Las calles de New York estaban desoladas, hace algunas semanas se encontraba lleno de vida con personas despreocupadas yendo de una tienda a otra, comprando víveres para sus hogares, ropa para sus niños o algún gusto para ellos.
Todo cambio drásticamente apenas la noticia de la enfermedad surgió. Gritos de agonía, de dolor y llantos de niños siendo devorados por sus propios padres, hermanos o algún familiar suyo. Aun recordaba esos gritos, el como su padre devoraba ferozmente a su madre. Le helaba la piel tan solo pensar que hubiera pasado si su hermano no llegaba.
Ahora se encontraba en el centro comercial del Central Park, las puertas y ventanas de las tiendas se encontraban quebradas, con los vidrios esparcidos por el piso pulido. Cargo su arma con 8 balas de titanio, y se preparo para entrar.
Comenzó desde el último piso, aquel edificio tenía 4 pisos, normalmente cuando construían algún centro comercial, ponían los restaurantes o centros con comida en el punto más alto. Apenas llego al 4to piso se puso contra un muro, esperando cualquier movimiento para disparar, espero 30 segundos, lo suficiente como para saber que nadie se encontraba ahí. Emprendió marcha hacia el primer estante, encontró botellas de agua, los metió rápidamente a su mochila militar mirando de vez en cuando sobre su hombro. Cerró el bolso y siguió con la siguiente tienda. Y así sucesivamente hasta llenar de comida su mochila: agua, sándwiches, frituras, frutas, latas de atún, sopa enlatada, etc.
Fue al estacionamiento que se encontraba debajo de toda esa construcción, quedo con Mello y con Matt el encontrarse ahí apenas terminaran su trabajo. Su hermano: Mello, quedo en conseguir armas y balas para su supervivencia. Y su primo: Matt, fue a buscar gasolina: para el auto, y algunos víveres para ellos. Al final quedaba ella, su trabajo era conseguir todo tipo de comida para sobrevivir algunas semanas y para tener fuerzas, en el momento en que se enfrentaran a ‘ellos’.
.- ¿Mello? ¿Estás aquí?-. Al no conseguir respuesta volvió a apuntar su arma hacia el frente.- escucha Mello, estoy con el arma apunto de disparar, si no sales en estos mismo momentos, te juro que te asesinare yo antes de que ‘ellos’ te maten -. escucho unos pasos apresurados detrás de ella, giro su cuerpo rápidamente, aun con la pistola en mano, y se preparo para disparar. Antes de hacerlo se dio cuenta de que no eran esas criaturas, en cambio, era Matt quien venía corriendo a toda velocidad.
.-Misa, lo siento… No conseguí comida, tan solo 5 litros de gasolina. Antes de entrar por completo a la gasolinera, aparecieron los zombis,… y esas cosas mutantes-. Dijo Matt entrecortadamente, tratando de que sus pulmones se llenaran de oxigeno.- ¿Dónde…esta…Mello? Ay por dios jamás en la vida…corrí así.
.-Aun no llega –.respondió Misa apenas.- ¿Estás bien?
.-Uff…Supongo que sí, es solo que, me dieron el susto de la vida-. Rio nerviosamente.- Lamento ser tan cobarde.
.-El que me digas que sientes con sinceridad no significa que seas cobarde-. Misa sonrió levemente y le dio una palmada a su cabeza.- Ahora lo que me preocupa es como esta mi hermano.
.-MM…tal vez este consiguiendo nuestras armas.
.-Pero si la tienda esta en el 2do piso, no creo que meter armas a una mochila sea difícil-. Se preocupo.- Mejor vamos a buscarlo, no vaya a ser que le haya pasado algo.
.-Amenos que Mello quiera meter una bazuca. Si supongo que es mejor que lo busquemos.
Tomaron sus pertenencias y salieron despavoridos hacia el 2do piso, antes de subir por las escaleras escucharon disparos, ambos abrieron los ojos de par en par, temiendo lo peor. Misa fue la primera en llegar, y Matt llego detrás de ella. Vieron como Mello disparaba a hacia una pared de concreto. Se quedaron estáticos al ver a quien disparaba. Un muchacho no mayor a 16 años, pelinegro y alto, utilizando solo un pantalón azul ajustado. Se estaba protegiendo de los balazos que tiraba su hermano. Misa reacciono antes y empujo a Mello, haciendo que este soltara su arma.
.- ¡Misa! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Lárguense! -. El muchacho rubio trataba de empujar a Misa para que saliera de encima de él, pero se rindió al no conseguirlo.- Matt, atrapa a ese chico.
.- Ya lo atrape desde hace unos segundos, ¿se puede saber que hacías gastando nuestras balas?-. Sonaba disgustado.- es un sobreviviente como nosotros, no debemos matarlos Mello, debemos unírnosle. Por cierto, ¿Cómo te llamas niño?
.- ¡Suéltame! ¡No soy ningún niño! ¡Tú idiota! ¡Casi me matas! -. El pelinegro señalo al rubio furioso.- ¡¿Qué te sucede?!
.- ¿Yo? Ahora tú eres la víctima -. Frunció el seño.- ¡Ese niño trato de asesinarme!
.- A ver Mello, con tu carácter, cualquiera quiere hacerlo-. Se burlo Matt.- Pero en fin, tu niño ¿Cómo te llamas?
.- Elle…Elle Lawliet -. Respondió más calmado.
.- MM…me suena ese nombre…Ah, tu eres el nieto del inventor Watari, ¿no es así? -. Dijo Matt.- Osea, que vendrías a ser el sucesor de su estúpida enfermedad que tiene todo el mundo ¿no?
.-No es mi culpa, es culpa de mi abuelo. Él lo único que quería era avanzar con la humanidad, quería crear una cura para todas las enfermedades. Pero no se qué fue lo que paso… lo único que vi fue como sus compañeros se lo devoraban. Yo solo escape -. Su voz no sonaba triste.- Y no quise matarlo, vi que tenia comida y solo quise quitarle algo, porque…llevo días son comer nada. Y al momento de tomar una barra de chocolate jale el gatillo y se disparo solo-. Mello dijo algo por lo bajo.
.- Suéltalo Matt, debe venir con nosotros. No podemos dejarlo aquí. Disculpa Elle, ¿Cuántos años tienes? -. Misa observo al niño que tenia Matt entre brazos.
.-15 -. Elle se zafó de su agarre y corrió hacia Misa, le ayudo a levantarse y la abrazo.- Por favor, necesito que me ayuden, yo no quiero morir. No como mi abuelo.
.-Tranquilo, no te preocupes. Te ayudaremos, pero primero tienes que comer -. Mello junto con Matt tomaron las bolsas con comida, armas y gasolina.- Vámonos a la camioneta, ahí estaremos más seguros.
.-De acuerdo, y tú -. Mello señalo al pelinegro.- cuidado con traicionarnos, si lo haces te ira mal.
Comenzaron a bajar por las escaleras de emergencia. El silencio que antes estaba reinando, fue roto por un gruñido, todos voltearon rápidamente, tratando de localizar el sonido. Fue ahí cuando se dieron cuenta de que, todo era una trampa.