"¿Por qué?"
Eso se preguntaba Sasuke a la vez que lanzaba uno de sus kunais contra la puerta de su cuarto. ¿Por qué no podía salir de vez en cuando de aquel escondite? Estaba cansado de recorrer los mismos pasillos y las mismas habitaciones durante sus últimos dos años y medio de vida. Era cierto que cada unos tres días cambiaban de base pero todas eran iguales. Todas eran complejas laberintos tan difíciles de descifrar que debía pasar al menos un día para que el Uchiha descubriera donde estaba el baño.
¡Y no había ventanas! ¿A quién se le ocurre construir una guarida sin ventanas? Y más aún; vivir en ella.
"Eso es inhumano"
Entonces lanzó un segundo kunai. Él siempre había sido algo pálido pero ahora estaba cerca de parecer un cadáver ya que los rayos del sol casi nunca tocaban su piel.
Además esos no eran los únicos problemas que tenía. Las pocas veces que salía simplemente a respirar aire, debían acompañarlo Kabuto u Orochimaru. ¿Por qué? ¿Por qué no lo dejaban ir solo ni a la esquina?
"¿Y qué piensa Orochimaru? ¿Qué tengo cinco años y me tiene que cuidar las veinticuatro horas? ¿Quién de cree que es? ¿Marry Poppins? No. Yo sé quien es: Michael Jakson. Si, es Michael Jakson. Siempre con tantos chicos. . . Kabuto, Anko, Jirobo, Tayuya, Kidomaru, Sakon, Kimimaru, yo ¡Y quién sabe cuantos chicos más! Un día de estos me doy vuelta y me viola."
Y con aquella aterradora idea en la cabeza lanzó otro kunai contra la puerta. No. Si alguien iba a ser cariñoso con él quería que fuera SU Naruto. A pesar de que nunca le había dicho lo que realmente sentía por él, que además lo trataba muy mal y siempre se peleaban. Aún así, para Sasuke era SU Naruto y de nadie más. ¿Qué estaría haciendo en ese momento? ¿Pensaría en él? ¿Todavía lo recordaría? ¿Habría crecido? La última vez que lo había visto había sido en el Valle del Fin hacía mucho tiempo. Él se había vuelto más alto. ¿Y el Uzumaki? Y. . . ¿Sería ahora más sexy que antes? Quería verlo. Quería volver a Konoha tan sólo para poder verlo otra vez. Pero eso sería imposible mientras su niñera lo vigilara todo el tiempo.
"¡Kuso!"
Y tras esa palabra lanzó un nuevo kunai que voló por los aires a gran velocidad.
-Sasuke kun, es hora de nuestro entrenamiento. Ku ku ku.
En ese preciso instante Orochimaru había abierto la puerta de un golpe. Pero en lugar de encontrarse con su alumno, fue el kunai de éste quien encontró el corazón del sanin. Si, era un sanin, conocía cientos de jutsus, era capaz de invocar a la gran serpiente Manda e incluso era casi inmortal pero nada de eso pudo evitar que el filoso cuchillo lo atravesara y le diera una muerte rápida.
El Uchiha permaneció inmóvil, con la mirada fija en el cuerpo que yacía en la entrada de su cuarto. No podía creerlo. En varias ocasiones había pensado en asesinar a Orochimaru pero siempre le había parecido algo imposible. Sin embargo aquel cadáver pertenecía a su maestro y había sido él quien lo había matado.
"Orochimaru esta muerto. . . Kabuto se fue a no se donde por una misión que le había dado Orochimaru. . .Él no va a volver hasta la semana próxima. . . Estoy solo. . . .Nadie me vigila. . ."
A Sasuke le tomó un tiempo asimilar todo eso pero cuando lo hizo se dio cuenta que su oportunidad había llegado. Ése era el momento perfecto para irse de la aldea del sonido y volver a Konoha. Y entonces podría ver una vez más a SU Naruto. No lo dudó un segundo. Tomó un par de cosas, las guardó rápidamente en su mochila, se la cargó al hombro y corrió como si su vida dependiera de ello.
Se alejó del escondite del sanin a una velocidad digna de un ninja. Y siguió así por un buen rato hasta que cayó en la cuenta de que había renegado de su aldea y por eso no podía simplemente entrar a Konoha y buscar a SU Naruto. Entonces se detuvo en seco y se llevó una mano a la cara.
"¿Cómo no pensé en eso? ¿Cómo se me pasó por alto un hecho tan simple? ¡Kuso! Pero debe haber una forma. Debe haber una forma."
Mientras se repetía esto último así mismo, se exprimía el cerebro intentando encontrar una solución a su problema. Entonces recordó que Orochimaru había conseguido meterse en el examen chunin sin que nadie lo notara. ¿Cómo lo había hecho?
"Orochimaru tenía cómplices. A mi me odian todos en Konoha. Nadie me ayudaría a entrar. Además. . . Pasar desapercibido en una aldea con tantos usuarios del byakugan. . . Es más fácil entrar en Suna. ¿Por qué no vive ahí? Así me haría las cosas más sencillas. ¡No! En la aldea de la arena está Gaara. No, mejor que MI Naruto siga en Konoha con los molestos Hyuga en vez de en Suna con ese tipo."
Luego pensó en usar un simple jutsu de transformación para verse como uno de sus antiguos compañeros. Pero había un problema con ese plan. Hacía dos años y medio que no veía a ninguno de ellos por lo que no tenía ni idea de cómo lucían ahora.
Entonces el ruido de algunas plantas moviéndose lo sacó de sus pensamientos. Ya había colocado una mano sobre su espada listo para desenvainarla cuando de entre los arbustos se asomó un perro. Éste lo miró por un momento al Uchiha y luego siguió su camino sin prestarle demasiada atención.
"Tsk. Sólo era un perro. Un perro. . .Un perro. . . ¡Un perro!"
La idea era tan estúpida que podía funcionar. Si aquel animal había podido acercársele tanto sin que él lo notara, él haría lo mismo para llegar hasta SU Naruto sin ser detectado. Si, se convertiría en un simple perro y entraría a Konoha sin llamar la atención. Nadie sospecharía de un pequeño perro y además los únicos capaces de ver a través de su jutsu eran los usuarios del sharingan. Pero no tenía porque preocuparse por eso, ya que el único con esa habilidad en la aldea de la hoja era Kakashi y él ocultaba su ojo con su banda de la cabeza por lo que no notaría que un inocente animal fuera en realidad un ninja del sonido.
Una vez seguro de su nuevo plan, hizo varios sellos con las manos y de repente lo envolvió una nube de humo. Cuando ésta desapareció, Sasuke había cambiado su apariencia por completo. Ahora estaba mucho más cerca del suelo, tenía cuatro patas con pequeñas garritas, veía en blanco y negro, tenía las orejas apuntando hacia arriba, una cola, un hocico y tanto su sentido del olfato como el del oído se habían agudizado. En ese momento ya no era un shinobi sino un perro negro y chico.
Satisfecho con su jutsu, caminó en dirección a la aldea pero en cuanto dio su tercer paso se tropezó con sus propias patas. Sin darle mucha importancia se levantó pero cuando intentó caminar de nuevo se cayó una vez más.
"¡Kuso! ¡¿Cómo hacen los perros para caminar en cuatro patas?! A ver. . . Tengo que coordinar. Si primero muevo ésta y después. . . Si si, después tengo que mover ésta y luego. . ."
Al Uchiha le costó un par de minutos acostumbrarse a su nuevo cuerpo pero una vez aprendido el truco y ya cuando estaba a punto de irse de aquel sitio, recordó que había traído consigo una mochila que podría delatarlo si alguien la encontraba. Entonces fue directo hasta donde se encontraba y comenzó a cavar con sus patas un profundo agujero para esconderla.
"Ahora entiendo porque los perros entierran cosas. ¡Esto es mucho más divertido de lo que parece!"
Luego de haber ocultado la evidencia salió disparado como una flecha hacia Konoha. Estaba a medio día de la aldea de la hoja pero corrió tan rápido que consiguió llegar en la sólo un par de horas aunque bastante cansado. Aún no había caído la noche cuando atravesó la entrada sin problemas a pesar de que había dos jounins como porteros.
"Esto es tan fácil. . . Lo complicado será encontrar a MI Naruto."
Eso pensaba Sasuke mientras se adentraba en la aldea sin rumbo alguno.
Quizás porque estaba hambriento, a los pocos minutos terminó en un puesto de dumplings. Casi sin darse cuenta, ese delicioso aroma lo condujo hasta una mesa donde tres personas disfrutaban de aquella comida. Al principio el Uchiha no los reconoció pero en cuanto éste se acercó vio que uno de ellos tenía un extraño corte de cabello, ojos redondos y un enorme par de cejas.
"Creo que es el equipo de Gai. Si si, estoy seguro de que ese es Rock Lee. Y ahora que lo pienso. . . Tú me hiciste quedar como un idiota en frente de MI Naruto justo antes del examen chunin. . ."
-Anda, Neji. Sólo una vez.- le dijo el cejudo.
-Ya te dije que prefiero entrenar solo.
-Pero somos jóvenes y tenemos que ponernos a prueba entre nosotros.
-Tú otra vez con lo del poder de la juventud. ¿Por qué no entiendes que eso no tiene nada que ver con ser un shinobi?
-Pues si estas tan seguro vamos a pelear y haré que te tragues esas palabras.
-Lo siento, pero no tengo intenciones de pelear contra ti ahora.
-Lee, en serio que ya me estás cansando. ¿No podrías dejar de atacar a Neji por un día?- los interrumpió Ten Ten.
-¡No hasta que no lo supere y eso no va a pasar si Neji me sigue evitando!
-Yo no te evito. Simplemente no veo porque debemos pelear entre nosotros si somos del mismo equipo.
-¡X$$%*/XX*&$+!
-¡¿Qué te pasa?!
-¡Tú dime, Neji!
-¿Yo?
-¡Si! ¡Tú te comiste mi dumpling! Lo había dejado justo aquí y ya no está. ¡Tú te lo comiste!
-¿Yo? ¡Yo no me lo comí, Lee!
-Es cierto, Lee. Neji no se movió un centímetro. ¿Cómo pudo haber sido él?
-No lo sé, Ten Ten. Tal vez usó uno de sus jutsus raros de los Hyuga.
-¿Jutsus raros? ¿Te has visto en el espejo alguna vez? ¡Tú eres el raro aquí!
-Tú no puedes hablar de gente rara, roba dumplings. Con el pelo tan largo pareces una chica.
-¡Se acabó! ¿Querías una pelea? ¡La tienes!
Mientras esos dos comenzaban un verdadero combate titánico, a algunos metros de distancia un perro negro devoraba los susodichos dumplings.
"Ya estamos a mano, Lee."
Simplemente no pudo evitarlo. Él era un vengador y vengarse era lo que hacía mejor.
Cuando acabó de comer, y ahora con más elegía, continuó buscando a SU Naruto. Había caminado por un par de minutos cuando divisó a Sai sentado debajo de un árbol y con una hoja en una mano y un pincel en la otra.
"Orochimaru me había contado de éste. . . . Así que vos sos el que me reemplazó ¿eh? Ahora me vas a conocer. . ."
Entonces corrió todo lo que pudo hasta donde estaba el moreno, se detuvo frente a él y con la misma puntería con que había lanzado un kunai al corazón del sanin, le orinó en sima. Agitando su cola de felicidad, Sasuke huyó de, la escena del crimen al mismo tiempo que Sai no paraba de maldecirlo a gritos.
Se estaba divirtiendo como nunca en su antigua aldea pero lo que realmente quería era encontrar al Uzumaki. Sin embargo esa idea se fue de su mente de inmediato al ver que a sólo unos metros de distancia estaban Sakura Haruno e Ino Yamanaka.
"Esto no lo puedo dejar pasar. . ."
-¡AHHHHHHH!
-¡X/**$X&%%! ¡¿PERO QUE MIERDA LE PASA A ESTE PERRO!
Sólo había sido un segundo. Sólo había pasado un instante. Sin embargo ese corto momento lo había vuelto la persona más feliz del mundo. A pesar de que había durado muy poco, la imagen de las dos chicas siendo mordidas por un Sasuke perro y gritando de dolor permanecería en la mente del Uchiha por toda la eternidad.
"¡Por fin pude vengarme de dos de las tres personas que más odio! Itachi, tú serás el siguiente."
Una vez terminada su pequeña venganza, reanudó su búsqueda.
"Un momento. Si estoy buscando a Naruto sólo hay un lugar donde puedo encontrarlo. ¿Cómo no pensé en esto antes?"
Si. Al final Sasuke recordó que al Uzumaki le gustaba comer ramen en cualquier momento del día. Entonces, siendo guiado por su agudo olfato, se dirigió hasta el puesto de ramen lo más rápido que pudo en sus cuatro patas.
Ya era de noche cuando llegó a Ichiraku con la esperanza de hallar allí a SU Naruto. Y efectivamente en ese lugar, sentado en una silla alta y comiendo que otra cosa sino ramen, estaba su inconfundible rubio. Finalmente había dado con él pero aunque lo llamó varias veces, lo único que el ojiazul podía escuchar eran un montón de ladridos. Sin embargo eso bastó para que él se diera vuelta y descubriera a un perro chico del pelaje negro que daba varios saltitos en dos patas para conseguir su atención.
-¡JAJAJA! ¡Qué gracioso es este perro!- dijo el ojiazul alzando al animal para luego abrazarlo.- ¿Es tuyo, viejo?
-El dueño de la tienda de ramen dejó a un lado el plato que estaba limpiando para luego mirar más atento al pequeño animal que sostenía el rubio entre sus brazos.
-No. Y ahora que lo veo mejor creo que tampoco es uno de los perros de los Inuzuka.
-Eso quiere decir que estas solo. ¿Es eso? ¿No tienes a nadie?
Entonces el cachorrito levantó su cabeza y le dio varios besos al Uzumaki con la lengua.
-Parece que ya se encariñó contigo, Naruto.
-¡Si! ¡JAJA! ¡Y me hace cosquillas con la lengua! ¿Sabes, viejo? Siempre quise tener un perro ninja. . . Ya sabes. Kakashi sensei tiene a Pakkun y Kiba a Akamaru. . .
-¿Vas a quedarte con este?
-Bueno. . . Él es muy lindo y ya se encariñó conmigo ¿no?
-Si, pero cuidar a un perro no es como tener a un juguete. Es mucha responsabilidad y. . .
-¿Qué dices, amigo?- le preguntó Naruto al animal.- ¿Quieres venir a casa conmigo?
-¡Guau! ¡Guau!- ladró el perro negro agitando su cola y lamiendo la cara del Uzumaki una vez más.
Continuará. . .