente exhaustos finalmente pudieron hacer justicia a estos muchachos, a sus familias y acabar con esta red de prostitución, extorsión, droga y asesinatos, luego del veredicto los muchachos fueron liberados de sus deudas a la mafia y pudieron hacer sus vidas, pudieron empezar de cero porque en la mayoría de los casos los muchachos entraron al programa de protección al testigo lo que les permitió empezar una nueva vida lejos de todo y de todos
Una tarde llegó un paquete a la estación de policía, estaba dirigido al detective Shura, el remitente era Jabú, había un sobre pegado el que contenía una nota que decía:
“Detective Omori
Dentro hay algunas cosas de Seiya que pensé le gustaría tener, son algunas fotos, unos cuadernos de dibujo y su cadena con su dije, poco antes de que pasara lo que pasó con él, Seiya me habló de usted, me dijo que le gustaría ser un chico normal para poder enamorarse y ser feliz, que al fin había encontrado a alguien que tenía todo lo que él siempre quiso, entonces por eso le doy todo esto, no se si él significó algo en su vida pero usted si fue importante en la vida de mi amigo, suerte en todo detective Omori y espero nunca volverlo a ver.
Jabú”
Shura abrió el sobre y efectivamente habían algunas fotografías de Seiya que posaba con otros muchachos, aparentemente habían sido tomadas en una especie de día de campo o algo así, se veía al castaño que sonreía junto a sus compañeros, todos lucían despreocupados disfrutando del sol, en los cuadernos de dibujo de Seiya habían muchos dibujos en perspectiva de habitaciones, iglesias y demás cosas, los dibujos eran exquisitos y ahí fue cuando el detective recordó que el joven estudiaba arquitectura, no habían muchos dibujos de personas o animales o paisajes, la mayoría eran edificaciones, puentes y cosas así, finalmente en una cajita de terciopelo estaba una cadena fina de oro con un dije de un caballo alado, el pelinegro tomó el dije en sus manos y sonrió al acariciarlo, Seiya lo único que quería en la vida era ser libre, no le importaba el dinero, no le importaba nada, solo quería ser libre, vaya… este Pegaso en verdad lo representaba… esa tarde Shura fue por primera vez al cementerio y llevó flores a la tumba del castaño, se sorprendió al encontrar a una muchacha que a simple vista debía ser algo para él, era muy parecida a Seiya, la joven al ver al policía acercarse se puso de pie porque había estado sentada en el césped acariciando ausentemente la lápida de Seiya y cuando se puso de pie se limpió algunas lágrimas de su rostro
- Hola… Shura verdad? – dijo la muchacha extendiendo su mano la que el policía estrechó muy confundido
- Si… y tu eres?
- Mi nombre es Seika, soy hermana de Seiya, él… me habló de ti
- Vaya… él no me dijo nada de ti
- Lo se… a él no le gustaba hablar de mi, y no porque no me quisiera, mi hermano… él era todo para mi y en verdad me amaba, si no hubiera sido así no se hubiera esclavizado a la vida que llevaba por mi – dijo la joven regresando a ver la tumba de su hermano menor, su tono denotaba profunda pena
- Tu?, tu eres la razón?, si se lo pregunté pero nunca quiso decírmelo, podrías contarme? – dijo pensativo el policía
- En verdad lo quieres saber?
- Si… en verdad lo quiero saber, quieres tomar un café o algo?
- No… mejor siéntate conmigo y hablamos aquí, frente a él – Seika con la ayuda de Shura se volvió a sentar en el pasto, el policía se sentó a su lado y puso las flores junto a la lápida
- Ok… te la voy a resumir porque es una historia sumamente larga y dolorosa, nosotros nos quedamos huérfanos hace muchos años, yo aún estaba en el colegio y Seiya también, mi padre murió en un accidente hace algunos años y mi madre lo siguió cuando enfermó de cáncer, cuando ella murió nosotros quedamos endeudados hasta la médula por los tratamientos de mamá y su hospitalización porque luego de que murió los del seguro nos dijeron que por no se que detalle técnico mi mamá no tenía derecho a atención médica, por eso perdimos la casa y todo lo que teníamos, nos quedamos prácticamente en la calle y aún así teníamos deudas con los hospitales y los bancos, como no teníamos de donde sacar dinero para poder sobrevivir Seiya de la desesperación porque no teníamos ni que comer y yo no podía conseguir trabajo de nada y él tampoco pues… robó dinero en una gasolinera, por suerte no lo hirieron ni lo mataron en el enfrentamiento pero si lo arrestaron y lo llevaron preso, yo no tenía como pagar su fianza y no sabía que hacer, en ese momento un muchacho igual había caído preso por escándalo en la vía pública pero un hombre calvo y mayor lo sacaba libre, al vernos allí a los dos nos propuso hacer lo mismo, pagó la fianza y nos llevó a su casa
- Un hombre calvo?, Tatsumi cierto?
- Si… Tatsumi, al inicio yo pensé que era un ángel caído del cielo que nos había rescatado pero a los pocos días supimos la verdad y ya no pudimos escapar, Mitsumasa Kido había pagado nuestras deudas con el hospital, con el banco, con todo pero a cambio ahora le pertenecíamos, yo tenía 17 años y Seiya 14, el anciano dijo que apenas yo cumpliera 18 entraría al negocio de la mansión pero Seiya se opuso, él dijo que lo haría por los dos, que trabajaría el doble, lo que sea pero yo no debía ser forzada a esa vida, Mitsumasa dijo que se ganaba mas dinero con los chicos que con las chicas entonces aceptó la propuesta de Seiya, dijo que no era problema esperar a que Seiya sea mayor de edad porque igual iba a ganar mucho dinero con él, yo me opuse, no quería dejar que mi hermano se sacrificara por mi pero Mitsumasa para controlar de mejor manera a Seiya y asegurarse de que mi hermano no escapara ni nada me envió a mi a un internado en el extranjero y lo adoptó legalmente, yo… no había podido volver al país hasta hoy, la última vez que vi a mi hermano fue esa noche, luego nos carteábamos, hablábamos por teléfono y video conferencia, pero la última vez que lo abracé fue aquella vez, ahora solo me queda su tumba… - Seika acarició nuevamente la lápida pasando sus dedos suavemente por el nombre de su hermano y una nueva lágrima cayó por su mejilla la que el detective Shura secó con su pañuelo
- Lo siento tanto… él no me dijo nada de ti, pero si hizo lo que hizo es porque quería que tu no sufrieras lo que a él le tocó sufrir, tu hermano era muy buena persona, dulce, frágil aunque aparentara lo contrario, yo… él fue muy importante para mi, pero creo que esto deberías conservarlo tu, uno de sus compañeros me lo hizo llegar – el pelinegro sacó de su bolsillo la cadena y el dije que Jabú le había enviado, la muchacha lo tomó y otra lágrima se le fue
- No… tú consérvalo, yo… ya tengo el mío… - la muchacha sacó de bajo su blusa una cadena igual con el mismo dije del caballo alado – Mi papá nos los dio en una navidad, nos dijo que nadie debe tener el poder de atarnos, que siempre debemos volar y alcanzar nuestros sueños, que nacimos libres y libres debíamos morir, mi papá era algo extraño pero esas palabras se me quedaron grabadas, yo sé que a Seiya también, él siempre hablaba de todo lo que quería hacer cuando estuviera libre de deudas, íbamos a viajar por el mundo, íbamos a hacer tantas cosas…
- No te pongas triste, tu hermano donde quiera que esté… es ahora libre…
- Pues si…
Shura se quedó en la tumba del joven castaño en compañía de su hermana y hablaron mucho rato, se fueron al anochecer de aquel lugar, el detective estaba ya camino a su casa cuando le llegó un mensaje por radio, se necesitaba su presencia en la penitenciaría central, al llegar el pelinegro detective se encontró con varias novedades, la primera y mas importante era que el rubio abogado de la familia Kido había sido asesinado en condiciones misteriosas, Radamantys había aparecido muerto en los baños del piso, colgado del cuello con una sábana, pero de acuerdo a los informes preliminares del forense que ya estaba allí eso no era suicidio como lo quisieron hacer aparecer porque el rubio tenía muchas marcas y moretones en las manos, tenía rota la clavícula y un par de costillas, además lo sospechoso del asunto era que todos los que hubieron podido tener acceso alegaban amnesia y no estaban hablando, además de eso esa misma mañana Tatsumi había sido salvajemente violado aparentemente por varios reos y estaba en coma por la paliza que le dieron, las autoridades por su propia seguridad lo habían recluido en la enfermería pero los médicos habían dicho que de pasar la noche y amanecer con vida no era muy probable que en el futuro despierte, es mas… que era un milagro que la víctima no hubiera muerto pero como se presentaba el cuadro no pasaría mucho tiempo para que lo hiciera y con eso no paraban las sorpresas, la mayor fue cuando le informaron al investigador que al anciano Mitsumasa Kido igual lo habían violado salvajemente en las duchas pero él no tuvo la dicha de quedar en coma, al momento estaba en la enfermería pero se negaba a hablar de lo que le había pasado, lo habían golpeado igual que a los otros y le habían escrito con un estilete en la espalda la siguiente frase: “En el desquite no hay venganza”, las autoridades de la penitenciaría estaban pensando en enviar a otra cárcel al anciano por su propia seguridad pero aún no decidían que hacer, la orden judicial no había llegado, por lo pronto cuando el mayor pudiera salir de la enfermería lo iban a poner en los separos, una celda de castigo sería lo mejor para él para evitar que en el próximo ataque lo maten, al anciano Kido le esperaba un muy triste y solitario porvenir
Por mas esfuerzos que hizo la policía no pudo sacarles una palabra a todos los internos y eso que los amenazaron con celdas de castigo individual, con subirles la condena cuando Tatsumi murió, con quitarles todos sus privilegios de acceso a libros, a internet a visitas y todo lo que se les ocurrió pero el problema se dio porque la evidencia era toda circunstancial y no pudieron establecer culpa individual a nadie, además los reportes de los guardias de la cárcel era contradictorio, todo este caso no tenía ni pies ni cabeza por lo que al cabo de varias semanas lo tuvieron que cerrar por falta de evidencia o como decía Camus, por demasiada evidencia circunstancial
Shura quería esclarecer el caso pero tenía demasiados sospechosos, en esa ala de la penitenciaría estaban algunos de los muchachos que antes solían trabajar en la mansión y fueron “encarcelados” misteriosamente al dejar el negocio del mayor, lastimosamente todos los reos tenían coartadas muy creíbles y comprobables, Shura pensaba que habían sobornado a los guardias o algo, pero bueno… sea como sea al policía le parecía una suerte de justicia poética, él sabía que estaba mal lo que sentía pero no podía evitar sentir paz, los asesinos de Seiya estaban sufriendo las consecuencias de sus actos, de todas las lágrimas y sangre que hicieron derramar a esos pobres muchachos… los que ahora al tener la oportunidad se las cobraron y con creces…
Una de esas tardes Ikky había ido a la estación cuando se enteró de los últimos acontecimientos, al hablar con DM y Shura les contó entre otras cosas que el que había llamado a Seiya a la mansión los últimos días antes de que lo asesinaran había sido él, se sentía culpable porque pensaba que eso fue uno de los detonantes para que lo mataran y quería de alguna manera limpiar su conciencia, Ikky quería saber detalles del caso de su hermano , por eso el secretismo al hablar con Seiya y ahora se sentía responsable, Shura lo comprendía muy bien porque él se sentía de la misma manera, pero ya ahora no había nada que pudieran hacer y poner culpas donde no correspondían no ayudaba a nadie
Shura estaba muy curioso con la vida del peliazul, ahora que Seika le había contado la historia de cómo Seiya fue que se quedó preso en esa mansión el detective quería saber si Ikky había trabajado allí también o cual era su historia, el peliazul le contó al detective que cuando eran jóvenes a él lo habían arrestado por drogas y fue preso, Shun se había quedado solo y sin mas que hacer para poder comer algo hacía malabares en las esquinas y pedía caridad en la calle, Tatsumi fue el que lo vio y como a los otros muchachos lo había llevado a la mansión con la promesa de alimento, techo y seguridad, el peliverde tenía 16 años cuando llegó y apenas cumplió la mayoría de edad entró al circuito de prostitución al igual que los otros muchachos hasta que llamó la atención de Mitsumasa Kido, eso había sido lo que marcó su vida y cambió su destino, el viejo Mitsumasa no tomaba mayor atención a los jovencitos que vivían en la mansión que aún no formaban parte de su negocito, como él mismo sabía decir le gustaban los jovencitos pero no tan jovencitos, era sabido por todos que el mayor “probaba la mercadería” antes de que saliera al público pero siempre esperaba a que tuvieran 18 años, dentro de toda la corrupción y podredumbre en el que se desenvolvía el anciano Kido y la naturaleza de sus negocios eso era lo único que “respetaba”, de cualquier manera cuando Ikky salió de la cárcel hizo todo lo posible por llevarse a su hermano pero enfrentarse a la mafia japonesa no era una opción
Shun se iba de la mansión a pasar algunos días con Ikky pero no podía quedarse, Tatsumi al inicio lo tenía amenazado con asesinar a su hermano o volverlo a encarcelar si no volvía pero ya después Shun se empeñaba en volver a la mansión por amor, Ikky no lo entendía y no lo comprendió hasta que supo el tipo de relación que su hermano tenía con el dueño de todo, Ikky sabía que su hermano estaba enamorado y que era correspondido, que estaba con alguien de la mansión pero el peliazul pensó que era otro de los muchachos, Shun nunca se lo contó ni le dijo de quien se trataba, el peliverde le hizo jurar que nunca diría nada a nadie, que su vida dependía de ello y el peliazul aceptó guardar el secreto de su hermano, por eso cuando la policía se lo preguntó él no había dicho nada, Ikky pensó que pondría en peligro la vida de otro de esos pobres jovencitos y cuando a las pocas semanas Seiya había muerto Ikky se convenció de su teoría, pero ahora que ya se sabía todo vino a hablar con la policía, para enterarse bien de los detalles de todo el caso y a retirar algunas de las cosas de su hermano que ya no iban a estar en la bóveda de evidencias y de paso saludó a los criminalistas, el joven peliazul se veía tranquilo, en algo resignado a la pérdida de su hermano pero se notaba que lo extrañaba mucho por eso había renunciado a su trabajo y se había ido a vivir en las costas de Japón, dijo que lo que necesitaba era un cambio de ambiente para poder empezar su vida nuevamente, a lo que el joven se despidió de todos el detective Shura se sorprendió cuando vio entrar a la estación de policía a Jabú que solo sonrió de medio lado a Ikky que se acercaba a él para tomar su mano y salir juntos de allí
Con el pasar las semanas les llegó igual noticias de la heredera de la familia Kido que ahora estaba arruinada, la policía había decomisado todos los activos y el dinero de las cuentas como resultado de su investigación, a la joven le habían sentenciado a 25 años en la penitenciaría general y al llegar había corrido con la misma suerte que su abuelo, en la penitenciaría habían muchas muchachas que habían pertenecido a la red de Mitsumasa y cobraron sus cuentas con Saori, por lo que la transfirieron a una cárcel fuera del estado, cuando el detective Shura la fue a escoltar casi no la reconoció, tenía ahora los cabellos en verdad cortos, el brazo roto y una cicatriz muy fea en su mejilla, no había ni rastro de la orgullosa joven que había conocido, el ataque que había sufrido en la prisión había sido muy fuerte y casi le cuesta la vida
***
La noche estaba clara, la luna brillaba con fuerza lo que facilitaba la labor del equipo de criminalistas que estaban llegando uno por uno a la escena del crimen, en el parqueadero de un supermercado un muchacho rubio estaba tendido en el suelo en medio de una revolución de cosas regadas por todos lados, fundas de víveres estaban rotas por el suelo y habían muchos curiosos que estaban de pie tras la cinta amarilla mirando a la policía hacer su labor, DM se bajó de la patrulla y se acercó a Aioros que estaba tomando la temperatura del cadáver
- Qué tenemos Doc? – preguntó el criminalista
- Hombre joven de mas o menos 20 años, no hay identificación, herida de bala en la cabeza al estilo de ejecución y fue un disparo a corta distancia, aquí está el punto de entrada pero no hay punto de salida
- La bala está dentro todavía – DM encendió su linterna para ver mejor y enfocó la luz en el rostro de joven que tenía los ojos abiertos y la mirada vacía
- Si… tal vez tengamos suerte con balística, según la temperatura del hígado este muchacho ha estado aquí mas o menos una hora – continuo el forense
- Y no hay cámaras de seguridad… – DM se incorporó con un suspiro y llamó a su equipo para repartir las tareas – Ok., Camus… quiero que entrevistes a todos los curiosos, avísame si alguien vio algo
- Listo jefe – respondió el peliazul y fue hacia la cinta amarilla
- Saga… quiero que revises la tienda en el interior, Mu el perímetro pero cubre las salidas y las huellas de llantas en el pavimento o cualquier cosa que te parezca sospechosa, Dita tu vas con Aioros a la autopsia y yo me quedaré aquí trabajando con Saga… - todos los agentes se movieron en silencio en la noche para comenzar su tarea encomendada… un nuevo caso… una nueva víctima… aquí iban de nuevo…