Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Detras nuestro por Ocbssesed

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Baektao sidestory de mi fic Fotos en la Pared, aunque puede ser leído sin leer el fic.

 Zitao abrazó sus rodillas, escondiendo su cabeza entre el hueco de sus brazos. Sorbió por su nariz una vez, limpiando sus ojos con la mangas del tan incómodo traje que lo habían obligado  usar esa noche. Podría jurar que sus padres no habían dado cuenta aún de su ausencia en la mesa, y quizás no lo harían hasta la hora de pedir el postre. A Zitao realmente no le importaba, muy acostumbrado ya a ser ignorado.

 Lo que realmente le molestaba era estar allí, oculto bajo una de las mesas del moderado restaurante – en palabras de su madre – que habían elegido esa noche para poder lamerle las botas al jefe de su padre; cuando podría estar en cambio en su casa, obligando a una de sus niñeras a leerle un libro a él y a su abuela hasta poder caer dormido. Podría haber elegido bulgogi para comer de haber estado en su casa, y no tener que haber probado ese filete de salmón con salsa de espinaca o como quiera que sea el plato que habían elegido para él.

 Simplemente no quería estar allí. Sólo quería irse.

 Pero la suerte de Zitao casi nunca estaba de su lado, y obviamente no lo iba a estar ahora tampoco. Así que se obligó a sofocar sus sollozos, tratando de calmarse de una vez y volver al lugar donde sus padres estaban junto con otra pareja más que aparentemente eran muy importantes para el futuro de la familia Huang. Tan importantes como el primer día de clases de su hijo.

– ¿Hola? – llamó una pequeña voz a su lado, y Zitao volteó sorprendido al verse descubierto. Cubrió su rostro otra vez en el segundo que encontró una cara redondeada de un pálido niño asomarse por bajo el mantel que cubría su escondite – ¿Estás bien? – preguntó éste último, al parecer sin atreverse a asomar más que su cabeza.

– Vete – simplemente espetó Zitao con voz nasal.

– Eso fue rudo – se quejó el niño, su voz un poco aguda, sonando ofendido. No que a Zitao le importara.

 Unos segundos después escuchó el rose de las telas al caer al suelo, y Zitao tomó esto como  indicador de que el chico había decidido irse. Confiado, frotó sus ojos contra las mangas de su traje otra vez, limpiando los últimos rastros de lágrimas que quedaban. Enderezó su rostro, tomando impulso para salir de allí, sólo para encontrar la cara del mismo niño justo frente a él.

– ¡Ahg! – exclamó del susto, desplomándose hacia atrás. El chico tuvo casi la misma reacción, sus ojos muy abiertos.

– ¡Me asustaste! – profirió el otro en respuesta, tocando su pecho con una mano.

– ¿Qué crees que estás haciendo? – soltó Zitao, su ceño fruncido.

– No pareces mucho mayor que yo, sé más respetuoso –

– ¿Porqué tendría que tenerle respeto a alguien que no conozco? –

– Me llamo Baekhyun –

 Zitao observó como una sincera sonrisa se dibujaba en el regordete rostro del chico, su flequillo negro casi tapándole los ojos. Contempló la mano que el otro chico le tendió por unos segundos, su semblante extrañado.

– Se supone que tienes que estrecharla – siseó el otro chico a media voz. El aludido le dio una mirada de escéptica antes de hacer lo que le pidieron, no sin un poco de reticencia – Mi nombre es Baekhyun – repitió el chico, su sonrisa de nuevo en su cara. Zitao observó el pequeño hueco que dejaban los faltantes dientes del niño. Trató de no reírse.

– Huang Zitao – respondió luego de unos segundos, su rostro serio. Baekhyun pareció sorprendido por la formalidad con la que habló, pero no dijo nada al respecto.

– Tengo seis años, ¿y tú? – preguntó el susodicho Baekhyun, cruzándose de piernas frente a él. Zitao lo imitó, no muy seguro de si lo que estaba haciendo tenía algún sentido.

– Tengo cinco. Pero en dos meses cumpliré seis – añadió con rapidez. El otro chico sonrió con sorna.

– Y yo en dos meses cumpliré siete – su tono de voz era triunfante. Zitao miró al chico frente a él con rabia – Entonces soy tu hyung –

– No pienso llamarte hyung –

– No te lo pedí – la sonrisa del chico comenzaba a poner nervioso a Zitao, más acostumbrado a los fríos tratos que tenía con sus propios amigos. Sus padres le habían enseñado a mantener la compostura y la etiqueta. Así que a simple vista notaba que el pálido niño frente a él, con su playera arrugada y manchas de lo que parecía ser tierra en su pantalón, no sabía nada de eso.

– ¿Qué es lo que quieres? – preguntó Zitao, ya un poco irritado. Baekhyun lo observó durante un momento antes de pasar una de sus manos sobre la cabeza del chico, despeinándolo. Zitao trató de espantarlo con un osco movimiento de la cabeza.

– Sólo quería que dejaras de llorar – explicó el chico con simpleza, causando que el rostro del Zitao se tiñera de desconcierto – Nos vemos luego, Taozi

 Aunque Zitao no tuvo tiempo de gritarle que su nombre no era ese, ni de despedirse – no que Zitao quisiera hacerlo–, pues el chico, Baekhyun, ya había desparecido.

 

+

 Al día siguiente Zitao llegó con un uniforme nuevo a su escuela, un almuerzo preparado por su abuela, unos nervios que parecían estar carcomiéndolo por dentro y sin nadie quién lo acompañe más que su chofer.

 Al entrar a la pequeña y colorida aula que le habían señalado, sintió que sus piernas le temblaban, pero trató de mantener un semblante inexpresivo frente al caos que había dentro. Al parecer, la mayoría de los alumnos ya se conocían, o eran muy buenos para hacer amistades muy rápido, ya que todos allí se encontraban jugando unos con otros, tirándose bolas de papel, correteando por todo el lugar o hablando animadamente en los pequeños escritorios del salón.

 Zitao se quedó observando todo desde un pequeño rincón, sintiéndose un poco mareado. Justo en el momento en el que la idea de salir corriendo de allí cruzó por su mente, sintió una mano se aferraba a uno de sus hombros.

 Por instinto, se sacudió tratando de zafarse del agarre, volteando para encontrarse con un rostro extrañamente familiar.

¡Taozi! – saludó efusivamente el mismo chico de la noche anterior, ahora bien peinado y con su ropa apropiadamente puesta y limpia – ¿Tú también vienes a esta escuela? –

– Por eso estoy aquí. Y me llamo Zitao – contestó Zitao con voz mordaz, pero el otro chico no pareció inmutarse.

– ¡Me alegra! Ven, siéntate aquí – y sin darle tiempo a protestar, Baekhyun arrastró al chico hasta uno de los bancos de en frente, donde ya un par de cuadernos estaban abiertos y otras dos sillas ocupadas – Ellos son Kyungsoo y Jongin. Él es Taozi – ordenó Baekhyun con voz alegre, tomando la mochila del recién nombrado y acomodándola en uno de los asientos que quedaban libre. Zitao siguió en silencio, observando como los otros dos chicos le echaban una mirada curiosa antes de saludar.

– Soy Kyungsoo – dijo el más pequeño alegremente, sus grandes ojos volviéndose dos estrechas rendijas al sonreír. Zitao tuvo que admitir que era una buena sonrisa. Le devolvió el gesto ligeramente.

– Hola – dijo el último niño, de piel más oscura y mirada fría, con voz más cortante. Zitao entrecerró los ojos antes de asentir con la cabeza a modo de saludo. Ambos parecieron estar conformes con esto.

– ¿No dijiste que tenías casi siete años? ¿Qué haces en la clase de primer grado? – preguntó en dirección a Baekhyun mientras tomaba el lugar que éste le había guardado. Una mujer alta y de sonrisa amable entró al salón en ese momento, causando que todos guardaran silencio al instante. Baekhyun lo observó un momento, pensativo, antes de contestar.

– Uhm. No pude asistir a la escuela por todo un año – explicó secamente, antes de voltear al pizarrón para proceder a ignorarlo por el resto de la clase.

 Zitao volvió a sentirse totalmente perdido por tercera vez en el día.

 

+

 Aún a su corta edad, Zitao podía distinguir a alguien bueno de alguien que realmente no lo era. Y sólo le tomó unos cuantos días darse cuenta de que por más idiota que el chico que se sentaba junto a él podía ser,  no significaba que pudiera hacerle algún daño. No a propósito, por lo menos. Zitao siempre recordaría la excursión a una granja que habían hecho en tercer grado, en la cual Baekhyun decidió que era buena idea robarle un huevo a una gallina, causando que terminen los dos en la enfermería por todo el resto de la tarde, tantos sus brazos como sus piernas con raspones y puntos rojos por los picotazos de las aves.

 Pero a pesar de esto, Zitao sólo pudo darse por vencido ante el encanto del que ahora podía decir de manera segura que era su mejor amigo mucho tiempo después de haberlo conocido. Aunque siempre diría que Baekhyun tampoco le había dejado muchas otras opciones, al vivir pegado a él. Uno se llegaba a acostumbrar rápidamente a su sonrisa contagiosa y a su energía constante.

 Y luego del momento en que Zitao bajara su barrera y dejara entrar a ese intruso que había conocido una vez en un restaurante del que ni siquiera recordaba el nombre, Baekhyun se encargó de que el chico no se arrepintiera nunca de haberlo hecho. Por su puesto que esto Zitao jamás lo diría en voz.

 Con el pasar del tiempo, Zitao no pudo evitar ser incapaz de negarse a cualquier cosa que se le ocurriera Baekhyun, ya sea asistir a acampar en el patio de la casa del chico y ser comido por los mosquitos en el proceso, o visitarlo cuando éste tuviera varicela, causando que Zitao también guarde cama por diez días.

 Siempre lo ayudaba con las tareas que Zitao encontraba más difíciles, llegando hasta a robarle alguno de sus cuadernos para terminar los deberes por él. Todos los días insistía en invitarlo a cenar a su casa, causando que Zitao se enamore completamente de la relación que la familia de Baekhyun tenía, tan estrecha y cálida, tan distinta a la que tenía él con su propios padres, muy parecida a la que tenía con su abuela.

 Zitao nunca lo admitiría, pero el momento más tenso que había pasado en su niñez fue el día en que decidió tomar el valor para invitar a su amigo a tomar el té con su abuela y él después de clases, y tampoco develaría que la tarde que habían pasado entre los tres fuera la mejor que había tenido nunca.  

 Junto a Kyungsoo, quién lo había sorprendido al descubrirse como un niño bastante hábil, y a Jongin, quien lo había dejado con la boca abierta al hacerlo reír a carcajadas más de una vez, siempre se metían en problemas. Todos los días hacían que Zitao descubriera cosas nuevas, como el ramen y el chocolate caliente, y siempre lo hacían sonreír de alguna forma u otra.

 Y sobre todo, desde el día que lo conoció, Baekhyun siempre se encargó de que Zitao no volviera a llorar. Por lo menos, no mientras estuviera frente a él.

 

+

 

 Pero un día todo cambió. Zitao siempre recordaría ese día como el peor de su infancia, peor aún que todas las cenas juntas a las que lo habían obligado a ir.

 Las clases apenas habían comenzado, los chicos iban a comenzar su sexto y último año en la escuela primaria. Pero Baekhyun no asistió al primer día. Ni al siguiente, o el que le seguía a éste. Y los días seguían, llegando a formar dos semanas que pasaron sin que Zitao tenga noticias de su amigo.

  Zitao comenzó a preocuparse.

 Kyungsoo y Jongin tampoco eran de mucha ayuda, ambos conociendo más o menos lo mismo que él acerca de lo que podía haber llegado a pasar a Baekhyun. Es decir, nada. La preocupación de Zitao era tal que llegó hasta preguntar en la dirección de su escuela, obteniendo la misma respuesta. Nada.  

 Pero dos días después, Zitao decidió que ya era suficiente, tomando el coraje de visitar a su amigo. Se aventuró hasta el hogar del chico después de clases, evitando con gran facilidad a su chofer, distraídamente deseándole suerte al hombre cuando éste sea despedido. Llegó hasta la casa de Baekhyun sólo para encontrarse con que nadie parecía estar allí.

 Volvió a su hogar arrastrando los pies, sintiendo un gran peso en su pecho que ni siquiera la escandalosa reprimenda que le brindó su madre pudo borrar.

 

+

 

 Baekhyun apareció tres semanas después, con sus ojos rodeados por pesadas y oscuras ojeras, y pareciendo haber perdido bastante peso aún en el corto tiempo que había pasado, pero al parecer lo suficientemente sano como para asistir a clases.

 Zitao trató de acercarse al chico apenas lo vio, corriendo por el pasillo que llevaba a su clase, golpeando al chico ligeramente en el hombro cuando estuvo frente a él. Baekhyun, parado frente a la entrada del aula, lo observó con expresión vacía antes de brindarle una torcida sonrisa.

– Hola, Zitao – articuló, su voz bastante más ronca de lo que Zitao recordaba.

 Él aludido sólo atinó a asentir, aún en shock por el drástico cambio en la actitud siempre brillante de su mejor amigo.

 Baekhyun asintió en respuesta, oscureciendo su semblante otra vez. Zitao tomó lugar junto al asiento que ahora ocupaba el chico, asiento que desde el primer día de clases había estado vacío. Asiento que parecía seguir estándolo.    

 

+


 A pesar del estado estoico e impenetrable en el que se encontraba su mejor amigo, Zitao no se separó de su lado.

 Kyungsoo también pareció notar el cambio en el chico, manteniendo lo suficientemente distraído a Jongin como para que éste no fuera a decir nada estúpido al respecto, cosa que parecía ser bastante difícil.

 Muchos de los compañeros en su clase no tenían tanto tacto, desgraciadamente, por lo que comenzaron a hacer comentarios sobre el mal estado en que estaba Baekhyun, ofuscando al chico con preguntas que él simplemente respondía con una débil sonrisa y un suave no es nada.

 Y una mierda no es nada.

 

+

 

– No voy a dejar de seguirte – dijo Zitao unas horas después en dirección a Baekhyun, quien caminaba unos pasos delante de él – Sé que me estás oyendo – habló de nuevo, sonriendo levemente, dando un par de pasos rápidos hasta llegar al lado del chico, dándole un leve empujón con el hombro.

 Éste pareció caso omiso de todas maneras, manteniendo su cabeza gacha, evitando la mirada de Zitao.

– Si me dices que quieres que te deje en paz, que necesitas tiempo para explicarme porqué demonios has desaparecido casi un mes sin responder a ninguna de mis llamadas, me iré. Pero sólo si lo dices – indicó Zitao, sintiéndose cada vez más decepcionado de ser otra vez ignorado. Cerró los ojos un momento, sintiendo una terrible impotencia. No podía soportar ver a Baekhyun de esa manera, tan marchito, tan apagado.

 Tan roto.

 Zitao suspiró hondamente,  convenciéndose a si mismo de que la razón por la que sus ojos ardían era debido a que no había podido dormir bien las últimas noches, y no por que unas horribles ganas de llorar se habían apoderado de él. Dando un vistazo hacia delante, pudo reconocer la casa de su amigo a sólo unos pasos de ellos.

– Baekhyun, di algo – profirió de manera frustrada, tomando un hombro del chico para voltearlo, forzándolo a que hiciera frente a su mirada. Pero la visión que encontró lo dejó helado por un momento – Baekhyun – llamó en un hilo de voz, soltando el agarre del chico como si quemara.

– Mi padre murió, Zitao – habló Baekhyun, su voz no más que un suave susurro. Las lágrimas que ya mojaban las mejillas del chico aumentaron su cantidad en cuestión de segundos, y éste cubrió su rostro con una de sus manos, la sonrisa más triste que Zitao hubiese visto en su cara.

– ¿Qué? – fue lo único que pudo decir éste último, sintiendo como su pecho se encogía dolorosamente por dentro. Baekhyun dejó escapar un suave sollozo, cayendo de rodillas en el lugar, llevando su  mano libre a su pecho.

– Mi-mi padre… él… – pero Zitao no dejó terminar lo que el chico iba a decir, no queriendo escuchar otra vez la voz de Baekhyun tan quebrada. Se dejó caer el también, quedando al mismo nivel que el otro, abrazándolo con fuerza, sin importarle lo que podrían llegar a pensar las personas que por allí pasaran.

– Lo siento – fue lo único que alcanzó a articular el menor, cerrando los ojos con fuerza, sintiendo como sus propias lágrimas luchaban por salir – Lo siento –

– Ni siquiera sabemos porqué… porqué pasó. Se supone que el tratamiento que hizo lo había curado… Él sólo… él estaba dormido, y luego… Pasamos dos semanas encerrados en el maldito hospital, tan sólo para que él… Zitao. Mi padre… – el menor no supo más que hacer que seguir repitiendo lo siento, lo siento, dios Baekhyun lo siento tanto, una y otra vez, cada vez envolviendo más apretadamente al chico – Lamento haberte preocupado – dijo en un momento Baekhyun, aún con la voz ahogada por los sollozos que soltaba.

 Zitao no pudo sostener más su propio llanto. Dio un resoplido de risa, no dando crédito a sus oídos. Con una mano, palmeo con suavidad la cabeza de su amigo, despeinando luego sus cabellos.

– Eres un completo idiota, Baekhyun – sonrió Zitao, sintiendo nasal su propia voz.

Taozi, no veré jamás a mi padre otra vez – la voz de Baekhyun pareció mucho más calmada esta vez, pero no por eso menos dolida. Zitao cerró los ojos nuevamente, dejando salir el aire pesadamente por la nariz. Abrazó a su amigo con más fuerza, sintiendo como el chico le devolvía el gesto segundos después aún con más fuerza.

 Por primera vez en los seis años que se conocían, Zitao no corrigió al chico.    

Notas finales:

AQUÍ ESTÁ EL FIC :DDD

Para PARKU, el drabble/oneshot/thing que te había prometido. Me salió bastante más dramático de lo que esperaba TT_TT pero espero que de todas maneras te guste! Aún queda otra parte que subiré el miércoles, si es que te sigue interesando ^^

 Espero que tengan un buen día! Y muchas gracias por los comentarios en el fic, los responderé en cuanto tenga el otro capi finalizado :)

 

 Chuu~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).