Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sombras en la oscuridad por Yukikaze

[Reviews - 89]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, muchas gracias por todos sus comentarios, es un placer escribir para vosotros.


He decidido que actualizare cada Jueves ya que con este bloqueo que tengo tardare bastante en escribir el capitulo por completo.


¡Que disfruten de la lectura!

Sucesos extraños

Aquella mañana nadie abrió un solo ojo, todos estaban demasiado cansados como para levantarse temprano así que ninguno despertó hasta las dos de la tarde.

Los primeros ojos que se abrieron aquella tarde fueron dos pares de ojos verdes aguados, ambos niños se incorporaron en sus camas bostezando y refregándose sus ojitos. Los dos miraron atentamente la habitación en la que se encontraban frunciendo el ceño ante lo desconocido, pero entonces recordaron lo que les había dicho su Oto-chan sobre un viaje y sonrieron pícaramente, si ellos estaban allí significaba que sus primos también lo estaban.

Ryuzaki fue el primero en levantarse y ponerse sus zapatos grises, Akira le siguió cuando vio que este abandonaba la habitación, ambos recorrieron los pasillos de madera hasta llegar a la habitación de al lado, la abrieron con cuidado encontrándose con las personas que buscaban. Ambos se miraron a los ojos sonriéndose cómplices para después saltar sobre la cama aplastando a sus padres en el proceso

-¡A levantarse!-exclamaron riendo, Sai abrió un ojo mientras Gaara suspiraba, todas las mañanas pasaba lo mismo así que ya estaban acostumbrados, el azabache mayor alzó sus brazos atrapando a uno de sus hijos en el proceso

-¡Ah no! Ryu ¡Me tienen! ¡Socorro!-gritó Akira dramáticamente

-¡Akira! Yo te salvaré- respondió Ryu saltando sobre la cama, pero antes de que tocara un solo dedo de su hermano fue sujetado por unos brazos pálidos y fuertes-Nooo, este es el fin ¡Te quiero hermano!-murmuro antes de hacerse el muerto en brazos de Gaara, el pelirrojo suspiro con una sonrisa y poso a su hijo en el suelo

-Ya estabais tardando-dijo bajando a Akira junto con su hermano-Al baño-ambos niños bajaron la cabeza suspirando y dirigiéndose al baño como si fuera el mismísimo matadero.

Sai gateo por la cama hasta llegar a la otra punta y atraer al pelirrojo de nuevo a esta

-Ya deberías estar acostumbrado-le susurro al oído mientras le besaba el lóbulo de la oreja

-Pues no-respondió el pelirrojo girándose para así atrapar los labios del pelinegro, Gaara quería mucho a sus hijos, pero a veces…la mayoría de las veces a decir verdad eran insoportables, ellos lo querían saber todo, querían tocar todo, incluso habían leído los extraños libros que Sai compraba casi siempre, por eso mismo el pelirrojo no podía relajarse en ningún ambiente, siempre mantenía un ojo avizor sobre sus gemelos traviesos.

-¡Qué asco! Hay menores a la vista he-ambos mayores abrieron los ojos que habían cerrado para disfrutar del beso encontrándose con su hijo mayor Ryu, quien tenía todo el rostro lleno de pasta de dientes.

Sai suspiro y susurrándole a su esposo al oído un “Yo voy” se levantó de la cama y se dirigió al baño encontrándolo todo embadurnado con pasta de dientes.

Gaara sonrío después de suspirar nuevamente, sería un largo viaje.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Shisui abrió un ojo y cerro el otro, estaba cansado, muy cansado, no quería levantase y no tenía porque hacerlo, después de todo estaba de vacaciones, su padre le había alentado durante tres tortuosos meses para que consiguiera realizar sus exámenes y pasar a segundo de primaria sin problemas para así poder viajar y conocer por fin a toda su familia, había conocido a su linda primita que siempre solía hablarle por teléfono de cosas de niña, pero él se aguantaba porque su voz sanaba tan linda, sobre todo cuando lo llamaba primo inocentemente, la adoraba.

Sus primos eran arena de otro costal, le caían bien porque después de todo eran sus primos, pero ambos eran un poco demasiado revoltosos para su gusto, solían hacer cosas extrañas bastante graciosas, le recordaban mucho a su tío Naru.

El pelinegro comenzó a divagar sobre su extraña familia, dándose vuelta de un lado a otro y girándose revoltosamente tanto que acabó en el suelo.

El ojigris consiguió desenredarse de su cama y ponerse de rodillas en el suelo, ya era la quinta vez que se caía de una cama por estar pensando en cosas que no debería mientras uno duerme.

-Esto me pasa por parecerme tanto a mi Oto-san-murmuro dejándose caer sobre su almohada

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Un par de ojos azules se abrieron a causa del sol que entraba por la ventana, la niña de apenas cinco años se incorporo sobre la cama encontrándose completamente sola, algo asustada por su experiencia del día anterior se apresuro a abandonar el cuarto y bajar las escaleras a toda prisa.

Justo al pie de esta se encontraba el gran salón de la cabaña, este estaba decorado con dos sillones de tres plazas y otras dos de dos plazas, además de uno de una plaza cerca de una pequeña biblioteca con todo tipo de libros. Natsumi ignoro completamente todo eso y se apresuro hacía el comedor desde donde se oían risas divertidas y gritos que indudablemente provenían de la boca de su Oto-chan.

-Te estoy diciendo que no Sai, yo jamás en mi vida he hecho eso-decía su tío pelirrojo con la cara del mismo color que su cabello.

-¿Ah no? ¿Y entonces esto qué es?-respondió su tío alzando un par de fotos, Gaara se apresuro a saltarle encima arrebatándole las fotos y haciéndolas añicos antes de que nadie las viera-Tengo una copia-dijo Sai airoso

-Por poco tiempo-murmuro Gaara mientras Naruto y Deidara reían abiertamente, e Itachi y Sasuke sonreían en silencio.

Natsumi camino tranquila por encontrar a sus padres, y media dormida hasta su Oto-chan. Las risas se detuvieron y cada uno de los presentes fijo sus ojos en la pequeña azabache de increíbles ojos azules, la niña sin darse por aludida alzo sus bracitos una vez estuvo frente a su Oto-chan, Naruto la alzó sin problemas sintiendo como la pequeña se acomodaba en su pecho suspirando tranquilamente, demasiado aliviada para su gusto ¿Qué podría haber asustado tanto a su niña, como para temer estar sola?

-Por cierto, anoche…-dijo Deidara de repente, ellos habían oído el grito de su sobrina, toda la casa lo había oído.

-Creo que fue una pesadilla-murmuro el rubio

-Aunque, estaba demasiado asustada como para confirmarlo-completo Sasuke sin quitarle los ojos de encima a su hija. La niña se removió en el pecho del rubia dando a entender que estaba despierta, Naruto le acaricio los cabellos besándole la mejilla

-¿Qué paso anoche cariño?-le preguntó con cuidado, la pequeña se estremeció ante la pregunta para después contestar.

-No lo sé Oto-chan, me desperté en una habitación desconocida

-¿Tuviste miedo por eso?-le preguntó observando a Sasuke con una mueca que indicaba “Te lo dije”

-No…es que-Sasuke le devolvió la mueca a su esposo totalmente airoso, Naruto frunció el ceño.

-¿Entonces porque cielo?-le pregunto preocupado ¿Qué había asustado tanto a su pequeña?

-Yo…no podía moverme y pensé que alguien estaba a mi lado, yo…vi una sombra en la pared de mi cuarto y me dio mucho miedo Oto-chan, tenía mucho miedo-Naruto apretó a su hija contra su pecho observando a su marido fijamente, eran pocas las veces que Narumi se asustaba, y cuando lo hacía era porque realmente tenía sus razones.

Sin embargo los adultos adjudicaron su temor a una pesadilla y decidieron disfrutar de las vacaciones sin preocupaciones de ningún tipo. Dos semanas después Natsumi no había vuelto a ver aquella sombra y nada extraño había ocurrido.

Aquel día Sasuke, Itachi, Sai, Shisui y Gaara irían a esquiar mientras que Naruto, Deidara, Natsumi, Ryu y Akira se quedarían en casa por decisión propia, bueno…Naruto hubiera deseado ir, pero obviamente Sasuke no se lo había permitido.

-Tengan cuidado y cuiden de mi hijo con su vida si no quieren que los castre-advirtió Deidara como si fuera una Mamá oso, los chicos tragaron hondo y asintieron repetidamente con sus cabezas, sí…conocían como se ponían sus esposos cuando se trataba de sus hijos, lo habían vivido muchas veces.

-Lo mismo podría decir de Naruto, sabes cómo es…-dijo Sasuke

-Lo sé, cuidare de él, no creo que pueda hacerse daño aunque lo intente

-Yo que tu no me fiaría de eso, la patosidad de Naruto durante su embarazo es…altamente peligrosa, créeme

-Te creo, ahora váyanse antes de que oscurezca y tengan que volver. Itachi asegúrate de que Shisui no se saque la chaqueta y la bufanda, mejor asegúrate tú Gaara, no me fío de ti

-¡Oye! Que estas casado conmigo…

-He dicho que no me fío, no que no confío, ahora váyanse…-los chicos se apresuraron a subir al coche mientras Gaara le prometía a Deidara que cuidaría de Shisui con su propia vida, había que reconocer que su hermano era un poco exagerado, pero el también lo sería si se tratara de sus hijos.

-Ten cuidado con Ryu y Akira, son unos bromista incurables

-Lo tendré en cuenta-murmuro Deidara observando como el coche se alejaba, cuando ya no lo distinguió en la distancia entro en la casa trancando la puerta con llave. Dentro lo esperaba su hermano con el ceño fruncido.

-Oh vamos Naruto, sabes que lo hace por tu bien…

-Si ya sé, pero es que molesta que te estén controlando las 24 horas del día

-Me acuerdo de cuando estaba embarazado de Shisui-murmuro-Después de aquello…Itachi no se alejaba de mi ni para ir al baño

-Pero él tenía sus razones, aquel accidente casi hace que perdieras a tu bebé, en cambio Sasuke…

-Tiene miedo de que pueda pasarte lo mismo que a mí. Escucha Naru hable con Gaara de esto y Sai fue igual durante su embarazo, no quieren que vuelva a ocurrir y se aseguran de ello de esta manera.

-¿Asfixiándonos de cuidados?

-Exactamente-contesto Deidara sentándose a su lado en el sofá, los niños dormían desde hacía dos horas, habían caído molidos tras pasaras toda la noche despiertos jugando con sus primos. Shisui fue el único que consiguió levantarse temprano para ir con su padre a esquiar.

Apenas eran las dos de la tarde y él ya estaba molido, Naruto a su lado bostezaba cansado cabeceando de vez en cuando.

-¿Por qué no te vas a dormir un rato?-le dijo poniéndose de pie, el rubio negó con la cabeza bostezando-Vamos Naruto, es normal que estés cansado

-¡Que no quiero! Voy a hacerme un café a ver si así se me pasa el sueño…

-No puedes tomar cafeína en tu estado-replicó Deidara siguiendo a su hermano hasta la cocina

-Ay Dei, no empieces tu también que me tenéis harto entre todos-murmuro bajando una taza del mueble, Deidara se la arrebato de las manos y sacó el café del estante antes de que lo tomara-¡Dame eso!

-¡No! Vete a dormir

-¡Que no quiero! Dame el café, sabes cómo me pongo cuando me falta la cafeína

-Que no te lo doy, le prometí a Sasuke que cuidaría de ti y no quiero de cuando venga se le dé por pincharte una vena y te salga un rio de café de esta ¡Vete a dormir Naruto! No te lo digo más veces-ordenó seriamente, Naruto le sostuvo la mirada durante un par de minutos hasta que se canso, y finalmente se resigno.

-Bueno está bien-acepto cabizbajo-Me voy con mi Natsu, ella es la única que no intenta controlarme-murmuro mientras se dirigía a las escaleras de la casa, Deidara suspiro sonriendo y decidió hacerse un café, así que encendió la maquina y fue a ver a sus sobrinos.

Naruto caminó por los pasillos hasta llegar hasta su habitación, abrió la puerta de un tirón y contemplo a su pequeña echa un pequeña bolita en el medio de la cama, la niña gemía de vez en cuando y respiraba lentamente dando a entender que estaba dormida.

-Mi niña-murmuro el rubio acariciándole los cabellos a su hija, esta se giró lentamente y se aferro al pecho del rubio, Naruto la abrazó y finalmente cerró los ojos.

Mientras tanto Deidara abría la puerta de la habitación de sus sobrinos, los dos niños estaban completamente despiertos, hablando sobre bromas futuras y riéndose a carcajada limpia.

-Ya decía yo que había demasiado silencio-murmuro el rubio, había tenido la oportunidad de comprobar lo traviesos que eran sus sobrinos durante las dos semanas que habían pasado ya en la casa-¿Qué hacen niños?

-¡Tío Dei!-exclamaron ambos con sorpresa-Pensábamos que estabas con el tío Naru

-Y lo estaba, pero lo mande a dormir ¿Tienen hambre?-los dos niños asintieron con sus cabezas repetidas veces-bueno entonces a merendar

Ryu y Akira se levantaron rápidamente calzándose sus pantuflas verdes y corriendo hacía las escaleras para llegar a la cocina en la mayor brevedad posible.

-¡No corran por las escaleras enanos!

-Noo-gritaron en contestación bajando las escaleras como si de una estampida se tratara. Deidara suspiro negando con la cabeza, que sobrinos más disfuncionales les había tocado…Natsumi era un cielo y Akira y Ryu unos revoltosos, definitivamente había algo extraño en la genética de su familia.

El rubio finalmente llegó a la cocina encontrándose con todas las puertas de todos los armarios abiertas.

-¡Niños! ¿Se puede saber que habéis hecho en la cocina?

-Nada…-contestaron al unisonó desde el salón, Deidara se dirigió allí observando cómo sus sobrinos saltaban sobre el sofá

-¿Cómo que nada? ¿Entonces porque están las puertas de todos los armarios abiertas?

-No lo sé…-comenzó Akira

-…Quizá fue un fantasma…-le siguió Ryu

-Buuuuu…-comenzaron a hacer ruidos fantasmales al unisonó, Deidara respiro hondo varias veces intentando disminuir la vena que le saltaba en la frente

-Cálmate…son solo niños, son tus sobrinos-se decía interiormente, el rubio ignoro por esta vez las acciones de sus sobrinos y se dirigió nuevamente a la cocina, pero esta vez todas las puertas de todos los armarios estaban cerradas

-Pero que…-el rubio abrió una puerta, y observo las ventanas quienes estaban completamente cerradas ¿Cómo era posible que las puertas se hubieran cerrado solas? No tenía ningún sentido, a no ser que…-No-negó con la cabeza-no puede ser…

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Mientras tanto en la habitación de arriba una azabache de ojos azules abría sus ojos lentamente, encontrándose completamente apresada entre los brazos de su padre, la niña intentó liberarse, pero no lo consiguió y tampoco quería despertar a su Oto-chan porque parecía muy cómodo durmiendo, así que se quedó inmóvil y en silencio contemplando la pared blanca de la habitación.

La pequeña había pensado y repensado muchas veces lo que había pasado hacía ya dos semanas, pero no había encontrado motivo alguno, ella había visto una sombra estaba completamente segura de eso, pero sus padre no le creían.

Justo en ese momento la pequeña oyó un crujido, Natsumi se estremeció completamente quedándose inmóvil al instante

-¿Qui…quién eres?-preguntó la azabache con temor, en ese momento enfrente de ella se comenzó a vislumbrar una silueta que cada vez se hacía más clara dejando ver a una niña de cabellos pelirrojos, la azabache tragó lentamente al verle los ojos cosidos con hilo negro.

-Huye…abandona esta casa-chillo la niña corriendo hacía Natsumi-¡NO VUELVAS NUNCA!-gritó para después desaparecer.

Natsumi respiro lentamente con el corazón latiéndole a mil por hora, justo en ese momento en la pared enfrente de ella se comenzó a formar un bulto que cada vez se hizo más y más grande, la pintura seca comenzó a caer revelando a una silueta de algo que alguna vez fue humano. El cuerpo estaba completamente carbonizado, y el olor a quemado comenzó a olerse en el aire, la niña miró el cuerpo con temor y se asustó aún más cuando unos ojos rojos como el fuego se abrieron observándola atentamente.

-El fuego te absorbe…destruye tu alma y tu cuerpo para siempre-susurro una voz desde las sombras

-¿Qu…qué?

-El fuego te quema, y tu vas a arder conmigo en el infierno-El cuerpo abrió su boca dejando ver unos dientes filosos y completamente deformes. La niña se asusto aún más cuando la cortina que estaba a escasos centímetros de aquella silueta comenzó a quemarse lentamente cayendo en forma de cenizas al suelo, el humo llenó la habitación por completo y Natsumi comenzó a toser fuertemente-Te espero en el infierno-susurro la voz tenebrosa antes de sumergirse y desaparecer en la pared de la habitación.

Naruto gimió abriendo sus ojos azules al sentir como su hija tosía desesperada por que el aire entrara a sus pulmones, el rubio se horrorizó al ver como la cortina enfrente de él ardía completamente carbonizando todo lo que tocaba.

-Natsumi ¡Hay que salir!-gritó tapándose la boca, la niña asintió ausente y se tapó la boca mientras el rubio la cargaba sacándola de la habitación, el rubio corrió escaleras abajo y comenzó a gritar.

-DEIDARA ¡FUEGO!-gritó tosiendo, el rubio pelilargo salió corriendo de la cocina con el extintor en la mano y le ordeno a su hermano que abriera todas las ventanas que encontrara.

Naruto se dispuso a hacerlo dejando a su hija con sus sobrinos, pero cuando se iba a retirar Natsumi se negó a soltarle la manga.

-¿Qué ocurre cariño?-le preguntó arrodillándose a su altura, la niña le miró atentamente con sus grandes ojos azules.

-Él es malo…-susurro la pequeña con el temor grabado en sus ojos

-¿Quién es malo?-Natsumi se aferro al pecho del rubio escondiendo su cabeza entre su pecho mientras sollozaba.

-Quiere hacernos daño Oto-chan-susurro sollozando aún más fuerte, Naruto abrazó a su hija mientras rogaba que por favor no volviera a ocurrir lo que hace 10 años había ocurrido en aquella casa que le traía tan malos recuerdos.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Itachi sujetaba a su hijo por los hombros mientras este se deslizaba por la nieve con un par de esquís

-Papá suéltame, yo puedo hacerlo solo-se quejó el niño

-Se que puedes hijo, pero si te pasa algo, aunque sea un solo rasguño tu papi me mata-contestó Itachi.

-Pero no soy un bebé, puedo hacerlo, al menos empújame más rápido Papá que parece que fuéramos en el carrito del supermercado.

-Está bien-murmuro acelerando la velocidad.

Mientras tanto Sasuke, Sai y Gaara observaban todo desde la telesilla en la que se habían acomodado para ver el paisaje.

-¿Por qué te has traído la Tablet?-le preguntó Sasuke a su hermano.

-Eso mismo quisiera saber yo-murmuro Gaara a su lado

-Para observar los datos de mi investigación-contestó el azabache moviendo su dedo por la pantalla táctil

-¿Qué investigación?-preguntó Gaara con una vena en la frente, Sai siempre hacía “investigaciones” no aptas para menores de edad, investigaciones que probaba con su esposo pelirrojo.

Gaara aún podía recordar el día en que Sai descubrió el Kamasutra, le obligo a hacer todas las poses habidas y por haber en el maldito libro.

-Haber…la pose más convencional es “el misionero”, esta nos la pasamos porque ya la hemos utilizado muchas veces-murmuraba Sai con un libro de tapa azul en la mano

-¿Qué haces?-le preguntó Gaara quién preparaba los biberones de sus bebés, quienes apenas tenían cuatro meses de vida.

-¡Está!-exclamó alzando el libro para enseñárselo al pelirrojo, Gaara acerco su rostro leyendo en voz alta

-“Los dos pilares”-leyó concentrado en el biberón de uno de sus hijos-en esta posición ambos amantes se encuentran de pie, de ahí el nombre, el activo penetra al pasivo estando de pie detrás de él… ¿¡Que es esto!?-exclamó rojo de furia y vergüenza

-Esto es “El Kamasutra gay” ¿Lo pruebas conmigo?-preguntó Sai sin darse cuenta de que una vena crecía en la frente de Gaara, el pelirrojo respiro hondo tres veces antes de contestar

-¿Y porque habría de probarlo contigo?

-Pues porque eres mi esposo

-¡No!

-Aww…Gaara

-¡Que no!

-Pero…

-¡No!

-Bueno, entonces si tú no quieres…tendré que ir a buscar a alguien que si quiera-murmuro el pelinegro con una mano en la barbilla y una sonrisa picara.

-Como quieras pero vuelve antes de las tres de la mañana que te toca a ti cambiarles el pañal a los niños-respondió el pelirrojo tranquilamente.

-¡Gaara!-exclamó Sai dándole la vuelta a su esposo-¿Enserio no te importaría que me liara con otro?

-Pues no-contesto el pelirrojo con simpleza

-¡Gaara!

-¡Pero tú eres tonto! Claro que me importaría, y ahora déjame terminar esto-murmuro dándose la vuelta para continuar preparando los biberones de su hijo

-Oh no, vamos a probar esto

-¡Hay que no Sai!

-¡Que sí! Solo será un momento-antes de que Gaara pudiera replicar Sai ya le había bajado los pantalones, y le había penetrado salvajemente.

-Ahaaaaaa…-gimió Gaara con une mueca de dolor-¡Te mató!-amenazó clavando sus uñas en el mármol fino de la mesada, como toda respuesta Sai se hundió aún más en la entrada de su amante-...Ah…no te muevas so bruto

-Oh…esto se siente bien-murmuro Sai extasiado al sentir aquellas paredes tan estrechas apretando su miembro, eso debía ser la gloria. Sin poder evitarlo el pelinegro comenzó a entrar y salir una y otra vez de la entrada de su amante.

-Ahaaaaa…No…sigas-jadeo el pelirrojo con lágrimas en los ojos, Sai se inclinó sobre este besándole el cuello y apretando sus tetillas con sus dedos finos-Mm…Sai, no

-Sabes que no quieres que pare-susurro Sai lamiéndole el lóbulo de la oreja, Gaara apoyo sus manos sobre la encimera intentando sujetarse cuando el pelinegro comenzó un rápido vaivén entrando y saliendo de su interior una y otra vez.

-La investigación de la casa en la que nos estamos quedando-contestó Sai sacando a Gaara de sus recuerdos totalmente sonrojado.

-¿Por qué haces eso?-preguntó Sasuke preocupado, no quería volver a involucrarse en nada que tuviese que ver con espíritus.

-Bueno…mi sobrinita dice que vio una sombra y yo le creo, ¿Y adivina qué?

-¿Qué?

-Hace 50 años en la casa en la que nos estamos hospedando un hombre y su hija murieron calcinados. Desde entonces cada inquilino que se ha hospedado allí ha muerto o ha estado a punto de morir quemado. 

Notas finales:

¿Que os ha parecido?


¿Interesante?


Proximo Capitulo: Atrapados


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).