Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Soundless Voice por kurolove

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Kuroshitsuji no me pertenece, sino a Yana Toboso.

Eisheth, muchisimas gracias de nuevo!!! sin ud este fic no hubiera salido a la luz :3

Este es el proyecto del que había hablado en mi anterior fic, espero que les guste :)

http://www.youtube.com/watch?v=ZDCEoMIUTFA esta es la cancion por si gustan escucharla

Notas del capitulo:

letra de la canción

"dialogo"

narración.

 

Una blanco paisaje, un frío lugar, es lo único que recuerdo de ese día. La nieve y el hielo hacían presencia y eran los únicos que apreciaban la escena que se desarrollaba a su alrededor, tal vez una de las más tristes y dolorosas que alguien pudo alguna vez atisbar.

Lagrimas caían por sus mejillas, sangre escurría por el rostro de su amado y la impotencia se apoderaba de todo su ser.

En la noche, cuando el silencio envuelve la ciudad,
empieza a nevar.

Ahora tenía una razón más para odiar esa época del año que, a pesar de que parecía tener una indiscutible pureza, le traía tantos momentos amargos, tantos sentimientos desgarradores, tantos hechos que, aunque él mismo intentó evitar alguna vez, ocurrieron. Tantas cosas y tantas circunstancias que un ser humano cualquiera no hubiera soportado; pero él no era un humano cualquiera, él, un ser mortal, había logrado lo que nunca antes una persona común había conseguido anteriormente. Él, Ciel Phantomhive, logró que un demonio diera su vida… por amor.

Extendiste hacia mí tus bellas manos.

Por un breve momento las pude tocar

y comprendí aquel silencio.

Así es. Yo, el Conde Phantomhive, Perro Guardián de la Reina de Inglaterra, aquel al que todos respetan, envidian y a quien la gran mayoría odia, había logrado que Sebastian Michaelis, un demonio de alto nivel, un ser de la oscuridad, una entidad inmortal diera su vida por mí.

Un pedazo transitorio de mi vida.

La nieve se acumula silenciosamente como la luz;
mientras la recoges, tú me sonríes.

Hey, ¿cómo suena la nieve?, me dices.

Aún si te respondiera, tú ya no podrías oírme.

Hace unos meses atrás, empecé a sentir diferente a mi sirviente. Y cómo no si se estaba cayendo a pedazos por dentro. Pero lo peor fue que no pude darme cuenta a tiempo. Jamás voy a poder perdonarme por ello. “Sebastian… perdóname.”

Dices que no puedes más, que sientes dolor, dices que estás solo.

He intentado de todo para poder enmendar mi error, pero ya nada está a mi alcance. Intenté hablar con aquel sepulturero que muchas veces nos ayudo en las investigaciones y que muchas veces nos brindaba información. 

¿Lo recuerdas?

Te voy a encontrar,
donde quiera que estés.

Y sí, tal vez todos me den la espalda y nadie me sirva de mucho para ayudarte y poder volver a tenerte a mi lado, pero no voy a descansar hasta que regreses, Sebastian. Yo no voy a parar de buscarte.

No me dejes atrás.

¿No seríamos siempre uno?

Es muy probable que, en ese tiempo, yo no entendiera bien la situación. Muchas veces protestaba contra tu extraño comportamiento, pero el hecho que me escondieras tu situación me hacía pecar por ignorancia. Perdóname por eso, Sebastian; sé que tal vez querías protegerme, que no querías preocuparme pero, ¿por qué no me dijiste nada hasta ahora? Quizá hubiera sido diferente, quizá tú estarías recuperándote en la mansión, bajo mi cuidado, y yo te hubiera brindado todo lo que fuera necesario para tu recuperación. Sin embargo, poco a poco te ibas rompiendo, y yo no estuve ahí para juntar todos los pedazos, no me di cuenta que cada vez te costaba más moverte, caminar, cargarme como siempre lo hacías, incluso que se te dificultaba hasta pronunciar tu habitual “yes, my lord”.

Poco a poco tu voz se fue apagando…

A medida que la nieve se hace más gruesa,
poco a poco se va derritiendo.

Deseo, sólo una vez más, sólo escuchar tu voz.

Una vez más, sólo una vez más
di mi nombre.

Di mi nombre una vez más, como aquellas noches en las que deseché mi orgullo para poder disfrutar horas de pasión, todas aquellas en las que nos dedicábamos únicamente a mirarnos directamente a los ojos, aquellas en que dormías a mi lado para velar mi sueño, susurrándome al oído con tu varonil pero al mismo tiempo dulce voz, llena de aquel sentimiento prohibido para ti, aquel sentimiento por el cual diste tu vida…

El amor.

Desde su mirada perdida, en blanco,
apareció una lágrima.

Esa fue la primera vez que te vi de tal forma, llorando. Al principio no lo podía creer, no lo quería creer. ¿Qué pasó con tu orgullo? ¿Qué pasó con aquella apariencia gentil, pero firme y fuerte?

Ahí lo comprendí todo…

Sebastian, tú estabas sufriendo por no poder protegerme. 
Si bien intentaste hacerlo y alejarte de mí, manteniendo la relación de amo y mayordomo para poder seguir a mi lado, yo no te dejé, por el propio egoísmo de quererme sentir amado por ti. Discúlpame por eso, si no hubiera sido por mí, aún estarías aquí a mi lado y no sobre este manto de escarcha ensangrentada, sin poder hacer más que dedicarme una tierna sonrisa de despedida que me rompe el corazón en miles de pedazos.

Todo se ha detenido, a excepción de la nieve
que cae silenciosamente.

Te estás volviendo cada vez más frío
y tu voz no regresará.

 

No puedo contenerme más y caigo víctima del llanto que trataba de callar. Tú sólo me miras y me sonríes débilmente, tratándome de consolar; pero cada vez se van cerrando más y más tus ojos, y no puedo hacer nada para evitarlo. Observo cómo cierras tus parpados, ocultando esos hermosos  rubíes que tenias por ojos y siento cómo el agarre de tu mano se debilita cada vez más.

“¡NO ME DEJES!”, exclamé con  todas mis fuerzas. ¡No quiero perderte, ¿por qué no lo entiendes?!

Nos hemos dejado de entender.

Oye mi voz, sonríe una vez más para mí;
Me he quedado sin lágrimas,
no puedo unirme a ti.

“Por favor, Sebastian, resiste un poco más, por favor. Hazlo por mí”, te imploro con mi rostro empapado por las lagrimas que  continúan resbalando por mis mejillas. Ya no me puedo contener más. Lo siento.

Si es posible…

Mi voz tómala toda y llévasela a la persona que es querida para mí.

Si voy a estar en mundo solo, sin ti,
sólo llévame lejos.

Sólo contigo.

“Sebastian, llévame contigo. Mátame a mí también, por favor”, susurro. Pero justo cuando pensaba abrazarte, abres lentamente los ojos y me miras tristemente.

“¿Cómo cree que podría pensar en dañar a mi joven amo?”, me cuestionas. “Eso jamás pasará, my love” terminas para sonreírme.

Yo estaba enamorado de ti, y no te lo pude decir.

Estoy condenado a un mundo sin ti, por toda la eternidad

Incluso si grito, no puedo hacer que tú y tu voz regresen.

  “Te amo… te amo….te amo” repito incontables veces, tratando de así mantenerte despierto. Tú sólo sonríes y me contestas con un simple y corto “yo también”; tus fuerzas ya no dan abasto. De pronto, te quedas dormido y ya no siento más tu respiración. No puedo hacer nada más que llorar.

 Con la densa nieve encontraré el modo de estar a tu lado siempre,

subir al cielo [*]para poder alcanzarte.

Toma ya todo de mí;

mi voz, mi cuerpo, hasta mi vida.

 Bórralos todos…

 y vuélvelos blanco.

Mi llanto no cesa, te vuelves cada vez más frío y tu piel se pone aún más pálida. “Si es que hay un Dios, por favor, escúchame y sálvalo. Te lo imploro, te doy mi vida, ¡ayúdame…!”

Sin embargo, Sebastian no volvió.

 

 

 

 

 


 

Notas finales:

Espero les haya gustado. Perdón por un final tan trágico D: pero la canción lo demandaba!!!!! espero que en mis futuros proyectos me sigan leyendo y me despido de todas y todos con un gran abrazo imaginario los amo! byebee~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).