¿Cómo saber si se está enamorado? Supongo que eso depende de la persona. Nunca escuche de alguien a quien le diera un tic como el mío, en que no puedo parar de mover mi pie impacientemente, o estoy muy enamorado o solo soy un manojo de nervios muy estúpido. Tal vez los dos, tal vez ninguna, tal vez jamás llegaré a comprenderme, no porque sea complicado, sino porque soy tan simple, que soy fácil de desarmar. Todo resumido en mi nombre, Huang Zi Tao.
Intento parar el movimiento de mi pie apoyando la mano en mi pierna, y tras un lago suspiro le vuelvo a mirar. Esta a mi lado mirando los autobuses para parar el que le llevará a casa. Me fijaba en su hermoso perfil, y nuevo corte de cabello, porque si le tenia de frente en este momento no se qué cara desencajada le hubiera ofrecido. Miro de lejos como su ruta se acerca. Es el momento.
“Es ahora o nunca”
Cuando él hace ademán de pararse, atrapo su muñeca con mis dos manos y me mira confundido. Me doy cuenta de lo que estoy a punto de hacer, que mi pie no deja de moverse por sí solo y que no sale sonido de mi garganta y mi boca sigue abierta. Deslizo mis manos que solo caen y le dejan irse, porque soy débil, porque no tengo fuerza… porque sin percatarse, el se ha llevado todo de mí y me dejo solo en la banca, con este insufrible tic y un sofocante te amo en la garganta. Palabras que no salieron, y quien sabrá cuando serán dadas…y correspondidas…
Estar enamorado no me producía euforia, solo me estaba agotando y seguramente, también estaba dañándome los nervios.
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“No te esperaré más”
Releí las palabras una y otra vez, y no entendía lo que decían, más bien, no quería entender lo que significaban. Extraña caligrafía color negro que me estaba destrozando el corazón súbitamente.
Con manos temblorosas rompí la hoja y sus trozos cayeron lentamente al piso, al igual que mi cuerpo sintiéndose pesado por la culpa, por la cobardía, porque jamás pude decir todo lo que se quedo en mi garganta y voló de regreso a mi pecho, donde estaban asiendo tanta presión, que creí ahogarme más de una vez.
Una persona no puede cargar con ese peso. Le estaba hundiendo, le estaba enterrando.
Con ojos nublados por las lágrimas, vi los trozos y mire trazos azules, fui uniéndolos y un escalofrío recorrió toda mi espalda. Sentí el ruido de la puerta cerrarse y voltee a mirar inmediatamente, era él y su despampanante presencia llenado el lugar. Me levante a tropezones y lo abracé con las pocas fuerzas que tenia, aferrándome a su cuerpo. Sus brazos me rodearon y me sujetaron a la realidad, diciéndome que él sería valiente por los dos y que ahora todo estaría bien porque algo es diferente ahora, me lo dice el aire, me lo dice su boca acercándose a mis labios.
Los trazos azules en la contracara de la hoja tenían las palabras…
“Porque yo seré quien dé el primer paso”