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Se despertó… le dolía todo el cuerpo y la cabeza estaba a punto de estallarle, se levantó de la bañera en la que se había quedado dormido “Puta madre, que buena fiesta de veintiún años, mierda” pensó, se acomodo el pantalón a medio poner y busco sin éxito su zapato faltante, se miró en el espejo del lava manos y vio su largo cabello enmarañado, su delineador corrido y su fuerte y tonificado torso lleno de marcas, desde rasguños, hasta vistosos chupetones…
-¡¿Pero qué carajos pasó anoche?! –Se preguntó y repentinamente una cascada de imágenes eróticas le llegaron a la cabeza y sonrió con ganas –Entonces no fue un sueño… -Murmuró emocionado.
Salió de su improvisada habitación (el cuarto de baño) y en el pasillo se encontró a la horda de ebrios que habían llegado a la fiesta de ayer, todos estaban en un aspecto francamente deplorable y la casa… la casa estaba peor, la alfombra tenia evidencias de sospechosa procedencia, el fino y caro florero de su madre estaba desquebrajado, la elegante lámpara de pie que estaba a medio pasillo en una posición interesante y definitivamente no quería saber que fue lo que habían intentado hacer con ella…
Brinco un par de ebrios y se dirigió a la planta baja, en la cual el panorama no pintaba mejor, los rayos solares matutinos que se colaban por el gran ventanal se encargaban de mostrarle todo el esplendor del lugar, aquello parecía zona de guerra…
Y aun así, su sonrisa no menguaba, seguía tan feliz como si todo lo que estaba viendo en ése preciso instante solo fueran parte de una broma macabra que su muy enajenado cerebro quería hacerle, así pues, se dirigió a la cocina.
-Joder Itachi, tus padres van a matarnos… -Se quejo el rubio mientras se dejaba caer pesadamente sobre una silla del desayunador. –No querrás ver lo que hay dentro de la alacena, así que no te asomes…
Itachi solo se sentó en la silla y miró a su pelilargo amigo con una expresión de ausencia total.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué traes esa cara de imbécil?- Le preguntó mientras le daba un largo sorbo a su tasa con café muy cargado, el cual preparo minutos antes del arribo de su amigo pelinegro.
-Estoy bien… -Murmuró sin quitar su expresión de completa felicidad.
-¿Te tomaste algo extraño anoche? –le volvió a preguntar
-No… -Contesto mientras un largo suspiro escapaba de sus labios junto con una boba sonrisa.
Al ver la sonrisa de Itachi el rubio se puso pálido, pues la sonrisa de Itachi era todo menos tranquilizante, de hecho a todo el mundo le aterraba la sonrisa del pelinegro… a todos menos a uno…
-Me estas asustando Itachi… -Le dijo serio
-Deidara… -le hablo repentinamente serio –Ayer me paso la cosa más magnifica de mi vida, así que te pido que por favor y si quieres seguir viviendo con tus cuatro extremidades intactas, dejes de joderme…
-Bien, bien… yo solo me preocupo por ti, carajo –Contestó mientras hacia una mueca de indignación –Como sea, deja te sirvo café y vemos como demonios vamos a evitar que tus padres nos asesinen…
El rubio se levantó e hizo lo que dijo, luego la puso justo delante del pelinegro, quien de nueva cuenta se había perdido en sus pensamientos…
El rubio dirigió su mirada hacia cierta parte de la anatomía de su amigo y levanto una ceja con asombro –Emmm Itachi… no quiero sacarte de tus fantasías porno, pero… ¿“eso” que tienes allá abajo es tu reacción matutina o te estás excitando con los que estas pensando?
El pelilargo lo fulmino con la mirada y el rubio retrocedió un par de pasos, pero luego volvió al ataque.
-No me jodas Itachi, tus papas están por llegar y tú te pones caliente, ¡¿No entiendes que tu padre va a golpearte hasta morir?! –Le reprocho enojado
-Mira Deidara –La voz de Itachi se tornó ronca, se levantó y encaro al ojiazul – Ayer pasó lo que tanto deseé y ahora, si te soy sincero, nada me importa…
Deidara lo miro durante largos minutos y finalmente lo dijo:
-Tuviste sexo con alguien ¿No es así? –Y sonrió pícaramente
-¡Oh diablos! ¡SI! –Contestó repentinamente contento y enérgico – Pero no fue sexo, ayer, ayer mí querido Deidara… hice el amor –Declaro de forma seria y sentimental, luego se dejo caer pesadamente en la silla.
El rubio dejo escapar una pequeña risa y ante la repentina mirada llena de furia del otro decidió callarse – No me veas así… -Le dijo disimulando su miedo, caray, ese Uchiha era un bipolar/psicópata que lo aterraba bastante –Es raro verte así de cursi… pero bueno, este… mejor cuéntame cómo te fue –Desvió el tema, pues presentía que su cabeza corría peligro si no lo hacía.
Y a Itachi le brillaron los ojos de nuevo –Fue… Magnifico… su hermoso cuerpo, su bella sonrisa, sus tiernos pezones, sus esbeltas caderas y la forma en que decía mi nombre cada vez que me hundía con fuerza en su candoroso cuerpo, fue exquisito, fabuloso, espectacular… podría habérselo hecho durante días enteros, pero pues… fue su primera vez… -Acotó resignado.
-Vaya… te ha pegado duro el amor –Comentó el rubio mientras volvía a ocupar su lugar en el desayunador.
-Yo siempre le he amado, simplemente que nunca creí que fuera correspondido… -Contestó con simpleza. –Y ahora me importa poco todo lo demás, en el momento que sea necesario nos iremos juntos a otro lugar. –Declaró firmemente. –Nada ni nadie nos separará jamás…
-Si todas las chicas te desean, es muy modesto de tu parte decir que no te creías correspondido –Y soltó una risilla burlona -Y ¿Quién es la afortunada? –Preguntó curioso
-¿Afortunada? –Contestó con una ceja alzada
-Si, quien es la chica que te ha enamorado ¿eh? bastardo. –Le volvió a preguntar ahora expectante –Debo felicitarla por domar a la bestia
-¿Chica? ¿Pero qué demonios estás dicie…
-hermano… -Una voz los interrumpió y ambos voltearon
-Buenos días pequeño Sasuke –Dijo efusivamente el rubio al joven quinceañero que estaba recargado en la puerta.
El nombrado lo miro y se sonrojo bastante –No me di cuenta de que estabas acompañado… -Murmuró cohibido y con la intención de salir.
-No, espera Sasuke, ¿Qué pasa? –Dijo Itachi mientras lo miraba fijamente.
-Es que… bueno, ¿Es normal que me duela tanto ahí en “ya sabes dónde”? –Susurró, sin embargo el rubio pelilargo escucho perfectamente “Pues yo creo que tiene una sonrisa muy bonita” y para Deidara ahora todo tuvo sentido.
-¡Teme! –Le llamó un rubio revoltoso mientras entraba estrepitosamente a la cocina -¿Ya has despertado, 'ttebayo? Vamos a com… -Y se quedo callado, viendo la escena que tenía enfrente: la sonrisa de superioridad de Itachi, la cara roja de vergüenza de Sasuke y la expresión de imbécil de Deidara lo decían todo… y sonrió con melancolía, resignación y dolor.
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-Hey chicos, ¿Quién creen que tenga la sonrisa más macabra? –Preguntó Deidara un día al grupo de amigos reunido.
-Kisame –Contestaron prontamente Sakura, Kiba e Hidan y los demás asintieron dándoles la razón.
-Si con esos dientes afilados a cualquiera perturba –Comentó Naruto.
-Yo creo que la de Itachi es peor, porque toda su cara se transforma, da la sensación de que te va a despedazar en cuanto te quedes dormido… -Comentó Sasori, los demás se quedaron pensativos unos momentos y finalmente todos llegaron a la conclusión de que el pelirrojo tenía razón.
-Pues yo creo que tiene una sonrisa muy bonita… -Acotó una voz entre ellos, y todos lo miraron perplejos e Ino lo vio con una sonrisilla condescendiente, luego comentó:
-Pues eres el único que opina eso… Sasuke.
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