Vio a su psicólogo sonreír al mirarle, mientras caminaba a una de las sillas que se encontraba en su escritorio, que Bill acababa de notar, parpadeó repetidas veces aumentando su sonrojo, bajó la mirada y cerró la puerta con cuidado.
¿Qué le pasaba? Él no era así…
Miraba de reojo al rastudo, y al suelo. Apoyó sus manos en la puerta, una visión jodidamente tierna para el psicólogo, que lo miraba sonriendo, éste levantó una de sus manos haciendo un ademán para que Bill fuera con él.
Éste no hizo más que entrelazar sus manos sobre su estómago –Donde sentía un horrible revoltijo-, caminando hasta una de las sillas en donde se sentó con mucho cuidado, sin dejar de mirar sus pies.
-Para quitar las incomodidades –Dijo el psicólogo mirándolo fijamente- ¿Por qué no nos presentamos primero? –Ante esto, el menor solo asintió, con timidez demasiado notoria. Que solo hizo que el rastudo ensanchara su sonrisa, este niño… Era especial. –Uhm, comenzaré yo. Mi nombre es Thomas Kaulitz, puedes decirme Tom. Tengo 23 años y llevo dos años trabajando aquí. –Susurró buscando la mirada del menor- ¿Tú cómo te llamas?
-B-Bill… -Murmuró casi inaudible el menor, sin entender qué le pasaba a su organismo, parpadeó repetidas veces intentando levantar la vista- Bill Trümper. –Dijo esta vez un poco más alto, sin poder aún mirar al mayor- Tengo 14 años… -Este dato sorprendió al mayor. 14 años y en un reformatorio para menores…
Es verdad que ha habido aún más pequeños que Bill, pero es que… ¿Qué delincuente tiene esa carita? Además, eran 9 años de diferencia… Lo tomarían como un pedófilo.
Un momento, ¿por qué mierdas pensaba eso? - Vivo en Munich desde hace poco. Solía viajar por el trabajo de mis padres… -Dijo el menor mirando al escritorio. El simple hecho de saber que tenía a Thomas frente a él le hacía sentir cosas que nunca antes había sentido-
Tom escribió el nombre y la edad de Bill en su libretita, también el dato de los viajes de sus padres.
Se levantó de su silla e hizo un ademán con una de sus manos para que Bill lo hiciera también, cosa que el menor comprendió enseguida y caminó a su lado.
Tom se sentó en un pequeño sillón de cuero color café, que se encontraba al lado de un sofá bastante grande de color rojo, Bill siempre los había visto en películas, típico sofá donde se acostaba el paciente del psicólogo. Soltó una pequeña risita y se acostó acomdandose sobre él. Nunca pensó que esa risa cautivaría al de rastas, que sonrió amplio al momento de escucharla.
-Uhm, Bill… Verás, normalmente me entregan la ficha del crimen, ya sabes, por el que te trajeron aquí. Pero esta vez no quisieron entregarme la tuya, ¿podrías decirme por qué estás aquí? –Dijo esta vez algo más serio, cruzando sus piernas mirando fijamente al menor-
-No quiero hablar de eso, no me sacarás información, Thomas. –Murmuró Bill entre dientes. No quería ser tan mal educado, pero, él hablaba cuando quería. No tenía por qué contarle a un completo desconocido. Un desconocido que, aunque no quisiera admitirlo… Estaba causando demasiadas cosas en él para llevar menos de 20 minutos en el mismo lugar-
-Está bien, Bill… -Susurró algo sorprendido el mayor, no se esperaba esa reacción. Lo que lo dejó aún más intrigado. Su jefe le había dicho que Trümper era un caso difícil. Le advirtió también que no fuera brusco, ya que el menor podía serlo el doble. Y por primera vez su jefe hizo algo que él no comprendió: No le entregó los papeles de Bill. Esos papeles en donde aparecía el porqué de su estadía en el reformatorio, cuántos años estaría en éste y qué pasaría luego con él. Solo le dijo “Será una prueba. Si logras saber por qué está aquí, serás reconocido como el mejor psicólogo de la década en Alemania.” Ante la actitud del menor, pudo entender un poco. Era un chico difícil. - Solo… Cuéntame de ti, charlemos.
El menor no hizo más que sentarse, “a lo indio” como decía su madre. Soltó un bufido y miró al mayor. –Nací el día Lunes 2 de Enero de 1989. Me gusta Aerosmith y Michael Jackson. He visto Thriller más de 500 veces, amo leer, soy de situación acomodada, si se puede decir así. Soy homosexual y me estoy aburriendo. –Murmuró el menor, haciendo un puchero cerrando sus ojos, volviendo a acostarse en el sofá. Actos que el mayor observó y analizó con toda su atención, era un niño pequeño aún... Y extrañamente, eso le gustaba, y saber que el menor era homosexual, le prendió aún más.
El mayor se sonrojó ante su propio pensamiento, no podía gustarle un niño, él no era un pedófilo. Parpadeó repetidamente mirando el rostro del menor. Tenía facciones perfectas… -Entonces, Bill… ¿Te parece si hacemos algo más divertido? Para que no te aburras, claro.–Ante esta propuesta Bill solo pensó en acostarse con el mayor y hacer el amor por horas. Pensamiento que lo hizo sonrojarse y mover sus manos de forma nerviosa sobre su plano vientre. Espera, ¿hacer el amor? El no hacía el amor, él tenía sexo… ¿Qué le pasaba?
-Uhm, ¿cómo qué? –Susurró Bill, aún con el otro pensamiento en mente-
-Pues, como leer revistas –O el kamasutra… No pudo evitar pensar Tom- Podemos escuchar radio –O ver porno...
-La radio estará bien. –Murmuró Bill, sonriendo, aunque por su mente aún pasaba la idea de hacer el amor por horas.
Tom se acercó a Bill, sentándose a su lado. -¿No te molesta que esté aquí? –Susurró, cerca del oído del menor, haciendo que este tiemble sin poder evitarlo-
-N-no… -Murmuró el menor, tartamudeando sin poder evitarlo, acercándose solo un poco al mayor, comenzando a respirar agitadamente, ¿qué le pasaba? ¿Se alteraba solo por tener a ese rostro tan… Hermoso, varonil, perfecto… Frente a él? ¿Solo por eso? Soltó un suspiro al sentir como el rostro del mayor se acercaba al suyo, cerró sus ojos y entonces, escuchó la manilla de la puerta abrirse, dejando entrar a una alta, delgada y voluptuosa chica, con cabello negro, muy negro. Más negro que el cabello de Bill, una tez ni clara, ni obscura…
¿Quién era para entrar sin tocar?
¿Quién era para mirar la cercanía del cuerpo de Bill y Tom de esa forma tan sorprendida y aterrorizada?
¿Quién era… Como para que Tom tuviera una foto de ella en su escritorio?
Y… Lo peor.
¿Por qué tenía un anillo de compromiso?