Taemin aferró con fuerzas sus manos a la encimera de la cocina, mordiendo su labio inferior mientras una corriente eléctrica lo recorría por completo, esperando que Barom comenzara a moverse, pero el otro simplemente se mantenía quieto, con sus manos acariciando la cintura del vocalista; Pero es que Barom quería disfrutar el momento, y se dedicaba a grabar con sus dedos toda parte de la anatomía del cuerpo bajo él, pero Taemin comenzaba a desesperarse, y al iniciar él mismo un suave movimiento de caderas, el mayor le detuvo, haciendo al menor soltar un pequeño quejido en desaprobación. Sus uñas se encarnaban en la madera, su desesperación aumentaba mientras el tiempo pasaba, y no solo eso, estaba nervioso; compartían un apartamento, y en cualquier momento la puerta podría abrirse y les descubrirían teniendo sexo en plena cocina y entonces ¿Qué pasaría? Y más importante aún ¿Cómo habían llegado a eso? Puesto que lo último que recordaba era estar hablando con él mientras cocinaba y veían la televisión. Ray y KangJun había salido a jugar baseball, TK y Maru…ni ellos sabían dónde estaban esos dos, a lo mejor se fueron con Ray y KangJun, pero Barom poca atención les había prestado, estaba ocupado mirando a su pequeño Taemin totalmente fascinado.
Unas cuantas palabras, miradas cómplices, caricias inocentes, besos que a cada momento subían de intensidad, labios uniéndose con desesperación, lenguas jugueteando entre sí como niño y lo siguiente que recuerda, era estar contra la encimera de la cocina, con la comida casi quemándose, y a Barom recorriendo cada centímetro de su piel, hurgando en lugares que ni el mismo sabía que tenía.
Pero iba con demasiada calma, aún no comenzaba a moverse y no lo dejaba moverse a él tampoco, y eso no le agradada. El tiempo le pareció eterno, y el cuello le comenzaba a doler al estar mirando a todos lados en busca de alguna señal que le advirtiera que alguien había llegado.
Y entonces, el líder inició un suave movimiento de caderas que sorprendió al contrario, sacándolo de sus pensamientos y abriéndole las puertas del paraíso, se sentía tan bien que deseaba poder alargar ese momento para siempre, así que abandonó todo pensamiento de preocupación y se entregó por completo al placer.
Sus dedos se afianzaron con más fuerza, sintiendo sus uñas encarnarse en su piel a causa de la presión que ejercía sobre la madera. No se esforzó en reprimir sus gemidos, al contrario, sabía que a él le encantaba escucharlo, así que los dejaba salir sin pudor alguno, y estos eran música para los oídos de Barom; él en cambio, se sentía mejor que en el paraíso, estar dentro de su Taemin era la gloria, tenerlo junto a él, tal vez no era lo más cómodo, pero no se iba a perder la oportunidad y en ese momento, el llevarlo a las habitaciones, no se le había ocurrido; además que con todo el desorden que siempre tenía sería imposible hacer algo ahí con decencia, aunque hacerlo en la cocina no era muy decente en realidad.
El movimiento aumentó, y Taemin comenzó a moverse contra Barom, logrando que este entrara más profundo en él, tocando ese punto especial que le volvía loco. Embestidas que subían su velocidad, gemidos que escapaban de sus bocas, habían olvidado que la cocina estaba encendida y el lugar comenzaba a oler a sexo.
El agua de la olla hervía, y se escurría por ella, Taemin la miró por un momento, pero la volvió a ignorar cuando las manos de Barom fueron hasta su miembro y empezó a masturbarlo.
- Ah…B-ba-barom- gimió el menor, señalando con su vista la olla- El..¡Ah! el aguaaahhhhmm…
Pero no le respondió y siguió embistiendo contra él, sonriendo como un gran estúpido.
La fuerza aumentó, y ahora el ritmo era desenfrenado, y ya nadie podía pararlos a menos que terminaran de una vez, y eso sería pronto, pero ninguno de los dos quería que eso acabara.
El líder salió de su cuerpo por un momento, dejándole un gran vacío al vocalista, le volteó para dejarlo frente a él, lo besó con vehemencia y llevó sus manos a sus nalgas para apretarlas y subirlo a la encimera, temió que se diera un buen golpe en la cabeza con los gabinetes de la pared, pero al parecer, eso no sería problema, o eso creía.
Le volvió a penetrar, las embestidas se hicieron más fuertes, y ahora era mucho mejor para los dos, podían verse el rostro y observar cuanto disfrutaban mutuamente, sus bocas estuvieron unidas la mayoría del tiempo, pero separadas lo suficiente para deleitarse escuchando sus gemidos. Taemin no dejaba sus manos quietas, las ponía en la encimera, aferrándose en vano a ese lugar, luego rodeaba el cuello de Barom, se apoyaba en sus hombros, cambiaba constantemente de posición sus manos, no sabía qué hacer, había tanto placer de por medio que le era imposible pensar.
Podía sentir el calor, y no, no el calor que los dos tenían en ese momento; tenían la cocina al lado, con las hornillas encendidas. Y debían admitir que aquello, los calentaba más; Todo en el apartamento en ese momento era un gran encendedor para la situación: La cocina, el miedo de que entraran y los vieran, y el MTV Diary de, justamente ellos, en la Tv ahora mismo.
Taemin abrazaba a Barom mientras este embestía contra él, le gemía en su oreja, y cuando podía le mordía el lóbulo y susurraba ciertas palabras mientras dejaba escapar risitas mezcladas con más gemidos.
De un momento a otro, se tensó por completo, una corriente eléctrica le recorrió por completo y estalló, derramando su semen en medio del pecho de ambos. Pero aun así, el líder no le dio tregua y siguió embistiendo contra él, hasta que él también alcanzó el orgasmo en su interior, gracias a las contracciones interiores del contrario.
Quedaron ahí, abrazados, recuperando sus respiraciones normales, y Barom podía declararse la persona más feliz del mundo ahora, porque Taemin no dejaba de susurrarle infinitos “Te amo” al oído, haciéndolo estremecer y querer llorar.
Feliz era una buena palabra para describir su emoción en ese momento.