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GRECIA VS ROMA por desire nemesis

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Notas del fanfic:

YO NO SOY LA CREADORA DE YUGIOH NI DE SUS PERSONAJES

SOLO LOS USO PARA DEJAR VOLAR MI IMAGINACION SIN BUSCAR LUCRO POR ELLO

 

http://leozaras.deviantart.com/art/Gvr-376891307

  El General de Roma Pascasius Albo recibio esta noticia de uno de sus Tribunos—Ya traen a la prinesa negra, mi ageneral—dijole este.

 

  Pasacasius se sentia vencedor. Tenáia a una de los príncipes que le presentaba resistencia a la victoriosa  República y pronto todos los problemas de esta para derrotar a esos retrógradas iban a acabarse.

 

  Ante el se presento escoltada por tres soldados de apariencia severa. No era como el la imaginara ya que penso que una princesa que se dedicaba a comandar tropas e ir con ellas a la batalla sería una mujer poco agraciada pero era todo lo ontrario. Una mujer de espléndida batalla en la flor de su madurez.

 

  La prinesa batio por el suelo sus esperanzas ni bien hablo.

 

  --Si crees que el tenerme prisionera hará que mis hermanos se rindan estas viviendo de ilusiones romano—dijole.

 

  --Deben quererte bien poco entones—dijo el romano algo resentido de que adivinara sus pensamientos.

 

  --El amor filial nada tiene que ver con esto. Esto es la guerra. No retrocederán porque me han capturado. Cuidate romano porque ahora les has dado mas motivos para venir por ti. Ellos no dejaran esta afrenta atrás—contestó ella muy altiva.

 

  --¿Acaso Roma le puede temer a un monton de bastardos griegos?—exlamo Pasasius.

 

  --¡¡No somos ningunos bastardos!!—contesto colérica la princesa. --Somos los hijos de Ares. Recuérdalo romano. Recuérdalo bien porque uno de ellos será quien ponga fin a tu vida—dijo ella.

 

  --¿Y si yo pongo fin a tu vida primero?—pregunto Albo con ganas de ganar a la cria en su juego.

 

  --Eso no importa demasiado. Si yo caigo otro de los hijos de Ares tomara mi lugar. ¡ Cuidate tu si temes por tu vida!—dijo la princesa en contestación. Verla así tan brava le causaba cierta sensación al romano que llego a ordenar que fuera llevada a su tienda.

 

  Al día siguiente los tribunos le trajeron noticias de un tenor muy distinto.

 

   --El príncipe de Leoponto a empezado a moverse hacia nosotros—dijo uno.

 

  --¿Así que el príncipe de Leoponto, no?Cuentenme que tal es en batalla—ordenó Pascasius.

 

  --Señor, jamas ha sido derrotado. Se cuenta que a Leoponto le han puesto ese nombre nuestras tropas por él—contesto el tribuno con apariencia atribulada.

 

N.A.:Leoponto=leo:león-ponto:punto. Punto del león, lugar del león.

 

  --Así que ese es el famoso león griego. He oido de él. Envién a nuestro mejor centurión a hacerle frente—ordeno el general.

 

  --Si, general—se cuadro el tribuno y de inmediato fue a por su mejor centurión Marco Julio quien contaba con una vasta trayectoria en el campo de batalla pese a su juventud.

 

Marco Julio Plineas era hijo de uno de los mas grandes generales que había dado Roma y que había perecido cuando este era solo un niño por lo que el pequeño se había propuesto no desmerecer el buen nombre de su padre.

 

Su faz era tan bella que muchos artístas le habían pedido que posara para dejarla gravada en piedra y fue modelo para esculturas de los propios dioses romanos. Era un cínico, no reía en los antiguos valores de Roma sino que luchaba por su propia gloria y la de Roma sin contemplaciones de ningun tipo.

 

Sus ojos azules se decían eran profundos lagos en que muchos jóvenes se habían ahogado pero su ego era tan grande que aun siendo un adulto carecía de verdaderos amigos.

 

 Por otro lado su destinado contrincante era un considerado apasionado de la moralidad, de la justicia y de la amistad. También fuerte y valeroso por lo que había llegado a tener el sobrenombre de “león”.

 

 

En una pradera conformada entre dos colinas se encontraron los dos ejércitos. Cada uno blandiendo sus armas. El griego la pesada espada de doble filo y las flechas con las que tambien contaba el romano ademas de tener la lanza y la espada corta.

 

El choque de ambos fue terrible, sangriento y en el no se conoció la misericordia. Al final pocos de los valerosos griegos quedaron entre los que se contaba su herido príncipe que en esas condiciones fue tomado prisionero.

 

 

Marco Julio fue a visitarlo en la tienda donde estaba siendo atendido por sus propios médicos y al observarlo noto que el joven principe de dorada cabellera y ojos mieles como el citado león.  Tenía extraordinaria fiereza en el campo de batalla que impresionó al centurión mas que nada porque logrando cruzar toda la batalla a filo de espada y llegar hasta él, le hirió aunque de forma superficial.

 

 

El príncipe Ácato de Leoponto tuvo pesadillas esa noche. Soñaba on esos ojos azules que le atacaban, era una bestia hermosa a la vez que atemorizante que lo hería y con gran pánico despertó para encontrarse a solas con la mentada bestia.

 

Al tratar de levantarse del camastro se dio cuenta del vendaje que le surcaba la cintura y recordo que el que con el estaba le había herido alli durante la batalla.

 

El temor y la furia se aunaron y se puso en pie con gran esfuerzo buscando herir con sus puños a falta de otra cosa. Pero víctima de la debilidad que lo agobiaba por la pérdida de sangre cayo hacia delante sobre el centurión que había dado un paso atrás por la sorpresa de que el otro despertara de improviso mientras le observaba dormir. El león herido cayó sobre la bestia de ojos azules y ambos terminaron en el piso donde se encontraron de frente, sus ojos a centímetros de distancia y sus labios a milímetros.

 

Ambos sintieron sus mejillas arder y fue el griego el que intento alejarse del otro pero este evito que lo lograra aprisionandolo entre sus fuertes brazos, entonces el príncipe habló.

 

--No se que pretendes maldito romano pero te aseguro que yo no soy ningun maldito esclavo al que puedas…--dijo este.

 

El centurión sonrió al ver como el otro se ponía belicoso. No podía explicar porque esa actitud hacía al otro mas atractivo.

 

Cuando el otro exclamo “esclavo al que puedas” algo en su interior lo obligó a besarlo y tratar de dominarlo.

 

Por un momento el otro no supo reaccionar pero luego comenzó a luchar y ambos rodaron por el suelo hasta que llegaron a un lado de la tienda donde la tela de esta evito que lo siguieran haciendo.

 

Los fuertes brazos del centurión apretaron fuerte al cuerpo herido del griego. El deseo los consumía  pero el rubio logro evitar que el romano lograra perpetrar el acto que intentaba de un rodillazo.

 

Acato estaba temeroso a la vez que impresionado de la manera en que se manejaba el otro. Agitados ambos se miraron y el griego exclamó entonces—Te repito que no se que pretendes romano pero a mi has de respetarme. Yo soy Ácato príncipe del Leoponto--.

 

Temía mas a esos ojos de lo que había temido a cualquiera de los enemigos con los que había combatido.

 

 

 El Senado de Roma ordenó que el príncipe fuera llevado como prisionero a la mencionada ciudad y la legion se preparó para marcharse.

 

  El centurión fue a darle la noticia al reo—Deberías sentirte halagado pues conocerás Roma. Pocos han tenido esa distinción—le adelantó.

 

--No me impresiona ni Roma ni tu ejército—dijo este al centurión con su mirada altiva.

 

El centurión se le acercó de pronto e instintivamente el joven príncipe retrocedió.

 

--No estoy tan seguro de ello—dijo complacido el ojos azules mirándole de arriba abajo.

Notas finales:

ESPERO LES GUSTE ESTA NUEVA IDEA

QUIERO SABERLO ASI QUE PORFA DEJEN REVS

JA NE

^^


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