Atrapados
-Bueno…mi sobrinita dice que vio una sombra y yo le creo, ¿Y adivina qué?
-¿Qué?
-Hace 50 años en la casa en la que nos estamos hospedando un hombre y su hija murieron calcinados. Desde entonces cada inquilino que se ha hospedado allí ha muerto o ha estado a punto de morir quemado.
-¡Qué!-exclamaron Sasuke y Gaara al unisonó
-Sí, al parecer esta casa llevaba bastante tiempo vacía por ese mismo hecho, nadie se había atrevido a comprarla, así que la inmobiliaria decidió utilizarla como casa de verano alquilándola solo en vacaciones.
-Por favor dime que ya había sido alquilada antes-suplico Gaara preocupado, no quería que volviera a pasar lo que había pasado diez años atrás.
-Sí-Gaara suspiro aliviado-pero los huéspedes sufrieron un pequeño incendio que les infringió quemaduras bastante leves, también decían que habían visto sombras y que las cosas se movían de lugar sin que nadie las tocara, obviamente nadie les creyó por lo que grabaron un video y lo subieron a la red-a medida que Sai hablaba Sasuke y Gaara adquirían un nuevo tono de blanco en su piel, ninguno de los dos entendía porque Sai estaba tan tranquilo contándoles algo así cuando sus hijos, cuñados y sobrina estaban en aquella casa totalmente solos y sin vigilancia-Os preguntaréis porque estoy tan tranquilo ¿No? Muy fácil…miren el video.
Sai le dio play al video dejando ver un vaso sobre una mesa, se veía claramente como un pequeño hilo casi transparente lo movía lentamente mientras los responsables del video reían, antes de que el video terminara Sai le dio pausa.
-Como veis es un truco claramente predecible, no hay nada en esa casa, de hecho la inmobiliaria reviso la instalación eléctrica y descubrió un cable pelado que provocó los incendios en los que algunas personas murieron. Explicaron lo que había pasado al pueblo, pero nadie lo creyó y por lo tanto nadie compró la casa por lo que la utilizan como casa de verano familiar-terminó de explicar, Sasuke y Gaara suspiraron aliviados ante lo dicho por Sai.
-Podrías haberlo dicho antes, que nos has hecho preocupar al san…-Gaara enmudeció de repente.
-¿Gaara?-preguntó Sai preocupado ante el rostro pálido de su esposo.
-Fuego-susurro el pelirrojo observando al horizonte, justo donde estaba la casa que habían alquilado y desde donde se desprendía un humo negro como el carbón-¡FUEGO!-gritó desesperado.
Sasuke y Sai observaron el horizonte poniéndose pálidos al instante.
-¡Tenemos que ir allí ya!-exigió Gaara saltando hábilmente de la telesilla.
-Tranquilos-dijo Sai-podría ser la chimenea.
-Ese humo negro no es de una chimenea Sai ¡Vamos!-Sasuke saltó de la telesilla y se dirigió al coche mientras Gaara llamaba a Itachi y Shisui. El azabache mayor tomo a su hijo rápidamente y corrió al coche donde Sasuke y Sai les esperaban impacientes.
Llegaron a la casa cinco minutos después y se apresuraron a entrar solo para ver todas las ventanas abiertas y a sus respectivos esposos e hijos sentados en los sofás con el alivio marcado en sus ojos.
-¿Qué diablos ha ocurrido?-exigió saber Sasuke con urgencia mientras abrazaba protectoramente a su esposo e hija.
-No lo sé-respondió Naruto recostando su cabeza contra el pecho de Sasuke-yo estaba durmiendo y cuando desperté…la cortina estaba ardiendo en fuego.
-Así como así, no puede ser ¿Estás seguro?-preguntó Itachi sentando junto a Deidara quien le quitaba un poco de ropa a su hijo.
-Natsumi dijo que vio algo ¿No es así cielo?-preguntó el rubio a su pequeña.
-Bueno…-respondió la azabache nerviosamente.
-¿Qué fue lo que viste hija?
-Yo…me desperté y me di cuenta de que no podía moverme porque Oto-chan me estaba abrazando así que me quede en silencio mirando la pared-comenzó Natsumi su relato mientras su familia la observaba atentamente. Gaara y Sai se habían sentado los dos juntos en un sofá con sus hijos sobre su regazo. Deidara e Itachi la observaban atentamente mientras Shisui se sentaba a pocos centímetros de ellos-Fue entonces cuando la vi-murmuro con temor al recordarlo.
-¿Qué viste cariño?-preguntó Sasuke acunando a su hija con delicadeza.
-Una niña…
-¿Una niña?-preguntó Sai pensando en el indecente de hace 50 años.
-Sí, ella…ella me dijo que saliera de esta casa, dijo que estábamos en peligro.
-¿En peligro?
-Sí, y entonces apareció una especie de hombre, su cuerpo estaba completamente negro así que es muy probable que se hubiera quemado-murmuro la niña inteligentemente- él dijo algo así como que el fuego quema.
-¿He?-preguntaron los adultos extrañados.
-Dijo exactamente que…el fuego quemaba y que iba a arder con él en el infierno-susurro la niña temblando en brazos de su padre- él es malo, él la mato.
-¿A quien Natsu?
-Él le hizo daño a ella y nos lo quiere hacer a nosotros, es malo Oto-san, muy malo-Natsumi se aferro al cuello de Sasuke mientras sollozaba en silencio pensando en aquel hombre malvado.
Los adultos se miraron entre sí atentamente, el final de sus vacaciones había llegado, debían abandonar la casa antes de que algo realmente malo sucediera, ninguno de ellos quería que se repitiera lo de hace 10 años en la casa de muñecas.
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-Esto no puede estar pasando, no de nuevo-murmuro Naruto acariciando los cabellos azabaches de su pequeña hija.
-Tenemos que irnos antes de que suceda algo peor Naruto-dijo Sasuke empacando sus cosas en una maleta.
-Lo sé-contesto el rubio seriamente, él no estaba dispuesto a ver como su hija sufría, no estaba dispuesto a que ella pasara lo mismo que había pasado él cuando apenas tenía 15 años-solo digo que esto es tan injusto, pareciera que nos siguieran a cada lugar que vamos, son como una plaga.
-Es la primera vez que pasa desde hace siete años.
-Lo sé, la última vez fue cuando Dei estuvo a punto de perder a Shisui-murmuro el rubio con tristeza, nunca olvidaría todo lo que su hermano sufrió por aquel suceso, desde entonces la familia había dejado de lado lo paranormal para dedicarse a ellos por completo, nunca olvidaría toda aquella sangre, el hospital, las enfermeras corriendo de un lugar a otro desesperadas por salvar la vida de su hermano y sobrino, jamás lo olvidaría porque esa había sido la razón por la que habían abandonado Japón para siempre.
-No me lo recuerdes-susurro Sasuke abrazando al rubio silenciosamente para deslizar sus manos por su vientre y sentir el calor de su hijo no-nato, Itachi había sufrido mucho cuando Deidara cayó en coma por dos semanas, por suerte el rubio había conseguido recuperarse y su hijo Shisui había logrado sobrevivir, los médicos estaban asombrados y creían que había sido un milagro de dios.
Ninguno de los hermanos había olvidado el accidente que casi le había costado la vida a su hermano mayor y a su sobrino.
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-¡Shisui! ¡Date prisa hijo!-gritó Deidara desde su habitación, el niño se encontraba en su habitación junto con Itachi mientras el rubio guardaba su ropa y la de su esposo en la maleta, el viaje no había salido como todos pensaban y al final había terminado en una gran catástrofe, ninguno quería enfrentar lo que enfrentaron hacia diez años atrás y no lo iban a hacer, ahora eran adultos y tenían el poder de decidir, y decidían volver a casa dejando atrás cualquier criatura sobrenatural.
-¡Ya voy!-contestó el niño desde su habitación, Deidara se encontraba sumamente nervioso, tenía miedo…miedo de perder a su hijo.
Itachi estaba en el mismo estado que su esposo, después de aquel incidente había prometido proteger a su esposo e hijo de cualquier peligro potencial, había prometido dejar de lado lo paranormal y dedicarse completamente a ellos, pero ahora…lo paranormal volvía a él de la peor manera posible.
El azabache cerró los ojos intentando tranquilizarse cuando de repente un relámpago rompió los cielos y la lluvia comenzó a caer golpeando sobre el techo de madera. Otro relámpago cayó de repente y Shisui se aferro a su pierna asustado.
-Oto-san-susurro el niño, Itachi le acarició sus cabellos negros intentando tranquilizarlo.
-No pasa nada hijo, es solo una tormenta-murmuro el azabache.
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Gaara se apresuró a guardar su ropa en la maleta mientras sus hijos saltaban a su alrededor y Sai investigaba con su Tablet.
-¡Quieres dejar de investigar algo que nos vas a resolver!
-No-respondió el azabache cortante- algo me dice que esto es mucho más de lo que se ve a simple vista. Natsumi dijo que él le había hecho daño a ella, pero aquí solo se menciona que padre e hija murieron en el incendio.
-¿Y?-preguntó Gaara tomando a uno de sus hijos por la cintura-Estate quieto Ryu que te vas a hacer daño, tú también Akira.
-¡Niños!-gruño Sai seriamente, ambos niños se quedaron inmóviles ante el tono reprobador de su padre y se sentaron en silencio sobre la cama de matrimonio, cuando su Oto-san se ponía serio era por algo.
-Ya podrías haberlo hecho antes ¿No?
-Pienso que-contestó el pelinegro ignorando lo dicho por su esposo-esto es mucho más de lo que se ve, todo el mundo sabe que padre e hija murieron en el incendio ¿Pero y si padre e hija no se llevaban nada bien?
-¿Qué quieres decir?
-Que la hija quiso huir, y el padre la castigo-respondió Sai seriamente.
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El equipaje ya estaba completamente hecho y los niños preparados para salir, todos estaban amontonados en la puerta esperando al último miembro de la familia.
-¡Itachi! ¡Date prisa!-gritó Deidara exasperado, llevaban más de quince minutos esperando al azabache.
-¡Ya voy!-respondió este desde lejos. Naruto, Sasuke, Deidara, Gaara y Sai suspiraron mientras se sentaban sobre sus respectivas maletas, la espera seria larga.
El azabache de ojos negros registro toda la habitación hasta encontrar lo que estaba buscando, Itachi se apresuro a colgárselo en su cuello y corrió hacía la entrada de la casa.
-Ya está
-Ya era hora-murmuraron todos por lo bajo, Sasuke tomo a su hija entre sus brazos observando a su esposo atentamente quien le devolvía la mirada cariñosamente, estarían a salvo…solo debían salir, solo debían dar diez pasos y estarían fuera.
Gaara cargo a sus gemelos traviesos mientras Sai se ocupaba del equipaje, los niños dormitaban en su pecho, habían pasado todo el día jugando por todas partes y estaban cansados.
Itachi observo a su hijo tomado de la mano de su esposo antes de posar su mano en el picaporte de la puerta, en ese mismo instante un rayo cayó del cielo.
-¡Auch!-exclamó Itachi al sentir un calambrazo en su mano, Deidara se apresuro a mirársela mientras Shisui se sentaba en el pequeño escalón del recibidor, él estaba seguro de que no saldrían nunca de esta casa, el azabache sentía…algo muy extraño allí, algo maligno a lo que no debía acercarse.
-Itachi ¿Estás bien?-preguntó Gaara observando la mano chamuscada del Uchiha mayor-necesitarás una pomada y unas vendas, y es mejor que pongas tu mano bajo un chorro de agua fría, te aliviara-recomendó el pelirrojo medico de la familia.
-Me encantaría hacer lo que dices, pero deseo salir de esta casa cuanto antes así que…-el azabache abrió la puerta rápidamente solo para encontrarse con una terrible tormenta que había inundado el jardín por completo. La lluvia caía furiosamente del cielo mientras los rayos se encargaban de partirlo-Oh oh, esto no es bueno…
-Estamos atrapados…-susurro Naruto apretando con fuerza la mano que le había tomado a Sasuke anteriormente, el azabache le devolvió el apretón preocupado, no había escapatoria.
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La familia se encontraba al completo en el salón mientras observaban a sus hijos dormir apaciblemente, disfrutando de un sueño tranquilo que ellos no tendrían. Los rayos aún tronaban en las afueras de la casa y la lluvia podía sentirse a pesar de que se encontrarán en el primer piso.
-No creo que esta tormenta se detenga pronto-murmuro Deidara acariciando la mejilla de Shisui quien se encontraba recostado en su regazo.
-Tenemos por lo menos tres días de lluvia intensa-confirmó Sai observando el periódico que habían comprado en la estación de esquí.
-Eso quiere decir que estamos atrapados, sin salida con…-Naruto se estremeció sin querer decir la palabra, no quería ni pensar en eso-…ellos.
-No tenemos escapatoria-confirmo Gaara intentando mantener la calma.
-Aún así no debemos alarmarnos, ellos no han hecho ningún movimiento por el momento…-murmuro Sasuke observando a su hija atentamente-…por lo que si no les provocamos no nos harán daño.
-Pude ser-confirmo Itachi-pero ya han intentado asesinarnos y que yo sepa Natsumi no les ha hecho nada. Debemos protegernos, tomar medidas, puede ser peligroso, especialmente a la hora de las brujas-y justo en ese momento cuando Itachi pronuncio aquellas palabras el gran reloj antiguo que se encontraba en el salón dio las doce de la madrugada dando paso a sus antiquísimas campanadas.
Dom
Un rayo trono en la distancia.
Dom
Las luces se apagaron dejándoles a oscuras.
Dom
Unos ojos rojos como el infierno se abrieron en la oscuridad de la noche haciendo estremecer a cada uno de los habitantes de la casa.
El juego había comenzado.